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San Manuel Bueno, mártir, es uno de los trabajos más destacados de Unamuno, publicada en 1931, poco antes de su fallecimiento y es considerada como su testamento espiritual. Esta novela corta es una de las obras maestras de la literatura española. La historia de "San Manuel Bueno, mártir" se desarrolla en la aldea de Valverde de Lucerna, situada al borde de un lago en la región de Castilla y León. El protagonista es el párroco del lugar, Don Manuel Bueno, un hombre respetado y amado por su comunidad debido a su profunda bondad y dedicación a los demás. El conflicto central de la novela surge cuando Ángela Carballino, una joven escéptica y atormentada por las dudas sobre la vida después de la muerte, regresa al pueblo después de haber vivido en la ciudad. Ángela busca consuelo y comprensión en Don Manuel, pero al descubrir que el sacerdote también enfrenta sus propias dudas existenciales, se siente aún más desorientada. La trama se desarrolla en torno a las luchas internas de Don Manuel, quien ha perdido su fe en una vida más allá de la muerte. A pesar de su desesperanza, decide mantener en secreto sus dudas para preservar la fe y la paz espiritual de su comunidad, a la que él ama y busca proteger. La novela presenta un profundo debate sobre la religión, la fe, la espiritualidad y la existencia humana.
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Seitenzahl: 73
Veröffentlichungsjahr: 2023
MIGUEL DE UNAMUNO
SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
PRÓLOGO
SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR
EPÍLOGO
FIN
Título: San Manuel Bueno, Mártir
Autor: Miguel de Unamuno
Editorial: AMA Audiolibros
© De esta edición: 2023 AMA Audiolibros
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Miguel de Unamuno y Jugo nació el 29 de septiembre de 1864 en Bilbao, España. Fue un destacado escritor, poeta, ensayista y filósofo que se convirtió en una de las figuras más influyentes de la Generación del 98, un grupo de intelectuales españoles que reflexionaron profundamente sobre la crisis moral, política y social que afectó a España a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Unamuno creció en un ambiente culturalmente rico, lo que le permitió desarrollar su amor por la literatura desde una edad temprana. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, donde más tarde se convirtió en profesor. Como escritor, Unamuno fue prolífico y versátil. Su obra abarcó una amplia variedad de géneros, desde poesía y novelas hasta ensayos y teatro. A lo largo de su vida, mostró una fuerte inclinación hacia la filosofía existencialista, lo que se refleja en su interés por las cuestiones de la vida y la muerte, la fe y la inmortalidad, temas que se entrelazan en muchas de sus obras. Unamuno fue una figura polémica en su tiempo debido a sus opiniones políticas y su enfrentamiento con el régimen dictatorial del general Miguel Primo de Rivera. Su defensa apasionada de la libertad de expresión y sus críticas al autoritarismo le llevaron al exilio en varias ocasiones. Sin embargo, su influencia intelectual no se detuvo, y continuó escribiendo y publicando hasta su muerte.
San Manuel Bueno, mártir, es uno de los trabajos más destacados de Unamuno, publicado en 1931, poco antes de su fallecimiento y es considerada como su testamento espiritual. Esta novela corta es una de las obras maestras de la literatura española. La historia de "San Manuel Bueno, mártir" se desarrolla en la aldea de Valverde de Lucerna, situada al borde de un lago en la región de Castilla y León. El protagonista es el párroco del lugar, Don Manuel Bueno, un hombre respetado y amado por su comunidad debido a su profunda bondad y dedicación a los demás. El conflicto central de la novela surge cuando Ángela Carballino, una joven escéptica y atormentada por las dudas sobre la vida después de la muerte, regresa al pueblo después de haber vivido en la ciudad. Ángela busca consuelo y comprensión en Don Manuel, pero al descubrir que el sacerdote también enfrenta sus propias dudas existenciales, se siente aún más desorientada. La trama se desarrolla en torno a las luchas internas de Don Manuel, quien ha perdido su fe en una vida más allá de la muerte. A pesar de su desesperanza, decide mantener en secreto sus dudas para preservar la fe y la paz espiritual de su comunidad, a la que él ama y busca proteger. La novela presenta un profundo debate sobre la religión, la fe, la espiritualidad y la existencia humana. Unamuno explora la complejidad de las creencias religiosas y la lucha interna de aquellos que enfrentan la incertidumbre sobre los misterios de la vida y la muerte. "San Manuel Bueno, mártir" es una obra que ha dejado una profunda huella en la literatura. La habilidad de Unamuno para abordar las cuestiones filosóficas y existenciales de manera emotiva y apasionada ha cautivado a lectores de todas las épocas y continúa siendo un texto relevante y valioso en la tradición literaria española.
En La Nación, de Buenos Aires, y algo más tarde en El Sol, de Madrid, número del 3 de diciembre de 1931, Gregorio Marañón publicó un artículo sobre mi San Manuel Bueno, Mártir, asegurando que ella, esta novelita, publicada en La Novela de Hoy, número 461 y último de la publicación, correspondiente al día 13 de marzo de 1931 —estos detalles los doy para la insaciable casta de los bibliógrafos—, ha de ser una de mis obras más leídas y gustadas en adelante como una de las más características de mi producción toda novelesca. Y quien dice novelesca —agrego yo—, dice filosófica y teológica. Y así como él pienso yo, que tengo la conciencia de haber puesto en ella todo mi sentimiento trágico de la vida cotidiana.
Luego hacía Marañón unas brevísimas consideraciones sobre la desnudez de la parte puramente material en mis relatos. Y es que creo que dando el espíritu de la carne, del hueso, de la roca, del agua, de la nube, de todo lo demás visible, se da la verdadera e íntima realidad, dejándole al lector que la revista en su fantasía.
Es la ventaja que lleva el teatro. Como mi novela Nada menos que todo un hombre, escenificada luego por Julio de Hoyos bajo el título de Todo un hombre, la escribí ya en vista del tablado teatral, me ahorré todas aquellas descripciones del físico de los personajes, de los aposentos y de los paisajes, que deben quedar al cuidado de actores, escenógrafos y tramoyistas. Lo que no quiere decir, ¡claro está!, que los personajes de la novela o del drama escrito no sean tan de carne y hueso como los actores mismos, y que el ámbito de su acción no sea tan natural y tan concreto y tan real como la decoración de un escenario.
Escenario hay en San Manuel Bueno, Mártir, sugerido por el maravilloso y tan sugestivo lago de San Martín de Castañeda, en Sanabria, al pie de las ruinas de un convento de Bernardos y donde vive la leyenda de una ciudad, Valverde de Lucerna, que yace en el fondo de las aguas del lago. Y voy a estampar aquí dos poesías que escribí a raíz de haber visitado por primera vez ese lago el día primero de junio de 1930.
La primera dice:
San Martín de Castañeda,
espejo de soledades,
el lago recoge edades
de antes del hombre y se queda
soñando en la santa calma
del cielo de las alturas,
la que se sume en honduras
de anegarse, ¡pobre! el alma.
Men Rodríguez, aguilucho
de Sanabria, el ala rota
ya el cotarro no alborota
para cobrarse el conducho.
Campanario sumergido
de Valverde de Lucerna,
toque de agonía eterna
bajo el caudal del olvido.
La historia paró; al sendero
de San Bernardo la vida
retorna, y todo se olvida,
lo que no ha sido primero.
Y la segunda, ya de rima más artificiosa, decía y dice así:
Ay Valverde de Lucerna,
hez del lago de Sanabria,
no hay leyenda que dé cabria
de sacarte a luz moderna.
Se queja en vano tu bronce
en la noche de San Juan,
tus hornos dieron su pan
la historia se está en su gonce.
Servir de pasto a las truchas
es, aun muerto, amargo trago;
se muere Riba de Lago
orilla de nuestras luchas.
En efecto, la trágica y miserabilísima aldea de Riba de Lago, a la orilla del de San Martín de Castañeda, agoniza y cabe decir que se está muriendo. Es de una desolación tan grande como la de las alquerías, ya famosas, de las Hurdes. En aquellos pobrísimos tugurios, casuchas de armazón de madera recubierto de adobes y barro, se hacina un pueblo al que ni le es permitido pescar las ricas truchas en que abunda el lago y sobre las que una supuesta señora creía haber heredado el monopolio que tenían los monjes Bernardos de San Martín de Castañeda.
Esta otra aldea, la de San Martín de Castañeda, con las ruinas del humilde monasterio, agoniza también junto al lago, algo elevada sobre su orilla. Pero ni Riba de Lago, ni San Martín de Castañeda, ni Galende, el otro pobladillo más cercano al lago de Sanabria —este otro mejor acomodado—, ninguno de los tres puede ser ni fue el modelo de mi Valverde de Lucerna. El escenario de la obra de mi Don Manuel Bueno y de Angelina y Lázaro Carballino supone un desarrollo mayor de vida pública, por pobre y humilde que esta sea, que la vida de esas pobrísimas y humildísimas aldeas. Lo que no quiere decir, ¡claro está!, que yo suponga que en estas no haya habido y aún haya vidas individuales muy íntimas e intensas, ni tragedias de conciencia.