Protectores Invisibles - Charles Webster Leadbeater - E-Book

Protectores Invisibles E-Book

Charles Webster Leadbeater

0,0
1,99 €

oder
-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

« A la eterna pregunta de si el hombre vive después de muerto, responde la Teosofía con científica exactitud, y sus enseñanzas acerca de la naturaleza y condiciones de la vida de ultratumba irradian efluvios de luz sobre muchos problemas metafísicos que, por lo menos para el mundo occidental, estaban aprióricamente sumidos en impenetrables tinieblas. » C.W.L

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Contenido

Copyright

PROTECTORES

CAPÍTULO PRIMERO

CAPÍTULO II

CAPÍTULO III

CAPÍTULO IV

CAPÍTULO V

CAPÍTULO VI

CAPÍTULO VII

CAPÍTULO VIII

CAPÍTULO IX

CAPÍTULO X

CAPÍTULO XI

CAPÍTULO XII

CAPÍTULO XIII

CAPÍTULO XIV

CAPÍTULO XV

CAPÍTULO XVI

CAPÍTULO XVII

Ahora Disponible

Notes de bas de page

Copyright

Copyright © 2016 / FV Éditions

Trad : Federico Climent Terrer

Foto de la portada : Pixabay.com

ISBN 9791029902499

Todos Los Derechos Reservados

PROTECTORESINVISIBLES

por

Charles Webster Leadbeater

— 1914 —

CAPÍTULO PRIMEROUniversal creencia en Ellos

Una de las más hermosas características de la Teosofía es la de representar a las gentes de un modo más racional las verdades, para ellas realmente provechosas y consoladoras, de las religiones en cuyo seno crecieron y se educaron. Muchos de los que rompieron la crisálida de la fe ciega, y en alas de la razón y del instintivo criterio se remontaron al más elevado nivel de nobilísima y libérrima vida intelectual, echaron de ver, sin embargo, en el proceso de este glorioso aventajamiento, que al renunciar a las creencias de su infancia perdieron la poesía y encanto de la existencia.

No obstante, si sus vidas fueron en lo pasado suficientemente buenas para aprovechar por ellas la oportunidad de recibir la benéfica influencia de la Teosofía, muy pronto se percatarán de que no lo perdieron todo, sino que aun ganaron en exceso; que la gloria y la belleza y la poesía resplandecen allí con mayor intensidad de lo que hubiesen podido esperar antes de entonces; y no ya como placentero sueño del que en cualquier tiempo les despierta bruscamente la fría luz de los sentidos orgánicos, sino como verdades de naturaleza investigable, que cuanto mejor comprendidas llegarán a ser más robustas, perfectas y evidentes.

Notable ejemplo de esta beneficiosa acción de la Teosofía es la manera cómo el mundo invisible (que antes de anegarnos la ola enorme del materialismo fue considerado como fuente de todo auxilio humano) ha sido restituido por ella a la vida moderna.

La Teosofía demuestra que no son meras supersticiones sin significado alguno, sino hechos naturales con fundamento científico, las creencias, consejos y tradiciones populares respecto de los trasgos, duendes, gnomos, hadas y espíritus del aire, del agua, de los bosques, montañas y cavernas.

A la eterna pregunta de si el hombre vive después de muerto, responde la Teosofía con científica exactitud, y sus enseñanzas acerca de la naturaleza y condiciones de la vida de ultratumba irradian efluvios de luz sobre muchos problemas metafísicos que, por lo menos para el mundo occidental, estaban aprióricamente sumidos en impenetrables tinieblas.

Nunca será ocioso repetir que en punto a estas enseñanzas relativas a la inmortalidad del alma ya la vida futura, se coloca la Teosofía en posiciones totalmente distintas de las que ocupan las religiones confesionales; pues no apoya estas profundas verdades en la única autoridad de antiquísimas Escrituras o Libros sagrados, sino que prescindiendo de opiniones ultrapiadosas y especulaciones metafísicas, se atiene a hechos positivos y reales y tan a nuestro alcance como el aire que respiramos o las casas en que vivimos; hechos que muchos de nosotros experimentamos constantemente y que son la cotidiana ocupación de algunos de nuestros estudiantes.

Entre las hermosas ideas que la Teosofía nos ha restituido, aparece preeminentemente la de la gran acción auxiliadora de la naturaleza. La creencia en ella ha sido universal desde los albores de la historia, y aun hoy lo es si exceptuamos los estrechos recintos religiosos del protestantismo, que ha desolado y entenebrecido la conciencia de sus fieles con el empeño de negar la natural y verdadera idea de los mediadores, reduciendo toda comunicación espiritual a la directa entre el hombre y la Divinidad, con lo que el concepto de Dios quedó indefinidamente degradado y el hombre sin auxilio.

No se necesita mucho esfuerzo de meditación para comprender que la vulgar idea de Providencia, el concepto de una correveidílica intervención entre el Poder central del universo y el resultado de sus propios decretos, supondría parcialidad o privilegio, y, por lo tanto, la interminable serie de males que de ella necesariamente dimanarían.

Libre de esta objeción se halla la Teosofía, porque enseña que el hombre sólo recibe auxilio cuando por sus pasadas acciones lo merece, y que aun así, lo recibirá únicamente de los seres en superior cercanía a su nivel psíquico. Esta enseñanza nos conduce a la inmemorial y ya lejana idea de una no interrumpida escala de seres que desde el Mismo Logos desciende hasta el polvo que huellan nuestros pies1.

La existencia de Protectores invisibles ha sido reconocida siempre en Oriente, aunque se les haya designado con diversos nombres y atribuido diferentes caracteres según los países.

Aun en Europa dan prueba de esta misma creencia las continuas intervenciones de los dioses en los asuntos humanos, como relatan los historiadores griegos. También la leyenda romana atribuye a Cástor y Polux mediación favorable a las legiones de la naciente república, en la batalla del lago Regilo.

Semejantes creencias no desarraigaron al terminar la edad antigua, sino que tuvieron sus legítimas derivaciones en los tiempos medievales, como lo demuestran las apariciones de santos en el momento crítico de las batallas2 para mudar la suerte de las armas en favor de las huestes cristianas; o asimismo los ángeles de la guarda que en ocasiones salvan a los peregrinos de peligros inevitables sin el celeste auxilio.

CAPÍTULO IIAlgunos ejemplos modernos

Aun en esta descreída época y entre la vorágine de nuestra novecentista civilización, a despecho de la ciencia dogmática y de la mortífera estultez del protestantismo, puede hallar quienquiera que se tome el trabajo de fijar la atención en ellos, numerosos ejemplos de mediación protectora, inexplicable desde el punto de vista del materialismo. A fin de darle al lector prueba de ello, resumiré brevemente unos cuantos ejemplos de los referidos por escritores veraces, y además otros dos de que adquirí noticia directa.

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!

Lesen Sie weiter in der vollständigen Ausgabe!