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Cuando se piensa o se habla del Caribe, muchas veces acuden estereotipos como el de una playa soleada o el de una fiesta carnavalesca. Si bien esas imágenes condensan realidades muy extendidas, no dejan de ser parciales y limitadas ante la vastísima diversidad que caracteriza a la región. Este volumen tiene el propósito de difundir nuestra riqueza, pluralidad y complejidad de manera atractiva e instruida. Como abanico multicolor que combina textos e imágenes, en estas páginas, introducidas por la obra de Alfredo Sosabravo, se despliegan las respuestas a cien interrogantes sobre diversas aristas vinculadas con la historia, la arqueología, la antropología, la economía, la política, la geografía, la demografía, la biología, la meteorología, la lingüística, la religión, el arte, el deporte y la cultura del Caribe.
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Seitenzahl: 212
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edición
Haydée Arango Milián
diseño y composición
Pilar Fermelo
Conversión a ebook:
Grupo Editorial RUTH Casa Editorial
control de calidad
Marilé Ruiz Prado / Alexis Rodríguez (10k)
imagen de cubierta
«Homenaje al Caribe» (detalle), óleo sobre tela, 80 x 95 cm, Alfredo Sosabravo, 2002
imágenes interiores
Tomadas de Internet, en dominio público
sobre la presente edición
© Oscar de Jesús Ochoa González, 2021
© Arlene Gómez Palacios, 2021
© Jacqueline Laguardia Martínez, 2021
© Editorial UH, 2024
ISBN
9789597265757
Editorial UH
Dirección de Publicaciones Académicas,
Facultad de Artes y Letras,
Universidad de La Habana
Edificio Dihigo, Zapata y G,
Plaza de la Revolución,
La Habana, Cuba. CP 10400.
Correo electrónico:
Facebook: editorial.uh.98
Al Caribe lo define su rica diversidad y su complejidad. Nació de la colonización violenta y de las ansias de riqueza y poder de las metrópolis europeas, cuya crueldad produjo el exterminio de la mayoría de la población indígena del área. Sin embargo, a pesar del reducido tamaño de muchos de los territorios que lo componen, hoy el Caribe es un actor fundamental en la dinámica política hemisférica y en la global. En el sistema multilateral, su actuación es notable en la defensa de causas ambientales y por el enfrentamiento a los efectos negativos que provoca el cambio climático.
Abordar el Caribe es un enorme reto. El propósito de este libro es ofrecer una visión amplia de la región a través de 100 respuestas sobre temas diversos que ayudarán a dibujar un espacio más allá de la imagen estereotipada de sol, arena, mar, música y carnaval. Se integran aquí asuntos múltiples que incluyen temas de geografía, historia, cultura, economía, política, arte, deportes y tradiciones, los que serán muy útiles para saber, entre muchas otras cuestiones, qué es el Caribe, cuál es su lugar en el concierto de naciones y cuánto nos falta aún por andar para lograr la plena independencia y la soberanía en la región.
Con ese afán de difundir la realidad caribeña, fue necesaria la consulta de numerosas fuentes de naturaleza diversa y en varios idiomas, entre las cuales se incluyen enciclopedias, diccionarios, materiales publicados en medios de prensa, artículos en revistas especializadas, libros, documentos oficiales y entrevistas; la información extraída de todas estas fuentes fue integrada y reelaborada de manera creativa, para ofrecer a los lectores un texto general, objetivo y de carácter esencialmente divulgativo. Por tales razones, y para ser consecuentes con el espíritu del libro, se prefirió dejar fuera de sus páginas ese fatigoso listado de fuentes desde las cuales se partió para reunir toda la información.
Este proyecto, pensado por la profesora Milagros Martí-nez durante años con la intención de introducir al amplio público las muchas aristas de nuestra bella y enigmática región, fue acogido con entusiasmo por miembros de la Cátedra de Estudios del Caribe Norman Girvan de la Universidad de La Habana, todos miembros del grupo de trabajo de CLACSO Crisis, Respuestas y Alternativas en el Gran Caribe. El libro contribuye al empeño permanente de la cátedra de dar a conocer al Caribe en Cuba, en toda su diversidad y complejidad. Como sabemos que es difícil apropiarse de aquello que se desconoce, dentro del grupo de lectores que esperamos se asomen a estas páginas queremos invitar de manera especial a los jóvenes cubanos, quienes son caribeños a pesar de que, en no pocas ocasiones, no vivencien como suya esta identidad regional.
Este libro no hubiese sido posible sin el compromiso del Máster en Ciencias Oscar Ochoa y la periodista y licenciada Arlene Gómez, jóvenes cubanos miembros de nuestra cátedra. A ellos, nuestro agradecimiento por el excelente trabajo y el entusiasmo con el que acogieron esta idea y la llevaron a un feliz final.
Jacqueline Laguardia Martínez
«MAPA DE LAS ISLAS DE AMÉRICA Y DE OTROS PAÍSES DE TIERRA FIRME» (1781), DE JEAN-BAPTISTE BOURGUIGNON D’ANVILLE. https://es.m.wikipedia.org
El origen de la palabra «caribe» es un poco incierto; no se ha podido determinar con total certeza de dónde proviene. Según Marcos A. Morínigo, en su Diccionario de americanismos, el término puede derivar del vocablo guaraní caribé, que significa ‘poderoso señor’, ‘dueño de esclavos’, ‘guerrero valiente’. Es de suponer que el término está asociado con los caribes, una de las etnias amerindias que poblaban la región en la época del encuentro con la cultura europea.
La primera referencia europea a la palabra «caribe» se remonta a 1492. Quedó plasmada en la bitácora del primer viaje de Cristóbal Colón. En su diario, el navegante genovés señaló la existencia de unos «caribes» o «caníbales», según le referían otros aborígenes, los aruacos antillanos. En carta de 1493, Colón informaba a los Reyes Católicos su «descubrimiento» de las Indias Occidentales y comentaba: «monstruos no he hallado, ni noticia, salvo de una isla (de Quarives), la segunda a la entrada de las Indias, que es poblada de una gente que tienen en todas las islas por muy feroces, las cuales comen gente humana». Vale acotar que los expertos aún debaten sobre la autoría de esa carta, la fecha de su redacción y los detalles que contiene.
Desde entonces se formalizó el uso del término «caribe» identificándolo con el de «caníbal», en contraste con la imagen ofrecida por el propio Colón para describir a los nativos de origen aruaco como solidarios y amistosos.
A pesar del uso extendido del vocablo «caribe» para referirse a la región y al mar que la bordea, no siempre se les ha llamado así. Otros apelativos utilizados han sido «golfo de Tierra Firme», «mar de las Antillas» y «mar de los Sargazos». José Martí, el Héroe Nacional de Cuba, solía referirse al Caribe como «Las Antillas».
La denominación «mar de las Antillas» mutó hacia «mar Caribe» a finales del siglo xviii. Esto fue en el contexto de las guerras de independencia de Estados Unidos e Hispanoamérica, y de la Revolución haitiana. Tales acontecimientos provocaron importantes giros geopolíticos en la región, asociados al paso de la hegemonía francesa a la británica.
A la llegada de los colonizadores europeos, tres principales pueblos indígenas habitaban las islas del Caribe: los taínos en las Antillas Mayores, las Bahamas y las islas de Sotavento; los caribes isleños y los galibis en las islas de Barlovento; los siboneyes en el centro de Cuba y los guanahatabeyes en el extremo occidental de dicha isla. A pesar del grave impacto de la colonización en la población aborigen del Caribe, son varios los pueblos autóctonos que sobrevivieron y que todavía habitan nuestros países, especialmente en aquellos territorios ubicados en el Caribe continental.
POBLACIÓN ARUACA. https://www.blackhistorymonth.org.uk
El pueblo aruaco es uno de los más numerosos. Se encuentra localizado en Venezuela, Guyana y Surinam. Su principal ocupación es la talla y el trabajo con la cerámica. Sus miembros hablan las lenguas aruacan y caribbean.
Los koguis o kaggabbas pueblan el norte de la sierra Nevada de Santa Marta, en los valles de los ríos Don Diego, Palomino, San Miguel y Ancho, en Colombia. Esta tribu ha tratado de mantenerse alejada del «hombre blanco» y conserva sus tradiciones milenarias. En su mitología religiosa, cobran vida muchos espíritus cuya autoridad suprema es el Mamo, una especie de sacerdote responsable de tomar las decisiones de mayor importancia para la comunidad.
Otros pueblos indígenas son los guahibos, los yanomamis, los yekuanas, los guajiros o wayúus, los galibis, los kalinagos, los garífunas, los igneris, los lucayos, los mayas, etcétera.
Los guahibos, ubicados en Venezuela y Colombia, basan su economía en los cultivos y la cría de ganados. Elaboran el techo de sus casas, a las que llaman kapis, con hojas de palma. Las decisiones importantes son tomadas mediante consenso por los miembros de la comunidad. Los guahibos hablan las lenguas aruacan y guahiban.
Los yanomamis se ubican entre Brasil y Venezuela. Habitan en hogares construidos con madera y hojas de palma. Son de tradición guerrera, por lo que consideran el valor como una virtud admirable. Se sostienen con actividades de agricultura, caza y recolección. Hablan la lengua yanomam.
En la Guajira, región que abarca parte tanto de Venezuela como de Colombia, habitan los wiwas, los koguis, los arhuacos, los kankuamos y los guajiros o wayúus. Estos últimos viven básicamente de la ganadería y la extracción de sal. Allí, seres humanos y animales reciben un trato similar. Conforman una sociedad matriarcal donde la crianza de sus hijos es responsabilidad de la familia materna. Cuentan con un chamán encargado de atender la salud de los enfermos. Hablan la lengua aruaca.
Un grupo étnico que es vivo ejemplo de la transculturación caribeña son los garífunas o garinagus, como suelen autodenominarse. Eran conocidos por los ingleses como black Caribs. Descienden de la mezcla entre africanos, aborígenes caribes y aruacos que se produjo desde inicios del siglo xvii. Las evidencias históricas sitúan el surgimiento de los garífunas en la isla San Vicente en el año 1635, a raíz del naufragio de dos barcos negreros españoles provenientes de África Occidental. Los negros esclavizados ya liberados fueron incorporados a la sociedad indoamericana de la isla, lo cual dio lugar a un nuevo mestizaje, del que nacieron los caribes negros. La descendencia preservó la estatura y el color de los africanos, así como muchos elementos culturales indígenas.
TRADICIONES GARÍFUNAS EN EL CARIBE HONDUREÑO. https://conexion.hn
Los garífunas representan un hecho antropológico, sociológico y cultural de enorme interés: como pueblo, nacieron en el contexto de la colonización y, como resultado de ella, desarrollaron una lengua propia basada en la aruaca con fuertes influencias del francés, del inglés, del español en algunas regiones, así como de lenguas africanas en menor medida. En la actualidad habitan en las zonas costeras caribeñas de Honduras, Belice, Nicaragua y Guatemala.
A inicios de los años noventa del siglo xx la orquesta hondureña Banda Blanca popularizó la canción «Sopa de caracol». El tema fue adaptado a partir de una canción escrita en garífuna, cuyo compositor y cantante fue el garinagu beliceño Hernán Chico Ramos. La interpretación de «Sopa de caracol» por Banda Blanca alcanzó el primer puesto del Top Latin Songs de Billboard en Estados Unidos en el año 1991.
Al sur de la isla de Trinidad, en Banwari Trace, se localiza el sitio arqueológico donde se ha encontrado la evidencia más antigua de presencia humana en el Caribe. El descubrimiento ocurrió en noviembre de 1969, cuando la Sociedad Histórica de Trinidad y Tobago localizó los restos de un esqueleto humano en aquel lugar. Acostado sobre su lado izquierdo, en una típica posición amerindia de entierro «agazapado» a lo largo de un eje noroeste, el Banwari Man, como se le llama comúnmente, fue encontrado a 20 cm por debajo de la superficie. Solamente dos objetos fueron ubicados en el sitio del entierro: un guijarro redondo cerca del cráneo y una aguja por la zona de la cadera. El Banwari Man aparentemente fue enterrado en un basurero y posteriormente cubierto por restos de conchas.
RESTOS HUMANOS EN EL SITIO ARQUEOLÓGICO DE BANWARI TRACE, TRINIDAD.http://indigenousreview.blogspot.com
De acuerdo con el Dr. Basil A. Reid, jefe del Centro de Arqueología de la Universidad de las Indias Occidentales y profesor de Arqueología de esa institución, el sitio data de entre 5 000 y 7 000 años a. n. e. Contiene yacimientos precerámicos pertenecientes a la edad arcaica y arroja mucha información sobre los patrones de migración del periodo arcaico –precerámico– desde Sudamérica hasta las Antillas Menores, vía Trinidad, entre los años 5000 y 2000 a. C.
En Banwari Trace han aparecido artefactos hechos de piedras y huesos. Los objetos asociados con la caza y la pesca incluyen huesos tallados en la punta y probablemente utilizados en flechas y arpones, dientes de pecarí biselados y empleados como anzuelos, y anzuelos de huesos bipolados. También se incluye variedad de herramientas de piedra para el procesamiento de alimentos, especialmente vegetales. Entre estas se encontraron mazos cónicos romos o puntiagudos y grandes piedras de moler. Los alimentos vegetales procesados en aquel entonces pudieron haber incluido raíces comestibles, almidón de palma y semillas.
El segundo sitio más antiguo del Caribe, según la evidencia arqueológica y el examen de radiocarbono, es un asentamiento hallado en La Española, territorio que comparten Haití y República Dominicana. Este data de alrededor de 3630 a. C. El tercer puesto en cuanto a antigüedad ha sido localizado en Cuba, con la fecha aproximada de 3100 a. C. Por otro lado, en las Antillas Menores, particularmente en Antigua, se encontró evidencia que data de 2000 a. C.
El imaginario popular suele referirse a los caribes como un grupo de indígenas fieros que practicaban el canibalismo. Si se comparan las raíces de los términos «caribe» y «caníbal», se percibe que están asociados. Puede pensarse que «caníbal» es una deformación del término «caribe», que proviene del idioma taíno hablado por los aruacos: caniba o cariba.
El diario de Colón registra un episodio el 23 de noviembre de 1492 que ilustra el nacimiento del término «caníbal»: «Navegó el Almirante todo el día hacia la tierra, al Sur siempre [...] sobre este cabo encabalga otra tierra o cabo, que va también al Leste, a quien aquellos indios que llevaba llamaban Bohío, la cual decían que era muy grande y que había en ella gente que tenía un ojo en la frente, y otros que se llamaban caníbales, a quienes mostraban tener gran miedo». La historiografía reconoce esta como la primera vez que se hizo mención a la palabra «caníbal». Los indígenas que acompañaban a Colón eran aruacos y usaron el término «caniba» para referirse a sus enemigos, los caribes. Por tanto, podemos decir que «caníbal», tal y como lo conocemos hoy, es un término que para el año 1492 tenía tres sentidos diferentes como resultado de una doble corruptela del vocablo «caribe»: para el grupo indígena conocido como caribes significaba ‘osado, audaz’; para los taínos, ‘enemigo’; y para los europeos, ‘comedores de carne humana’.
Los caribes fueron un pueblo originario de América cuyo núcleo primigenio estaba en los territorios bañados por las aguas del mar Caribe. Vivían en aldeas separadas en las islas de Granada, Trinidad, Tobago, Dominica y el grupo que hoy conforman San Vicente y las Granadinas. Eran reconocidos como buenos navegantes y tenían una posición dominante en la cuenca del Caribe debido a su maestría guerrera. Con la llegada de los europeos, las tribus de caribes fueron desplazadas de sus territorios a causa de la guerra, el exterminio y sus débiles sistemas inmunológicos, que no podían responder a las enfermedades infecciosas que traían consigo los colonizadores.
«CANIBALISMO HUMANO», THÉODORE DE BRY, GRABADO EN COBRE, EN AMERICÆ TERTIA PARS, FRANKFURT DEL MENO, 1592, P. 125. https://commons.wikimedia.org
Según las primeras crónicas de la conquista del Caribe, los caribes tenían la costumbre de atacar poblados de otras tribus y arrasar lo que encontraban a su paso. Se contaba que practicaban el canibalismo, mientras que las mujeres viudas eran retenidas y esclavizadas. La difusión de la idea de que los caribes eran caníbales ayudó a justificar el trato cruel que recibieron por parte de los colonizadores, sobre todo cuando estos sometieron y aniquilaron a las tribus más rebeldes a las que se enfrentaron.
Sin embargo, más recientemente un grupo de investigadores de Syracuse University, Farmingdale State College y Brooklyn College, tras un exhaustivo estudio, concluyó que los aborígenes de la zona del Caribe no practicaban el canibalismo. Las pruebas, obtenidas gracias al análisis de cientos de restos, les permitieron afirmar que estas tribus solían llevar una dieta basada en maíz y pescado. Es decir que para nuestros aborígenes la carne de animales terrestres no era siquiera un elemento central de su dieta. No obstante, los investigadores reconocen que los caribes sí pudieron cometer algunos actos aislados de canibalismo que no tenían como objetivo satisfacer el hambre, sino que respondían a razones religiosas y místicas asociadas a la creencia de que, al alimentarse del enemigo muerto, se adquiría su valor y coraje.
El primer sitio al que arribó Cristóbal Colón en su primera expedición a América se encuentra en el archipiélago de Las Bahamas. El hecho ocurrió el 12 de octubre de 1492, en una pequeña isla avistada por Rodrigo de Triana, marinero de la carabela Pinta. Durante mucho tiempo existió la certeza de que se trató de la isla de Guanahaní, aunque, según un estudio de 1986 publicado en la revista National Geographic, la expedición pudo haber llegado a cayo Samaná. En cualquier caso, la isla fue renombrada como San Salvador.
«PRIMER DESEMBARCO DE CRISTÓBAL COLÓN EN AMÉRICA», DE DIÓSCORO PUEBLA, ÓLEO SOBRE TELA, 1862. https://es.m.wikipedia.org
Aquel primer viaje de Cristóbal Colón había partido el 3 de agosto de 1492 del puerto de Palos de la Frontera, localidad que se ubica actualmente en Huelva, España. Zarparon tres embarcaciones: la carabela Pinta, la carabela Niña y la nao Santa María. De Palos se dirigieron a las Canarias, donde se tuvo que arreglar el timón de la Pinta; después cruzaron el océano Atlántico hasta las Américas. Una vez realizada la exploración somera del terreno en Las Bahamas, Colón dirigió sus embarcaciones hacia las costas cubanas y de La Española.
RECORRIDO DE LAS NAVES AL MANDO DE CRISTÓBAL COLÓN EN 1492. https://es.wikipedia.org
El regreso a Europa tras ese primer viaje empezó el 16 de enero de 1493. Días más tarde una tormenta separó a la Pinta –que llegó a Galicia a finales de febrero y anunció el «descubrimiento»– de la Niña, nave en la que viajaba Colón, quien finalmente arribó el 15 de marzo al puerto de Palos para ser recibido al mes siguiente por los Reyes Católicos.