Arquitectura románica: región pirenaica - Ernesto Ballesteros Arranz - E-Book

Arquitectura románica: región pirenaica E-Book

Ernesto Ballesteros Arranz

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Beschreibung

eBook Interactivo. No se puede hablar del arte románico sin haber pa­seado antes un poco por los pasillos del feudalismo. La aristocracia feudal del Medievo es la clase social creadora del arte románico, tanto en sus manifestacio­nes religiosas como civiles. El románico fue un arte esencialmente religioso, pero también feudal, aristocrático. Los altos clérigos y abades medievales tenían los mismos intereses políticos y económicos que la nobleza.

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ÍNDICE

1. Templos románicos en la region pirenaica

2. Planta de un templo románico: iglesia y claustro

3. Columna románica y pilar cruciforme

4. Cubrimientos románicos: bóveda de medio cañón y cimborrio

5. Exterior de un ábside románico

6. Portada románica

7. Monasterio de San Pedro de Roda. Gerona

8. San Pedro de Roda (interior). Gerona

9. Colegiata de San Vicente. Cardona

10. Monasterio de San Pedro. Caserres. Barcelona

11. Iglesia de Santa. María. Barberá del Vallés. Barcelona

12. Iglesia de San Clemente. Tahull. Lérida

13. Iglesia de Santa Coloma. Andorra

14. Portada de la iglesia. Covet. Lérida

15. Iglesia de Santa María. Tarrasa. Barcelona

16. San Juan de las Abadesas. Gerona

17. Iglesia de Santa María. Agramunt. Lérida

18. Iglesia abacial. San Feliu de Guixols

19. Monasterio de Santa María. Ripoll. Gerona

20. San Benito de Bages. Barcelona

21. Fachada de la catedral. Seo de Urgel. Lérida

22. Ábside de la catedral. Seo de Urgel. Lérida

23. Claustro de San Pablo del Campo. Barcelona

24. San Cugat del Vallés. Barcelona

25. Claustro del monasterio. San Juan de la Peña. Huesca

26. Catedral de Jaca. Huesca

27. Catedral de Jaca. Exterior y planta

28. Cripta del monasterio de Leyre. Navarra

29. Iglesia del Castillo. Loarre. Huesca

30. Monasterio de Santa Cruz de las Sorores. Huesca

31. Monasterio de San Pedro el Viejo. Huesca

32. Monasterio de San Pedro de Siresa. Huesca

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No se puede hablar del arte románico sin haber paseado antes un poco por los pasillos del feudalismo. La aristocracia feudal del Medievo es la clase social creadora del arte románico, tanto en sus manifestaciones religiosas como civiles. El románico fue un arte esencialmente religioso, pero también feudal, aristocrático. Los altos clérigos y abades medievales tenían los mismos intereses políticos y económicos que la nobleza, y compartían sus quehaceres, luchas, ilusiones y fracasos. Los monasterios benedictinos, centro irradiador y neurálgico del arte románico, disponían de inmensas riquezas y legiones de súbditos, como dice Hauser (cuyas citas frecuentaremos al hablar del románico), y de ellos salieron los más poderosos Papas de la Alta Edad Media.

Del siglo V al X se han venido desarrollando en España unos estilos prerrománicos, cuyos protagonistas son los nobles visigodos, los indómitos astures y los segregados mozárabes. El románico desborda todo concepto de estilo y se instala como ciclópea representación de una civilización entera: el feudalismo europeo occidental. Es un estallido de emoción religiosa tallado en piedra. Sus obras, las imponentes «fortalezas de Dios», marcan un hito en la arquitectura de todos los tiempos, y nuestra península está cuajada de ellas.

El estilo románico nace en el corazón de la Europa cristiana, Francia, y es obra de clérigos, como el Imperio de Carlomagno. La reforma de Cluny, a principios del siglo X, es el factor determinante de esta transformación arquitectónica. Sus obras arquitectónicas son iglesias y monasterios, pero de unas proporcione s desconocidas hasta entonces. Los monasterios, situados en lugares escarpados, en medio de extensas propiedades son baluartes de defensa, tan inexpugnables como los castillos de los nobles. Albergan dentro de su ámbito económico todo un ejército de producción que les permite llevar una existencia autárquica, denominada «economía doméstica cerrada». A medida que va transcurriendo el siglo X podremos hablar ya de una «economía natural sin mercados» (Pirenne). La idea del progreso es casi desconocida en la Alta Edad Media. En frase de Hauser: «Es una época tranquila, segura de sí misma, robusta en su fe, que no duda de la validez de su concepción de la verdad ni de sus leyes morales, que no conoce ningún conflicto del espíritu ni ningún problema de conciencia, que no siente deseos de novedad, ni se cansa de lo viejo». En la Alta Edad Media todo lo humano está referido a lo divino, y la Iglesia derrama por Europa su visión cósmica y moral, tranquila, homogénea, cerrada.

El espíritu de la Iglesia medieval se concretiza en el arte románico a partir del siglo X. El florecimiento de la arquitectura y del ímpetu místico en Europa es seguido de un temprano fruto filosófico: la escolástica, inseparable del Medievo y de la Iglesia.

Las formas pesadas, macizas, anchas y poderosas del románico son «arcaizantes»si las comparamos con las evolucionadas de los bizantinos y árabes. Son reflejo de una demanda social determinada. La naturaleza religiosa del arte románico no significa solamente que la vida medieval estuviera determinada por la religión, sino más bien que toda la sociedad es «Iglesia». Como consecuencia de esta sacralización de la sociedad, el arte no fue considerado como un quehacer estético, sino como una ampliación del culto, a la vez ofrenda y catequesis.

El arte románico es estrictamente formalista y abstracto, puesto que no pretende representar la realidad tal cual es, sino tal cual la piensan los cristianos. Y la forma artística más representativa es, sin duda, la arquitectura. La escultura y la pintura sólo se conciben como complementos del marco arquitectónico. Todo lo representativo cumple una función ornamental de lo sagrado, que es el templo, el altar, la casa de Dios. Las iglesias románicas son mucho más abundantes y grandes de lo que hubiera necesitado la población que vivió a su alrededor, porque no se edificaron para satisfacer una necesidad humana, sino para honrar debidamente a Dios. Son obras hechas a la escala y proporción que el hombre medieval atribuye a Dios, en las que se han olvidado por completo las proporciones humanas de lo helénico. Pero, con todo, es el primer estilo universalista de Occidente, después de la caída del Imperio romano.

Antes hemos visto estilos locales, asturiano, mozárabe, pero ninguno logró atravesar sus fronteras, salvo para influir tímidamente en tal o cual obra concreta. El arte románico se extiende como una ola por toda Europa y se convierte en la manifestación genuina del cristianismo medieval. En su zona de contacto con la cultura musulmana (España, Italia) produce nuevos estilos eclécticos y asimiladores a partir del siglo XII.