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eBook Interactivo. La variedad y complejidad de la pintura de este siglo aconseja dividir su presentación en dos series, como hemos hecho en esta colección. Los "fauves", el cubismo, el futurismo, el expresionismo, el dadaísmo, el surrealismo y gran multitud de estilos se enfrentan en este siglo en busca de una originalidad que es el elemento fundamental de su inspiración.
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ÍNDICE
PANORAMA GENERAL DE LA PINTURA EUROPEA HACIA 1900
LA SOCIEDAD DEL SIGLO XX
LAS REVOLUCIONES PICTÓRICAS DEL 1900
LOS NABIS
LA ANGUSTIOSA PROLONGACIÓN DEL IMPRESIONISMO PARISIÉN
LOS FAUVES
LA ESCUELA DE PARÍS
MARC CHAGALL
EL CUBISMO
OTRAS PUBLICACIONES
Hacia 1900, el Impresionismo ha superado ya su más alta cumbre y no satisface a los artistas europeos. Hemos visto, en un tema anterior, cómo se sienten movimientos de innovación dentro del propio cenáculo impresionista. Los simbolistas, por un lado, y los neoimpresionistas científicos, por otro, destruyen las bases del Impresionismo, ponen en evidencia la insuficiencia conceptual de un arte puramente visual, materializado. El Impresionismo, que había sido una revolución contra el Naturalismo, sucumbe ante el impacto de otra revolución que se erige contra él.
Es el destino de todos los estilos. Ser superados para ser aprendidos. No es una simple paradoja, puesto que no podemos comprender el completo sentido de los actos humanos hasta que los hemos superado, es decir, hasta que descubrimos sus limitaciones. Pues bien, el hecho es que en torno a 1900 se habían puesto en evidencia todas las limitaciones del Impresionismo. El propio Pissarro se pasa al puntillismo y Degas vuelve a la pintura tradicional de Ingres, en búsqueda de una construcción formal que el Impresionismo había sacrificado en aras del color. Dentro del Impresionismo -¡cosa curiosa!- sólo se salvan aquellos artistas que jamás alcanzaron la perfección técnica que esta corriente exigía, bien por torpeza o por falta de entrenamiento, o quizás, por unas convicciones propias que les impedían aceptar la realidad impresionista. Tal es el ejemplo de Cézanne, cuya obra influyó mucho a partir del 1900, aunque en su tiempo fue menos valorada que las de los impresionistas puros.
Hacia 1900, cuando aún trabajaban los impresionistas tenaces como Monet, aferrados a su idea primitiva, o los neoimpresionistas geniales, como Seurat, comienzan a surgir una serie de personalidades novedosas que pretenden cambiar, de una forma u otra, el estilo vigente. Las tendencias son muchas y diversas, por lo que es preciso ir enumerándolas pacientemente e ir anotando con detalle aquellas semejanzas y diferencias que puedan encontrarse entre ellas. Pero antes debemos dar un vistazo, siquiera rápido y sin pretensiones, sobre la atmósfera social del primer cuarto del siglo XX.
Varios historiadores de nuestros días han llamado a este siglo el “siglo de la violencia”. No sin razón, pues en menos de medio siglo el mundo se ha visto embarcado en dos contiendas de alcance mundial, como no habían sido conocidas hasta entonces. Y no se trata solamente de los conflictos bélicos de primer orden. Se han producido multitud de guerras locales, diversas revoluciones populares e intelectuales (como la soviética en 1917), o crisis económicas de desmesurado alcance -como el espantoso desastre norteamericano de 1929- y toda suerte de motines, conflictos, destrucciones y violencias. El siglo XX se ha caracterizado sin duda por su espantosa violencia en todos los órdenes: económico, social, político, bélico, racial, etc. Este ambiente vital ha influido de forma intensa sobre la pintura europea y, en general, sobre todas las manifestaciones culturales del Viejo Continente. No son pocos los artistas que se han inspirado en temas violentos como eje central y motivo dominante de toda su producción. Hagamos un resumen telegráfico de los acontecimientos históricos más importantes del primer cuarto de siglo.
1900. Insurrecciones coloniales: guerra de los boxers. Los imperialismos coloniales inglés y holandés se tambalean.
1904. Estalla la guerra rusojaponesa. La raza amarilla, que había sido despreciada y sometida por el colonizador blanco, demuestra al mundo que es capaz de vencer a uno de los mayores imperios de Europa: el Imperio de los zares.
1911. Revolución china de Sun-Yat-Sen contra el Emperador y los colonizadores europeos.1912-1913. Guerras de los Balcanes. Los pueblos balcánicos, oprimidos durante siglos por los turcos y sostenidos por la teoría de equilibrio europea, estallan al fin, poniendo en peligro el deseado equilibrio nacional que habían proyectado los ingleses durante el siglo anterior.
1914. Se inaugura el canal de Panamá, abriendo grandes posibilidades de comunicación entre Asia, América y Europa.
1914. En este mismo año se declara la Primera Gran Guerra, que va a durar cuatro largos años. En ella se enfrentan las potencias centrales, aglutinadas en torno a Alemania, contra las atlánticas: Francia, Inglaterra, Holanda y Estados Unidos.
1917. Revolución rusa. El zar ruso abdica ocho días después.
1918. Fin de la gran guerra. Derrota de Alemania y Conferencia de Versalles, que dibuja un nuevo mapa europeo.
1920. Sobre Europa en ruinas nacen los Estados de Checoslovaquia, Polonia, Hungría, Yugoslavia, Finlandia, Albania, Estonia y Lituania.
1922. Los fascistas se apoderan de Italia. Mussolini se adueña del Gobierno y altera la tranquilidad de las potencias democráticas, que no ven con agrado la irrupción de un totalitarismo en el concierto político mundial.
1922. Revolución turca de Mustafá Kemal, que pretende reformar la medieval Turquía.
1923. Rusia se constituye como Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y comienza un ensayo comunista en gran escala. Dos años más tarde muere Lenin y Stalin sube al Poder, después de haberse desembarazado de Trostki.
1926. Alemania, que había sido duramente tratada en la Conferencia de postguerra de Versalles, es admitida en la Sociedad de Naciones.
1929. Gran crisis econó-mica norteamericana, que repercute enseguida en la economía europea, sobre todo en la alemana. Europa entera es un país en paro. Las autoridades no saben solucionar el conflicto. El hambre, la desesperación y la sorpresa sacuden violentamente el espíritu europeo y le hacen salir de un pesado sueño de omnipotencia, que había durado siglo y medio. Europa deja de preocuparse de los territorios coloniales y se dedica a resolver sus problemas internos, que son muchos y difíciles. Lo mismo hace Norteamérica.