Cultura y arte en Extremo Oriente - II - Ernesto Ballesteros Arranz - E-Book

Cultura y arte en Extremo Oriente - II E-Book

Ernesto Ballesteros Arranz

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Beschreibung

eBook Interactivo. Por la riqueza y exuberancia de sus productos hemos tenido que presentar dos colecciones de esta zona que sólo pretenden acercarnos levemente a la gran producción artística oriental. Ya hemos indicado que a partir del siglo XX, estas obras tuvieron influencia en la imaginación de los artistas europeos contemporáneos.

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ÍNDICE

LA CULTURA JAPONESA

PREHISTORIA DEL JAPÓN

EL PERIODO ASUKA

ÉPOCA NARA

ÉPOCA HEIAN

ÉPOCA KAMAKURA

ÉPOCA MUROMACHI

ÉPOCA MOMOYAMA

ÉPOCA EDO

COREA

ÉPOCA KORYO

ÉPOCA YI

EL ARTE DE AFGANISTÁN

EL ARTE DE CEYLÁN

EL ARTE DEL HIMALAYA

EL ARTE DE SIAM

EL ARTE DE BIRMANIA

EL ARTE DE CAMBOYA

EL ARTE DE VIETNAM

INDONESIA

OTRAS PUBLICACIONES

Hemos reservado para este tema la historia de Japón y la de los países que rodean a las grandes culturas china e hindú: Indochina, Birmania, Laos, Tíbet, Corea, etc., que forman como una aureola en torno a estas dos vastas civilizaciones centrales.

LA CULTURA JAPONESA

La cultura japonesa es mucho menos antigua que las dos estudiadas anteriormente (China e India). Los primeros documentos que conservamos de la historia japonesa están datados en el año 552 de nuestra Era. Todo lo anterior sólo puede estudiarse con la arqueología y se incluye dentro de la prehistoria japonesa.

PREHISTORIA DEL JAPÓN

La cultura prehistórica japonesa más antigua se conoce como cultura de Jômon y es una cultura paleolítica de un pueblo cazador nómada, proveniente de Asia continental. Es un pueblo arcaico, pues se mantuvo en ese área hasta el año 200 a. de J. C., aproximadamente.

Lo único que conservamos de aquel antiguo período Jômon son estatuillas de barro cocido y algunos ejemplares de cerámica (FIG. 1). Son figurillas de motivación religiosa, quizá funeraria, como es típico de estos pueblos. Suele estar decorada con elementos abstractos, de tipo geométrico. Las formas de estos exvotos son también marcadamente geométricas, pero conservan el parecido humano en forma dinámica y sugestiva.

El segundo período prehistó-rico del Japón se extiende del siglo II a. de J. C. al VI d. de J. C. Es la época Yayoi. La época Yayoi puede coincidir con la invasión de un pueblo extraño, proveniente de la costa asiática o de las islas septentrionales. Otros arqueólogos prefieren considerar la cultura Yayoi como una evolución del pueblo Jômon.

Sea de una u otra forma, la cultura Yayoi se distingue perfectamente de la Jômon, porque se trata de un pueblo neolítico y, por tanto, agricultor. Siguen fabricando idolillos de forma animal sobre todo, pero lo hacen con un sentido naturalista mucho más consumado. Casi todos estos idolillos se han encontrado en el interior de grandes tumbas (Kôfun), destinadas sin duda alguna a albergar los cuerpos de ilustres difuntos. Estos exvotos funerarios se llaman «haniwa» (FIG. 2) y tienen mucha relación con otros que se encuentran en las tumbas chinas de un período similar. Las figuras tienen un aspecto ingenuo y primitivo, como puede verse al contemplarlas. Son obra de un pueblo inocente que ha empezado a descubrir el mundo en torno y quiere expresarlo tal cual lo ve. La parquedad de sus medios técnicos o el desconocimiento del oficio les confiere esa ingenuidad característica de toda obra precoz.

La sociedad japonesa de esta época Yayoi es una sociedad aristocrática, en la que unas cuantas familias poderosas e ilustres administran la vida de extensas comunidades agrícolas que conviven en un territorio común. Es una especie de régimen cantonal, como los nomos primitivos del antiguo Egipto. La diferencia con éstos y con los Estados chinos primitivos es que no tienen un sentido religioso tan pronunciado, salvo en el culto a los muertos, que parece ser la única religión viva y enérgica en medio de las creencias niponas de esta época.

Durante el mismo período Yayoi, este régimen cantonal evolucionó hacia una fase centralista. Los nobles de Yamato consiguen unificar gran parte del archipiélago, e incluso hacen una tentativa de invadir Corea. En sus contactos con Corea y China, los japoneses aprenden las técnicas metalúrgicas del bronce y del hierro. En las tumbas se han encontrado gran cantidad de objetos de metal para todo uso, que evidencian la rapidez y perfección con que los nipones asimilaron la cultura del Continente.

Los haniwa, que tenían forma humana, eran muy similares entre sí: cara estilizada, de ojos rasgados, cuerpo firme y estático, vestidos muy peculiares (una gran casaca decorada) y en su base un cilindro hueco que se introducía en tierra para dar estabilidad a la figura.