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El hidalgo de la Mancha es una versión del Quijote escrita por los siguientes autores del Siglo de oro: Juan de Matos Fragoso (Alvito, 1608-Madrid, 1689). Portugal. Estudió filosofía y jurisprudencia en la Universidad de Évora y luego se marchó a Madrid, donde fue amigo de los principales dramaturgos de la época. Pasó un tiempo en Italia, donde se representó alguna comedia suya en la corte del virreinato de Nápoles. Estuvo siempre bien relacionado y tuvo por mecenas al rey Felipe IV. Juan Bautista Diamante (Madrid, 1625-Madrid, 1687). España. Hijo de un mercader de origen grecosiciliano y de madre portuguesa, estudió en Alcalá de Henares. De joven fue pendenciero y se le acusó de cometer un asesinato. Diamante fue militar y caballero de la Orden de San Juan. Juan Vélez de Guevara (Madrid, 1611-1675). España. Su padre fue el también escritor Luis Vélez de Guevara. En su Madrid natal y entró al servicio del duque de Veragua. En 1642, su padre le cedió el cargo de ujier real.
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Juan de Matos Fragoso
Juan Bautista Diamante
Juan Vélez de Guevara
El hidalgo de la Mancha
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: El hidalgo de la Mancha.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: [email protected]
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN tapa dura: 978-84-1126-344-3.
ISBN rústica: 978-84-9816-470-1.
ISBN ebook: 978-84-9897-233-7.
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Créditos 4
Brevísima presentación 7
Personajes 8
Baile 9
Personajes 16
Jornada I 17
Personajes 68
Jornada segunda Juan Bautista Diamante 69
Personajes 116
Jornada tercera Juan Vélez de Guevara 117
Fin de fiesta Juan Vélez de Guevara 157
Libros a la carta 167
Esta versión teatral del Quijote fue escrita por lo siguientes autores:
Juan Bautista Diamante (Madrid, 1625-Madrid, 1687). España.
Hijo de un mercader de origen grecosiciliano y de madre portuguesa, estudió en Alcalá de Henares. De joven fue pendenciero y se le acusó de cometer un asesinato, pero su padre lo libró de la cárcel indemnizando a la viuda del difunto. Diamante fue militar y caballero de la Orden de San Juan.
Juan Crisóstomo Vélez de Guevara (Madrid, 1611-1675). España.
Su padre fue el también escritor Luis Vélez de Guevara. Fue oidor en Sevilla y volvió a su Madrid natal y entró al servicio del duque de Veragua. En 1642, su padre le cedió el cargo de ujier real. A principios de 1655 se casó con Úrsula de Velasco.
Juan de Matos Fragoso (Alvito, 1608-Madrid, 1689). Portugal.
Estudió filosofía y jurisprudencia en la Universidad de Évora y luego se marchó a Madrid, donde fue amigo de los principales dramaturgos de la época, en especial Juan Pérez de Montalbán. Pasó un tiempo en Italia, donde se representó alguna comedia suya en la corte del virreinato de Nápoles. Estuvo siempre bien relacionado y tuvo por mecenas a varios nobles importantes, incluso al rey Felipe IV.
Bartolo
Amarinda
Tres hombres
Tres mujeres
Salen bailando los hombres y mujeres, y cantando lo siguiente:
Cantan Al baile, al baile, al baile,
hoy todos, todos, todos,
para ver a Amarinda,
para ver a Bartolo,
vengan, vengan, vengan, 5
y digan a coros
que ella es por no amar discreta,
que él es por amar un tonto.
Michaela Esperar aquí podemos
a aquel simple de Bartolo, 10
que a la discreta Amarinda
enamora más que todos,
pues al baile de esta tarde
nos convida.
Bernardo ¿Hay tan gracioso
muchacho?, pues ¿qué pretende 15
con esa Merlina el bobo?
Michaela Decirle sus boberías
aforradas en lo propio
Bernardo Pues sea presto porque ya
diciendo están los curiosos 20
que nos den con estos bailes.
Michaela Pues diles que nos den otros.
(Salen Bartolo y Amarinda.)
Bartolo Escucha, así amor te salve,
Amarinda de mis ojos.
Amarinda Así amor me salve, escucho, 25
y porque creas que oigo,
en el tono que me hablares
en ese mismo respondo.
Bartolo Pues sin cesar en el baile
repetid antes vosotros: 30
Al baile, al baile, al baile
(Repitan y bailen.) hoy todos, todos, todos,
para ver a Amarinda,
para ver a Bartolo,
vengan, vengan, vengan, 35
y digan a coros
que ella es por no amar discreta,
que él es por amar un tonto.
Bartolo (Cantando.) Es que tu amor cosi cosa
me trae muy en juicio loco, 40
porque cuanto más le entiendo
más, Amarinda, me embobo.
Amarinda (Cantando.) Si te embobas porque entiendes,
así, así te querré un poco,
que está en sazón un amante 45
cuando está discretitonto.
Bartolo Yo no te entiendo.
Amarinda Yo a ti tampoco.
Bartolo Pues, ¿qué será esto?
Amarinda Es lo que esotro. 50
Los dos Pues hablemos, hablemos en un mismo tono.
(Repitan y bailen.)
Bartolo Si te miro quedo ciego,
ciego mas miro curioso,
como tal, ¿cómo me dan
mis ojos sin saber cómo? 55
Amarinda De tal como no te espantes,
que es Amor niño donoso
con manos de estopa y yerro,
duendecillo de los ojos.
Bartolo Yo no te entiendo. 60
Amarinda Yo a ti tampoco.
Bartolo Pues, ¿qué será esto?
Amarinda Es lo que esotro.
Los dos Pues hablemos, hablemos en un mismo tono.
(Repitan y bailen.)
Bartolo Con dulce muerte me matas, 65
porque al morir reconozco
que de goloso me muero,
y muero por ser goloso.
Amarinda No comas tú tanto dulce,
toma el agrio apetitoso 70
de los celos, que los celos
son golosina de bobos.
Bartolo Yo no te entiendo.
Amarinda Yo a ti tampoco.
Amarinda Pues, ¿qué será esto? 75
Bartolo Es lo que esotro.
Los dos Pues hablemos, hablemos en un mismo tono.
(Repitan y bailen.)
Bartolo Doña Merlina te llaman
en el lugar los sabihondos,
sepa yo ser Merlinico 80
para saber más que todos.
Amarinda De ser Merlina me huelgo,
que el saber nunca es dañoso,
pues los panarras de amor
son panarras de sí propios. 85
Bartolo
(Representado.) A lo de ser Merlinico
no me respondes...
Amarinda Bartolo,
no me debe de gustar
supuesto que no respondo.
Bartolo ¿Eso dices?
Amarinda Eso digo. 90
Bartolo ¿Por qué?
Amarinda Porque sí, bobo.
Bartolo Es razón muy sin respuesta,
y así mudando de tono
contaré mi desengaño.
Amarinda Yo también haré lo propio. 95
Bartolo (Cantando.) Pues de mí te ríes,
y lloran mis ojos,
riendo y llorando
te diré amoroso:
Mira, pues soy bobo, con la risa que lloro, 100
Amarinda Pues llorando ríes,
yo riendo gimo,
que en nosotras llanto
y risa es lo mismo.
Mira pues, bobillo, con el ay que me río. 105
(Repitan y bailen.)
Bartolo Ocupado vuelvo,
aunque vine ocioso,
pues voy como dicen
con mi amor al hombro.
Mira, pues soy bobo, con la risa que lloro. 110
Amarinda Lleva norabuena
tu amor y albedrío,
lo tuyo sea tuyo,
lo mío sea mío.
Mira pues, bobillo, con el ay que me río. 115
(Repitan y bailen.)
Bartolo Demos fin al baile...
Amarinda Porque de este modo...
Bartolo Si por mucho es bueno...
Amarinda Rebueno es por poco.
Bartolo Mira, pues soy bobo... 120
Amarinda Mira pues, bobillo...
Bartolo Con la risa...
Amarinda Con el ay...
Bartolo Que lloro...
Amarinda Que me río. 125
Los dos Con la risa que lloro, con el ay que me río.
(Repitan y bailen y dé fin.)
Fin
Doña Beatriz
Doña Margarita
Inés, criada
Don Juan de Ayala
Don Enrique de Vargas
Don Pedro Osorio
Don Quijote de la Mancha
Sancho, su escudero
Sansón
Un Barbero
Alvarado
Carrillo
Músicos
Unos Galeotes
De Don Juan de Matos Fragoso
Salen Don Juan de Ayala y Alvarado, su criado, de camino.
Alvarado Buen lugar es el Toboso.
Don Juan Es el mejor de la Mancha
es lustre, en gala y nobleza.
Alvarado Y hace muy grande ventaja
a Madrid en una cosa. 5
Don Juan Dime, ¿y cuál es?
Alvarado Es muy clara,
que allá dan agua por vino,
y aquí dan vino por agua.
Don Juan ¿Cómo luego tu discurso
se fue a lo grosero?
Alvarado Es gracia 10
que se usa en aquesta tierra.
Pero, dejando las chanzas,
dime qué intento es el tuyo,
porque seguir a una dama
desde Madrid al Toboso, 15
haciendo por ella tantas
finezas, como no ignoro,
estarse sin declararlas
es cosa que nunca he visto.
Don Juan ¿Qué fineza extraordinaria 20
he hecho yo por Beatriz
para poder obligarla?
Alvarado Muchas, que son las siguientes:
Ponerte a menudo galas
porque bien le parecieses, 25
y en demostraciones vanas
dar librea y comer poco,
y estarse tarde y mañana
enfrente de sus balcones
hecho figura de pasta, 30
deletreando por la mano
y haciendo mil garambainas
con los dedos de organista,
y luego volverse a casa
sin que ella te haya entendido, 35
lleve el diablo la palabra.
Y cuando esto no lo sea,
¿la fineza de la barca
de acequia fue niñería?
Don Juan Caer Beatriz en el agua, 40
arrojarme a socorrerla,
y por páramos de plata
ser buzo de aquella perla,
delfín de aquella borrasca
para librar su hermosura, 45
fue demostración hidalga
que la hiciera por cualquiera,
cuánto y más por una dama;
y lo que fue piedad mía
no he de contar por hazaña, 50
además que un pecho noble
cuando obra una acción bizarra
la vanidad de emprenderla
le viene a servir de paga.
Alvarado Pues, señor, yo no te entiendo, 55
si no haces por ella nada,
¿por qué vienes en su alcance?
Don Juan Escucha y sabrás la causa.
Ya sabes como en Madrid
festejé con tiernas ansias 60
a Doña Beatriz Osorio,
de cuya hermosura rara
no solo yo, sino muchos
amantes, con la esperanza
de tan divino imposible, 65
su agrado solicitaban.
Yo, que fui siempre el más fino
y que con mayor ventaja,
abrasada mariposa,
seguí el norte de su llama, 70
paseando su calle un día
vi que junto a su ventana
estaba haciendo terrero
un Don Enrique de Vargas,
caballero conocido; 75
enfadóme la arrogancia
y el desenfado curioso
con que a su balcón miraba,
obligado de mis celos
acerquéme a él con gana 80
de estorbar su desatino
y él, que mi intención repara,
desenvolviéndose diestro
y ya terciando la capa,
a la muda voz del ceño 85
remitimos las espadas;
acudió gente al fracaso
y dividió la batalla,
quedando pendiente el duelo.
Alvarado Pues dime, ¿en la misma casa 90
donde vivía Beatriz
otra dama no habitaba,
la cual se llamaba Doña
Margarita de Guevara,
que se fue a Cádiz?
Don Juan Es cierto. 95
Alvarado Pues ¿no pudiera el tal Vargas
festejar a Margarita
y no a Beatriz?
Don Juan Tú reparas
bien, porque esa misma duda
tiene mi discurso en calma. 100
En fin, ya los dos reñimos,
por cuyo motivo y causa
Don Pedro Osorio, que es padre
de Beatriz, viendo que andaba
no sé qué voz sorda sobre 105
la pendencia, al punto trata
de retirar a su hija
y cuerdamente apartarla
del bullicio de la Corte;
y con familia y criadas 110
al Toboso la conduce,
este lugar de la Mancha
adonde dicen que tiene
poderosa hacienda y casa,
y adonde yo también pienso 115
quedarme en una posada,
disfrazado y encubierto,
siendo amorosa atalaya
de Beatriz, que, aunque desprecia
mis finezas, la constancia 120
de ver que la adoro firme
y que sigo sus pisadas
podrá ser que el desdén temple,
y con la experiencia larga
de ver tanto ardiente afecto 125
se logren mis esperanzas.
Alvarado Y ¿qué hemos de hacer ahora?
Don Juan Dejar que la noche parda
encubra el Sol, y buscar
modo con que esta tirana 130
sepa mi oculta fineza,
y que sigo sus estampas
ciego, enamorado y fino.
Alvarado Y han de ser las caravanas
de suerte que no lo sepa 135
su padre, porque si alcanza
a saberlo, desde aquí
la mudará a la Tebaida,
que es sumamente celoso.
Pero tente, pese a mi alma, 140
que viene Sansón Carrasco,
que es criado de su casa
y temo que te conozca.
Doblando esa esquina, escapa,
que yo le deslumbraré. 145
Don Juan A Beatriz llevo en el alma.
(Vase.)
(Sale Sansón Carrasco de vejete, como que sigue a Alvarado.)
Sansón ¡Ah, caballero, a quien digo!
¡Ah, hidalgo!
Alvarado Y de la Montaña.
¿Qué es lo que me quiere, amigo?
Sansón Pienso que he visto esta cara 150
en Madrid...
Alvarado Y yo imagino
que le he visto en las batallas
del Conde Fernán González.
Sansón Mi padre se halló en las Navas;
¿Vuesarced, aunque perdone, 155
del señor don Juan de Ayala
no es lacayo?
Alvarado Ahora acabo
de llegar de Transilvania
y traigo cartas del turco.
Sansón Pues léame aquesta carta, 160
que es de una sobrina mía
que está monja en las Beatas.
Alvarado No puedo que voy deprisa;
gran flema el menguado gasta.
(Vase.)
Sansón ¡Ah bergantón, vive el cielo! 165
(Salen Doña Beatriz e Inés, su criada.)
Beatriz Tantas visitas me cansan;
di, Inés, a los que vinieren
que estoy fuera y que mañana