La estafeta romantica - Benito Pérez Galdós - E-Book

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Benito Pérez Galdòs

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Beschreibung

Escrita de forma epistolar, La estafeta romántica es un prodigioso retrato de la incidencia de la sensibilidad romántica en España. Galdós no se centra sólo en los ámbitos de las artes y de la literatura, muchos de cuyos representantes aparecen en sus páginas, sino también y sobre todo en aquello que siempre supo tratar magistralmente: la vida cotidiana -en sus cafés, en sus teatros, en sus calles- y el espíritu, las actitudes y decisiones de sus anónimos protagonistas.

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BENITO PÉREZ GALDÓS

EPISODIOS NACIONALES 26

La estafeta romántica

[5]

- I -

De Doña María Tirgo a Doña Juana Teresa (1) En La Guardia, a 20 de febrero de 1837.

Amiga y señora: Por la tuya del 7, que me trajo el seminarista de Tarazona, he comprendido que la mía del día de la Candelaria no llegó a tus manos, o que anda por esos caminos atontada y perezosa; que esto suele acontecer a todo papel que al correo se fía, a quien ahora damos un nombre que le cae muy bien: la mala. Repito en esta, asegurada por la mano de unos ribereños que llevan trigo, lo que te dije en la que se atascó en esos baches, y le añado novedades que han de causarte admiración, como a mí, sin que aún podamos afirmar si serán adversas o favorables a nuestro asunto.

Salvo los alifafes con que nos obsequia la edad a José María y a mí, todos acá disfrutamos de salud corporal gracias a Dios; pero [6] a los dos viejos no deja de visitarnos la tristeza, ni hallamos fácil consuelo al término desairado de aquellos planes que eran nuestra ilusión. Las niñas están que da gozo verlas, sanas y alegres, como si nada hubiera pasado; Demetria, inalterable en sus hábitos de mayorazga y gobernadora de hacienda; Gracia, juguetona y risueña los más de los días; los menos, caída y quejumbrosa.

No he podido sacarle a Demetria razones claras de su negativa. Otro amor, dices tú. Yo digo que otra inclinación, mas no otro novio… Te aseguro que el sujeto a quien desde el principio tuve por causante de nuestro fracaso, lo ha sido sin intención suya buena ni mala. Entre el tal sujeto y la perla de lafamilia no se ha cruzado declaración, ni síes ni noes, ni frase alguna que haya traído o llevado melindres de amor. De los demás pretendientes coterráneos que han presentado con gran encogimiento sus memoriales, hace la niña tanto caso como del canto de los grillos. No la pierdo de vista en casi todo el día y parte de la noche, y sé que para ella no hay mássujeto que el sujeto de quien tienes noticia. No hay otro; no puede haberlo. No sólo es Demetria la misma honestidad, sino la discreción y comedimiento en todo. No digo liviandades, pero ni siquiera coquetismo se ha conocido jamás en ella, ni las presunciones y vanidades de otras. Su carácter grave la induce a permanecer metida en sí guardando sus devociones y querencias sin manifestarlas, enga-

ñando su soledad [7] con los quehaceres continuos.

A veces, observándola bien, como lo hago yo, se ve que asoma por entre el tráfago de sus ocupaciones una puntita de tristeza; pero la pícara se da prisa a meterla para adentro, temerosa de que se la descu-bran. Esta es Demetria. Yo, que la conozco, la creo capaz de estar así toda la vida, al menos toda su juventud, si Dios Omnipotente no produce en ella una feliz mudanza.

También te digo que en las dos cartas que aquí se recibieron del sujeto, escritas en Medina y Villarcayo, no hay nada en que se pueda vislumbrar oposición al plan que creímos realizable con las dichosas vistas: leí las tales cartas, como las contestaciones de acá, y te aseguro que no contenían más que las finezas propias de una amistad respetuosísima, expresadas por él con gallarda pluma, por ella con frialdad cortesana y muy decorosa, como de joven soltera que tiene cabal idea de los comedimientos de palabra y de escritura que le impone su estado. Y

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