San Agustín en 90 minutos - Paul Strathern - E-Book

San Agustín en 90 minutos E-Book

Paul Strathern

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Beschreibung

Los conflictos de Agustín de Hipona con el sexo y con una madre dominante, seguidos de una crisis espiritual que le llevó a convertirse al cristianismo –contadas con detalle en sus Confesiones–, le condujeron por último a hacer su contribución más importante a la filosofía: la fusión de las doctrinas del cristianismo y del neoplatonismo. Así, no solo proporcionó al cristianismo un fuerte soporte intelectual, sino que lo enlazó con la tradición griega de la filosofía. De este modo, el cristianismo pudo mantener encendida la llama de la filosofía, si bien débilmente, a través de la oscura Edad Media. Agustín produjo también importantes ideas filosóficas propias, incluidas teorías del tiempo y del conocimiento subjetivo que anticipaban en muchos siglos la obra de Kant y de Descartes.

En San Agustín en 90 minutos, Paul Strathern expone de manera clara y concisa la vida e ideas de Agustín de Hipona. El libro incluye una selección de sus escritos, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento, y cronologías que sitúan a san Agustín en su época y en una sinopsis más amplia de la filosofía.

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Siglo XXI

Paul Strathern

San Agustín

en 90 minutos

Traducción: José A. Padilla Villate

Los conflictos de Agustín de Hipona con el sexo y con una madre dominante, seguidos de una crisis espiritual que le llevó a convertirse al cristianismo –contadas con detalle en sus Confesiones–, le condujeron por último a hacer su contribución más importante a la filosofía: la fusión de las doctrinas del cristianismo y del neoplatonismo. Así, no solo proporcionó al cristianismo un fuerte soporte intelectual, sino que lo enlazó con la tradición griega de la filosofía. De este modo, el cristianismo pudo mantener encendida la llama de la filosofía, si bien débilmente, a través de la oscura Edad Media. Agustín produjo también importantes ideas filosóficas propias, incluidas teorías del tiempo y del conocimiento subjetivo que anticipaban en muchos siglos la obra de Kant y de Descartes.

En San Agustín en 90 minutos, Paul Strathern expone de manera clara y concisa la vida e ideas de Agustín de Hipona. El libro incluye una selección de sus escritos, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento, y cronologías que sitúan a san Agustín en su época y en una sinopsis más amplia de la filosofía.

«90 minutos» es una colección compuesta por breves e iluminadoras introducciones a los más destacados filósofos, científicos y pensadores de todos los tiempos. De lectura amena y accesible, permiten a cualquier lector interesado adentrarse tanto en el pensamiento y los descubrimientos de cada figura analizada como en su influencia posterior en el curso de la historia.

Diseño de portada

RAG

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Nota editorial:

Para la correcta visualización de este ebook se recomienda no cambiar la tipografía original.

Nota a la edición digital:

Es posible que, por la propia naturaleza de la red, algunos de los vínculos a páginas web contenidos en el libro ya no sean accesibles en el momento de su consulta. No obstante, se mantienen las referencias por fidelidad a la edición original.

Título original

St. Augustine in 90 minutes

© Paul Strathern, 1997

© Siglo XXI de España Editores, S. A., 2000, 2015

para lengua española

Sector Foresta, 1

28760 Tres Cantos

Madrid - España

Tel.: 918 061 996

Fax: 918 044 028

www.sigloxxieditores.com

ISBN: 978-84-323-1757-6

Introducción

La Edad de Oro de la filosofía llegó a su fin con la muerte de Aristóteles en el año 322 a.C. Lo que había sido objeto de razonamientos coherentes degeneró en gran medida en actitud o comentario. De lo primero, dos eran las actitudes principales. Corriendo los tiempos que corrían, ninguna de las dos era optimista.

La filosofía estoica fue originada por Zenón de Citio, nacido en Chipre a principios del siglo III a.C. Zenón fue un capitalista de éxito hasta que perdió todos sus recursos en un naufragio. Se sintió inmediatamente atraído por los cínicos, que pensaban que las posesiones materiales no tenían la menor importancia. Zenón partió de esta actitud para desarrollar su propia filosofía estoica, que recibió su nombre de los stoa (columnas) de la arcada de Atenas donde enseñaba. Zenón adoptó la actitud estoica frente a la vida. Afirmaba que los hombres se dividen en dos categorías. El primer grupo (todos los estoicos) consistía en los sabios, indiferentes a todo excepto a su propia sabiduría. El resto eran los tontos.

La sabiduría consistía para los estoicos en renunciar a las pasiones y llevar una vida virtuosa, lo que implicaba el control de sí mismo, la fortaleza frente a la adversidad y la conducta justa.

La filosofía estoica se desarrolló durante siglos y llegó a estar en boga en Roma, especialmente entre los miembros desilusionados de las clases altas de la sociedad, quienes tenían que soportar los caprichos de emperadores recalcitrantes. El dramaturgo Séneca trató incluso de enseñar el estoicismo a Nerón, pero el emperador demostró no tener el temperamento adecuado para esta filosofía.

Finalmente, en el siglo II d.C., el estoicismo fue adoptado por el emperador Marco Aurelio, quien escribió una serie de meditaciones bastante pomposas y banales durante sus largas campañas contra los bárbaros transdanubianos.

Otras posturas filosóficas similares extendieron la de los cínicos, antes mencionados, y la de los escépticos, que pensaban que no sabían nada, pero que no veían ninguna contradicción en enseñar esto.

Pero la tendencia más importante después de la de los estoicos fue la iniciada por Epicuro, que nació a mediados del siglo IV a.C., probablemente en Samos. Epicuro se estableció en Atenas y fundó una comunidad que vivía en su huerto y seguía su filosofía, opuesta al estoicismo en muchos aspectos y conocida como epicureísmo. Los estoicos renunciaban a los placeres y los epicúreos apostaban por la buena vida. Pero el propio Epicuro pensaba que la buena vida consistía en la sencillez extrema, en vivir a pan y agua, con quizá un poco de queso los días de fiesta. Su objetivo (y el de su filosofía al principio) era el de alcanzar una vida libre de todo sufrimiento. El sexo, la bebida, las ambiciones de todo tipo –en suma, la vida por todo lo alto– traían como resultado resacas, decepciones, sufrimiento… y lo mejor era evitar sus causas. Los romanos, poco proclives a tales finezas filosóficas, abrazaron ávidamente el epicureísmo, pero con sus propias ideas acerca de lo que es la buena vida, que comprendía muchísimo más que pan y agua. De este modo se corrompió el epicureísmo, adquiriendo la connotación de permisividad egoísta que mantiene hasta el día de hoy.

Casi todos los demás filósofos de este periodo se concentraban en la obra de sus grandes predecesores y su actividad consistía principalmente en comentarlos, analizarlos y reelaborarlos y en la sofistería. Los más destacados de entre estos nada originales filósofos eran los seguidores de Pitágoras y Platón. El más grande de estos últimos fue Plotino, que desarrolló la tendencia religiosa del platonismo, incorporando diversos rasgos místicos. Al final, su filosofía apenas podía ser reconocida como platonismo, por lo que se la denominó neoplatonismo.

El acontecimiento intelectual más importante de los primeros siglos después de Cristo fue la difusión del cristianismo. Este sirvió de barrera a todo desarrollo filosófico serio hasta la llegada de Agustín.

Vida y obra de san Agustín

«Fui a Cartago, donde terminé en un bullente caldero de lascivia. En un frenesí de lujuria hice cosas abominables; me sumergí en fétida depravación hasta hartarme de placeres infernales. Los apetitos carnales, como un pantano burbujeante, y el sexo viril manando dentro de mí rezumaban vapores…» San Agustín era una maníaco sexual, o eso es lo que pretende hacernos creer. Se castiga página tras página de sus famosas Confesiones