1,99 €
"Soy un vagabundo. A menudo me siento como si estuviera caminando entre pigmeos. Y como mi cabeza está setenta codos más alta del suelo que las cabezas de los loros, produce pensamientos más altos y más libres. Pero en verdad no camino entre hombres, sino por encima de ellos, y lo único que ven de mí son los sentimientos en los campos extendidos ”. Pensamientos breves, alegorías y metáforas. Una serie de meditaciones que te acompañan en el camino de la vida.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Veröffentlichungsjahr: 2021
EL VAGABUNDO
VESTIDURAS
LAGRIMAS Y RISAS
EN LA FERIA
LAS DOS PRINCESAS
DOS SERES IGUALES
LA PERLA
CUERPO Y ALMA
EL REY
SOBRE LA ARENA
TRES REGALOS
PAZ Y GUERRA
LA BAILARINA
LA ESTATUA
EL TRUEQUE
AMOR Y ODIO
EL LOCO
LAS RANAS
LAS LEYES
LOS CONSTRUCTORES
LA TIERRA DE ZAAD
EL ORO
LA TIERRA ROJA
LA LUNA LLENA
DOS POEMAS
LADY RUTH
LAS GRANADAS
TRES DIOSES Y NINGUNO
LA QUE ERA SORDA
EL CETRO
LA SENDA
LA BALLENA Y LA MARIPOSA
PAZ CONTAGIOSA
LA SOMBRA.
SETENTA
CON DIOS
LOS DOS CAZADORES
EL OTRO VAGABUNDO
GIBRÁN KHALIL GIBRÁN
(1932)
Lo encontré en la encrucijada de dos caminos. El hombre con apenas un bastón. Cubría sus ropas con una capa y su rostro con un velo de tristeza.
Nos saludamos el uno al ot ro y yo le dije: -Ven a mi casa y sé mi huésped.
Y él, vino.
Mi mujer y mis hijos nos espetaban en la puerta de la casa y el les sonrió y ellos estuvieron contentos de su llegada. Después nos sentamos a la mesa. Y todos nos sentimos felices, con el hombre y con el halo de silencio y de misterio que lo envolvía.
Y, luego de cenar, nos reunimos frente al fuego y yo lo interrogué acerca de sus peregrinaciones.
Y nos contó muchas historias durante aquella noche. Y también al día siguiente.
Las historias, que yo he registrado aquí, son fruto de la amargura de sus días, aunque él nunca se mostró amargado. Y están escritas con el polvo del camino.
Cuando nos dejó, tres días después, no lo sentíamos ya como un huésped que había partido sino, más bien, como uno de nosotros, que estaba en el jardín y que aún no había entrado.
Cierto día Belleza y Fealdad se encontraron a orillas del mar. Y se dijeron:
-Bañémonos en el mar.
Entonces se desvistieron y nadaron en las aguas. Instantes más tarde Fealdad regresó a la costa y se vistió con las ropas de Belleza, y luego partió.
Belleza también salió del mar, pero no halló sus vestiduras, y era demasiado tímida para quedarse desnuda, así que se vistió con las ropas de Fealdad. Y Belleza también siguió su camino.
Y hasta hoy día hombres y mujeres confunden una con la otra.
Sin embargo, algunos hay que contemplan el rostro de Belleza y saben que no lleva sus vestiduras.
Y algunos otros que conocen el rostro de Fealdad, y sus ropas, no lo ocultan a sus ojos.