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¿Qué es la osteoporosis? ¿Cuáles son sus factores de riesgo? ¿Cómo prevenirla? ¿Es realmente una enfermedad silenciosa? ¿Cómo convivir con ella? La osteoporosis afecta a millones de personas en todo el mundo, muchas veces sin síntomas claros hasta que ocurre una fractura inesperada. Escrito por un equipo de profesionales de la salud, este libro explica detalladamente la enfermedad, abordando sus causas, diagnóstico, prevención y tratamientos. Con ejemplos concretos, investigaciones actuales y consejos útiles, brinda a los lectores herramientas para detectarla a tiempo y mejorar su calidad de vida.
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La osteoporosis
Revelando la voz de la enfermedad silenciosa
Primera edición en esta colección: enero de 2025
© Sonia Castro, 2025
© de la presente edición: Plataforma Editorial, 2025
Plataforma Editorial
c/ Muntaner, 269, entlo. 1ª – 08021 Barcelona
Tel.: (+34) 93 494 79 99
www.plataformaeditorial.com
ISBN: 978-84-10243-98-9
Diseño de cubierta: Arantxa Álvarez
Fotocomposición y adaptación de cubierta: Grafime, S.L.
Reservados todos los derechos. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Si necesita fotocopiar o reproducir algún fragmento de esta obra, diríjase al editor o a CEDRO (www.cedro.org).
Algunas notas iniciales,
de Abi Martínez Espiau
Primera parte ¿Qué es la osteoporosis? Primeras recomendaciones
1. Entendiendo la osteoporosis (OP): Dr. Alfons Lorenzo
2. Diagnóstico y pruebas de densidad mineral ósea (DMO): Dra. Mariela Uyaguari
3. Osteoporosis en mujeres y en hombres: Dra. Dolors Martínez
4. La importancia de la salud de los huesos: Dra. Sonia Castro
5. Factores de riesgo y estilo de vida: Dra. Meritxell Castellanos
Segunda parte Tengo osteoporosis… ¿y ahora qué?
6. Fármacos y tratamientos para enfrentarse a la osteoporosis: Dra. Delia Taverner y Dra. Ester Costa
7. Nutrición y salud de los huesos: Sra. Áurea Peña
8. Ejercicio físico y osteoporosis: Dra. Ester Costa
9. Estrategias para la prevención de caídas: Sra. Pilar Alamillo
10. Una concienciación responsable: Sra. Josepa Roig
Tercera parte Otras miradas terapéuticas y apoyo en la salud mental del enfermo
11. Opciones terapéuticas complementarias: enfoques naturales: Dra. María José Poveda
12. Apoyo familiar y social. Responsabilidad y cuidado del paciente en su enfermedad: Dra. Anna Pàmies
13. Osteoporosis en casos especiales: premenopausia, corticoides, insuficiencia renal: Dra. Delia Taverner
14. Un resumen esperanzador: Dr. Carlos Tomàs
15. Recursos útiles: organizaciones, libros y sitios web de confianza
Anexo. Quién es quién
Cubierta
Portada
Créditos
Índice
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Colofón
Soy visitadora desde hace más de veinte años. He observado de cerca el esfuerzo y dedicación de los profesionales de la salud en su lucha contra las enfermedades reumáticas y las patologías óseas como la osteoporosis. A diario visito consultorios y hospitales, y cada encuentro me brinda una visión más profunda del compromiso de esos expertos sanitarios para mejorar la calidad de vida de sus pacientes.
Las enfermedades reumáticas representan un desafío constante en el campo de la medicina, no solo afectan físicamente a los pacientes, sino que también tienen un impacto significativo en su bienestar, emocional y social, así como en el de sus familiares y cuidadores. La osteoporosis, por ejemplo, es una enfermedad silenciosa (no nos cansaremos de recordarlo en las siguientes páginas) que debilita los huesos, aumentando el riesgo de fractura y, en muchos casos, limitando severamente la funcionalidad y la independencia de quienes la padecen. Sin embargo, detrás de cada diagnóstico, hay un equipo de profesionales trabajando para ofrecer soluciones innovadoras y tratamientos efectivos.
He visto en primera persona cómo los reumatólogos y sus enfermeras no se conforman simplemente con tratar los síntomas. Su objetivo es entender las causas ocultas, mejorar los métodos de diagnóstico y desarrollar terapias que no solo mitiguen el dolor de una fractura, sino que fortalezcan los huesos y restauren su funcionalidad. Estos especialistas combinan su amplio conocimiento científico con una profunda empatía hacia sus pacientes, asegurándose de que cada tratamiento sea personalizado para abordar las necesidades únicas.
Este libro pretende ser muchas cosas: un texto divulgativo y comprensible, didáctico y cercano; al mismo tiempo que riguroso científicamente. Una guía para quien padece la enfermedad y un amplificador de conciencias para quien no la padece. Pero, por encima de todo, constituye un testimonio del trabajo y la dedicación de estos profesionales de la salud especialistas en la materia.
A través de una serie de capítulos escritos por expertos, exploraremos los avances más recientes en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad reumática y ósea: la osteoporosis. Nos comprometemos a brindar información precisa y confiable, respaldada por la evidencia científica más reciente, pero también a informar con claridad y voluntad de servicio.
Nuestra intención, por lo tanto, es que este libro sea una guía útil para quienes convivís con la osteoporosis, pacientes, familiares, cuidadores y cualquier persona que esté interesada en cómo mejorar su calidad de vida cuando los huesos se rompen. Queremos que os sintáis apoyados y acompañados en cada paso del camino.
Gracias por confiar en nosotros y esperamos que esta obra os proporcione la claridad y el soporte necesario para gestionar la osteoporosis con tranquilidad y confianza.
En mi papel de coordinadora de esta obra no quisiera despedirme sin antes agradecer a todos los que me han acompañado, ayudándome a organizar el libro y haciendo posible su edición:
A Àlex y a Fran, por creer en mí siempre.
A Marina, por estar.
A Montse y a Raúl, por ayudarme a arrancarlo.
A Jordi, por escuchar mi proyecto y abrirme las puertas de la Universitat Rovira i Virgili.
A las autoras y autores del libro, por confiar en mí y hacerme fácil todas las gestiones de contenido, redacción y diseño.
A Juan Carlos, por ser el guía y enseñarme los secretos que se esconden tras la portada de un libro y, sobre todo, por las risas (tan necesarias).
Y, por supuesto, a Martina y a Pol, por seguir creyendo que mami todo lo hace bien.
Espero que os guste.
Abi Martínez Espiau
«La salud es la mayor posesión.
La alegría es el mayor tesoro.
La confianza es el mayor amigo».
Lao-Tse (filósofo y poeta chino del siglo vi a.C.)
Laura siempre había sido una mujer de carácter positivo y enérgico. A sus cincuenta y dos años se enfrentaba a la reciente aparición de la menopausia con la misma determinación con la que había encarado los desafíos de su vida. Con la firme comprensión de quien se repite «es ley de vida» para aceptar quién es y en qué momento vive sin hacerse daño. Sin embargo, esa tarde de otoño, un desafortunado accidente lo cambió todo, incluso su forma de ver el mundo y su presente. Laura caminaba por la calle en una mañana que había despertado ausente de nubes, disfrutando del aire fresco y del sol que empezaba a calentar el día. Tenía prisa, como siempre, esa prisa casi irracional que tenemos todos en este atolondrado siglo, pero se sentía contenta de haberse tomado unos minutos para caminar hasta la panadería del barrio en lugar de conducir. Eso le llevó a recordar que hace mil años que no iba al gimnasio y que las series de Netflix la tienen demasiado atrapada en el sofá. El culo cuadrado. Queda ya lejos la promesa del primero de enero. Ese «tengo que hacer más ejercicio, tengo que dejar de fumar».
Miró el reloj. Aceleró el paso. Las hojas caídas habían creado una alfombra verdosa y resbaladiza en la acera. Y entonces todo sucedió en un instante: perdió el equilibrio y extendió instintivamente las manos para amortiguar la caída. El impacto fue duro y el dolor inmediato.
Sentada en el suelo, Laura intentó incorporarse, un tanto ruborizada por su torpeza y por las indisimuladas miradas de los transeúntes, pero un dolor agudo en ambas muñecas la detuvo. Un par de personas se acercaron rápidamente para ayudarla. «¿Está bien, señora?», preguntó una joven, mientras otro tipo muy resuelto llamaba una ambulancia. «¿Señora me ha dicho?», pensó para sus adentros Laura, un tanto ofendidita.
Los minutos parecieron horas hasta que llegaron los paramédicos. Laura estaba pálida y temblaba, más por el susto que por el dolor. Trató de mantener la compostura, pero las lágrimas brotaban sin control. «Me he roto las muñecas», dijo su voz apenas un susurro.
La ambulancia la llevó rápidamente al hospital. Durante el trayecto, Laura pensó en su familia. En cómo su marido, Carlos, y sus hijos, Ana y Luis, reaccionarían ante la noticia. «No quiero preocuparlos», dijo a la enfermera acompañante mientras el dolor en sus muñecas aumentaba.
En la sala de urgencias el médico de guardia la recibió con una mezcla de profesionalismo y compasión. Después de una rápida evaluación la envió a hacerse radiografías de ambas muñecas. El tiempo parecía suspendido mientras Laura esperaba los resultados. La sala de espera estaba llena de ruidos: el zumbido de las luces fluorescentes, el murmullo de las conversaciones y el pitido ocasional de algún aparato médico. Carlos, su esposo, llegó justo cuando el doctor regresó con las radiografías. «Laura, tengo los resultados. Has sufrido fracturas en ambas muñecas. Vamos a inmovilizarte y hacer más pruebas. Quiero asegurarme de que no haya algo más en juego aquí».
Laura asintió, aún aturdida por el daño y la preocupación. Mientras le colocaban los yesos se preguntaba a qué se refería el médico con ese «algo más en juego aquí», pero nadie le dio una respuesta, y Carlos le quitó hierro al asunto. Cuando finalmente la acomodaron en una habitación privada Laura se permitió cerrar los ojos y descansar, aunque solo fuera por un instante. Carlos salió a hacer unas llamadas tranquilizadoras a la familia cercana. «Podría haber sido peor. Ha quedado en una fractura». Carlos no lo sabía, pero se había apresurado en sus deducciones.
En la habitación, la mente de Laura no descansaba. Pensaba en su madre, que había sufrido de huesos frágiles en su vejez, y una sombra de preocupación comenzó a asomar. ¿Podría ella también tener problemas similares? Las palabras del doctor resonaban en su cabeza: hacer más pruebas. Sabía que pronto tendría respuestas, pero por ahora lo único que podía hacer era esperar.
Una hora después la puerta chirrió y despertó a Laura que, fruto del cansancio, se había dormido. El médico se acercó a la cama, y su voz, aunque profesional, dejaba entrever una nota de preocupación. «Laura, quiero hacerte unas preguntas sobre tu historial médico», dijo mientras tomaba asiento, «¿has tenido alguna caída o fractura anteriormente?».
Laura negó con la cabeza, tratando de recordar cualquier otro incidente importante, pero no había nada fuera de lo normal. Carlos también hizo inventario mental y nada. El médico continuó, «¿alguna vez te han hecho una densitometría ósea?».
Laura frunció el ceño, intentando recordar. «No, doctor. No recuerdo haberme hecho ninguna. No sé ni lo que es».
El médico asintió lentamente, procesando la información y concluyó, «Verás, no es común que alguien se fracture ambos huesos de la muñeca con una caída tan leve como la que tuviste. Esto puede ser indicativo de que tus huesos son más frágiles de lo normal».
Laura sintió una punzada de inquietud. «¿Qué quiere decir, doctor?».
«Podría ser osteoporosis», respondió él, con tono cauteloso. «Es una condición en la que los huesos se vuelven más porosos y débiles, aumentando el riesgo de fractura. Me preocupa que tus huesos puedan estar afectados».
Laura asimiló la información. «¿Y qué puedo hacer?».
«Lo primero es confirmar el diagnóstico», explicó el médico. «Necesitamos hacer esa densitometría ósea para evaluar eso exactamente, la densidad de tus huesos. También revisaremos tus niveles de calcio y vitamina D».
Laura asintió, agradecida por la claridad y la concreción del médico. Carlos cogió su mano.
La osteoporosis es una de esas condiciones de salud que, aunque no se hable mucho de ella, afecta a una cantidad impresionante de personas en todo el mundo. Para entenderla, imagina tus huesos como si fueran una estructura fuerte y flexible, en constante renovación. Cuando llega la osteoporosis, este equilibrio se rompe, los huesos comienzan a perder densidad mineral, y se vuelven más frágiles y porosos.
La osteoporosis en una enfermedad caracterizada por la pérdida de consistencia y calidad de los huesos, lo que produce una disminución en la resistencia ósea, presentando un mayor riesgo de presentar fracturas frente a esfuerzos o traumatismos de bajo impacto. Hablamos de una enfermedad metabólica crónica, sistémica y progresiva. Suena muy técnico, pero básicamente significa que es una condición que afecta a todo el cuerpo, que avanza lentamente en el tiempo, y que está relacionada con el metabolismo, es decir, con cómo nuestro cuerpo maneja los minerales y otros componentes esenciales. Este desequilibrio en la remodelación ósea conduce a una reducción tanto en la cantidad como en la calidad del hueso. Dicho de otra forma, los huesos se vuelven más delgados, con menos masa cortical y una estructura interna más permeable, con más huecos y más grandes. El resultado final es un esqueleto que, aunque puede parecer fuerte, es en realidad mucho más endeble y propenso a fracturas.
Lo curioso y, al mismo tiempo, preocupante de la osteoporosis es que puede afectar a cualquier persona en cualquier momento de su vida, aunque es más común a medida que envejecemos y en mujeres. Me gustaría ponerlo en datos. En España, por ejemplo, en 2019 había aproximadamente 2.945.000 personas con osteoporosis, la gran mayoría mujeres (79,2 %) y un menor porcentaje de hombres (20,8 %). Esto representa un 5,4 % de la población. Y la proyección para el futuro no es alentadora: se espera que esta cifra aumente significativamente, llegando al 30 % en 2034 debido al envejecimiento poblacional.
Uno de los aspectos más engañosos de la osteoporosis es que es una enfermedad silenciosa. El dolor, aunque suene raro, es siempre un aliado de la medicina porque ofrece a quien lo sufre un sentido de alarma y de consulta. Pero cuando este dolor no aparece, no hay aviso posible. Laura nunca sintió dolor (quizá sí algo de cansancio, pero ¿quién no lo está de vez en cuando?). La mayoría de las veces no muestra síntomas hasta que ocurre la primera fractura. Por eso a esta enfermedad se la conoce como la «epidemia silenciosa». Imagínate vivir con una condición sin darte cuenta de ella hasta que sufres una caída, por culpa de la hojarasca que descansa en el suelo de la calle, resbalando en una mañana de otoño cualquiera, que resulta en una fractura dolorosa y debilitante.
Si hablamos de la osteoporosis (OP) no podemos dejar de lado no explicar cómo es un esqueleto humano. Está compuesto por entre 204 y 214 huesos. Es, verdaderamente, una maravilla de la naturaleza. Pesa alrededor de diez kilos y representa aproximadamente el 15 % de nuestro peso corporal. Sus funciones son vitales. Nos proporciona soporte y locomoción, protege nuestros órganos internos, almacena minerales y proteínas de la matriz ósea, y regula la energía a través de mecanismos endocrinos que involucran hormonas como la leptina y la osteocalcina.
Para que no te pierdas: la leptina es una hormona producida principalmente por las células adiposas (células grasas) del cuerpo. Esta hormona desempeña un papel crucial en la regulación del peso corporal y en el metabolismo energético. Su función primordial es enviar señales al cerebro para indicarle cuánta grasa almacenada hay en el cuerpo. Y para que no te sigas perdiendo, la osteocalcina es una proteína producida por los osteoblastos, las células responsables de la formación de hueso. Es una proteína no colágena que se encuentra en la matriz ósea y es esencial para la mineralización y la salud de los huesos. La osteocalcina, además, también tiene funciones hormonales que afectan otros tejidos del cuerpo. Sus niveles en sangre pueden ser utilizados como un marcador para evaluar la formación ósea y el metabolismo del hueso, especialmente en condiciones como la osteoporosis. ¿Aclarado? Seguimos.
Los huesos no son piezas estáticas, sino un tejido vivo que se remodela continuamente. Este proceso de remodelación es esencial para mantener una estructura ósea saludable y para reparar el desgaste y las lesiones. La matriz ósea, producida por los osteoblastos, está compuesta por capas de colágeno en las que se depositan cristales de calcio y fósforo. El colágeno proporciona elasticidad y flexibilidad, mientras que los minerales aportan fuerza y rigidez. Un equilibrio perfecto entre algo rígido y flexible al mismo tiempo es crucial para mantener los huesos en óptimas condiciones.
El proceso de remodelación ósea es fascinante y complejo, regulado por una variedad de factores genéticos, biomecánicos, locales de la matriz ósea, endocrinos, metabólicos, neurológicos y vasculares. Este continuo recambio y reparación del hueso se lleva a cabo por unidades de remodelado óseo, que consisten en grupos de osteoclastos (células que resorben hueso) y osteoblastos (células que forman hueso). Estas unidades se activan temporalmente cuando se necesita reparar el hueso, completando el ciclo de remodelado en un período de tres a seis meses.
La densidad mineral ósea (DMO), eso que le van a mirar a nuestra amiga Laura, aumenta progresivamente durante las primeras décadas de vida, alcanzando un pico máximo alrededor de los treinta años. Este pico de masa ósea es generalmente menor en las mujeres en comparación con los hombres (y por eso, entre otras cosas, el «envejecimiento» de los huesos en la mujer es más evidente). Asimismo, la disminución de los niveles de estrógenos después de la menopausia y una mayor esperanza de vida contribuyen a una prevalencia de osteoporosis más elevadas en mujeres.
Hasta los treinta y cinco o los cuarenta años existe un equilibrio entre la resorción (proceso por el cual se elimina tejido óseo) del hueso viejo y la formación de hueso nuevo, lo que mantiene estable la cantidad y calidad ósea. Sin embargo, a partir de los cuarenta o cincuenta años la resorción ósea comienza a predominar sobre la formación, y lleva a una disminución progresiva de la masa de los huesos. En las mujeres, esta pérdida es mucho más acelerada después de la menopausia. En términos generales, la pérdida de masa ósea a lo largo de la vida es de un 20-30 % en los hombres y de un 50 % en las mujeres. Ahora quizás es más fácil comprender por qué la osteoporosis afecta más a mujeres que a hombres.
El riesgo de desarrollar osteoporosis depende de cuánto hueso se haya acumulado durante la juventud (el pico máximo de masa ósea) y de la velocidad con la que se pierde a lo largo de la vida. Es importante resaltar, además, que la osteoporosis es una enfermedad multifactorial, resultado de una combinación de factores de riesgo que incluyen, como hemos dicho, la masa ósea y muscular, pero también la genética, antecedentes familiares de osteoporosis (¿os acordáis de que Laura recordó que su madre tenía fragilidad en los huesos?) y fracturas por fragilidad, características biológicas como la menopausia, el estilo de vida (sedentarismo, vida urbana), comportamientos individuales (tabaquismo, alcoholismo), enfermedades concurrentes y sus tratamientos (como enfermedades inflamatorias, diabetes y corticoterapia), y el envejecimiento.
La esperanza de vida ha aumentado considerablemente en las últimas décadas, con un notable aumento en la población mayor de cincuenta años. En el caso de las mujeres, la esperanza de vida ya supera los ochenta y seis años en España. Este aumento en la longevidad significa que más personas estarán en riesgo de desarrollar osteoporosis en el futuro.
La consecuencia más importante de la osteoporosis son las fracturas por fragilidad, que ocurren con traumatismos menores o incluso sin un trauma aparente. Las fracturas más comunes afectan a la columna dorsal y lumbar, el cuello del fémur, el radio distal, el húmero proximal, la pelvis y las muñecas. Claro, evitar una caída de bruces obliga a colocar las manos en el suelo, y puede ser fatal. Estas fracturas son el resultado de una combinación de tres factores básicos: un traumatismo o sobrecarga, la disminución de la masa ósea y la alteración de la calidad del hueso.
Para poner llum a la foscor (luz en la oscuridad), por usar la expresión del periodista Carles Porta, el informe titulado Osteoporosis in Europe: A Compendium of Country-Specific Reports es un documento exhaustivo que proporciona una visión detallada de la situación de la osteoporosis en diferentes países de Europa. Este informe está elaborado por la International Osteoporosis Foundation (IOF), una organización dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de la osteoporosis y otras enfermedades óseas metabólicas (véase capítulo 15 para más información). Los objetivos de este informe son claros y nos ayudan también a conocer mejor el contexto de la enfermedad en la actualidad. El informe:
Evalúa la prevalencia de la osteoporosis con datos epidemiológicos. Proporciona datos específicos sobre la prevalencia de la osteoporosis y las fracturas óseas relacionadas en cada país europeo.
Analiza el impacto económico. Se examina el costo económico asociado con la osteoporosis, incluyendo los costos directos e indirectos del tratamiento y el manejo de fracturas.
Analiza el impacto clínico. Análisis del impacto de la osteoporosis en la calidad de vida de los pacientes y en los sistemas de salud nacionales.
Describe las políticas de salud y prácticas clínicas. El informe detalla las políticas nacionales de salud, las directrices clínicas y los programas de prevención y tratamiento de la osteoporosis en cada país.
Identifica las brechas y necesidades. Se identifican las áreas donde existen deficiencias en la atención de la osteoporosis y se sugieren mejoras para optimizar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad.
Ofrece recomendaciones. Se sugieren mejoras para la atención de la osteoporosis, incluyendo recomendaciones para la implementación de programas de prevención y tratamiento más eficaces.
Este compendio, por lo tanto, conforma una herramienta valiosa para profesionales de la salud, responsables de políticas sanitarias, investigadores y organizaciones de pacientes. Proporciona una base de datos detallada y comparativa que puede ser utilizada para desarrollar políticas de salud más efectivas; identificar áreas prioritarias para la investigación y la inversión en salud; mejorar la concienciación pública sobre la osteoporosis y sus consecuencias, y facilitar la colaboración internacional en la lucha contra la osteoporosis.
Sí, sí, ya sé que todo esto es muy general, pero si quieres datos concretos (no te asustes, estamos aquí para concienciar, pero no para alarmar) te dejo estos. El informe estima que en Europa se producen más de cuatro millones de fracturas por fragilidad al año, con más de 200.000 muertes relacionadas y un coste sanitario que supera los 56.000 millones de euros. En España se registraron 285.000 fracturas por fragilidad en 2019, lo que equivale a 14,8 fracturas por cada mil personas. ¿Cómo lo ves?