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eBook Interactivo. Parece nacer en el norte de la península indostánica para extenderse luego por todo el país. En su época más tardía se extiende por Java e Indochina y otras zonas del Índico. Presentamos aquí una breve muestra de sus producciones más notorias y conocidas que sin duda tuvieron cierta influencia en el arte occidental a partir del renacimiento pues el comercio con los países Índicos se intensificó a partir de esas fechas.
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ÍNDICE
PREHISTORIA INDOSTÁNICA
LA CIVILIZACIÓN DE MOHENJO DARO
LOS ARIOS
EL ARTE MAURYA
LA ÉPOCA SUNGA
LA ÉPOCA SATAVAHANA
LA ESCUELA DE GANDHARA
LA ESCUELA DE MATHURA
LA ÉPOCA GUPTA
EL ARTE DEL INDOSTÁN MERIDIONAL
LA EDAD MEDIA
LA ÉPOCA MUSULMANA
ÉPOCA DEL RENACIMIENTO HINDÚ
ÉPOCA DE PREDOMINIO TURCO
OTRAS PUBLICACIONES
Si alguien nos exigiera que definiéramos con una sola palabra la cultura hindú, no dudaría en calificarla de DIVERSA. El arte indio es extremadamente cambiante y variado. La causa de ello es, principalmente, la geografía, el clima, las religiones distintas, las múltiples lenguas, etcétera. Desde las cumbres del Himalaya hasta las monzónicas costas del Océano Indico se da toda una gama de paisajes diferentes (montañas, llanuras, mesetas, valles), dentro de una diversidad de climas increíble: monzónico, subtropical desértico, de alta montaña, etc…
Otro factor que Influye en la diversidad cultural de la península indostánica es el gran número de pueblos y razas diferentes que, a lo largo de la Historia, han detenido sus pasos en este territorio.
La superficie de la India es igual a Europa, descontando Rusia. No debe extrañarnos que sus culturas tengan tanta variedad como las europeas, en general, porque son tan antiguas como éstas. Por la península indostánica han pasado arios, griegos, persas, musulmanes, etc... Cada civilización ha aportado su peculiar estilo de vida, produciendo una mezcla cultural y artística sin precedentes.
El arte ha ido reflejando la variedad y riqueza de las culturas indostánicas, pero ha sido casi siempre mal comprendido por los europeos, en parte, porque los hallazgos arqueológicos son escasos. En parte, porque el espíritu europeo se halla muy lejos de la sensibilidad hindú y por tanto, del mundo hindú.
La sensibilidad indostánica es mucho más religiosa que la occidental, al menos en lo que concierne a una religiosidad integral, mística y sin paliativos. También es mucho más sensual que la europea. La extraña fusión de sensualidad y mística es una de sus características más sorprendentes. Esta pintoresca sensibilidad se explica por la variedad climática que sufre la península. Junto a los valles monzónicos, sensuales y calurosos, se hallan las vertientes y mesetas semidesérticas, que favorecen la contemplación mística y el abandono sensible. Los hombres que han sabido levantar una ética y una religión muy elevadas han intentado captar a los pueblos agrícolas de los valles monzónicos. Por ello, las manifestaciones artísticas son mixtas; una extraña mezcolanza de sensualidad y ascetismo.
Los arios, que hacia el año 2000 a. de J.C. se desplazaron hacia la península india y se establecieron en su territorio, pudieron continuar su trayecto hacia el este y saltar, como hicieron otros pueblos, a las islas oceánicas. No lo hicieron. ¿Por qué? No nos queda más remedio que creer que se quedaron por gusto propio, porque su sensibilidad coincidía con lo que aquel paisaje exigía de ellos y con lo que aquel clima les brindaba. Podríamos pensar también que no siguieron avanzando porque causas «ajenas a su voluntad», o como suele decirse porque les detuvieron allí. Esta conjetura nos parece más aventurada e inexacta, porque en aquellos tiempos, indiferentes a las fronteras y los trámites aduaneros, no existían trabas en los desplazamientos. Bien es cierto que en la época moderna los pueblos no pueden emigrar. Se encuentran con un ámbito dado, preparado por sus antecesores. Algún pueblo moderno ha podido repugnar la tierra donde le ha tocado vivir, deseando un paisaje muy diferente donde desarrollar sus posibilidades. Esta circunstancia es mucho más inflexible e irremediable que la que se presentaba a los arios o a los celtas en los primeros tiempos de la Historia, pero tampoco es tan irremediable como parece. En plena Edad Moderna se han producido emigraciones. Los españoles y portugueses a América del Sur. Los franceses e ingleses a la del Norte. Los ingleses y holandeses a Sudáfrica y Australia. Los rusos a Siberia. Estas emigraciones sólo se explican si consideramos que aquellos hombres los emigrantes encontraban en los nuevos territorios un ambiente apropiado para desarrollar sus capacidades. Por ejemplo, no es una casualidad que los pueblos latinos sólo hayan colonizado una parte de América (Centro y Sur) comprendida dentro de climas cálidos, mientras que los franceses e ingleses han colonizado la zona americana del norte (Estados Unidos y Canadá), que tiene un clima continental y oceánico. Los españoles del siglo XVI desembarcaron en Méjico y pudieron extenderse igualmente hacia el norte (Estados Unidos) que hacia el sur (Centro y Sudamérica). Prefirieron el sur. También se lanzaron hacia el norte en algunas expediciones (Soto, Coronado, Cabeza de Vaca), pero aquel clima les resultaba mucho más hostil que el meridional. No se diga que prefirieron el sur porque tenían noticia del Imperio incaico que estaba lleno de riquezas, porque también conocían leyendas sobre la zona septentrional (Coronado fue en busca de El Dorado) y, sin embargo, no la colonizaron con tanta decisión. Además, después de conquistar el imperio de los incas, siguieron progresando hacia el sur, a sabiendas de que las tierras chilenas y argentinas no poseían minas de oro ni de plata. ¿Por qué? Sólo se nos ocurre contestar que aquel paisaje encajaba mejor dentro de sus posibilidades. También podríamos reducirlo a una cuestión de azar, pero en ese caso sería mejor olvidar todo propósito histórico.
Por tanto, cuando decimos que la cultura indostánica es sensual y al mismo tiempo mística, porque en su paisaje se encuentran elementos calurosos, monzónicos, junto a otros elementos fríos y desérticos, claramente místicos, no queremos decir que sea el paisaje quien ha influido en el alma hindú, Tampoco que sea el espíritu hindú quien ha realizado el paisaje. Eso parece imposible. El espíritu indostánico ha buscado durante siglos un paisaje y un clima que le permitiera desarrollarse tal cual es y lo ha encontrado en la triangular, extraña y variada península india.
El elemento religioso y ascético, típico de las zonas desérticas de la India, ha preponderado siempre sobre el elemento sensual, en lo que se refiere a la moral y vida individual de las personas, mientras que la sensualidad ha predominado en el terreno artístico.
Los primeros hallazgos arqueológicos encontrados en terreno indostánico datan del tercer milenio a. de J.C. El arte de esta época, al igual que los objetos utilitarios encontrados, delatan la presencia de pueblos neolíticos que conocen la metalurgia, muy relacionados con los pueblos de Mesopotamia, coetáneos y provenientes de la zona caucásica o de¡ Próximo Oriente. En diversas zonas del noroeste hemos encontrado cerámica y estatuillas de una civilización agrícola que adora a la diosa Tierra (FIG. 1). ldolillos de esta Diosa Madre (Deméter) se han encontrado en muchos lugares, sin poder explicar siempre su frecuencia. La cerámica que los acompaña es roja y negra con decoraciones de carácter geométrico, aunque a veces también encontramos ornamentación con figuras de aspecto realista.
También hay restos de civilizaciones agrícolas de este tipo en el sur de la India. Todas ellas revelan rasgos parecidos con las culturas mesopotámicas y de la costa del Mediterráneo oriental y se comprende que son prolongaciones de las civilizaciones neolíticas del Creciente Fértil.