Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
¿Qué se siente estar realmente aterrorizado? ¿Estar consumido de pavor y temblar ante lo desconocido, lo grotesco o lo macabro a las altas horas de la noche? Un niño, libre de esta sensación, buscará encontrarla. En su búsqueda se encontrará con sacerdotes, fantasmas e incluso gatos negros, que tratarán de brindarle esta emoción tan humana que carece. Su viaje no será fácil, y el niño se verá enfrentado a las más espeluznantes cosas que este mágico mundo inmortalizado por los hermanos Grimm pueda ofrecer. Analizado por filósofos y escritores Europeos, esta leyenda clásica alemana rompe con el esquema del cuento sobre el hijo menor, que es guiado por seres mágicos hacia un objetivo final, dándonos un personaje fuerte que busca ser más humano.-
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 19
Veröffentlichungsjahr: 2020
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Hermanos Grimm
Saga
Juan Sin MiedoOriginal titleMärchen von einem, der auszog das Fürchten zu lernenCover image: Shutterstock Copyright © 1512, 2020 Hermanos Grimm and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726353068
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 2.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Érase un padre que tenía dos hijos, el mayor de los cuales era listo y despierto, muy despabilado y capaz de salir con bien de todas las cosas. El menor, en cambio, era un verdadero zoquete, incapaz de comprender ni aprender nada, y cuando la gente lo veía, no podía por menos de exclamar: «¡Este sí que va a ser la cruz de su padre!». Para todas las faenas había que acudir al mayor; no obstante, cuando se trataba de salir, ya anochecido, a buscar alguna cosa, y había que pasar por las cercanías del cementerio o de otro lugar tenebroso y lúgubre, el mozo solía resistirse:
—No, padre, no puedo ir. ¡Me da mucho miedo!
Pues, en efecto, era miedoso.
En las veladas, cuando, reunidos todos en torno a la lumbre, alguien contaba uno de esos cuentos que ponen carne de gallina, los oyentes solían exclamar: «¡Oh, qué miedo!». El hijo menor, sentado en un rincón, escuchaba aquellas exclamaciones sin acertar a comprender su significado.
— Siempre están diciendo: «¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo!». Pues yo no lo tengo. Debe ser alguna habilidad de la que yo no entiendo nada.
Un buen día le dijo su padre:
— Oye, tú, del rincón: Ya eres mayor y robusto. Es hora de que aprendas también alguna cosa con que ganarte el pan. Mira cómo tu hermano se esfuerza; en cambio, contigo todo es inútil, como si machacaras hierro frío.
— Tienes razón, padre —respondió el muchacho—. Yo también tengo ganas de aprender algo. Si no te parece mal, me gustaría aprender a tener miedo; de esto no sé ni pizca.