Kant en 90 minutos - Paul Strathern - E-Book

Kant en 90 minutos E-Book

Paul Strathern

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Beschreibung

En Kant en 90 minutos, Paul Strathern expone de manera clara y concisa la vida e ideas del autor de la Crítica de la razón pura. El libro incluye una selección de sus escritos, una breve lista de lecturas sugeridas y cronologías que sitúan a Kant en su época y en una sinopsis más amplia de la filosofía.

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Siglo XXI

Paul Strathern

Kant

en 90 minutos

Traducción: José A. Padilla Villate

Immanuel Kant llevó una vida ordenada hasta un extremo tal que los ciudadanos de Königsberg acostumbraban a poner en hora sus relojes cuando salía a dar su paseo de todas las tardes. Apenas se alejó en toda su vida de su querida ciudad natal a orillas del Báltico y, sin embargo, sus clases de geografía sobre partes remotas del globo terráqueo atraían un público numeroso. Todo lo cual casa perfectamente con su propia filosofía, que niega que el conocimiento derive exclusivamente de la mera experiencia. Kant propuso, así, una brillante síntesis entre el empirismo británico y el racionalismo continental que revolucionó la historia de la filosofía.

En Kant en 90 minutos, Paul Strathern expone de manera clara y concisa la vida e ideas del autor de la Crítica de la razón pura. El libro incluye una selección de sus escritos, una breve lista de lecturas sugeridas y cronologías que sitúan a Kant en su época y en una sinopsis más amplia de la filosofía.

«90 minutos» es una colección compuesta por breves e iluminadoras introducciones a los más destacados filósofos, científicos y pensadores de todos los tiempos. De lectura amena y accesible, permiten a cualquier lector interesado adentrarse tanto en el pensamiento y los descubrimientos de cada figura analizada como en su influencia posterior en el curso de la historia.

Diseño de portada

RAG

Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270 del Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes sin la preceptiva autorización reproduzcan, plagien, distribuyan o comuniquen públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, fijada en cualquier tipo de soporte.

Nota editorial:

Para la correcta visualización de este ebook se recomienda no cambiar la tipografía original.

Nota a la edición digital:

Es posible que, por la propia naturaleza de la red, algunos de los vínculos a páginas web contenidos en el libro ya no sean accesibles en el momento de su consulta. No obstante, se mantienen las referencias por fidelidad a la edición original.

Título original

Kant in 90 minutes

© Paul Strathern, 1996

© Siglo XXI de España Editores, S. A., 2000, 2015

para lengua española

Sector Foresta, 1

28760 Tres Cantos

Madrid - España

Tel.: 918 061 996

Fax: 918 044 028

www.sigloxxieditores.com

ISBN: 978-84-323-1771-2

Introducción

Solo que algo sea imposible no quiere decir que nadie intente hacerlo. Kant no solo lo intentó, sino que alcanzó lo imposible. Después de que Hume hubo destruido la filosofía, y toda posibilidad de construir un sistema metafísico, Kant creó el sistema metafísico más grandioso. Su finalidad era la de refutar a Hume, pero por suerte había leído solamente la Investigación sobre el entendimiento humano de Hume, no el escepticismo más penetrante de su anterior Tratado de la naturaleza humana. De haber leído Kant este último, puede ser que no hubiera producido ningún sistema. Habría sido una gran lástima, pues toda una generación de profesores alemanes de filosofía del siglo XIX se habría quedado sin trabajo.

El sistema de Kant es como la idea de la gravedad de Newton. No es la respuesta definitiva, pero se aproxima a cómo vemos todavía el mundo. No se equivoca uno mucho si se mira el mundo a la manera de Kant. La filosofía de Hume es esencialmente simplista; reduce nuestra condición filosófica a la estéril roca del solipsismo. Kant, al construir sobre las engañosas arenas del error, creó un castillo de arena maravilloso, de tal ingenio y complejidad que puede mantenerte felizmente absorto todas las vacaciones, con tu cubito y tu pala.

Es difícil decir algo sobre la vida de Kant. En realidad no tuvo una vida (fuera de su cabeza). Nada en absoluto de interés le sucedió. Sin embargo, la descripción de una vida del mayor tedio no tiene que ser aburrida necesariamente.

Vida y obra de Kant

Immanuel Kant nació el 22 de abril de 1724 en la ciudad báltica de Königsberg (hoy Kaliningrado, en Rusia). Esta era entonces la capital de una aislada provincia alemana, la Prusia oriental. Los antepasados de Kant habían emigrado desde Escocia el siglo anterior, y bien pudiera ser que estuvieran emparentados con Andrew Cant, el famoso predicador escocés del siglo XVII. Se dice que Cant fue el origen del verbo inglés «to cant», que significa hablar en jerga, rasgo familiar este que había de rea­parecer con creces en el filósofo.

En tiempos del nacimiento de Kant, Prusia oriental se estaba recuperando de la devastación de una peste que había reducido su población a menos de la mitad. Kant creció en una atmósfera de pobreza piadosa. Fue el cuarto hijo de la familia y aún habría de aumentar la prole, si bien solamente cuatro hermanas y un hermano llegarían como él a la edad adulta. El padre escocés de Kant era talabartero, cortador de correas. Solía decir, jocosamente, que «no conseguía terminar bien los extremos de las correas ni los fines de mes en el hogar». Kant guardó siempre respeto a su amable aunque financieramente agobiado padre, y se dice que le gustaba, de niño, mirarle mientras cortaba hábilmente tiras de cuero para los arneses. No obstante, el filosófico psicólogo Ben-Ami Scharfstein señala que, vista la destreza de su padre, merece señalarse «la gran torpeza de Kant con sus manos».

Fuera o no así, e independientemente de lo que esto pudiera indicar con precisión, la principal influencia temprana que recibió Kant fue sin duda la de su madre. La señora Kant era una mujer sin ninguna instrucción, de quien se dice que poseía una gran «inteligencia natural», y esto es lo que influyó particularmente en su hijo Immanuel, o Manelchen («Manolito»), como acostumbraba a llamarle. La madre de Kant solía llevarle de paseo por el campo y decirle los nombres de las plantas y las flores. Por la noche le mostraba las estrellas y le decía sus nombres y los de las constelaciones. Era una mujer piadosa, y sus maneras amables, aunque austeras, desempeñaron un papel decisivo en la formación del carácter moral de su hijo. Esta doble insistencia en los hechos y en el deber moral habría de permanecer con Kant durante toda su vida y fue primordial en su filosofía. La observación más famosa de Kant, hecha más de cincuenta años después, le devuelve a esos primeros años con su madre: «Cuanto más a menudo y más constantemente reflexionamos, los cielos estrellados arriba y la ley moral dentro de nosotros embargan el alma de una admiración y un respeto siempre renovados y siempre en aumento».

Kant fue educado dentro de una atmósfera pietista estricta. Desde los ocho a los dieciséis años fue a la escuela pietista local. Su inteligencia excepcional y su ardiente sed de aprender se vieron pronto estorbados por la interminable instrucción religiosa. Su aversión por la religión formal quedaría con él toda su vida (en la edad madura no asistió nunca a la iglesia). No obstante, Kant mantuvo mucho del punto de vista pietista, con su creencia en un modo de vida sencillo y su adhesión a una moralidad estricta.

La madre de Kant murió en 1737 y fue enterrada como una indigente. Kant tenía entonces catorce años. Él mismo señaló que experimentó sus primeras emociones sexuales por esa época. Algunos psicólogos han sugerido que la pérdida de su amada madre en ese estadio de la pubertad hizo que se sintiera culpable y reprimiera sus afectos sexuales. Bien pudo ser así, bien que simplemente se marchitaran. Cualquiera que fuera la causa, el hecho es que desde entonces Kant había de vivir una vida de represión sexual que asumiría proporciones heroicas.