Siete cuentos. Siete colores. Siete animales.
Siete cuentos. Siete colores. Siete animales.
Sus historias te harán viajar desde la comodidad de la
casa hasta la selva tropical, pasando por brillantes arre-
cifes de coral, pantanos sinuosos o desiertos divertidos.
Conocerás a familias y a amigos que te acompañarán
en un viaje de color a través de tus propias emociones. Y
quizás aterrices en una pradera de flores que no es tan
pacífica como aparenta. ¿Te animas?
Valores implícitos:
Valores implícitos:
A través de siete historias, emociones como el miedo
y el valor, la soledad, el placer de las cosas sencillas,
la felicidad en la diversidad, la envidia positiva, la
capacidad de resiliencia y el optimismo pintan, cada
una con su color, un arcoíris imperecedero al que
volver una y otra vez y al que añadirle, por qué
no, nuevos colores y emociones diferentes. Se trata
de un viaje para compartir en familia.
© del texto: Mercedes Enríquez
© de las ilustraciones: Álvaro y Lucas
© del diseño y corrección: Equipo BABIDI-BÚ
© de esta edición:
Editorial BABIDI-BÚ, 2022
Avda. San Francisco Javier, 9, P 6ª, 23
Edificio SEVILLA 2,
41018 – Sevilla
Tlf: 912 - 665 - 684
www.babidibulibros.com
Primera edición: enero, 2022
ISBN: 978-84-19106-99-5
Producción del Ebook: booqlab.com
Reservados todos los derechos
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Guía de emociones
Guía de emociones
Y DIVIÉRTETE
Tranquilo, T-Rex, tranquilo
Tranquilo, T-Rex, tranquilo
Aquella mañana el cielo amaneció cubierto de
pequeñas nubes de colores. T-Rex se asomó por la
ventana y las miró extrañado.
—Azul, rojo, naranja —T-Rex comenzó a contar en voz
alta—, amarillo, celeste, verde, eee…
Se detuvo.
—Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y… —volvió a
contar con las dos garras de cada mano.
No podía ser. Estaba seguro de que las nubes siempre
habían sido de más colores. Siete, sí, siete colores. Y él
solo había contado seis. Faltaba un color, estaba seguro.
Pero ¿cuál? Excitado, salió corriendo de su habitación.
Bajó las escaleras con toda la prisa que sus torpes
zancadas le permitían, pero al llegar a la cocina no
encontró a nadie. ¿Dónde estaban Mami y Papi? Espera.
Mami siempre entraba en su habitación y le acariciaba
la frente con ternura hasta que T-Rex volvía de su
mundo de ensueño. Y Papi lo esperaba en la cocina con
el desayuno preparado y un «¡Roar-días!» juguetón.