Evangelios apócrifos - Varios autores - E-Book

Evangelios apócrifos E-Book

Varios autores

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Beschreibung

Los Evangelios apócrifos se escribieron en los primeros siglos del cristianismo y cuentan historias relativas a Jesús, que no aparecen en los textos canónicos. Son escenas omitidas por la ortodoxia cristiana, que se encontraron, en el siglo XX, en los rollos del Mar Muerto y los de Nag Hammadi. A estos documentos se les dio el nombre de Evangelios por su aspecto similar a los cuatro evangelios admitidos en el canon del Nuevo Testamento. Sin embargo, muchos de ellos no tienen un estilo evangélico. Algunos de estos escritos aparecieron en comunidades gnósticas, con la intención de contener palabras y mensajes ocultos (en griego, apokryphos). Cabe comentar que el término apócrifo no indicaba en sus orígenes falsedad, sino misterio. Estos mensajes, ocultos entre los discursos y atribuidos a Cristo, estaban reservados a los iniciados en esas comunidades. La lectura de los Evangelios apócrifos nos ilustra sobre la forma en que se comprendió el cristianismo en los primeros siglos de su historia y, en particular, la figura de Jesús, de la que los evangelios apócrifos ofrecen una imagen muy diferente a la de los canónicos. Aquí se cuenta la infancia de Jesúcristo y sus aventuras mundanas.

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Autores varios

Evangelios Apócrifos

Barcelona 2024

Linkgua-ediciones.com

Créditos

Título original: Evangelios apócrifos

© 2024, Red ediciones S.L.

Red ediciones se reserva los derechos del traductor, que se acreditarán si en algún momento surgiera una demanda por sus posibles herederos.

Traducción: Edmundo González-Blanco

e-mail: [email protected]

Diseño de cubierta: Michel Mallard.

ISBN rústica ilustrada: 978-84-1126-804-2.

ISBN tapa dura: 978-84-1126-803-5.

ISBN ebook: 978-84-9897-620-5.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 17

Evangelio de Santo Tomás (redacción griega) 19

I. Preámbulo 19

II. Gorriones hechos con barro 19

III. Muerte del hijo de Anás 20

IV. Castigo infligido por Jesús a un niño 20

V. José reprende a Jesús 20

VI. Exposición del alfabeto 21

VII. Perplejidad de Zaqueo 22

VIII. Conclusión de la historia de Zaqueo 23

IX. Niño caído de una terraza 23

X. Resurrección de un joven 24

XI. Jesús en la fuente 24

XII. Milagro del grano de trigo 25

XIII. Milagro de las dos piezas de un lecho 25

XIV. Relaciones con un segundo maestro 25

XV. Jesús confunde a un tercer maestro 26

XVI. Jacobo, curado de una mordedura de víbora 27

XVII. Resurrección de un niño 27

XVIII. Resurrección de un hombre 28

XIX. Jesús en medio de los doctores 28

Evangelio de Santo Tomás (redacción latina) 31

I. De cómo María y José huyeron con Jesús a Egipto 31

II. Jesús y los doce pajarillos 31

III. Jesús vuelve de Egipto a Judea 32

IV. Cosas que hizo Jesús en la villa de Nazareth 33

V. Los nazarenos se irritan contra José por las cosas que obra Jesús 34

VI. De cómo fue tratado Jesús por un maestro de escuela 35

VII. Jesús resucita a un niño 38

VIII. Jesús cura el pie de un niño 39

IX. Jesús lleva el agua en su ropa 39

X. Jesús siembra trigo 39

XI. Jesús iguala dos maderos desiguales 40

XII. Jesús es llevado a otro maestro para aprender las letras 40

XIII. Jesús es llevado por tercera vez a un maestro 41

XIV. Jesús cura a Jacobo de la mordedura de una víbora 42

XV. Jesús resucita a otro niño 42

Protoevangelio de Santiago 45

I. Dolor de Joaquín 45

II. Dolor de Ana 45

III. Trenos de Ana 46

IV. La promesa divina 47

V. Concepción de María 48

VI. Fiesta del primer año 48

VII. Consagración de María en el templo 49

VIII. Pubertad de María 50

IX. José, guardián de María 51

X. El velo del templo 52

XI. La anunciación 52

XII. La visitación 53

XIII. Vuelta de José 54

XIV. José, confortado por un ángel 54

XV. José ante el Gran Sacerdote 55

XVI. La prueba del agua 56

XVII. Visión de los dos pueblos 57

XVIII. Pausa en la naturaleza 57

XIX. El hijo de María, en la gruta 58

XX. Imprudencia de Salomé 59

XXI. Visita de los magos 60

XXII. Furor de Herodes 61

XXIII. Muerte de Zacarías 61

XXIV. Nombramiento de nuevo Gran Sacerdote 62

XXV. Conclusión 63

Evangelio del pseudo-Mateo 65

I. Vida piadosa de Joaquín 68

II. Dolor de Joaquín y de Ana 69

III. El ángel guardián de Joaquín 70

IV. María consagrada al templo 73

V. Gratitud de Ana al Señor 73

VI. Ocupación de María en el templo 74

VII. Mérito de la castidad 75

VIII. La guarda de María 76

IX. La anunciación 79

X. Vuelta de José 79

XI. José confortado por un ángel 80

XII. La prueba del agua 80

XIII. Visión de los dos pueblos 82

XIV. El buey y el asno del pesebre 85

XV. La circuncisión 85

XVI. Visita de los magos 86

XVII. Degollación de los inocentes 87

XVIII. Jesús y los dragones 88

XIX. Los leones guían la caravana 88

XX. Milagro de la palmera 89

XXI. La palma de la victoria 90

XXII. Los ídolos de Sotina 91

XXIII. Cumplimiento de una profecía de Isaías 91

XXIV. Afrodisio adora a Jesús 92

XXV. Regreso de Egipto a Judea 92

XXVI. Juegos del niño Jesús 92

XXVII. Los gorriones de Jesús 93

XXVIII. Muerte del hijo de Anás 94

XXIX. Castigo de los hijos de Satán 95

XXX. Zaquías 96

XXXI. Sabiduría de Jesús. Confusión de Leví 97

XXXII. Jesús resucita a un niño muerto 99

XXXIII. Jesús en la fuente 100

XXXIV. Milagro del grano de trigo 100

XXXV. Jesús en medio de los leones 100

XXXVI. Jesús despide en paz a los leones y les ordena que no hagan daño a nadie 101

XXXVII. Milagro del trozo de madera 102

XXXVIII. Explicación del alfabeto 102

XXXIX. El niño Jesús explica la Ley 103

XLI. Curación de Jacobo 104

XLII. Jesús y su familia 105

Evangelio de la natividad de María 107

I. María y sus padres 107

II. Maldición de Joaquín por Isachar 108

III. Aparición de un ángel a Joaquín 109

IV. Aparición de un ángel a Ana 110

V. Nacimiento de María 111

VI. Presentación de María en el templo 112

VII. Negativa de la virgen a contraer matrimonio ordinario 112

VIII. Recae en José la elección de esposo para la Virgen 114

IX. Revelación hecha por un ángel a la Virgen 115

X. Revelación hecha por un ángel a José 116

Historia copta de José el carpintero 119

I. Discurso de Jesús a los apóstoles 119

II. Viudedad de José 120

III. María es presentada en el templo 120

IV. Elección de José para esposo tutelar de María 121

V. Concepción pura de María 121

VI. Un ángel revela a José el misterio del embarazo de María 122

VII. Empadronamiento ordenado por Augusto y viaje de la Sagrada Familia a Bethlehem 122

VIII. Satánica decisión de Herodes y huida a Egipto 122

IX. Regreso de Egipto a Galilea 123

X. Vejez robusta y juiciosa de José 123

XI. Sumisión de Jesús a sus padres 123

XII. Aproxímase la muerte de José 124

XIII. Plegaria dirigida por José a Dios 124

XIV. Enfermedad de José 125

XV. Trastornos físicos y mentales de José 125

XVI. Trenos de José 126

XVII. Jesús consuela a su padre 127

XVIII. Jesús consuela a su madre 128

XIX. Dolores y gemidos de José 129

XX. Empieza la agonía del patriarca 129

XXI. Jesús divisa a la muerte que se acerca 130

XXII. Oración de Jesús a su Padre 131

XXIII. José expira 131

XXIV. Jesús consuela a los hijos de José 133

XXV. Duelo en la ciudad de Nazareth 133

XXVI. Palabras de bendición de Jesús sobre el cadáver de su padre 134

XXVII. Honras fúnebres 135

XXVIII. Reflexiones de Jesús sobre la muerte 135

XXIX. Enterramiento de José 136

XXX. Una objeción hecha a Jesús por sus discípulos 137

XXXI. Respuesta de Jesús 137

XXXII. Gozoso aquietamiento de los apóstoles 138

Historia árabe de José el carpintero 141

I. Jesús habla a sus discípulos 141

II. José queda viudo 142

III. Presentación de María en el templo 143

IV. Segundo matrimonio de José 143

V. María, encinta. José sospecha de ella 143

VI. Aviso del ángel a José 144

VII. Natividad de Jesús 144

VIII. Huida a Egipto 145

IX. Vuelta a Nazareth 145

X. Vejez de José 145

XI. Vida en Nazareth 146

XII. La muerte ronda de cerca a José 146

XIII. Oración de José en el templo 146

XIV. José cae enfermo 147

XV. Postración material y moral de José 148

XVI. Imprecaciones del patriarca 148

XVII. Plegaria de José a Jesús 149

XVIII. Congojas de María 150

XIX. Jesús conforta a su madre 151

XX. Duelo de los hijos de José 151

XXI. Visión de muerte 151

XXII. Oración de Jesús 152

XXIII. Llegada de dos ángeles a la habitación mortuoria 152

XXIV. Jesús cierra los ojos al muerto 152

XXV. Los habitantes de Galilea lloran al patriarca 153

XXVI. Institución de la festividad de José 153

XXVII. Funerales de José 154

XXVIII. Misión de la muerte 155

XXIX. Adiós de Jesús a José 156

XXX. Duda de los apóstoles 156

XXXI. Ley universal de la muerte 157

XXXII. Anuncio de los tiempos últimos 157

El evangelio árabe de la infancia 159

I. Palabras pronunciadas por Jesús en la cuna 159

II. Viaje de María y de José a Bethlehem 159

III. La partera de Jerusalén 160

IV. Adoración de los pastores 161

V. Circuncisión 161

VI. Presentación de Jesús en el templo 162

VII. Llegada de los magos 162

VIII. Vuelta de los magos a su tierra 165

IX. Cólera de Herodes. La huida a Egipto 166

X. Llegada de la Sagrada Familia a Egipto 166

XI. Curación del hijo del sacerdote idólatra 168

XII. Temores de María y de José 169

XIII. Liberación de viajeros capturados por bandidos 169

XIV. Curación de una poseída 170

XV. Curación de una joven muda 171

XVI. Curación de otra poseída 171

XVII. Curación de una leprosa 172

XVIII. Curación de un niño leproso 173

XIX. El joven esposo librado de un sortilegio 174

XX. El joven convertido en mulo 174

XXI. El mulo transformado en hombre 176

XXII. Unión de dos jóvenes curados por Jesús 177

XXIII. Los dos bandidos 177

XXIV. La Sagrada Familia en Matarieh 178

XXV. La Sagrada Familia en Misr 179

XXVI. Regreso a Nazareth 179

XXVII. Epidemia en Bethlehem. Curación de un niño 179

XXVIII. Curación de otro niño 180

XXIX. Curación de Cleopas. Rivalidad de dos madres 181

XXX. Curación de Tomás Dídimo (o de Bartolomé) 182

XXXI. Curación de una leprosa 183

XXXII. Curación de otra leprosa 184

XXXIII. La joven obsesionada por el demonio 185

XXXIV. Liberación de la poseída 186

XXXV. El demonio expulsado de Judas Iscariotes 187

XXXVI. Las figurillas de barro 188

XXXVII. Jesús en casa del tintorero 189

XXXVIII. Jesús en el taller de José 189

XXXIX. El trozo de madera alargado 190

XL. Los niños convertidos en machos cabríos 191

XLI. Jesús en papel de rey 192

XLII. Curación de Simón, mordido por una serpiente 192

XLIII. Jacobo mordido por una víbora 195

XLIV. Resurrección de Zenón, caído de una azotea 195

XLV. El agua recogida en una túnica 196

XLVI. El hijo de Hanan castigado con parálisis 197

XLVII. Jesús empujado por un niño 197

XLVIII. Jesús en la escuela de Zaqueo 198

XLIX. El profesor castigado de muerte 199

LI. Ciencia de Jesús 200

LII. Jesús y el filósofo 201

LIII. Jesús hallado en el templo 201

LIV. Bautismo de Jesús 202

LV. Doxología 202

El evangelio armenio de la infancia 203

I. Lo que advino, con motivo de la Santa Virgen María, en la casa de su padre 203

II. Del nacimiento de la Virgen María, y lo que ocurrió en casa de su padre 205

III. De la educación de la Virgen María, que tuvo lugar en el templo, durante doce años 208

IV. De cómo los sacerdotes, siguiendo su uso tradicional, dieron a María en matrimonio a José, para que velase cuidadosamente por la Santa Virgen, y cómo él la tomó bajo su guarda, confiando en el Señor 211

V. Sobre la voz del ángel mensajero, que anunció la impregnación de la Santa Virgen María 216

VI. Aflicción de José 227

VII. De cómo María demostró su virginidad y la castidad de José 233

VIII. Del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en la caverna 238

IX. De cómo Eva, nuestra primera madre, y José llegaron a la caverna con premura, y vieron el parto de la muy Santa Virgen María 242

X. De los pastores que vieron la natividad del Señor 244

XI. De cómo los magos llegaron con presentes, para adorar al niño Jesús recién nacido 245

XII. De cómo José y María circuncidaron a Jesús, y lo llevaron al templo de Jerusalén con presentes 258

XIII. De la cólera de Herodes, y de cómo degolló a los niños de Bethlehem 260

XIV. De cómo Herodes mató, en el templo, a Zacarías, el Gran Sacerdote, a causa de su hijo Juan 262

XV. De cómo el ángel significó a José que huyese a Egipto 265

XVI. De cómo la Sagrada Familia volvió a la tierra de Israel, y habitó en el país de Galilea, en el pueblo de Nazareth 276

XVII. De cómo la Sagrada Familia abandonó Egipto y fue al país de Siria 284

XVIII. De cómo la Sagrada Familia marchó a la tierra de Canaán 291

XIX. De cómo la Sagrada Familia volvió a la tierra de Israel y aplicó a Jesús al estudio de las letras 297

XX. De cómo Jesús fue confiado a Gamaliel para aprender las letras 299

XXI. De cómo la Sagrada Familia fue a la villa de Tiberíades y aplicó a Jesús al oficio de la tintorería 322

XXII. De cómo la Sagrada Familia fue a Arimatea, donde Jesús hizo milagros y resucitó muertos 332

XXIII. De cómo la Sagrada Familia fue al país de Galilea vio que hizo Jesús con los niños de los hebreos 338

XXIV. De cómo la Sagrada Familia fue a la villa de Emmaús y cómo Jesús curó a los enfermos 340

XXV. De cómo el ángel advirtió a José que fuese al pueblo de Nazareth 344

XXVI. Sobre las numerosas curaciones que Jesús realizó en el pueblo, en la aldea y en diferentes lugares 348

XXVII. De cómo se cumplieron las tradiciones escritas por los profetas y sobre las cosas sorprendentes que hizo Jesús 350

XXVIII. Sobre el juicio que Jesús pronunció entre dos soldados 354

El evangelio de Bernabé (fragmento italiano) 361

El evangelio de Nicodemo 365

I. Hechos de Pilatos (Acta Pilati) 365

II. Testimonios adversos y favorables a Jesús 369

III. Diálogo entre Jesús y Pilatos 371

IV. Nuevos cargos de los judíos contra Jesús 372

V. Defensa de Jesús por Nicodemo 373

VI. Nuevos testimonios favorables a Jesús 374

VII. Testimonio de la Verónica 375

VIII. Testimonio colectivo de la multitud 375

IX. Las turbas prefieren la libertad de Barrabás a la de Jesús. Pilatos se lava las manos 376

X. Jesús en el Gólgota 377

XI. Muerte de Jesús 379

XII. Los judíos amenazan a Nicodemo y encierran en un calabozo a José de Arimatea 380

XIII. Los soldados atestiguan la resurrección de Jesús. Temor de los judíos, al saberlo 381

XIV. Intrigas de los judíos para invalidar la resurrección de Jesús 383

XV. Intervención de Nicodemo en los debates de la Sinagoga. Los judíos mandan llamar a José de Arimatea y oyen las noticias que éste les da 384

XVI. Estupor de los judíos ante las declaraciones de José de Arimatea 387

Descenso de Cristo al infierno (descensus Christi ad inferos) 389

XVII. Nuevas y sensacionales declaraciones de José de Arimatea 389

XVIII. Carino y Leucio comienzan su relato 390

XIX. Isaías confirma uno de sus vaticinios 391

XX. La profecía hecha por el arcángel Miguel a Seth 392

XXI. Discusión entre Satanás y la Furia en los infiernos 393

XXII. Entrada triunfal de Jesús en los infiernos 395

XXIII. Espanto de las potestades infernales ante la presencia de Jesús 396

XXIV. Imprecaciones acusadoras de la furia contra Satanás 398

XXV. Jesús toma a Adán bajo su protección y los antiguos profetas cantan su triunfo 399

XXVI. Llegada de los santos antiguos al Paraíso y su encuentro con Enoch y con Elías 401

XXVII. Llegada del buen ladrón al Paraíso 402

XXVIII. Carino y Leucio concluyen su relato 403

XXIX. Pilatos en el templo 404

Primera carta de Pilatos a Tiberio 407

XXX. Carta de Pilatos al emperador 407

Libros a la carta 411

Brevísima presentación

Los Evangelios apócrifos fueron escritos en los primeros siglos del cristianismo y cuentan historias relativas a Jesús, que contienen episodios omitidos en la Biblia y no fueron aceptados por la ortodoxia cristiana.

Algunas de sus fuentes se encuentran en los rollos del mar muerto y los de Nag Hammadi.

Se les dio el nombre de Evangelios por su aspecto similar a los cuatro evangelios admitidos en el canon del Nuevo Testamento. Sin embargo, muchos de ellos no tienen un estilo evangélico.

Algunos de estos escritos aparecieron en comunidades gnósticas, con la intención de contener palabras ocultas (en griego, apokryphos). Y cabe comentar que el término apócrifo no indicaba en sus orígenes falsedad sino misterio. Estos mensajes, ocultos entre los discursos y atribuidos a Cristo, estaban reservados a los iniciados de esas comunidades.

Evangelio de Santo Tomás (redacción griega)

I. Preámbulo

1. Yo, Tomás Israelita, vengo a anunciaros a todos vosotros, mis hermanos entre los gentiles, para que los conozcáis, los actos de la infancia y los prodigios de Nuestro Señor Jesucristo, cumplidos por él después de su nacimiento en nuestro país.

2. Y he aquí cuál fue su comienzo.

II. Gorriones hechos con barro

1. El niño Jesús, de cinco años de edad, jugaba en el vado de un arroyo, y traía las aguas corrientes a posar, y las tornaba puras enseguida, y con una simple palabra las mandaba.

2. Y, amasando barro, formó doce gorriones, e hizo esto un día de sábado. Y había allí otros muchos niños, que jugaban con él.

3. Y un judío, que había notado lo que hacía Jesús, fue acto seguido, a comunicárselo a su padre José, diciéndole: He aquí que tu hijo está cerca del arroyo, y, habiendo cogido barro, ha compuesto con él doce gorriones, y ha profanado el sábado.

4. Y José se dirigió al lugar que estaba Jesús, lo vio, y le gritó: ¿Por qué haces, en día de sábado, lo que no está permitido hacer? Pero Jesús, dando una palmada, y dirigiéndose a los gorriones, exclamó: Volad. Y los pájaros abrieron sus alas, y volaron, piando con estruendo.

5. Y los judíos quedaron atónitos ante este espectáculo, y fueron a contar a sus jefes lo que habían visto hacer a Jesús.

III. Muerte del hijo de Anás

1. Y el hijo de Anás el escriba se encontraba allí, y, con una rama de sauce, dispersaba las aguas que Jesús había reunido.

2. Y Jesús, viendo lo que ocurría, se encolerizó, y le dijo: Insensato, injusto e impío, ¿qué mal te han hecho estas fosas y estas aguas? He aquí que ahora te secarás como un árbol, y no tendrás ni raíz, ni hojas, ni fruto.

3. E inmediatamente aquel niño se secó por entero. Y Jesús se fue de allí, y volvió a la casa de José. Pero los padres del muchacho muerto lo tomaron en sus brazos, llorando su juventud, y lo llevaron a José, a quien reprocharon tener un hijo que hacía tales cosas.

IV. Castigo infligido por Jesús a un niño

1. Otra vez, Jesús atravesaba la aldea, y un niño que corría, chocó en su espalda. Y Jesús, irritado, exclamó: No continuarás tu camino. Y, acto seguido, el niño cayó muerto. Y algunas personas, que habían visto lo ocurrido, se preguntaron: ¿De dónde procede este niño, que cada una de sus palabras se realiza tan pronto?

2. Y los padres del niño muerto fueron a encontrar a José, y se le quejaron, diciendo: Con semejante hijo no puedes habitar con nosotros en la aldea, donde debes enseñarle a bendecir, y no a maldecir, porque mata a nuestros hijos.

V. José reprende a Jesús

1. Y José tomó a su hijo aparte, y lo reprendió, diciendo: ¿Por qué obras así? Estas gentes sufren, y nos odian, y nos persiguen. Y Jesús respondió: Sé que las palabras que pronuncias no son tuyas. Sin embargo, me callaré a causa de ti. Pero ellos sufrirán su castigo. Y, sin demora, los que lo acusaban, quedaron ciegos.

2. Y los que vieron esto, vacilantes y atónitos, decían de Jesús que toda palabra que pronunciaba, buena o mala, se cumplía, y producía un milagro. Y, cuando hubieron visto que Jesús hacía cosas semejantes, José se levantó, lo agarró por la oreja, y se la estiró con fuerza.

3. Pero el niño se enfadó, y le dijo: Bien fácil te es buscar sin encontrar, y acabas de obrar como un insensato. ¿Ignoras que te pertenezco? No me hagas daño.

VI. Exposición del alfabeto

1. Y un maestro de escuela, llamado Zaqueo, que se encontraba allí, oyó a Jesús hablar así a su padre, y le sorprendió mucho que un niño se expresase de aquella manera.

2. Y, algunos días después, se acercó a José, y le dijo: Tienes un hijo dotado de buen sentido e inteligencia. Confíalo a mi cuidado, para que aprenda las letras, y, con las letras, le enseñaré toda ciencia. Y también le enseñaré a saludar a los mayores, a honrarlos como antepasados, a respetarlos como padres, y a amar a los de su edad.

3. Y le escribió todas las letras del alfabeto desde Alpha hasta Omega muy puntualmente y con toda claridad. Mas Jesús, mirando a Zaqueo, le dijo: Tú, que no conoces la naturaleza del Alpha, ¿cómo quieres enseñar a los demás la Beta? Hipócrita, enseña primero el Alpha, si sabes, y después te creeremos respecto a la Beta. Luego se puso a discutir con el maestro de escuela sobre las primeras letras, y Zaqueo no pudo contestarle.

4. Y, en presencia de muchas personas, el niño dijo a Zaqueo: Observa, maestro, la disposición de la primera letra, y nota cómo hay líneas y un rasgo mediano que atraviesa las líneas que tú ves comunes y reunidas, y cómo la parte superior avanza y las reúne de nuevo, triples y homogéneas, principales y subordinadas, de igual medida. Tales son las líneas del Alpha.

VII. Perplejidad de Zaqueo

1. Y, cuando Zaqueo, el maestro de escuela, oyó al niño exponer las alegorías tan numerosas y tan grandes de la primera letra, quedó perplejo ante tal respuesta y ante tal enseñanza, y dijo a los asistentes: ¡Desventurado de mí, a qué extremo me veo reducido! Me he cubierto de vergüenza, al traer a mi escuela a este muchacho.

2. Así, pues, hermano José, te ruego que lo lleves contigo, porque no puedo soportar la severidad de su mirada, ni penetrar el sentido de su palabra en modo alguno. Este niño no ha nacido en la tierra, es capaz de domar el fuego mismo, y quizá ha sido engendrado antes de la creación del mundo. ¿Qué vientre lo ha llevado? ¿Qué pecho lo ha nutrido? Lo ignoro. ¡Ay, amigo mío, tu hijo me pone fuera de mí, y no puedo seguir su pensamiento! Me he equivocado en absoluto. Yo quería tener en él un discípulo, y me he encontrado con que tengo en él un maestro.

3. Me doy cuenta de mi oprobio, amigos míos, porque yo, que soy un viejo, he sido vencido por un niño. Y no me queda sino abandonarme al desaliento o a la muerte, a causa de este niño, ya que no puedo, en este momento, mirarlo cara a cara. ¿Qué responderé, cuando digan todos que he sido derrotado por un pequeñuelo? ¿Y qué podré explicar acerca de lo que él me ha dicho de las líneas de la primera raya? No lo sé, amigos míos, por cuanto no conozco, ni el comienzo, ni el fin, de este niño.

4. Así, pues, hermano José, te ruego que lo lleves contigo a tu casa. Es algo muy grande, sin duda: un dios, un ángel o algo parecido.

VIII. Conclusión de la historia de Zaqueo

1. Y, mientras los judíos daban consejos a Zaqueo, el niño rompió a reír, y dijo: Ahora que tu aventura produce sus frutos, y que los ciegos de corazón ven, he aquí que yo vengo de lo alto para maldecirlos, y para llamarlos a lo alto, como me lo ordenó el que me ha enviado a causa de vosotros.

2. Y, cuando el niño hubo acabado de hablar, pronto todos los que habían caído antes bajo su maldición, quedaron curados. Y nadie, desde entonces, se atrevió a provocar nunca su cólera, por miedo a que los maldijese, y los hiriese de enfermedad.

IX. Niño caído de una terraza

1. Algunos días después, Jesús jugaba en una terraza, sobre lo alto de una casa, y uno de los niños que jugaba con él, cayó de la terraza, y murió. Y, viendo esto, los demás niños huyeron, y Jesús quedó solo.

2. Y, habiendo llegado los padres del niño muerto, acusaron a Jesús de haberlo hecho caer. (Jesús les dijo: Yo no hice tal.) Y lanzaron invectivas contra él.

3. Mas Jesús se tiró de la terraza abajo, se detuvo cerca del cuerpo del niño caído, y gritó a gran voz, diciendo: Zenón (porque tal era su nombre), levántate, y dime: ¿Soy yo quien te hizo caer? Y, habiéndose levantado inmediatamente, el niño repuso: No, Señor, tú no me has hecho caer, sino que me has resucitado. Y los espectadores del lance quedaron conmovidos de asombro. Y los padres del niño glorificaron a Dios por el milagro cumplido, y adoraron a Jesús.

X. Resurrección de un joven

1. Pasados otros cuantos días, un joven cortaba leña en las proximidades del pueblo. Y he aquí que su hacha le hendió la planta del pie, y murió, por haber perdido toda su sangre.

2. Y, como ello produjera una aglomeración y un tumulto de gentes, el niño Jesús corrió también allí, y, haciéndose sitio, atravesó la multitud, y tomó el pie herido del joven, que enseguida quedó curado. Y dijo al joven: Levántate, sigue cortando leña, y acuérdate de mí. Y la multitud, al ver lo que había pasado, adoró al niño, diciendo: Verdaderamente, el espíritu de Dios reside en ti.

XI. Jesús en la fuente

1. Y, cuando tenía seis años, su madre le dio un cántaro, y lo envió a tomar agua, para llevarla a casa. Pero, habiendo tropezado el niño con la multitud, el cántaro se rompió.

2. Entonces Jesús, extendiendo la túnica que lo cubría, la llenó de agua, y la llevó a su madre. Y su madre, reconociendo milagro tal, lo abrazó, y guardó en su corazón los misterios que veía cumplidos.

XII. Milagro del grano de trigo

1. Otra vez, en la época de la siembra, el niño salió con su padre para sembrar trigo en su campo, y, mientras su padre sembraba, el niño Jesús sembró también un grano de trigo.

2. Y, una vez lo hubo recolectado y molido, obtuvo cien medidas y, llamando a la granja a todos los pobres de la aldea, les distribuyó el trigo, y José se quedó con lo que aún restaba. Y Jesús tenía ocho años cuando hizo este milagro.

XIII. Milagro de las dos piezas de un lecho

1. Y su padre era carpintero, y hacía en aquel tiempo carretas y yugos. Y un hombre rico le encargó que le hiciese un lecho. Mas, habiendo cortado una de las piezas más pequeña que la otra, no sabía qué partido tomar. Entonces el niño Jesús dijo a su padre José: Pon las dos piezas en el suelo, e iguálalas por tu lado.

2. Y José procedió como el niño le había indicado. Y Jesús se puso al otro lado, tiró de la pieza más corta, y la tornó igual a la otra. Y su padre José, viendo tal, quedó admirado, y abrazó a Jesús, diciendo: Felicitarme puedo de que Dios me haya dado este niño.

XIV. Relaciones con un segundo maestro

1. Viendo José que el niño crecía en edad y en inteligencia, y no queriendo que permaneciese iletrado, lo llevó a un segundo maestro. Y este maestro dijo a José: Le enseñaré primero las letras griegas, y luego las hebraicas. Porque el maestro conocía la inteligencia del niño. Sin embargo, después de haber escrito el alfabeto, se ocupó largamente de él, y Jesús no le respondió, hasta que le advirtió:

2. Si eres verdaderamente un maestro, y conoces bien el alfabeto, dime primero el valor de Alpha y yo te diré luego el de Beta. Pero el maestro, irritado, le pegó en la cabeza. Y el niño, en su dolor, lo maldijo, y aquél cayó exánime, con la faz contra tierra.

3. Y el niño volvió a casa de José, que quedó muy afligido, y recomendó a su madre: No le dejes pasar la puerta, porque cuantos lo encolerizan, quedan heridos de muerte.

XV. Jesús confunde a un tercer maestro

1. Y, algún tiempo después, otro maestro que era pariente y amigo de José, le dijo: Tráeme al niño a la escuela, que quizá podré por la dulzura enseñarle las letras. Y José le contestó: Si tienes valor, hermano, llévalo contigo. Y lo llevó con temor y repugnancia, y el niño iba con placer.

2. Y, entrando decididamente en la escuela, encontró un libro sobre un pupitre, y, tomándolo, no leía los caracteres que en él se encontraban, sino que, abriendo la boca, hablaba conforme a la inspiración del Espíritu Santo. Y enseñó la Ley a los presentes. Y, juntándose una gran multitud, lo rodeaba, lo escuchaba, y se admiraba de la belleza de sus descripciones, de lo justo de sus discursos, y de que un niño como él se expresase de tal manera.

3. Al oír esto, José, espantado, fue a la escuela, temiendo por la salud del profesor. Y el maestro dijo a José: Sabe, hermano, que yo he tomado al niño por discípulo, pero está lleno de sabiduría y de gracia. Condúcelo, yo te lo ruego, a tu domicilio.

4. Y, cuando el niño hubo oído estas palabras, sonrió. y le dijo: Puesto que has hablado bien, y has dado un buen testimonio, sea por tu causa curado quien fue herido. Y enseguida el otro maestro fue curado. Y José volvió con el niño a su casa.

XVI. Jacobo, curado de una mordedura de víbora

1. Y José envió a su hijo Jacobo a cortar madera, el niño Jesús lo seguía. Y, mientras Jacobo trabajaba, una víbora le mordió en la mano.

2. Y, como sufría y parecía herido de muerte, Jesús se aproximó, y le sopló en la mordedura, y enseguida cesó el dolor, y murió el reptil, y, al instante, Jacobo quedó sano y salvo.

XVII. Resurrección de un niño

1. Más tarde, murió un niño en la vecindad, y su madre lloraba mucho. Y Jesús oyó el clamor de su gran pena y se apresuró a acudir. Y, hallando al niño muerto, le tocó el pecho, y dijo: Yo te mando, niño, que no mueras, sino que vivas, y que te quedes con tu madre. Y enseguida el niño abrió los ojos, y sonrió. Y Jesús dijo a la mujer: Tómalo, y dale leche, y acuérdate de mí.

2. Y, viendo esto, la gente se llenó de admiración, y decía: En verdad, este niño es un Dios o un ángel de Dios, porque toda palabra suya se convierte en un hecho. Y Jesús se fue a jugar con los demás niños.

XVIII. Resurrección de un hombre

1. Algún tiempo más tarde, habiéndose producido en una casa que se construía un gran tumulto, Jesús se levantó, y acudió al lugar. Y, viendo a un hombre que yacía sin vida, le tomó la mano y dijo: Levántate, hombre, y continúa laborando en tu obra, pues yo te lo ordeno. Y el hombre se levantó, y lo adoró.

2. Viendo lo cual, quedó la gente admirada, y decía: Este niño viene del cielo, porque ha salvado almas de la muerte, y las salvará durante toda su vida.

XIX. Jesús en medio de los doctores

1. Cuando tuvo la edad de doce años, sus padres, siguiendo la costumbre, fueron a Jerusalén por las fiestas de Pascua con otros compañeros de viaje, y, después de las fiestas, regresaron a su morada. Y, mientras ellos volvían, el niño Jesús quedó en Jerusalén, y sus padres pensaron que estaba entre sus compañeros de viaje.

2. Mas, tras una jornada de camino, buscaron entre sus deudos, y, no hallándolo, se afligieron, y tomaron a la ciudad para buscarlo. Y, tres días después, lo hallaron en el templo, sentado entre los doctores, escuchándolos e interrogándolos. Y todos estaban atentos y sorprendidos de que un niño redujese al silencio a los ancianos del templo y a los doctores del pueblo, explicando los puntos principales de la Ley y las parábolas de los profetas.

3. Y su madre María, aproximándose, le dijo: ¿Por qué nos has hecho esto, hijo mío? He aquí que estábamos afligidos, y que te buscábamos. Pero Jesús les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabéis que es preciso que yo atienda a las cosas que afectan a mi Padre?

4. Y los escribas y los fariseos dijeron a María: ¿Tú eres madre de este niño? Ella respondió: Lo soy. Y ellos dijeron: Feliz eres entre las mujeres, porque Dios ha bendecido el fruto de tus entrañas. Nunca hemos visto ni oído tanta gloria, tanta virtud, tanta sabiduría.

5. Y Jesús, levantándose, siguió a su madre, y estaba sometido a su familia. Y su madre guardaba estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia. Gloria a él por los siglos de los siglos. Amén.

Evangelio de Santo Tomás (redacción latina)

I. De cómo María y José huyeron con Jesús a Egipto

1. Cuando Herodes hizo buscar a Jesús, para matarlo, el ángel dijo a José:

2. Toma a María y a su hijo, y huye a Egipto, lejos de los que quieren matar al niño.

3. Y Jesús tenía dos años cuando entró en Egipto.

4. Y ocurrió que, como cruzasen un sembrado, recogió espigas, y las puso al fuego, y las asó, y las comió.

5. Y, llegados a Egipto, fueron admitidos en la casa de una viuda.

6. Y pasaron un año allí.

7. Y Jesús cumplió los tres años. Y, viendo jugar a los niños, comenzó a tomar parte en sus diversiones.

8. Y, encontrando un pez seco, lo puso en un plato, y le ordenó que palpitase.

9. Y el pez comenzó a palpitar.

10. Y Jesús le dijo: Quítate la sal que has tomado, y ve al agua.

11. Y fue así. Mas los vecinos, viendo lo que había hecho, llevaron la noticia a la casa de la viuda en que vivía María, la madre de Jesús.

12. Y aquella mujer, al saber lo ocurrido, los arrojó de su casa.

II. Jesús y los doce pajarillos

1. Y Jesús, paseando con su madre María por la plaza de la población, vio a un maestro que enseñaba a sus discípulos.

2. Y he aquí que doce pajarillos descendieron sobre donde estaban los discípulos con el maestro.

3. Y Jesús, al observar esto, se paró, y se puso a reír.

4. Y, viéndolo reír, el maestro se encolerizó.

5. Y dijo a sus discípulos: Id y traédmelo.

6. Y cuando se lo llevaron, el maestro lo agarró de una oreja.

7. Y le preguntó: ¿Qué has visto que te haya hecho reír?

8. Y Jesús le contestó: Maestro, he aquí mi mano llena de trigo.

9. Yo lo he mostrado a esos pájaros, y he esparcido este grano, y ellos se han apresurado a venir por él.

10. Y Jesús estuvo allí hasta que los pájaros se repartieron el trigo.

11. Mas el maestro lo echó de la ciudad, con su madre.

III. Jesús vuelve de Egipto a Judea

1. Y he aquí que el ángel del Señor se apareció a María.

2. Y le dijo: Toma el niño, y vuelve a la tierra de los judíos.

3. Porque los que querían su vida, han muerto.

4. Y María se levantó y se llevó a Jesús.

5. Y fueron a la ciudad de Nazareth, donde estaba la hacienda de su padre.

6. Y cuando José salió de Egipto, después de la muerte de Herodes, condujo a Jesús al desierto, hasta que los que querían la vida del niño no turbasen a Jerusalén.

7. Y dio gracias al Altísimo, porque le había dado la inteligencia.

8. Y porque había hallado gracia ante el Señor Dios. Amén.

IV. Cosas que hizo Jesús en la villa de Nazareth

1. Glorioso es para Tomás Israelita, apóstol del Señor, contar las obras de Jesús, cuando estaba en Nazareth, de regreso de Egipto.

2. Oíd atentamente, hermanos queridos, lo que hizo el Señor Jesús en la ciudad de Nazareth.

3. Jesús tenía cinco años, cuando una gran lluvia cayó sobre la tierra.

4. Y el Señor Jesús andaba bajo la lluvia.

5. Y era espantosa, mas él la reunió en una cisterna y le ordenó ser clara. Y ella lo fue.

6. Y, tomando el barro de aquel pozo, lo modeló, y le dio forma de doce pajaritos.

7. Y Jesús hacía estas cosas un día de sábado, en medio de los hijos de los judíos.

8. Y los hijos de los judíos fueron a José, padre de Jesús, y le dijeron:.

9. He aquí que tu hijo jugaba con nosotros.

10. Y ha tomado barro, y ha modelado doce pájaros, y ha violado el sábado.

11. Y José vino al niño Jesús, y le dijo: ¿Por qué has hecho lo que no está permitido hacer en día de sábado?

12. Mas Jesús, abriendo las manos, dijo a los pájaros: Levantaos y volad.

13. Porque nadie ha de daros muerte.

14. Y poniéndose a volar, alababan con sus gritos a Dios Todopoderoso.

15. Y, al ver esto, los judíos, maravilláronse, y empezaron a divulgar los milagros de Jesús.

16. Y un fariseo, que estaba con el niño, tomó un ramo de oliva, y destruyó la fuente que había hecho Jesús.

17. Y, cuando Jesús lo vio, se enojó, y dijo: Sodomita impío e ignorante, ¿qué te habían hecho estas fuentes, que son obra mía?

18. Quedarás como un árbol seco, sin raíces, sin hojas ni frutos.

19. Y el fariseo se secó, y cayó a tierra, y murió.

20. Y sus padres llevaron su cuerpo, y se enojaron con José.

21. Y le decían: He aquí la obra de tu hijo. Enséñale a orar, y no a maldecir.

V. Los nazarenos se irritan contra José por las cosas que obra Jesús

1. Y, unos días después, yendo Jesús con José por la ciudad, un niño corrió ante ellos, y, tropezando intencionadamente con Jesús, lo lastimó mucho en un costado.

2. Mas Jesús le dijo: No acabarás el camino que has comenzado a recorrer.

3. Y el niño cayó a tierra, y murió.

4. Y los que vieron tal milagro, exclamaron: ¿De dónde es este niño?

5. Y dijeron a José: No conviene que semejante niño esté entre nosotros. Aléjalo de aquí.

6. Mas si es preciso que tú estés entre nosotros, enséñale a orar, y no a maldecir, porque nuestros hijos han perdido la razón.

7. Y José llamó a Jesús y le dijo: ¿Por qué maldices?

8. He aquí que los habitantes de esta ciudad nos odian.

9. Mas Jesús dijo: Yo sé que a ti, y no a mí, afectan esos discursos.

10. Y me callaré por ti, mas que ellos vean lo que hacen, según su discreción.

11. Y todos los que hablaban contra Jesús, quedaron ciegos.

12. Y se fueron diciendo: Todas las palabras que salen de su boca tienen una potencia fatal.

13. Y viendo José lo que había hecho Jesús, se enfureció, y le agarró de una oreja.

14. Y Jesús se enojó, y dijo a José: Bástete mirarme, mas no me toques.

15. Tú no sabes quién soy. Y si lo supieras, no me contrariarías. Porque, aunque estoy aquí contigo, he sido creado antes que tú.

VI. De cómo fue tratado Jesús por un maestro de escuela

1. Y un hombre llamado Zaqueo escuchaba lo que Jesús decía a José.

2. Y lleno de admiración por Jesús, dijo: Nunca he visto un niño que hablase así.

3. Y se acercó a José y le dijo: Tienes un hijo muy inteligente. Envíamelo, para que le enseñe las letras.

4. Y luego que las sepa, yo lo instruiré con esmero, para que no permanezca en la ignorancia.

5. Y José contestó: Nadie puede enseñarle, sino Dios. ¿Crees que este niño es como los demás?

6. Y oyendo Jesús lo que Zaqueo hablaba a José, le dijo: Maestro, todas las palabras que salen de mi boca son verdaderas.

7. Y yo he sido el Señor antes que todos los hombres, y la gloria de los siglos me ha sido dada. Mas nada se os ha dado a vosotros.

8. Porque yo soy antes que los siglos, y sé cuál será el número de los años de tu vida, y que serás desterrado.

9. Y tú debes comprender lo que ha dicho mi padre, porque cuantas palabras salen de mi boca son verdaderas.

10. Y oyendo los judíos lo que decía Jesús, se maravillaban.

11. Y decían: Estamos escuchando de este niño discursos que no hemos oído nunca, y que no oiremos jamás de nadie.

12. Ni aun de los príncipes de los sacerdotes, ni de los doctores de la Ley, ni de los fariseos.

13. Y Jesús les contestó: ¿De qué os maravilláis?

14. Miráis como increíble lo que os he dicho, y he aquí que os he dicho la verdad.

15. Porque yo sé cuándo habéis nacido vosotros y vuestros padres, y os puedo decir cómo fue hecho el mundo, y conozco a quien me ha enviado a vosotros.

16. Y los judíos estaban tan asombrados que no acertaban a responder.

17. Y el niño, recogiéndose en sí mismo, se gozó, y dijo: Os he hablado en parábola, porque sé que sois débiles e ignorantes.

18. Y el maestro dijo a José: Tráemelo, para que le enseñe las letras.

19. Y José llevó a Jesús a la casa del maestro, donde había otros niños instruyéndose.

20. Y el maestro, hablándole con dulzura, se puso a enseñarle las letras.

21. Mas él escribió el primer versículo, que va desde A a T, y se puso a instruirlo.

22. Y el maestro pegó al niño en la cabeza, y el niño le dijo: Conviene que yo te instruya a ti, y no tú a mi.

23. Porque yo conozco las letras que quieres enseñarme, y sé que nada puede salir de ti, más que palabras, y no sabiduría.

24. Y comenzando el versículo, recitó desde A hasta F muy rápidamente. Y mirando al maestro dijo: Tú no sabes explicar lo que es A ni lo que es B. ¿Cómo quieres enseñar las otras letras?

25. Hipócrita, dime qué es A, y te diré que es B. Y queriendo aquel doctor explicar la A, no pudo dar ninguna respuesta.

26. Y Jesús dijo a Zaqueo. Escucha, doctor, y comprende la primera letra.

27. Nota que tiene dos trazos que se unen, se separan y engruesan, y que son el símbolo de la permanencia, de la dispersión y de la variedad.

28. Y viendo Zaqueo explicar así la primera letra, se asombró de que un niño tuviera ciencia tan profunda, y exclamó: ¡Malhaya yo!

29. Porque he traído sobre mí una gran vergüenza por causa de este niño, y estoy lleno de estupefacción.

30. Y dijo a José: Yo te ruego, hermano, que te lo lleves, pues no puedo mirarlo a la cara, ni escuchar sus discursos asombrosos.

31. Porque este niño puede dominar el fuego y encadenar la mar, por haber nacido antes que los siglos.

32. Y yo no sé qué vientre lo ha engendrado ni qué pecho lo ha nutrido.

33. He aquí que quedo abatido en espíritu, porque seré objeto de irrisión. Yo lo creía discípulo, y resulta ser maestro.

34. Y no puedo sobrellevar mi oprobio porque soy viejo, y, sin embargo, nada hallo que responderle.

35. Y quiero caer enfermo, y dejar este mundo, o, a lo menos, abandonar esta ciudad, donde todos han visto mi afrenta de ser confundido por un niño.

36. ¿Qué podré ya decir a los otros? ¿Qué discursos haré, si él me ha vencido ya en la primera letra?

37. Estoy estupefacto, ¡oh amigos!, y no hallo ni el principio ni el fin de la contestación que habría de darle.

38. Y ahora, hermano José, llévate al niño a casa, porque es un maestro, y un Señor, o un ángel.

39. Y volviéndose Jesús a los judíos que estaban con Zaqueo, les dijo: Que los que no creían, crean, y que los que no comprendían, comprendan, y que los sordos oigan y que los muertos resuciten.

40. Y cuando hubo callado el niño Jesús, todos los que habían sido heridos por su palabra, curaron.

VII. Jesús resucita a un niño

1. Subiendo un día Jesús con unos niños a la azotea de una casa, se puso a jugar con ellos.

2. Y uno cayó al patio y murió. Y todos los niños huyeron, mas Jesús se quedó.

3. Y, habiendo llegado los padres del niño muerto, decían a Jesús: Tú eres quien lo has tirado. Y lo amenazaban.

4. Y Jesús, saliendo de la casa. se puso en pie ante el niño muerto, y le dijo en voz alta: Simón, Simón, levántate y di si yo te he hecho caer.

5. Y el niño se levantó, y dijo: No, Señor. Y viendo sus padres el gran milagro que había hecho Jesús, lo adoraron y glorificaron a Dios.

VIII. Jesús cura el pie de un niño

1. Y un niño partía madera, y se hirió un pie.

2. Y, sobreviniendo allí mucha gente, Jesús se acercó también al niño, y le tocó el pie, y curó.

3. Y díjole Jesús: Levántate, y parte tu leña, y acuérdate de mí.

4. Y la gente, al ver este milagro, adoró a Jesús, diciendo: Verdaderamente, creemos que es Dios.

IX. Jesús lleva el agua en su ropa

1. Y tenía Jesús seis años. Y su madre lo envió a buscar agua.

2. Y como llegase Jesús a la fuente, había mucha multitud, y se rompió su cántaro.

3. Y en la ropa que vestía, recogió agua y la llevó a María, su madre.

4. Y viendo ella el milagro que había hecho Jesús, lo abrazó, y dijo: Señor, óyeme, y salva a mi hijo.

X. Jesús siembra trigo

1. Y, al advenir la sementera, José fue a sembrar, y Jesús iba con él.

2. Y cuando empezó a sembrar José, Jesús tomó un puñado de trigo, y lo esparció por el suelo.

3. Y llegado el tiempo de la siega, José fue a recolectar.

4. Y Jesús recogió las espigas del trigo que había sembrado, e hizo cien haces de buen grano, y lo repartió a los pobres, a las viudas y a los huérfanos.

XI. Jesús iguala dos maderos desiguales

1. Y Jesús cumplió la edad de ocho años.

2. Y José era carpintero, y hacía carretas y yugos para los bueyes.

3. Y un rico dijo a José: Maestro, hazme un lecho grande y hermoso.

4. Y José estaba afligido, porque uno de los maderos que iba a emplear era más corto que el otro.

5. Mas le dijo Jesús: No te aflijas. Toma el madero de un lado, yo lo tomaré del otro, y tiremos.

6. Y, haciéndolo así, el madero adquirió la longitud precisa. Y Jesús dijo a José: Trabaja. He ahí el madero que necesitabas.

7. Y, al ver José lo que había hecho Jesús, lo abrazó, diciendo: Bendito sea Dios, que me ha dado tal hijo.

XII. Jesús es llevado a otro maestro para aprender las letras

1. Y viendo José el poder de Jesús, y que crecía, pensó enviarlo a un maestro que le enseñase las letras, y lo llevó a un doctor.

2. Y este doctor dijo a José: ¿Qué letras quieres que aprenda tu hijo?

3. Y José le contestó: Enséñale primero las letras extranjeras y luego las hebreas. Porque estaba informado de que aquel doctor era muy sabio.

4. Y cuando el doctor escribió el primer versículo, que es A y B, se lo explicó a Jesús varias horas.

5. Mas Jesús callaba y nada respondía.

6. Y dijo luego al doctor: Si eres verdaderamente un maestro, y sabes las letras, dime la potencia de la letra A, y yo te diré la potencia de la letra B.

7. Mas el maestro, colérico, le pegó en la cabeza. Y Jesús, irritado, lo maldijo, y el maestro cayó al suelo, y murió.

8. Y Jesús volvió a su casa, mas José prohibió a María que lo dejase pasar el umbral.

XIII. Jesús es llevado por tercera vez a un maestro

1. Mas, transcurridos pocos días, vino un doctor, amigo de José.

2. Y dijo: Llévame el niño, y yo le enseñaré las letra tratándolo con mucha dulzura.

3. Y José contestó: Si puedes conseguirlo, instrúyelo.

4. Y recibiendo el doctor a Jesús, lo llevó con alegría.

5. Y llegado Jesús a la morada del doctor, encontró un libro en un rincón, y tomándolo, lo abrió.

6. Mas no leía lo que estaba escrito en él, sino que abría la boca y hablaba por inspiración del Espíritu Santo, y enseñaba la Ley.

7. Y todos los asistentes lo escuchaban atentos, y el maestro lo oía con placer, y le pidió que enseñase con más extensión.

8. Y mucha gente se reunió para escuchar los discursos que salían de su boca.

9. Mas José, sabiendo esto, se espantó. Y el maestro le dijo: Hermano, yo he recibido a tu hijo para instruirlo.

10. Empero, he aquí que él está lleno de sabiduría. Llévalo a tu casa con gozo, porque la sabiduría que tiene es un don del Señor.

11. Y oyendo Jesús hablar así al maestro, se regocijó y dijo: Tú ahora, maestro, has dicho la verdad.

12. Y por ti, el que es muerto, debe resucitar. Y José lo llevó a casa.

XIV. Jesús cura a Jacobo de la mordedura de una víbora

1. José envió a Jacobo a recoger paja, y Jesús iba con él.

2. Y mientras Jacobo recogía la paja, una víbora lo mordió, y cayó al suelo como muerto.

3. Y viendo esto Jesús, sopló sobre la herida, y Jacobo quedó curado, y la víbora murió.

XV. Jesús resucita a otro niño

1. Y habiendo muerto el hijo de un vecino, su madre se entregó a un gran dolor.

2. Y sabiéndolo Jesús, llegóse al cadáver del niño, y se inclinó sobre él, y sopló sobre su pecho.

3. Y le dijo: Niño, yo te ordeno no morir, sino vivir.

4. Y el niño resucitó. Y Jesús dijo a la madre: Toma a tu hijo, y dale de mamar, y acuérdate de mí.

5. Y viendo este milagro, decía la gente: En verdad, este niño es del cielo.

6. Porque ha librado varias vidas de la muerte, y cura a todos los que esperan en él.

7. Y los escribas y los fariseos se llegaron a María, y le preguntaron: ¿Eres tú la madre de este niño? Y ella dijo: En verdad que lo soy.

8. Y ellos le dijeron: Dichosa eres tú entre todas las mujeres.

9. Porque Dios ha bendecido el fruto de tu vientre, pues que te ha dado un hijo tan glorioso y dotado de una sabiduría como nunca hemos visto ni oído.

10. Y Jesús se levantó, y seguía a su madre. Y María conservaba en su corazón todos los milagros que había hecho entre el pueblo, curando a muchos que habían enfermado.

11. Y Jesús crecía en talla y en sapiencia, y todos los que lo veían, glorificaban a Dios, el Padre Todopoderoso, que bendito sea por los siglos de los siglos. Amén.

Protoevangelio de Santiago

I. Dolor de Joaquín

1. Consta en las historias de las doce tribus de Israel que había un hombre llamado Joaquín, rico en extremo, el cual aportaba ofrendas dobles, diciendo: El excedente de mi ofrenda será para todo el pueblo, y lo que ofrezca en expiación de mis faltas será para el Señor, a fin de que se me muestre propicio.

2. Y, habiendo llegado el gran día del Señor, los hijos de Israel aportaban sus ofrendas. Y Rubén se puso ante Joaquín, y le dijo: No te es lícito aportar tus ofrendas el primero, porque no has engendrado, en Israel, vástago de posteridad.

3. Y Joaquín se contristó en gran medida, y se dirigió a los archivos de las doce tribus de Israel, diciéndose: Veré en los archivos de las doce tribus si soy el único que no ha engendrado vástago en Israel. E hizo perquisiciones, y halló que todos los justos habían procreado descendencia en Israel. Mas se acordó del patriarca Abraham, y de que Dios, en sus días postrimeros, le había dado por hijo a Isaac.

4. Y Joaquín quedó muy afligido, y no se presentó a su mujer, sino que se retiró al desierto. Y allí plantó su tienda, y ayunó cuarenta días y cuarenta noches, diciendo entre sí: No comeré, ni beberé, hasta que el Señor, mi Dios, me visite, y la oración será mi comida y mi bebida.

II. Dolor de Ana

1. Y Ana, mujer de Joaquín, se deshacía en lágrimas, y lamentaba su doble aflicción, diciendo: Lloraré mi viudez, y lloraré también mi esterilidad.

2. Y, habiendo llegado el gran día del Señor, Judith, su sierva, le dijo: ¿Hasta cuándo este abatimiento de tu corazón? He aquí llegado el gran día del Señor, en que no te es lícito llorar. Mas toma este velo, que me ha dado el ama del servicio, y que yo no puedo ceñirme, porque soy una sierva, y él tiene el signo real.

3. Y Ana dijo: Apártate de mi lado, que no me pondré eso, porque el Señor me ha humillado en gran manera. Acaso algún perverso te ha dado ese velo, y tú vienes a hacerme cómplice de tu falta. Y Judith respondió: ¿Qué mal podría desearte, puesto que el Señor te ha herido de esterilidad, para que no des fruto en Israel?

4. Y Ana, sumamente afligida, se despojó de sus vestidos de duelo, y se lavó la cabeza, y se puso su traje nupcial, y, hacia la hora de nona, bajó al jardín, para pasearse. Y vio un laurel, y se colocó bajo su sombra, y rogó al Señor, diciendo: Dios de mis padres, bendíceme, y acoge mi plegaria, como bendijiste las entrañas de Sara, y le diste a su hijo Isaac.

III. Trenos de Ana

1. Y, levantando los ojos al cielo, vio un nido de gorriones, y lanzó un gemido, diciéndose: ¡Desventurada de mí! ¿Quién me ha engendrado, y qué vientre me ha dado a luz? Porque me he convertido en objeto de maldición para los hijos de Israel, que me han ultrajado y expulsado con irrisión del templo del Señor.

2. ¡Desventurada de mí! ¿A quién soy semejante? No a los pájaros del cielo, porque aun los pájaros del cielo son fecundos ante ti, Señor.

3. ¡Desventurada de mí! ¿A quién soy semejante? No a las bestias de la tierra, porque aun las bestias de la tierra son fecundas ante ti, Señor.

4. ¡Desventurada de mí! ¿A quién soy semejante? No a estas aguas, porque aun estas aguas son fecundas ante ti, Señor.

5. ¡Desventurada de mí! ¿A quién soy semejante? No a esta tierra, porque aun esta tierra produce fruto a su tiempo, y te bendice, Señor.

IV. La promesa divina

1. Y he aquí que un ángel del Señor apareció, y le dijo: Ana, Ana, el Señor ha escuchado y atendido tu súplica. Concebirás, y parirás, y se hablará de tu progenitura en toda la tierra. Y Ana dijo: Tan cierto como el Señor, mi Dios, vive, si yo doy a luz un hijo, sea varón, sea hembra, lo llevaré como ofrenda al Señor, mi Dios, y permanecerá a su servicio todos los días de su vida.

2. Y he aquí que dos mensajeros llegaron a ella, diciéndole: Joaquín tu marido viene a ti con sus rebaños. Porque un ángel del Señor ha descendido hasta él, diciéndole: Joaquín, Joaquín, el Señor ha oído y aceptado tu ruego. Sal de aquí, porque tu mujer Ana concebirá en su seno.

3. Y Joaquín salió, y llamó a sus pastores, diciendo: Traedme diez corderos sin mácula, y serán para el Señor mi Dios; y doce terneros, y serán para los sacerdotes y para el Consejo de los Ancianos; y cien cabritos, y serán para los pobres del pueblo.

4. Y he aquí que Joaquín llegó con sus rebaños, y Ana, que lo esperaba en la puerta de su casa, lo vio venir, y, corriendo hacia él, le echó los brazos al cuello, diciendo: Ahora conozco que el Señor, mi Dios, me ha colmado de bendiciones; porque era viuda, y ya no lo soy; estaba sin hijo, y voy a concebir uno en mis entrañas. Y Joaquín guardó reposo en su hogar aquel primer día.

V. Concepción de María

1. Y, al día siguiente, presentó sus ofrendas, diciendo entre sí de esta manera: Si el Señor Dios me es propicio, me concederá ver el disco de oro del Gran Sacerdote. Y, una vez hubo presentado sus ofrendas, fijó su mirada en el disco del Gran Sacerdote, cuando éste subía al altar, y no notó mancha alguna en sí mismo. Y Joaquín dijo: Ahora sé que el Señor me es propicio, y que me ha perdonado todos mis pecados. Y salió justificado del templo del Señor, y volvió a su casa.

2. Y los meses de Ana se cumplieron, y, al noveno, dio a luz. Y preguntó a la partera: ¿Qué he parido? La partera contestó: Una niña. Y Ana repuso: Mi alma se ha glorificado en este día. Y acostó a la niña en su cama. Y, transcurridos los días legales, Ana se lavó, dio el pecho a la niña, y la llamó María.

VI. Fiesta del primer año

1. Y la niña se fortificaba de día en día. Y, cuando tuvo seis meses, su madre la puso en el suelo, para ver si se mantenía en pie. Y la niña dio siete pasos, y luego avanzó hacia el regazo de su madre, que la levantó, diciendo: Por la vida del Señor, que no marcharás sobre el suelo hasta el día que te lleve al templo del Altísimo. Y estableció un santuario en su dormitorio, y no le dejaba tocar nada que estuviese manchado, o que fuese impuro. Y llamó a las hijas de los hebreos que se conservaban sin mancilla, y que entretenían a la niña con sus juegos.

2. Y, cuando la niña llegó a la edad de un año, Joaquín celebró un gran banquete, e invitó a él a los sacerdotes y a los escribas y al Consejo de los Ancianos y a todo el pueblo israelita. Y presentó la niña a los sacerdotes, y ellos la bendijeron, diciendo: Dios de nuestros padres, bendice a esta niña, y dale un nombre que se repita siglos y siglos, a través de las generaciones. Y el pueblo dijo: Así sea, así sea. Y Joaquín la presentó a los príncipes de los sacerdotes, y ellos la bendijeron, diciendo: Dios de las alturas, dirige tu mirada a esta niña, y dale una bendición suprema.

3. Y su madre la llevó al santuario de su dormitorio, y le dio el pecho. Y Ana entonó un cántico al Señor Dios, diciendo: Elevará un himno al Señor mi Dios, porque me ha visitado, y ha alejado de mí los ultrajes de mis enemigos, y me ha dado un fruto de su justicia a la vez uno y múltiple ante Él. ¿Quién anunciará a los hijos de Rubén que Ana amamanta a un hijo? Sabed, sabed, vosotras las doce tribus de Israel, que Ana amamanta a un hijo. Y dejó reposando a la niña en el santuario del dormitorio, y salió, y sirvió a los invitados. Y, terminado el convite, todos salieron llenos de júbilo, y glorificando al Dios de Israel.

VII. Consagración de María en el templo

1. Y los meses se sucedían para la niña. Y, cuando llegó a la edad de dos años, Joaquín dijo: Llevémosla al templo del Señor, para cumplir la promesa que le hemos hecho, no sea que nos la reclame, y rechace nuestra ofrenda. Y Ana respondió: Esperemos al tercer año, a fin de que la niña no nos eche de menos. Y Joaquín repuso: Esperemos.

2. Y, cuando la niña llegó a la edad de tres años, Joaquín dijo: Llamad a las hijas de los hebreos que estén sin mancilla, y que tome cada cual una lámpara, y que estas lámparas se enciendan, para que la niña no vuelva atrás, y para que su corazón no se fije en nada que esté fuera del templo del Señor. Y ellas hicieron lo que se les mandaba, hasta el momento en que subieron al templo del Señor. Y el Gran Sacerdote recibió a la niña, y, abrazándola, la bendijo, y exclamó: El Señor ha glorificado tu nombre en todas las generaciones. Y en ti, hasta el último día, el Señor hará ver la redención por Él concedida a los hijos de Israel.

3. E hizo sentarse a la niña en la tercera grada del altar, y el Señor envió su gracia sobre ella, y ella danzó sobre sus pies y toda la casa de Israel la amó.

VIII. Pubertad de María

1. Y sus padres salieron del templo llenos de admiración, y glorificando al Omnipotente, porque la niña no se había vuelto atrás. Y María permaneció en el templo del Señor, nutriéndose como una paloma, y recibía su alimento de manos de un ángel.

2. Y, cuando llegó a la edad de doce años, los sacerdotes se congregaron, y dijeron: He aquí que María ha llegado a la edad de doce años en el templo del Señor. ¿Qué medida tomaremos con ella, para que no mancille el santuario? Y dijeron al Gran Sacerdote: Tú, que estás encargado del altar, entra y ruega por María, y hagamos lo que te revele el Señor.

3. Y el Gran Sacerdote, poniéndose su traje de doce campanillas, entró en el Santo de los Santos, y rogó por María. Y he aquí que un ángel del Señor se le apareció, diciéndole: Zacarías, Zacarías, sal y reúne a todos los viudos del pueblo, y que éstos vengan cada cual con una vara, y aquel a quien el Señor envíe un prodigio, de aquel será María la esposa. Y los heraldos salieron, y recorrieron todo el país de Judea, y la trompeta del Señor resonó, y todos los viudos acudieron a su llamada.

IX. José, guardián de María