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eBook Interactivo. El Neolítico no surgió espontáneamente en España. La invención de la agricultura y la ganadería la trajeron unos navegantes que llegaron a España hacia el 4.500 ó 4.000 a J.C. Los pueblos que se habían establecido más al interior tardaron bastante tiempo en dominar las técnicas agrícolas y vivieron siglos en un arcaizante mesolítico de caza y recolección.
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ÍNDICE
1. Colonizadores mediterráneos
2. Sarcófago antropoide de Cádiz
3. Dama sedente de La Galera. Granada
4. Dama de Ibiza. Terracota púnica
5. Busto femenino prodecente de Puig Des Molins
6. Tesoro de la Aliseda. Cáceres
7. Detalle del tesoro de la Aliseda. Cáceres
8. Tesoro del Carambolo. Sevilla
9. Ruinas de Ampurias
10. Esculapio. Procedente de Ampurias
11. Centauro de bronce. Procedente de Rollos
12. Cerámica griega. Procedente de Ampurias.
13. Hipogeo de Toya. Jaén
14. Sepulcro de La Galera
15. Dama oferente del Cerro de los Santos
16. Dama de Baza
17. Dama de Elche
18. Bicha de Balazote
19. Toro de Osuna
20. Relieve procedente de Osuna
21. Toro ibérico procedente de Azayla
22. Exvoto de bronce de Despeñaperros
23. Figuras procedentes de Azayla
24. Carro de caza del jabalí
25. Pátera de plata de Tivisa
26. Vaso ibérico procedente de Archena
27. Vaso procedente de Liria
28. Vaso del «domador». Museo de Soria
29. Castro de Coaña y choza de Santa Tecla
30. Los toros de Guisando
31. Torques célticos
32. Diadema procedente de Ribadeo
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El contacto de los pobladores de la Península con navegantes mediterráneos debe ser muy antiguo y se pierde en la memoria de los tiempos. Puede decirse que la mayor parte de las corrientes civilizadoras que entran en la Península proceden de Oriente a través del Mediterráneo.
Estamos seguros, por ejemplo, de que el neolítico no surgió espontáneamente en España. La invención de la agricultura y la ganadería la trajeron probablemente unos navegantes que llegaron a España hacia el 4.500 ó 4.000 a.J.C. Los pueblos que se habían establecido más al interior tardaron bastante tiempo en dominar las técnicas agrícolas y vivieron siglos en un arcaizante mesolítico de caza y recolección tardías. Igual ocurre con la cerámica, cuyo centro genético parece ser también el Próximo Oriente. Las costas hispanas atrajeron, pese a su lejanía, a todos los navegantes mediterráneos.
Más tarde, unos hombres, que no sabemos a ciencia cierta de dónde venían, pero sí su procedencia mediterránea, introdujeron (hacia el 2.000 a.J.C.) la técnica del cobre y del bronce. Son los metalúrgicos, que se establecen en Los Millares, El Argar y las Baleares, parientes próximos de aquellos otros más arrojados, que, sin temor al océano, se lanzan en busca del estaño y recorren las costas atlánticas hasta las Casitérides (Gran Bretaña) y quizá más al norte. Abundantísimos documentos nos hablan de estos contactos prehistóricos de los pueblos mediterráneos con nuestras costas levantinas. Su principal objetivo fueron los minerales pues el cobre, hierro, estaño, oro, plomo y plata, eran muy abundantes en nuestro país, al menos para sus modestas necesidades.
Al olor de la abundancia metalífera va gestándose una leyenda acerca de España. Gerión, Hércules, Pegaso, y tantos otros personajes mitológicos griegos viven o recorren nuestra tierra en el desarrollo de sus fantásticas hazañas.
Pero los pobladores más conocidos, por pertenecer a la época protohistórica (histórica para ellos, aunque prehistórica para nosotros), son fenicios, griegos y cartagineses.