Su obra se caracteriza por una parte por un permanente conflicto entre la realidad y la ficción, fuertemente comprometido con los procesos políticos que han sacudido a su país, Rivas o Simón, su seudónimo para protegerse de la censura y de la persecución política, inventa desarrollos probables de la sociedad chilena en contextos determinados, así es como literaturizó de distintas maneras la supuesta caída del dictador en sus novelas, ya sea derrocado por las huestes de un vendedor de globos terráqueos apertrechado con armamentos propios de los comandos primermundistas o exterminado por un vengador misterioso que se ha encargado de hacer justicia a través de los tiempos.