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- Esta edición es única;
- La traducción es completamente original y se realizó para el Ale. Mar. SAS;
- Todos los derechos reservados.
En esta obra única, Allan Kardec, el fundador del espiritismo, ha recogido y coordinado la doctrina espiritista, tal como le fue dictada a él y a otros médiums por los propios espíritus. El libro contiene más de 1.000 preguntas sobre la vida de los espíritus encarnados y desencarnados, y sus respuestas y explicaciones.
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CONTENIDO
1 Prefacio - Comunicación mediúmnica de la entidad "Micael
2 Mensaje a la Humanidad de la Entidad "Luz"
3 Introducción al estudio de la doctrina espiritista
LIBRO UNO - PRIMERAS CAUSAS [1]
1 - DIOS
2 - Elementos generales del universo
3 - Creación
4 - Principio vital
LIBRO DOS - ESPÍRITU O MUNDO ESPIRITUAL
1 - Espíritus
2 - Encarnación de espíritus
3 - Retorno a la vida espiritual
4 - Pluralidad de existencias
5 - Consideraciones sobre la pluralidad de existencias
6 - Vida espiritual
7 - Vuelta a la vida corporal
8 - Emancipación del alma
9 - Intervención de los espíritus en el mundo corpóreo
10 - Oficios y misiones de los espíritus
11 - Tres reinos de la naturaleza
LIBRO TRES
1. Leyes morales - ley divina o natural
2 - Ley del culto
3 - Derecho laboral
4 - Ley de reproducción
5 - Ley de conservación
6 - Ley de destrucción
7 - Derecho de sociedades
8 - Ley del progreso
9 - Ley de igualdad
10 - Ley de la Libertad
11 - Ley de justicia, amor y caridad
12 - La perfección moral
Libro cuatro
1. esperanzas y consuelos
2 - Penas y alegrías del más allá
Conclusión:
Notas biográficas sobre Allan Kardec
El libro de los espíritus
Allan Kardec
"Tú, que eres un espíritu fuerte, feroz contra todas las asechanzas de la vida, fuerte para luchar con éxito contra tus semejantes, Tú, que con una sonrisa de indiferencia pasas por encima de las miserias humanas y pasas impasible por encima de todas las penas, Tú, que cuando puedes buscas tu beneficio en detrimento de los demás, Tú, que actúas correctamente, porque un código penal te impone no sobrepasar ciertos límites; Tú, en fin, que, penetrado por la vida material, dedicas tu actividad a ella, y de ella derivas tu satisfacción, no leas este libro. No es para ti. Al pobre de espíritu, al que es víctima de la opresión, del dolor, de los contrastes, con los que está llena la existencia humana, Al pobre de espíritu, al que todo lo sufre y lo soporta con paciencia, confiando en un mañana que trasciende las limitaciones de la carne, Al pobre de espíritu, que creyó a los que le hablaron de fe, que acogió en su corazón los sentimientos más dulces, a los que le hablaron de esperanza, Al pobre de espíritu, que sabe y siente que por encima de él, por encima de los suyos, por encima de todo, hay algo inmanente y eterno, Al pobre de espíritu, que vuelve sus ojos al Cielo y pregunta, A él el Cielo le responde, y le responde con la palabra de los mensajes recogidos por Allan Kardec". (Micael)
"Oh, todos los pueblos de la Tierra, la paz sea con vosotros. A vosotros, hombres del Norte, del Sur, del Este y del Oeste, la bendición de Dios, padre común de todos. A vosotros el mensaje del Padre: Oh hijos amados, dejad el odio, amaos los unos a los otros, ayudaos los unos a los otros. Dejad atrás lo que os divide, valorad lo que os puede unir. Abandonad vuestras pequeñas glorias individuales, y sumadlas a la única y eterna gloria de todos los hombres. Disfrutad en común de los bienes que os he concedido, pues son comunes al Norte, al Sur, al Este y al Oeste. Destierren el odio de sus corazones y procuren entenderse. Ama en la madre del extranjero a tu propia madre, y protege en sus hijos a tus propios hijos. Así, oh amados hijos, está preparado mi Reino. Tales son, en verdad, las palabras del Señor. No son nuevos, pues han sido revelados durante milenios; nunca se han escuchado. Pero en verdad os digo que la Tierra desde este año se ha elevado en grado. En verdad os digo que a partir de ahora nacerán más buenos que malos. En verdad, os digo que los buenos se unirán en un solo reino y gobernarán a los malvados. En verdad os digo que esta obra ya ha comenzado. A Dios sea la gloria, a ti la victoria sobre el maligno. Dios está más cerca, adórale y dale gracias por el nuevo lugar que te ha asignado. Adóralo y agradécele los consuelos que te otorgan las comunicaciones de los difuntos. Adoradle y dadle gracias, porque pronto los difuntos estarán sólo invisibles, pero sensiblemente presentes entre vosotros. Adórale y dale gracias, porque en la Tierra ya ha aparecido el primer amanecer de un gran día. El día del Reino de Dios. La paz sea contigo. (Luz)