Émile Zola (1840-1902) fue un escritor francés ampliamente reconocido como uno de los principales exponentes del naturalismo en la literatura. Nacido en París, Zola se destacó por su enfoque detallista y realista, explorando temas como la desigualdad social, el determinismo y la influencia del entorno sobre el individuo. Sus obras, a menudo polémicas, abordan cuestiones sociales con un compromiso casi periodístico, lo que lo convirtió en una figura central de la literatura francesa del siglo XIX. Zola se convirtió en el máximo representante del naturalismo, un movimiento literario que buscaba representar la realidad de forma cruda y científica, inspirado en las teorías del determinismo biológico y social. Su proyecto más ambicioso fue la serie de veinte novelas Les Rougon-Macquart (1871-1893), que retrata el auge y la decadencia de una familia a lo largo del Segundo Imperio Francés, explorando temas como la herencia, la clase social y la corrupción. Zola revolucionó la literatura al aplicar un enfoque casi científico a la ficción, explorando los efectos de la sociedad y la genética en el destino humano. Su influencia se extendió más allá de la literatura francesa, impactando a escritores como Theodore Dreiser, James Joyce e incluso cineastas del realismo social. Sus descripciones detalladas y su compromiso con la verdad social lo convirtieron en un autor controvertido, pero también en una figura respetada por su crítica a las instituciones y su defensa de los marginados. Su naturalismo influyó en el desarrollo del modernismo literario y abrió camino a nuevas formas de abordar la novela en el siglo XX.