3,99 €
eBook Interactivo. A mitad del siglo XVIII llegan las nuevas corrientes neoclasicistas, fruto de la importación como las anteriores. El gusto versallesco de Felipe V fue sustituido por las preferencias italianas y neoclásicas de Carlos III. Es con este monarca, que reina de 1759 a 1788, con quien debemos relacionar la moda neoclásica española, al menos en su época de introducción. Existen algunos ensayos o anticipaciones en tiempos de Fernando VI e incluso en los de Felipe V. Tal hemos considerado obras como el Palacio de La Granja, donde conviven y se intercalan los últimos ecos del barroco con los primeros timbres neoclásicos.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
ÍNDICE
1. Teodoro Ardemans. Palacio de San Ildefonso. La Granja. Segovia
2. Ventura Rodríguez. El Pilar de Zaragoza
3. Ventura Rodríguez. Los Agustinos. Valladolid
4. Ventura Rodríguez. Fachada de la Catedral de Pamplona
5. Ventura Rodríguez. Universidad de Santiago de Compostela
6. Francisco Sabatini. La puerta de Alcalá. Madrid
7. Sabatini. Decoracion de la Puerta de Alcalá. Madrid
8. Francisco Sabatini. Casa de la Aduana. Madrid
9. Francisco Sabatini. Fachada de San Francisco el Grande. Madrid
10. Juan de Villanueva. Iglesia del Caballero de Gracia. Madrid
11. Juan de Villanueva. Casa del Príncipe. El Escorial
12. Juan de Villanueva. Portada del Jardín Botánico. Madrid
13. Juan de Villanueva. Museo del Prado. Madrid
14. Juan de Villanueva. Fachada del Museo del Prado. Madrid
15. Juan de Villanueva. Observatorio Astronómico. Madrid
16. Juan de Villanueva. Teatro Español. Madrid
17. Julián Sánchez Bort. Catedral de Lugo
18. Isidro González Velázquez. Casita del Labrador. Aranjuez
19. Antonio López Aguado. Palacio de Villahermosa. Madrid
20. Antonio López Aguado. Teatro Real de Madrid
21. Antonio López Aguado. Puerta de Toledo. Madrid
22. Juan Soler y Faneca. Lonja de Barcelona
23. Juan de Saracibar. Diputación Alavesa de Vitoria
24. Narciso Pascual y Colomer. El Congreso. Madrid
25. Francisco Daniel y Molina. Plaza Real. Barcelona
26. Aníbal Álvarez Bouquel. Palacio del Senado. Madrid
27. Francisco Jareño. Casa de la Moneda (destruida). Madrid
28. Francisco Jareño. Biblioteca Nacional. Madrid
29. Ricardo Velázquez Bosco. Ministerio de Fomento. Madrid
30. Ricardo Velázquez. Museo de Reproducciones. Madrid
31. Enrique Repullés. Edificio de la Bolsa. Madrid
32. Marqués de Cubas. Museo Antropológico. Madrid
OTRAS PUBLICACIONES
En el siglo XVIII llegan a España y conviven con el barroco peninsular tendencias foráneas que van a cambiar la orientación de la arquitectura española. Ya hemos visto que los Borbones llaman a la Corte a muchos arquitectos extranjeros que son los portadores de las nuevas corrientes. Las tendencias más importantes que van a irrumpir en la Península durante los siglos XVIII y XIX son el barroco versallesco francés y el barroco palaciego italiano. Sus representantes más significados son Fontana, Juvara, Sachetti y Bonavia. Pero también llega con Carlos III, en el último cuarto de siglo, una nueva corriente: el neoclasicismo, cuyo cultivador más representativo es el italiano Sabatini. La obra de estos arquitectos cortesanos está, pues, escindida por la mitad del siglo. En la serie 41 de esta colección hemos mostrado las obras más importantes de los italianos Juvara, Sachetti y Bonavia, por considerarlas todavía barrocas. Claro está que es un estilo barroco el de estas obras bastante diferente al que en España trazan nuestros barrocos nativos, como Ribera o los Tomé, pero el barroco italiano y francés del XVIII debe considerarse inmerso en la tendencia universal del barroco y así lo hemos considerado.
A mitad de siglo aproximadamente llegan las nuevas corrientes neoclasicistas, fruto de la importación como las anteriores. El gusto versallesco de Felipe V fue sustituido por las preferencias italianas y neoclásicas de Carlos III. Es con este monarca, que reina de 1759 a 1788, con quien debemos relacionar la moda neoclásica española, al menos en su época de introducción. Existen algunos ensayos o anticipaciones en tiempos de Fernando VI e incluso en los de Felipe V. Tal hemos considerado obras como el Palacio de La Granja, donde conviven y se intercalan los últimos ecos del barroco con los primeros timbres neoclásicos. En un caso muy parecido está también San Francisco el Grande, del que luego hablaremos con detalle. Pero quizá no existe un ejemplo tan claro como el del arquitecto español Ventura Rodríguez, que a fuerza de vivir en las dos tendencias hemos creído oportuno dividir su obra y situar los monumentos de su etapa barroca en una serie anterior, y los de su etapa neoclásica en la presente.
Educado en las normas del barroco italiano realiza la iglesia de San Marcos que es el monumento más barroco e italianizante de toda la arquitectura española. Más tarde instalado en la flamante Academia de San Fernando fundada por Fernando VI en 1752 reacciona contra los aires barrocos y erige una serie de construcciones eminentemente neoclásicas de las que damos cumplida cuenta en esta serie.