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En "La caída de la casa Usher" de Edgar Allan Poe, un visitante llega a la siniestra mansión Usher para encontrar a Roderick Usher sumido en una profunda desesperación por la enfermedad de su hermana, Madeline. Tras su misteriosa muerte y entierro, tensiones y horrores sobrenaturales culminan en el trágico derrumbamiento de la casa y sus habitantes.
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Seitenzahl: 33
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"En "La caída de la casa Usher" de Edgar Allan Poe, un visitante llega a la siniestra mansión Usher para encontrar a Roderick Usher sumido en una profunda desesperación por la enfermedad de su hermana, Madeline. Tras su misteriosa muerte y entierro, tensiones y horrores sobrenaturales culminan en el trágico derrumbamiento de la casa y sus habitantes.
Sobrenatural, DecadenciaI, Aislamiento
Este texto es una obra de dominio público y refleja las normas, valores y perspectivas de su época. Algunos lectores pueden encontrar partes de este contenido ofensivas o perturbadoras, dada la evolución de las normas sociales y de nuestra comprensión colectiva de las cuestiones de igualdad, derechos humanos y respeto mutuo. Pedimos a los lectores que se acerquen a este material comprendiendo la época histórica en que fue escrito, reconociendo que puede contener lenguaje, ideas o descripciones incompatibles con las normas éticas y morales actuales.
Los nombres de lenguas extranjeras se conservarán en su forma original, sin traducción.
Son cœur est un luth suspendu; Sitôt qu’on le touche il résonne..
De Béranger.
Durante todo un día apagado, oscuro y silencioso del otoño del año, cuando las nubes se cernían opresivamente bajas en el cielo, yo había estado pasando solo, a caballo, a través de una extensión de país singularmente lúgubre; y finalmente me encontré, a medida que las sombras de la tarde se acercaban, a la vista de la melancólica Casa Usher. No sé cómo fue, pero con la primera visión del edificio, una sensación de insufrible pesadumbre invadió mi espíritu. Digo insufrible, porque la sensación no se veía aliviada por ninguno de esos sentimientos medio placenteros, porque poéticos, con los que la mente suele recibir incluso las imágenes naturales más severas de lo desolador o terrible. Contemplé la escena que tenía ante mí -la mera casa y los sencillos rasgos paisajísticos de la propiedad, los sombríos muros, las ventanas vacías que parecían ojos, unos pocos juncos y unos cuantos troncos blancos de árboles podridos- con una absoluta depresión de alma que no puedo comparar con ninguna otra sensación terrenal más que con el ensueño del juerguista que consume opio, el amargo lapso en la vida cotidiana, la horrible caída del velo. Había una frialdad, un hundimiento, un malestar en el corazón, una tristeza irredenta del pensamiento que ningún estímulo de la imaginación podía convertir en algo sublime. ¿Qué era -me detuve a pensar- lo que me enervaba tanto al contemplar la Casa Usher? Era un misterio insoluble; no podía luchar con las fantasías sombrías que se agolpaban sobre mí mientras reflexionaba. Me vi obligado a llegar a la insatisfactoria conclusión de que, si bien no cabía duda de que existían combinaciones de objetos naturales muy simples que tenían el poder de afectarnos de ese modo, el análisis de ese poder se hallaba entre consideraciones que escapaban a nuestra profundidad. Era posible, reflexioné, que una mera disposición diferente de los detalles de la escena, de los detalles de la imagen, sería suficiente para modificar, o tal vez aniquilar su capacidad de impresión dolorosa; Y, siguiendo esta idea, dirigí mi caballo hacia el precipitado borde de un negro y lúgubre estanque que yacía en un lustre imperturbable junto a la vivienda, y contemplé -pero con un estremecimiento aún más estremecedor que antes- las imágenes remodeladas e invertidas de los juncos grises, y los horribles tallos de los árboles, y las ventanas vacías y semejantes a ojos.