Russell en 90 minutos - Paul Strathern - E-Book

Russell en 90 minutos E-Book

Paul Strathern

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Beschreibung

En Russell en 90 minutos, Paul Strathern presenta un repaso conciso y experto de la vida e ideas de Russell, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una selección de escritos de Russell, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento y cronologías que sitúan a Russell en su época y en una sinopsis más amplia de la filosofía.

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Siglo XXI

Paul Strathern

Russell

en 90 minutos

Traducción: José A. Padilla Villate

Russell afirmó que fueron tres las pasiones que le dominaron: un anhelo de amor, la búsqueda de conocimiento y una angustiosa compasión por el sufrimiento humano. Su punto de vista filosófico, profundamente imbuido de la ciencia de su tiempo, estuvo, no obstante, enraizado en la lógica y en el empirismo; dedicó sus mayores esfuerzos a la epistemología –la indagación por el último fundamento de nuestro saber acerca del mundo–. ¿Cómo podemos tener la certeza de que es verdadero lo que pretendemos saber? ¿Dónde radica la certidumbre en nuestra experiencia del mundo?

En Russell en 90 minutos, Paul Strathern presenta un repaso conciso y experto de la vida e ideas de Russell, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una selección de escritos de Russell, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento y cronologías que sitúan a Russell en su época y en una sinopsis más amplia de la filosofía.

«90 minutos» es una colección compuesta por breves e iluminadoras introducciones a los más destacados filósofos, científicos y pensadores de todos los tiempos. De lectura amena y accesible, permiten a cualquier lector interesado adentrarse tanto en el pensamiento y los descubrimientos de cada figura analizada como en su influencia posterior en el curso de la historia.

Diseño de portada

RAG

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Nota editorial:

Para la correcta visualización de este ebook se recomienda no cambiar la tipografía original.

Nota a la edición digital:

Es posible que, por la propia naturaleza de la red, algunos de los vínculos a páginas web contenidos en el libro ya no sean accesibles en el momento de su consulta. No obstante, se mantienen las referencias por fidelidad a la edición original.

Título original

Russell in 90 minutes

© Paul Strathern, 2001

© Siglo XXI de España Editores, S. A., 2003, 2015

para lengua española

Sector Foresta, 1

28760 Tres Cantos

Madrid - España

Tel.: 918 061 996

Fax: 918 044 028

www.sigloxxieditores.com

ISBN: 978-84-323-1761-3

Introducción

Bertrand Russell vivió casi 98 años. Fue la suya una vida de filósofo larga y rica en acontecimientos en el siglo de más cambios de que ha sido testigo la humanidad. Cuando nació Russell, la Guerra Civil Norteamericana acababa de terminar, y Nietzsche, que entonces contaba 28 años de edad, estaba escribiendo su primer libro, El nacimiento de la tragedia. Al morir Russell, el hombre había pisado la Luna, y hasta el filósofo que le sucedió en su autoridad, Wittgenstein, llevaba muerto casi un cuarto de siglo.

Russell dijo que fueron tres las grandes pasiones que le impulsaron durante toda su vida: un anhelo de amor, la búsqueda de conocimiento y una angustiosa compasión por el sufrimiento humano. Buscó el amor a fin de escapar a una soledad insoportable, y porque el éxtasis que le producía era tan grande que, aseguró, habría dado su vida por la felicidad que le proporcionaba. Su búsqueda de conocimiento fue igualmente apasionada. Necesitaba conocer «por qué brillan las estrellas» y el poder «por el cual los números gobiernan el cambio». Su filosofía siempre tuvo muy en cuenta la ciencia, evitada por muchos filósofos a pesar de haber transformado el mundo durante el siglo. La teoría de la evolución de Darwin era aún una novedad cuando nació Russell, y se estaba desentrañando la estructura del ADN cuando murió. Entre medias, la teoría de la relatividad, la física cuántica, la fisión nuclear y la teoría del big bang modificaron para siempre la forma como vemos el universo.

Sin embargo, el punto de vista filosófico de Russell –profundamente enraizado en la lógica y el empirismo– permaneció esencialmente sin cambios en muchos aspectos. Su enfoque fue casi siempre lúcido y de acuerdo con el sentido común, aunque él mismo calificó este de «metafísica de los salvajes», y se negó a permitir que el contenido de su pensamiento (a distinguir de su modo de expresión) se viera distorsionado por su maligna influencia. Russell fue lo bastante aristocrático como para que no le importara parecer ridículo. De hecho, muchas de sus posturas políticas más extremistas fueron consideradas precisamente así. Su carácter fue una mezcla poderosa de arrogancia elitista, franca honradez y principios inflexibles. Fue capaz de ver en las profundidades del mundo (tanto filosófica como políticamente), pero fue a menudo ciego en lo concerniente a su propio mundo interior. Sin embargo, este desconocimiento psicológico pareció ser el origen de su impulso, dando fuerza emocional incluso a sus pesquisas más intelectuales, así como a sus frecuentes asuntos del corazón.

Esta vigorosa búsqueda de amor y conocimiento obedeció a una actitud en verdad apasionada. Como el propio Russell admitió, fueron tareas que le elevaron al cielo, de donde le bajó a la tierra su tercera pasión, su conmiseración por la humanidad sufriente. Las víctimas mundiales de la maldad infligida por los hombres –guerra, pobreza, tortura, sufrimiento– le impulsarían una y otra vez a acciones quijotescas.

Russell fue durante toda su vida la imagen de la contradicción y de la controversia. El mismo hombre que durante un tiempo fue considerado como el filósofo más importante del mundo sería también vilipendiado a causa de sus avanzadas opiniones liberales acerca del amor y de otras cuestiones sociales. El mismo hombre honrado con el Premio Nobel sería encerrado dos veces en prisión. El hombre que trató de establecer una filosofía lógica demostrable con certeza estimularía al filósofo cuya obra reemplazaría y socavaría su propia filosofía.

Si bien puede decirse que la filosofía lógica de Russell fracasó, cabe argumentar que su filosofía política sí tuvo éxito (independientemente de que haya habido filósofos a quienes esta última les pareciera trivial o incuso escandalosa; él no lo creyó así.) Actualmente, las costumbres sociales aceptadas en el mundo occidental se asemejan a las ideas liberales de Russell mucho más que a las de otros pensadores más respetados que han escrito sobre temas políticos y éticos. De manera similar, su vehemente campaña en contra de las armas nucleares puso las bases del desarme, aunque sin duda él habría señalado que este proceso está muy lejos de ser completo, y puede todavía resultar en el desastre que él trató de evitar.

Russell afirmó que hizo sus mayores esfuerzos en el campo de la filosofía tradicional, concretamente en epistemología, esto es, la búsqueda de los fundamentos últimos de nuestro conocimiento del mundo. ¿Cómo podemos tener la certeza de que es verdadero lo que pretendemos saber? ¿Dónde radica la certidumbre en nuestra experiencia del mundo? ¿Puede decirse que el conocimiento más preciso –las matemáticas– descansa en una base lógica segura? Estas fueron las preguntas que Russell trató de responder durante sus momentos de pensamiento filosófico más profundo. Son las eternas preguntas de la filosofía, desde Platón y Aristóteles, pasando por Descartes, Hume y Kant, hasta Russell y Wittgenstein.

La segunda mitad del siglo XX fue testigo de un intento concertado de socavar tales preguntas. («No existe la verdad universal» o «Todo conocimiento está en relación con la época histórica o la cultura en donde es admitido».) Pero la persistencia del pensar científico y filosófico demuestra que las cuestiones encaradas por Russell siguen siendo de vital importancia para el pensamiento actual. Sus ideas, y los progresos que hizo en epistemología, siguen siendo extremadamente importantes para la filosofía contemporánea. La época de un conocimiento científico que parece siempre en expansión necesita más que nunca una filosofía que le sirva de apoyo. En un sentido general, todavía no se ha encontrado. Y es posible que nunca se encuentre. Pero sigue siendo fructífero el intento de ver cómo una filosofía semejante podría servir de fundamento al conocimiento científico. Al tratar de desvelar su certeza comprendemos mejor qué es ese conocimiento. Pensamos científicamente acerca de un mundo que parece científico. ¿Qué quiere esto decir de nosotros y del mundo que habitamos? ¿Cuál es el nexo de unión entre estas dos entidades dispares, si es que lo hay? El pensamiento de Russell ha sido uno de los últimos, y de los más esclarecedores, estadios de esta antiquísima pesquisa filosófica.

Vida y obra de Russell