Lirio Tigre De Bangkok - Owen Jones - E-Book

Lirio Tigre De Bangkok E-Book

Owen Jones

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Beschreibung

Lirio Tigre de Bangkok. Cuando florecen las semillas de la venganza.
Lily era una niñita feliz, eso le duro hasta que un ”tío” comenzó a abusar de ella, a la edad de once años. Ella se volvió tímida e introvertida, llevando una vida solitaria hasta que se mudó a Bangkok para estudiar en la universidad, Sin embargo, sus pensamientos y su pasado no la dejarían en paz, así que, después de clases, ella comenzó a buscar hombres sospechosos de pedofilia y a aplicar su peculiar venganza personal en ellos. Ella se convirtió en la vengativa ”Lirio Tigre de Bangkok” aterrorizando a la sociedad, pero ¿por cuánto tiempo podía evadir a la policía? y ¿será que secretamente quería que la atraparan, para poder hacer pública su historia?

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Contenido

LIRIO TIGREDEBANGKOK

Derechos de autor

Citas inspiradoras

Serie Lirio Tigre de Bangkok

1 SÁBADO EN LA NOCHE

2 DOMINGO

3 LUNES

4 MARTES

5 MIÉRCOLES

6 JUEVES

7 VIERNES

8 SÁBADO

9 EL DÍA DE DESCANSO

10 BAI

11 MA

12 AENG

13 DEO

14 RON

Glosario

LIRIO TIGREDEBANGKOKEN LONDRES

Sobre el Autor

Otros libros del mismo autor:

LIRIO TIGREDEBANGKOK

Cuando florecen las semillas de la venganza

por

OWEN JONES

Traducido por:

Mabel Lugo

Derechos de autor

Derechos de autor © 2024 Owen Jones

Publicado por

https://meganthemisconception.com

Portada de GetCovers

Reservados todos los derechos

Citas inspiradoras

No creas en algo simplemente porque lo hayas escuchado,No creas en algo simplemente porque fue dicho y rumoreado por muchos,No creas en algo simplemente porque está escrito en tus textos religiosos,No creas en algo meramente por la autoridad de maestros y ancianosNo creas en tradiciones solo porque éstas han sido transmitidas por generacionesPero tras la observación y el análisis, si algo concuerda con la razón y conduce al bien y beneficio de todos y cada uno, entonces acéptalo y vive de acuerdo con eso.

Gautama Buddha

––

Gran Espíritu, cuya voz está en el viento, escúchame. Déjame crecer en fortaleza y conocimiento.

Déjame contemplar siempre la roja y púrpura puesta de sol. Permite que mis manos respeten las cosas que me has dado.

Enséñame el secreto oculto detrás de cada hoja y cada piedra, tal como has enseñado a las personas durante siglos.

Déjame usar mi fuerza, no para ser mejor que mi hermano, sino para pelear con mi mayor enemigo: yo mismo.

Déjame presentarme siempre ante ti con las manos limpias y el corazón abierto, para que cuando mi estancia terrenal se desvanezca como el ocaso, mi Espíritu regrese a ti sin vergüenza.

(Basado en una oración tradicional Sioux)

––

No Busco caminar por las sendas de los Sabios de antaño.

¡Busco lo que ellos buscaron!

Matsuo Basho

––

“¿No os lo he ordenado? Sé fuerte y valiente. No temas ni te desanimes, porque Yahveh, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas”.

Josué 1:9

––

“Cualquier desgracia que os ocurra [a la gente], es a causa de lo que vuestras propias manos han hecho -Dios perdona mucho-“.

Corán 42:30

––

Yo mismo cuando joven frecuentaba ávidamente

Doctor y Santo, y oí grandes argumentos

Sobre ello y sobre ello; pero a menudo

salía por la misma puerta por la que había entrado.

Omar Khayyam

El Rubaiyat XXIX.

––

Serie Lirio Tigre de Bangkok

1. Tigre de Bangkok

Cuando florecen las semillas de la venganza

2. Lirio tigre de Bangkok en Londres

¡El tigre despierta!

1 SÁBADO EN LA NOCHE

Lily descansaba en el baño, el agua estaba tan caliente como ella podía soportar, remojándose por diez minutos y luego restregando su piel por diez minutos más, antes de repetir el ciclo, de nuevo, una y otra vez. Estaba intentando remover el olor a ‘cerdo’ de sí misma. A eso pensaba que olía de todas maneras y no podía imaginar un olor más vil en todo el mundo. Estaba comenzando a obsesionarse con eso o, muchos dirían que probablemente ya estaba obsesionada, pero ella no podía hacer mucho más que eso. Y si hubiese existido un tiempo para superar su obsesión, hacía mucho que había pasado.

De modo que, ella estaba estancada con eso sin importar lo mucho que se remojara o que tan duro se restregara.

Al principio, ella cambiaba su nombre frecuentemente, con la esperanza de que un nuevo nombre la limpiara de alguna manera, pero eso tampoco había funcionado. Había sido muy supersticiosa, como la mayoría de las personas del campo, pero ya no tanto, en vista de que nada parecía ayudarla con su odorífero predicamento.

Ella pensaba en su familia, y se preguntaba de nuevo si era bueno o malo que ellos no estuvieran aquí para ayudarla. Porque Lily no era de Bangkok y a duras penas conocía a alguien allí, aunque era justo decir que nadie conocía nada acerca de ella tampoco, incluso si ellos pensaban que sí. Excepto que era estudiante, a pesar de que muy pocos sabían que era estudiante de medicina. Y sí todos conocieran la verdad, aún entonces ella no tendría amigos, no podría contarle a nadie, debido a que estaba muy avergonzada, por un lado, y en una misión secreta, por el otro.

Lily había llegado a Bangkok desde una pequeña aldea en Isaan cerca del Río Mekong, el año anterior, cuando ella tenía dieciocho, con la finalidad de estudiar en el colegio médico. Su padre estaba muerto ahora, pero sus padres no habían sido pobres, como tal. Ellos, ambos venían de China y habían hecho sus vidas con una pequeña tienda en la aldea. Sus familias habían estado en Tailandia por más de cien años y la familia completa se sentía Thai. La única concesión que ellos le daban a su verdadera etnicidad era lanzar algunas pocas palabras chinas en la conversación y cocinar algunos platos de su antiguo hogar de vez en cuando, una y otra vez.

Aunque las personas decían que ellos eran de descendencia china, eso no importaba porque ninguno jamás había estado en su contra en el pueblo, que era el único hogar que cualquiera de ellos había tenido por siempre, desde que sus abuelos llegaron. En esos días, Lily con frecuencia bromeaba en inglés diciendo que ella era una “Thai-girl Lily” y ella había usado el apodo en Bangkok también, una noche. Ahora nunca podría usarlo de nuevo o ella arruinaría el juego.

Los lirios tigre eran las flores favoritas de su madre – siempre estaban alrededor de la casa y en el jardín cuando estaban en temporada.

Lily era de estatura pequeña – siempre lo había sido – y tenía la carita más tierna que nadie haya visto jamás. Ella tenía todo en proporción también, como cualquier adolescente, pero era pequeña. Al principio, la gente decía que ella era ‘pequeña para su edad’ y luego se daban cuenta que siempre lo sería. Incluso habiendo alcanzado los diecinueve años, ella solo media cinco pies (un metro cincuenta y dos centímetros) de alto y pesaba poco menos que cien libras (cuarenta y cinco kilos).

Eso nunca había sido un problema tampoco y a ella no le importaba ser más pequeña, más ligera y más delgada que sus contemporáneas. De hecho, trabajaba a su favor, entre otras cosas, porque ella podía encontrar ropa más barata.

El único problema que Lily había tenido jamás fue con un hombre que solía ayudar en la tienda cuando sus padres salían a comprar mercadería. Sus padres confiaban en él como amigo y ellos le pidieron que lo llamara ‘tío’ como título honorario. Él estaba allí a veces cuando ella llegaba de la escuela.

Comenzó cuando ella tenía once.

Él solía alabarla, sentarla en su regazo y comprarle dulces. A ella no le importaba mucho, pero cuando él comenzó a sacarse sus cosas y pedirle que las masajeara porque ‘estaban adoloridas’, ella supo que algo andaba mal.

Ella trató de evitarlo e incluso decir no, pero él la amenazó con decirle a sus padres, y luego a la aldea entera, que ella era una provocadora y que lo había tentado con su belleza natural y en unas formas seductoras que ‘ningún hombre sano podría haber sido capaz de resistir’. No obstante, ella no era una niña estúpida y ella sabía muy bien que todos los otros hombres en la aldea eran capaces de resistir sus encantos, como lo habían hecho hasta ahora.

Sin importa nada, ella no quería que sus padres lo supieran y ella solo se dejó llevar. Entonces un día, uno de los muchachos de la escuela les estaba mostrando a sus amigos una película porno que había descargado de Internet a su Ipad. Lily no sabía que pasaba, pero era curiosa y se escabulló en el grupo para ver.

Las escenas que ella presenció allí eran de una mujer besando las partes privadas de un hombre y luego metiéndolo en su boca. Ella estaba bastante sorprendida de que alguien quisiera hacer eso, pero el hombre de la película obviamente lo estaba disfrutando y también los muchachos a su alrededor. Lily se alejó del grupo rápidamente y fue a sus actividades escolares de rutina.

Unos pocos días después, cuando su ‘tío’ le pidió un masaje, Lily se arrodilló en el piso frente a él y copió lo que ella había visto que la mujer en la película había hecho. Su tío no podía creer su suerte. Él se dejó llevar y atrajo a Lily hacia él hasta que ella estaba atragantándose luego la golpeó en la cabeza. No fuerte, pero lo suficientemente fuerte como para que, si Lily tenía dudas de llevar a cabo su plan, estas desaparecieran pronto.

Sus gemidos extáticos eran cada vez más y más fuertes hasta que Lily lo mordió tan duro que eso se le quedó en la boca. Su ‘tío’ escapó por la puerta gritando, la sangre chorreando por todos lados, pero Lily no había planeado que hacer después. Ella se lanzó por la ventana abierta, escupió la cosa en el jardín y solo se sentó allí, mirándola, con la sangre tiñendo su cara y sus vestidos.

Muy pronto sus gallinas encontraron la cosa ensangrentada y se la llevaron entre picoteos. Cuando la policía llegó, el vestido rosa de Lily estaba cubierto de rojo sangre como una camiseta mal estampada y ella aún tenía sangre coagulada en su barbilla y alrededor de su boca. Ella estaba llorando en silencio, aunque las lágrimas eran lo suficientemente reales.

El hombre había sido puesto en custodia en un hospital cercano y se le levantaron cargos, y a Lily y sus padres se les dio dos opciones para castigarlo. La policía bien podría encerrarlo por nueve años, o podía forzarlo a vender sus tierras, darle a Lily la ganancia de tres campos y dejar la villa para siempre. Lily y sus padres escogieron el dinero, así que ella pudo tener una educación decente y esa era la razón por la cual ella estaba en Bangkok.

Después de eso, nadie había insultado a Lily abiertamente, pero su vida cambió. Su padre murió también, algunos decían que de vergüenza y ella no pudo esperar para escapar. Bangkok le había parecido tan emocionante y a ella le gustaba la idea de ser una estudiante anónima en la ciudad capital donde nadie conocía su pasado.

Ella tenía un cuarto de millón de Baht en el banco, que debía ser suficiente para que terminara su carrera de tres años, pero para entonces ya no quedaría nada. No solo eso, sino que tendría que vivir frugalmente sus años de colegiatura para ser capaz de terminar sus cursos, a menos que ella le pidiera ayuda a su madre, pero no quería hacerlo porque ella pensaba que Lily tenía mucho dinero. Ella simplemente no entendía y parecía que Lily tampoco quería, de todas maneras.

Cuando llevaba en Bangkok unas cuantas semanas, ella se dio cuenta que la lucha no había terminado. Estaba en un curso de tres años, de modo que ella tenía aproximadamente 80,000 por año para vivir más un pequeño porcentaje de interés y quizás un poco de un trabajo de medio tiempo en sus días libres. Ella podría manejar unos 120,000 en el año, pero el curso costaba 60,000 más los libros y uniformes, por lo que ella estaba viviendo en Bangkok con 1,000 Baht a la semana, lo cual estaba lejos de ser una perspectiva emocionante.

Solo tenía una cosa en que pensar y era encontrar un novio con dinero, lo cual no sería difícil. Al final del tercer mes, ella tenía cuatro novios regulares y ellos le estaban haciendo contribuciones al fondo de su colegiatura. Esto le daba otros 8,000 netos a la semana y a veces más, con lo cual llevaba un estilo de vida cómodo.

Tenía un pequeño y adorable apartamento, que no dejaba que nadie viera con el pretexto de que sus dos compañeras de cuarto le habían hecho prometer que el piso sería una zona libre de chicos permanentemente. A pesar de que ella vivía sola, ninguno de sus compañeros masculinos le había cuestionado sus motivos y ella nunca había llevado a un hombre allí tampoco. Incluso había llegado tan lejos como para sobornar al conserje para que le dijera a cualquiera de los visitantes masculinos de ella que, a ellos no se les permitía entrar como condición del contrato de arrendamiento.

Lily les dijo a sus amigos que los residentes o eran mujeres solteras o parejas casadas, y le creían porque había residencias de este estilo en Bangkok y Lily lucía tan inocente.

Ella llevaba doce meses con el engaño y solo había perdido un novio, al cual había reemplazado fácilmente. Lily dejaba los fines de semana libres, diciendo que tenía que ir cada viernes por la noche a ayudar a su madre enferma con la administración de la tienda, pero no había regresado desde el primer día en que se había ido.

Lily se dio una vuelta más con el cepillo para uñas, estrujándose y lavándose por todos lados, antes de rendirse en la desesperanzada batalla de sacarse el olor de los cerdos. Ella salió del baño, se secó delicadamente con una toalla, cubrió su cuerpo en polvo de talco de agradable aroma y luego se metió en una gran toalla de baño demasiado lujosa y suave, al más honorable estilo Thai. Esa era la mejor manera que ella había descubierto para enmascarar el olor que pensaba que rodeaba su cuerpo.

Ella fue al salón, puso algo de música en la TV y llamó a Aeng, el más posesivo de sus novios.

—Hola, querido, ¿cómo estás? —, preguntó ella. —Qué bonito escuchar tu voz otra vez. Te extraño cuando estoy con mi mamá. Odio la aldea ahora. Desearía no tener que volver aquí. Preferiría estar acurrucada contigo.

—¿Allí es dónde estás ahora, Lily? ¿En casa? Oigo música alrededor. Yo te he pedido que te mudes conmigo. ¿Aún lo estás considerando, querida?

—Sí y si, cerramos la tienda hace una hora. Mamá tomó su baño primero, luego yo y justo ahora me senté a ver algo en la TV con ella, pero no nos quedaremos hasta tarde. La tienda debe estar abierta a las siete todos los días para atrapar a la gente que va a trabajar. Sabes todo eso, amor, te lo he explicado antes. Mira, es decir escucha, voy a la TV y cambiar los canales, ¿ves? No podría hacer esto si yo estuviera en un bar de karaoke, ¿o sí? tonto Billy.

—Desearía que confiaras un poco más en mí. De todas maneras, mejor te dejo, no quiero molestar a Mamá, ella quiere un poco de paz y tranquilidad también. Te veré el lunes en la noche cuando regrese. Te llamaré mañana, querido, dulces sueños.

Eso era suficiente para mantenerlo feliz, y ella podía telefonear a los otros al día siguiente.

A Lily le gustaban las películas de fantasmas y horror y ella tenía una pequeña colección de DVDs piratas. Seleccionó una, bajó la intensidad de las luces, subió el volumen de su gran pantalla plana y abrazó una almohada en su pecho, lista para esconderse detrás de ésta cuando las cosas se pusieran tenebrosas. Mientras ella descansaba en el sofá, Lily planeaba su domingo durante los ‘pedacitos aburridos’.

Los domingos eran siempre un día de descanso inviolable, a pesar de que ella tenía que hacer algo de sus estudios. No obstante, era el único día a la semana que ella se dedicaba por completo a sí misma, de modo que, a veces le gustaba ir de compras.

Lily siempre tenía un montón de compras que hacer, porque ella necesitaba vestidos y cosas para mantener todas sus pretensiones.

2 DOMINGO

Lily era, por mucho, una criatura de hábitos. A ella le parecía mejor seguir rutinas en lo que a su vida colegial, a sus novios y a sus fines de semanas, se refería. Se levantaba los sábados y domingos a las nueve en punto y luego estudiaba hasta las tres o cuatro, después de algunas compras y comer. Ese día no fue diferente. Lily se despertó, sacó algo de arroz de la vaporera y puso eso en agua y un poco de curry guardado, con esa intención, la noche anterior y lo colocó a fuego bajo para reducirlo a la consistencia de puré mientras ella estaba en la ducha y luego plastificarse en talco en polvo, otra vez. El arroz y Lily estuvieron listos al mismo tiempo, entonces ella agarró sus libros de escuela y los llevó a la mesa del comedor, y comenzó a trabajar.

A Lily le gustaba estudiar anatomía, que era una parte importante de su especialidad. Otros preferían medicina o algunos sectores específicos de la medicina, tales como cuidados paliativos, pediatría, ginecología u odontología, pero los órganos internos y sus funciones le fascinaban de modo particular y ella estaba obteniendo notas altas en sus clases. Sus profesores predecían que lo haría muy bien y eso le daba una gran satisfacción. A Lily siempre le había gustado ser buena en las cosas y complacer a las personas en el proceso.

Con frecuencia ella se preguntaba si por eso era que su ‘tío’ la había escogido para su tratamiento especial. ¿Había descubierto un punto vulnerable en ella y simplemente tomó ventaja de su personalidad? Ella nunca lo sabría ahora, dado que él se había auto desterrado a una de las islas tailandesas, así lo decían los rumores, pero nadie sabía a cuál y él nunca se había vuelto a ver desde entonces.

Cuando ya no podía más, ella garabateó, como lo hacía frecuentemente. No fotos, sino nombres. A ella le gustaba inventar nombres para ella. Le gustaban las variaciones de su nombre real en el nombre ficticio, pero se le estaba haciendo más difícil cada día. ‘Tiger Lily’, ‘Thai Girl Lily’ y ‘Bangkok Lil’ eran sus favoritos, pero ella consideraba ‘Kid Gloves’, ‘Pattaya Princess’, ‘Teacher´s Pet’ y ‘Wet Behind The Ears’ también, a ella le gustaban los nombres sugerentes que la mayoría de las personas no pudieran entender. Era como usar ropa interior personalizada, sexy, pero la mayoría de las personas nunca entendería el chiste, porque era privado. Lily tenía una gran colección de ropa interior personalizada que ella había ordenado en línea también. Una decía ‘Bésame rápido’, otra decía ‘El hobby de Papá’ y otra ‘¡Abandone toda esperanza cualquiera que entre aquí!’, bordado al frente.

Éstas la hacían sentir sexy, pero rara vez las usaba para sus novios. Ella nunca vestía nada para un novio que él no le haya comprado. Ella obtenía mucha ropa de esa manera y nunca cometió el error de hacer que alguno se preguntara de dónde había sacado el dinero para comprar algo. Toda su ropa estaba etiquetada con el nombre de quien se lo había comprado, incluso si su memoria era tan buena como para nunca olvidarlo.

No era necesario arriesgarse con el sustento de uno, razonaba ella en forma práctica y Lily era siempre muy práctica.

Se rindió con lo de los apodos, pero aún seguía sosteniendo el bolígrafo sobre su cuaderno de notas, ella telefoneó al primero de los otros tres novios y luego al segundo, prometiéndole a cada uno de ellos, un encuentro durante la siguiente semana. Al tercero, ella quería llamarlo desde un bar, para hacerlo sentir celoso, así que él tendría que esperar.

Lily se desnudó, tomó otro baño, se cubrió de talco, se puso un poco de maquillaje y se puso una bata médica blanca. Ella sacó todos sus billetes grandes de su cartera, puso uno en su sostén y escondió los otros en su apartamento dejando solo unos veinte en su cartera. Ella vestía ropa interior negra muy delgada debajo de su delgada bata médica, se puso un delgado abrigo de cuerpo completo, pero lo dejó abierto y bajó a la calle. El primer hombre que la vio, fue mejor que cualquier espejo, porque su reacción le aseguró que ella era muy notable.

Así, satisfecha, ella se cerró el abrigo y abordó un taxi Tuk-Tuk para rodar unos pocos kilómetros camino abajo a una de sus tiendas de ropa favorita. Se especializaba en ropa de niños, pero resulta que esa era la talla de Lily. Ella adoraba comprar ropa – siempre la hacía sentir mucho mejor. Ella compró un par de trajes, algo de ropa interior y una boina roja, todo lo pagó con una tarjeta de crédito que tenía el nombre chino original de su familia y su propio primer nombre chino. Lily en Chino era Baihe.

Luego tomó un Tuk-Tuk de regreso a casa, puso su abrigo en la bolsa con sus compras y caminó hacia un bar frecuentado por los visitantes de Bangkok. Lily fue directo a la barra, se paró cerca de un grupo de hombres y ordenó algo de comida y una cerveza, que se llevó a una mesa cercana. Ella pudo ver que esos hombres la habían visto también y ella les sonreía tímida y cortésmente de vez en cuando. Al terminar, Lily regresó a la barra, sacó su cartera y pidió la cuenta.

Ella no tenía suficiente para pagar, por supuesto, solo tenía veinte y el hombre más cerca de ella le ofreció pagar los cien Baht y comprarle otra cerveza. Mientras los hombres se emborrachaban, ellos tocaban su brazo con más frecuencia y ella los tocaba en forma similar. A ella no le sorprendió que, cuando dijo que tenía que irse el hombre le pidió que se vieran en otra ocasión. Lily le dijo que ella estaba trabajando en horas extrañas toda la semana, pero que existía una posibilidad de encontrarse el siguiente sábado, sí él quería.

—Oh, ¿cuál es tu nombre? Yo soy Ben y mis amigos son… oh ¿a quién le importa cuáles son sus nombres? — Él dijo sonriendo de oreja a oreja.

—Tú puedes llamarme Lotus Blossom por ahora, Ben. Gracias por ayudarme, no sé qué hubiera hecho sin ti. Eres mi caballero en brillante armadura— Lily lo apretó ligeramente en el antebrazo.

Era obvio que sus amigos estaban celosos, pero así era como ella quería que fuera. Ella quería que él se sintiera especial.

Era como colgar una línea con cebo en un barril de peces hambrientos, pensó y regresó al edificio con el número del hombre.

Ella no le había dado el suyo a él. Así era como lo había hecho con sus ‘verdaderos’ novios también – ninguno de ellos tenía su número. Había sido difícil persuadir a uno o dos de ellos, especialmente a Aeng, que eso tenía que ser así, y no era negociable. A ella, por lo general decía, no le gustaban las llamadas telefónicas de la misma forma en que a las personas no le gustan los telegramas o ella diría que tenía fobia a los teléfonos, pero tenía que cargar uno en caso de que su madre enferma la necesitará por una emergencia.

A ninguno de ellos les gustaba eso, pero fue duro. Era o estar sin teléfono o sin Lily y ella era demasiado buena como para dejarla pasar por algo tonto como eso. Otros querían su dirección de correo electrónico y a éstos ella les decía que no tenían ninguno, debido a que ella no tenía computadora. Solo uno, Aeng, sabía que ella tenía una laptop y podía usarlo, porque él se la compró cuando ella dijo que necesitaba una para la Universidad. Él algunas veces la recogía en la ‘escuela’ como él le llamaba también y podía ver que ella la llevaba en su mochila.

Ella había olvidado llamar al novio número cuatro, así que fue a otro bar a mitad de camino del primero y trató de hacer el mismo truco, y mientras ella estaba sentada en la mesa, ella llamó a su último novio.

—Hola, Deo, ¿cómo estás? ¿Todo bien contigo?

—Sí, estoy bien. ¿Qué estás haciendo? ¿Aún estás en la aldea?

—Sí, unos cuantos nos vinimos a tomar algo — Lily ‘accidentalmente-a-propósito’ empujó su bolso, chocándolo contra la puerta. Un hombre que estaba parado por ahí cerca se apuró a recogerlo.

—Oh, gracias, amable señor—, dijo ella.

—¿Quién está contigo ahora, Boo?

—Oh, no lo conozco. Él sólo está tratando de hablar, nada más. No te preocupes. ¿No estarás celoso?

—No, claro que no, pero no me gusta que permitas que hombres extraños hablen contigo.

—¿Pero si está bien para ti hablar con mujeres extrañas, huh?

—Eso no fue nada y tú estabas allí para ver lo que estaba sucediendo, pero yo no estoy allí, ¿o sí? Cualquier cosa podría suceder…

Lily agitó el cuello de su uniforme como si ella tuviera calor y miró al hombre estirando su cuello para ver bajo su sobretodo.

—Ok, Deo, Tengo que irme ahora, Te veo la próxima semana. Adiós. Me iré a casa enseguida, te lo prometo, Adiós.

El hombre se acercó y le dijo, —Hola, no pude evitar escucharlo, lo siento, pero no debes permitir que un novio celoso moleste a una chica hermosa y joven como tú. Permíteme invitarte un trago.

—Ok—, ella susurró. —No hago nada malo y él me quita todo mi salario cada mes. No sé qué hacer con él…— Ella frotó ligeramente una lágrima imaginaria que salía de su ojo.

—¿Puedo sentarme contigo, por favor? — él preguntó.

—Si deseas, podrías hacerme compañía. Justo acabo de terminar mi turno y no quiero ir a casa todavía. Él quería saber dónde he estado, a quién le estaba hablando y tengo que conseguir su cena… No me importaría mucho pero el flojo lo único que hace es descansar en el sofá y mirar la TV todo el día y toda la noche. ¡Él no trabaja! ¡Oh, no! Él se puso ‘fuera de servicio’ apenas yo conseguí este trabajo. Y él toma mucho lao khao… Lo siento, te estoy aburriendo con mis problemas. Es que es tan difícil a veces…— y se secó otra lágrima.

—No te preocupes, mi querida, dime lo que tú quieras. Gracias por permitirme sentarme a tu lado. Mi nombre es Nat, ¿Cuál es el tuyo, por favor?

—Hola, Nat, es un placer conocerte. Puedes llamarme Lotus Leaf.

—Qué nombre tan bonito, Lotus Leaf, es un nombre muy inusual pero muy bonito para una mujer tan increíblemente bella, si me permites decirlo.

—Gracias, Nat. Muy bonito de tu parte decir eso. Mi novio nunca me dice algo así, nunca. No estoy acostumbrada a escuchar cumplidos. Es lindo ser tratada como una mujer nuevamente.

Ella le sonrió, esta vez con verdaderas lágrimas en sus ojos, pero con una sonrisa en sus labios.

—Tu novio no sabe lo que se pierde.

Cuando ella le dijo que ya se tenía que ir, el hombre pagó por sus cervezas y le pidió su número de teléfono.

—Si tú tienes algún problema con tu novio ladrón, sólo llámame a este número. ¿Puedo tener el tuyo también, Lotus Leaf? ¿Quizás podamos hablar de nuevo, la próxima vez que te sientas decaída?

Ella anotó su número, pero a él le dio uno falso, antes de regresar a su piso.

Lily se quitó toda su ropa de nuevo, se duchó, se cubrió en talco y se puso su toalla. Ella había pasado un par de horas muy agradables con estos hombres y estaba segura que ellos sintieron lo mismo, así que ella archivó sus nombres en su Rolodex, luego tomó su diario del escritorio y se fue a sentar en frente del TV para llenarlo. Ella no lo escribía a diario, pero le gustaba hacerlo cuando se le pegaba el capricho.

Ella escribió sobre las llamadas telefónicas a sus novios y que dos de ellos estaban celosos y escribió sobre los dos hombres que ella había conocido y cómo ellos le compraron sus tragos cuando ella lo necesitaba. Ella pasó un tiempo considerable describiendo a Ben y a Nat y en qué tipo de personas creía que se convertirían si ella alguna vez se los encontraba de nuevo. Ella también escribió que nunca pensaba encontrárselos de nuevo, de todos modos, porque ella les había dado falsos números de teléfono.

Cuando Lily hubo terminado de escribir su diario, ella lo guardó cuidadosamente, y limpió el apartamento un poco, a pesar de que estaba ya inmaculado para los estándares de la mayoría de las personas. Ella sacó de las bolsas las ropas nuevas que había comprado ese día y las colgó de forma que se les salieran las arrugas y se fue a la cama, donde a ella le gustaba leer revistas de técnicas modernas de maquillaje hasta que caía dormida.

Leyó cómo hacerse lucir más joven y cómo hacerse lucir más vieja. Ella encerró en círculos los nombres de los productos y escribió las páginas de referencias de los artículos más útiles en la portada además de una pequeña descripción de los artículos. Una vez en la semana, podía escanear estos artículos a su disco duro y entonces descartar la revista original para que no desordenara su hermoso apartamento.

Ella ya tenía una pequeña colección de consejos de belleza y maquillaje y los revisitaba de vez en cuando para releer su contenido. Tan pronto como el artículo se volvía obsoleto, ella podía archivarlo, así tenía la última información a la mano. Lily estaba muy orgullosa de su apariencia, lo cual era otra razón por la que ella se iba a dormir temprano.

Uno de sus artículos sobre cuidado de la piel recomendaba que una mujer debía tomar mucha agua – por lo menos ocho vasos al día y tener ocho horas de sueño en la noche, y Lily tenía que levantarse a las siete para estar en su universidad, al otro lado de la ciudad, a las nueve en punto y el humo de la hora pico del tráfico en Bangkok causaban estragos en la piel de una mujer.

Cuando sintió que llegaban los primeros signos de cansancio, puso su revista sobre la mesita de noche y apagó la luz. Lily nunca tenía problemas para conciliar el sueño. Ella podía quedarse dormida en un abrir y cerrar de ojos en cualquier momento del día o de la noche si ella quería. Durmió como una piedra, difícilmente movía un músculo en toda la noche y nunca soñaba, a pesar de que no siempre había sido así.

Ella, sin embargo, estaba contenta de ya no soñar más.

3 LUNES

Cuando la alarma sonó a las seis y cuarenta y cinco, Lily estaba esperándola. Ella siempre se despertaba unos segundos antes de que sonara y siempre esperaba hasta las siete para levantarse. A ella le gustaba dormir en pijamas, pero siempre se la quitaba en el dormitorio, la doblaba y la ponía debajo de su almohada, antes de enrollarse en una toalla e ir al baño a usar el retrete. Entonces volvía al dormitorio para escoger sus ropas. Elegir su ropa no era difícil para una estudiante. Se esperaba que vistieran uniforme de blusa blanca o azul cielo con una falda marinera o pantalones holgados, para las clases regulares; o la braga de una sola pieza, blanca que la mayoría de los estudiantes de medicina visten en todo el mundo, para las lesiones prácticas.

Ella se puso un conjunto de ropa interior blanco, una túnica blanca hasta la rodilla, y medias blanco-piel, porque Lily tenía su piel pálida natural, a pesar de que usaba blanqueadores de piel en su cara y en sus manos, y la braga blanca, de las cuales tenía varias. La rutina diaria continuaba con una taza de té, porque el café era demasiado fatal para la piel y le daba malestar estomacal, y una taza de sopa de arroz, la cual había dejado del día anterior, por lo general, así que solo debía recalentarla.

Muy raramente cocinaba mucho en casa, porque era mucho más barato comer afuera. Muchos Bangkokianos sentían lo mismo. Una comida de abundantes tallarines, vegetales y puerco para una persona podría ser tan barato como 30 Baht y una comida realmente buena solo doblaba el precio. Entonces no valía la pena comprar y preparar toda la comida, luego cocinarla y limpiar todo después de esto. Además, el comedor de la Universidad vendía almuerzos subsidiados y ella podía comer allí con amigos y disfrutar de su comida en compañía.

La rutina diaria la llevaba a los sonidos de fondo del canal de noticias. A ella le gustaba mantenerse al día con las noticias, especialmente con lo que estaba pasando en Bangkok, que era lo que realmente le importaba y a ella le gustaba las revisiones del clima que ellos daban a intervalos frecuentes, y no es que Lily fuera siempre tarde.

Su apego a la rutina, que ella había perfeccionado durante los doce meses anteriores, no se lo permitía.

Luego regresaba a su baño para lavar y cepillar sus dientes, antes de estar lista y aplicar su maquillaje en el dormitorio. Su aspecto natural era muy joven. Sin maquillaje, ella podía fácilmente pasar por una de catorce o quince años, así que a ella le gustaba maquillarse para lucir de dieciocho a veinte años cuando ella iba a la universidad. No era muy bueno para una persona en su posición de médico lucir de catorce años, eso no le daba mucho peso a su rol.

Eso no era problema para Lily, ella era experta en maquillarse para parecer ya sea de doce o trece o de la edad de veinticinco quizás veintiocho. Ella podía, había practicado las técnicas muy frecuentemente, cuando no tenía nada mejor que hacer en casa. Luego pondría una capa de talco en polvo sobre toda su piel que podía cubrir por la túnica y se vestiría

Un chequeo final en su espejo de cuerpo completo era todo lo que requería antes de agarrar su bolso y cerrar.

Lily vivía en el noveno piso de un bloque apartamentos de veinte pisos, así que por lo general tomaba el ascensor, a menos que estuviera fuera de servicio, lo cual no era muy frecuente. Si era así, ella era capaz de subir y bajar escaleras. No representaba ningún problema cuando pasaba al subir, porque había una ducha al final, pero ella odiaba sentir calor y sudar cuando iba a salir a algún lado.

El Skytrain quedaba justo bajando en el camino, de modo que ella podía caminar si el clima estaba bien, o podía tomar un Tuk-Tuk en caso contrario. El Skytrain la llevaba hasta la mitad del camino, pero era muy rápido y no sujeto al tráfico y había un autobús donde ella se bajaba que podía tomar y la dejaba en las puertas de la universidad. El viaje completo tomaba treinta o cuarenta minutos y ella podía llegar a su casillero con veinte o treinta minutos para su primera clase.

Tenía que asistir a clases cinco días a la semana de nueve a cinco, pero los viernes en la tarde siempre los tenía libres y algunas veces podía haber una asesoría tutorial de uno-a-uno en la mañana del sábado, pero ya había explicado que ella necesitaba ayudar a su madre los fines de semana, así que la mayoría de los profesores las fijaban mejor para después de clases o durante el almuerzo. Ellos eran muy considerados con Lily y ella lo apreciaba.

Ella era considerada consigo misma y siempre elogiaba a los que merecían elogios.

En la universidad, la mayoría de las personas que conocían a Lily pensaban que ella era una persona adorable. A todos los hombres les gustaba y solo a unas cuantas de las mujeres no, y eso se basaba en la atención que ella recibía de los estudiantes y el personal masculino, a pesar de que nadie realmente podía decir que alguna vez la hayan visto desviarse de su camino, al menos un poco más que las mayoría de las otras mujeres jóvenes, para atraer la atención de los hombres, ella llevaba una vida diferente dentro y fuera de la universidad y vivía suficientemente lejos, así que pocos, si acaso alguno, de los estudiantes podrían, accidentalmente, tropezarla en la calle.