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Hay un impulso constante y apremiante dentro del hombre para encontrar la Vida Magnífica. Este impulso interior colorea sus emociones y todas sus experiencias. Le hace buscar a lo largo y ancho del mundo el Bien, la Belleza, la Opulencia, las fuerzas creativas e inspiradoras de la vida.
La Filosofía de la Vida Magnífica es una filosofía admirablemente adaptada a las necesidades clamorosas de esta era de la Materialidad. La guerra, la confusión, el caos y la destrucción acechan al hombre por todas partes. El futuro de la civilización pende precariamente de la balanza; las naciones se tambalean al borde del desastre; las bombas atómicas amenazan con borrar todo lo que el hombre ha logrado.
Es en estos tiempos sombríos cuando el alma del hombre grita más fuerte en la oscuridad estigia; entonces los impulsos internos hacen que el hombre busque en el amanecer espiritual la luz que anuncia la Nueva Era. Es entonces cuando la Magnificencia Inherente al hombre se levanta para hacer frente al desafío de la obliteración; entonces es cuando la divinidad interior le impulsa a encontrar una nueva esperanza y un nuevo valor; a abordar de nuevo los problemas que le envuelven, y a dejar para la posteridad otra brillante página de logros en su histórico ascenso desde los lúgubres y miasmáticos pantanos de la vida.
Este libro traza el espectacular ascenso del alma del hombre que lucha por encontrar la luz. Es particularmente apropiado que el epitafio final del hombre se denomine "Magnífico", ya que en su ascenso desde las fuerzas primordiales que siempre le han amenazado con la extinción, hay algo de grandeza en sus actos, y algo exaltado en sus aspiraciones. Su ascenso ha estado marcado por espléndidas realizaciones, y ha prodigado en los elementos de los que se compone su vida los prodigiosos talentos que ha arrancado del vientre del propio tiempo.
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LA VIDA MAGNÍFICA
ANTHONY NORVELL
1946
Traducción y edición 2022 por ©David De Angelis
Todos los derechos están reservados
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO 1 HAZ QUE TU VIDA SEA MAGNÍFICA
CAPÍTULO 2 LAS LLAVES DE TU REINO INTERIOR
CAPÍTULO 3 ATRAER MEDIANTE EL PODER MENTAL POSITIVO
CAPÍTULO 4 LA LEY UNIVERSAL DE LA ABUNDANCIA
CAPÍTULO 5 LA METAFÍSICA FRENTE A LA CONCEPTO MATERIALISTA DE LA VIDA
CAPÍTULO 6 SECRETOS DE LA SUSTANCIA MENTAL PARA
CAPÍTULO 7 FÓRMULA MÁGICA DEL PODER PERSONAL
CAPÍTULO 8 ABRIR NUEVOS PORTALES A LA PROSPERIDAD
CAPÍTULO 9 EL ARTE DEL ÉXITO CREATIVO ASERCIÓN
CAPÍTULO 10 SOÑAR... ATRÉVASE Y HAGA
CAPÍTULO 11 EL PODER DEL PENSAMIENTO CONSTRUCTIVO
CAPÍTULO 12 LAS CÁMARAS SECRETAS DE TU MENTE
CAPÍTULO 13 LO ESENCIAL DE UNA VIDA EQUILIBRADA PERSONALIDAD
CAPÍTULO 14 AFIRMACIONES POSITIVAS PARA LA MEDITACIÓN
CAPÍTULO 15 EL PODER DEL PENSAMIENTO CONCENTRADO
CAPÍTULO 16 LA MENTE DEL HOMBRE PUEDE CURAR SU CUERPO
CAPÍTULO 17 ENCONTRAR LAS FUERZAS INSPIRADORAS DE LA VIDA
Hay un impulso constante y apremiante dentro del hombre para encontrar la Vida Magnífica. Este impulso interior colorea sus emociones y todas sus experiencias. Le hace buscar a lo largo y ancho del mundo el Bien, la Belleza, la Opulencia, las fuerzas creativas e inspiradoras de la vida.
La Filosofía de la Vida Magnífica es una filosofía admirablemente adaptada a las necesidades clamorosas de esta era de la Materialidad. La guerra, la confusión, el caos y la destrucción acechan al hombre por todas partes. El futuro de la civilización pende precariamente de la balanza; las naciones se tambalean al borde del desastre; las bombas atómicas amenazan con borrar todo lo que el hombre ha logrado.
Es en estos tiempos sombríos cuando el alma del hombre grita más fuerte en la oscuridad estigia; entonces los impulsos internos hacen que el hombre busque en el amanecer espiritual la luz que anuncia la Nueva Era. Es entonces cuando la Magnificencia Inherente al hombre se levanta para hacer frente al desafío de la obliteración; entonces es cuando la divinidad interior le impulsa a encontrar una nueva esperanza y un nuevo valor; a abordar de nuevo los problemas que le envuelven, y a dejar para la posteridad otra brillante página de logros en su histórico ascenso desde los lúgubres y miasmáticos pantanos de la vida.
Este libro traza el espectacular ascenso del alma del hombre que lucha por encontrar la luz. Es particularmente apropiado que el epitafio final del hombre se denomine "Magnífico", ya que en su ascenso desde las fuerzas primordiales que siempre le han amenazado con la extinción, hay algo de grandeza en sus actos, y algo exaltado en sus aspiraciones. Su ascenso ha estado marcado por espléndidas realizaciones, y ha prodigado en los elementos de los que se compone su vida los prodigiosos talentos que ha arrancado del vientre del propio tiempo.
Hay un esplendor impresionante en las notables hazañas del hombre; su audaz desprecio por el peligro; su sublime comprensión de la Divinidad interior; sus brillantes vuelos a la fantasía; su munificencia de la creación; su majestuosidad del ser; y la majestuosa belleza con la que ha elegido vestir a la civilización.
Estos templos de la magnificencia del hombre, representados por sus palacios, puentes, inventos e industria, rivalizan con las exaltadas glorias de la antigua Roma. Sus sistemas de pensamiento filosófico; su creación de belleza iridiscente; sus espléndidas dotaciones al conocimiento humano en las artes y las ciencias, dan al hombre derecho a reclamar la herencia que Dios le ha confiado.
Este libro no hace más que intentar, de manera humilde, atestiguar esta Magnificencia inherente al hombre; no para dorar el lirio, sino para refrescar la memoria, cuando el estigma de la intolerancia, el odio y la barbarie del hombre asoman sus feas cabezas manchadas de sangre. Trata de trazar el curso que el hombre ha establecido para encontrar su destino final, y elegir las estrellas brillantes por las que puede guiar su frágil barca en el mar cósmico en su viaje hacia lo desconocido. Esas estrellas siempre presentes de la Belleza, la Paz, la Esperanza y la Alegría, engarzadas en la diadema de una civilización resplandeciente, atenuadas ocasionalmente, sí, por la desafortunada locura temporal del hombre; pero sólo atenuadas momentáneamente, pues el pleno resplandor que florece en el Alma del hombre refleja el eterno resplandor del Dios vivo cuyo propósito último el hombre cumple cuando descubre la Vida Magnífica.
NORVELL, New York, 1946.
La vida es una magnífica aventura. En esta transitoria existencia terrenal, que es el drama de la vida del hombre, se le han dado todos los elementos con los que puede hacer de su vida un espectáculo resplandeciente y glorioso.
"Todos los mundos son un escenario, y todos los hombres y mujeres meros actores. Tienen su salida y su entrada; y un hombre en su tiempo representa muchos papeles".
También tu vida es una obra de teatro, y debe tener todos los elementos que componen un drama completo. Debe haber personajes, propósito y trama, suspense e incertidumbre, romance y belleza, algunas lágrimas, pero también mucha felicidad.
Todas las vidas reflejan estos elementos de un gran drama, pero tu vida individual es mucho más amplia que la que se ofrece en los limitados confines de un escenario. Más allá del arco del proscenio de tu escenario terrenal está el Director de Escena Principal, el Creador, dándote las indicaciones, organizando las escenas y dirigiendo el reparto de personajes que componen tu drama personal.
¿Y cuál es el título de esta obra en la que usted es la estrella?
¿Es "LA VIDA MAGNÍFICA" o "LA DISMAL"?
¿VIDA?" ¿Son los personajes que pueblan tu obra de vida, idealistas, bellos, encantadores y cariñosos? o has llenado esta obra de melodrama barato, de situaciones chabacanas, de personajes vulgares y corrientes?
Tú y sólo tú puedes determinar lo que va a ocurrir en este drama de tu vida. Tú también eres el dramaturgo, que concibe la trama, escribe los diálogos y elige el escenario. El hombre no es una víctima de las circunstancias, como muchos piensan. Puede elegir los acontecimientos que conforman su destino. Está en su mano llenar su conciencia con cualquier emoción, pensamiento o experiencia que elija conscientemente. Puedes elevar tu mente a las altas cumbres de la vida, o tienes el poder de permitir que se estanque en los bajos pantanos llenos de sombras.
La elección sigue siendo tuya en cuanto al tipo de vida que vas a elegir.
Si eres uno de esa miríada que siente el impulso trascendental de algún poder interno que te inspira a elevarte triunfalmente por encima de las limitaciones de la vida; si sientes el impulso anímico del amor tratando de expresarse en tus pensamientos, palabras y actos; si experimentas una ardiente Universalidad dentro de tu corazón para toda la humanidad, estás siendo impulsado por la fuerza Divina dentro de ti a un hallazgo de la Vida Magnífica.
Estos sutiles impulsos del alma tratan de conducirte hacia la luz espiritual. Desde tiempos prehistóricos el hombre ha sentido esta Inteligencia Divina que le hizo salir de las oscuras cuevas de su humilde animalidad. Fue esta chispa divina la que primero hizo que el hombre viera en los árboles y las piedras de la tierra el material con el que construir hogares y experimentar la vida más abundante. Cuando el hombre comenzó a obedecer estos sutiles impulsos para aprovechar las fuerzas del universo, sometió la tierra y tuvo dominio sobre la tierra, el mar y el aire. Fue entonces cuando el hombre experimentó el pleno florecimiento de la Divinidad. Entonces descubrió la Vida Magnífica; una vida compuesta de ternura y amor, belleza y sacrificio, lealtad y valor, alegría y tranquilidad, plenitud de propósitos y esfuerzo.
En esta lucha ascendente desde el rezago primordial de la vida, el hombre se ha confundido y desanimado con frecuencia. Muchas veces se ha alejado de los impulsos divinos en su interior; se ha enredado con las herramientas con las que forjó su propia salvación; su industria se ha pervertido en una fuerza esclavizante y mecanicista, que lo destruye; su propósito se convierte a menudo en un monstruoso intento materialista que se traga la belleza y la ternura que intentaba crear; su creación de palacios y puentes, aviones y televisión, armas y bombas, atenúa a veces el esplendor de su origen divino y lo arroja temporalmente al olvido. Sin embargo, este descenso al limbo siempre ha sido temporal, pues siempre esta fuerza resplandeciente, la magnificencia inherente al hombre, se afirma y revela su permanencia en la experiencia humana.
El hombre sigue tratando de encontrar la Gran Experiencia, la Aventura Perfecta, el Propósito de la Vida. Esta búsqueda está ligada a todos sus pensamientos, emociones y actos. Sigue tratando de traspasar el velo místico del futuro, de desentrañar los secretos del universo, y esta inspiración, esta fuerza dinámica siempre recurrente, le lleva a conceptos de vida cada vez más idealistas.
La vida es magnífica y opulenta. A menudo pasa desapercibida y espera su descubrimiento gozoso en el propio entorno en el que existe. Si tu perspectiva es ilimitada, si tu mente está en sintonía con los finos impulsos internos del alma, de repente ves con una visión distinta a la del ojo físico, las vistas más amplias de la vida, y creas el tipo de vida que buscas con cualquier situación que encuentres a mano.
¿Qué es entonces esta Vida Magnífica que el hombre busca eternamente? ¿Cómo puede encontrarla? ¿Es una experiencia mística solamente, que revela sus maravillas sólo a los ojos de los pocos iniciados?
No puede haber una verdadera comprensión de la vida y de su sentido último hasta que no investiguemos todas las fases de la experiencia humana. El hombre no es un organismo unicelular compuesto sólo de cuerpo; tampoco es sólo mente sin cuerpo ni alma. El hombre es, más bien, una triplicidad de Mente, Cuerpo y Alma. Estas tres entidades, separadas pero unidas, proporcionan al hombre experiencias externas, respuestas emocionales e impulsos internos de la Divinidad que deben ser abarcados y comprendidos plenamente si el hombre quiere vivir una vida equilibrada y armoniosa.
Esta trinidad de la experiencia se revela en el curso natural de la existencia, si somos conscientes de ella. Llega a nosotros en diversas formas, en fragmentos aislados, a partir de experiencias extrañas e incidentes secuestrados.
La mayoría de nosotros espera que la Vida Magnífica exista en una experiencia excepcional. ¿Es así? No puede, no debe. Esa única experiencia en la que esperamos encontrar la plenitud puede estar distorsionada, y puede no encajar en el patrón último de tu existencia. Puede ser errónea, puede ser limitada y carecer de elementos que la hagan completa. No esperes entonces encontrar esta experiencia trascendente y sublime en una sola situación o puedes estar condenado a una amarga decepción.
En la búsqueda de esta Vida Magnífica, sepa que no hay una sola experiencia sobresaliente proporcionada por su matrimonio, familia, amigos, socios de negocios, fama o fortuna, que sea la única experiencia sobresaliente que usted busca. Sólo son causas que contribuyen al efecto final que estás tratando de crear en tu vida. Tu experiencia vital debe ir más allá del incidente solitario y aislado, si quieres disfrutar de los frutos de tu trabajo y encontrar el destino para el que fuiste creado.
El Papa lo expresa acertadamente cuando dice:
"Todos no son más que partes de un todo estupendo,
Cuyo cuerpo es la Naturaleza, y Dios el alma".
También tú formas parte de la estupenda experiencia vital, y cada incidente es una faceta más del Diamante Universal. Puedes estar condenado a una amarga decepción si crees que eres infeliz por la falta de alguna cosa en tu vida. Puedes sentir que eres miserable porque no posees belleza facial o corporal, seguridad financiera, felicidad amorosa o prominencia social. Éstas pueden convertirse en las causas que amenazan con desbancar tu razón, y traer desasosiego a tu alma.
Puede que te sientas temporalmente infeliz debido a esos cataclismos universales de depresión, caos y guerra que a menudo amenazan la existencia misma de la civilización. Pero cuando aprendas que ninguna situación, persona o experiencia tiene la clave de tu destino final, te dirigirás a la Inteligencia Infinita de tu interior, y encontrarás allí el consuelo, la seguridad, la paz y la felicidad que buscas.
Luego está el grupo de inadaptados a la vida que esperan encontrar lo máximo en la construcción de la fama o la fortuna. Muchos cambiarían su alma por una corona, olvidando que, con demasiada frecuencia, una corona pesa mucho sobre la frente y no aporta tranquilidad. Los que han construido la fama y la gloria terrenales descubren que también es una experiencia fugaz y que no puede sobrevivir a los efectos erosivos del tiempo. El sacrificio de la salud, la intimidad y la paz es a menudo un precio demasiado alto para pagar por esa gloria ilusoria y perecedera.
Es una buena señal tener un interés normal por alcanzar el éxito. El éxito no siempre puede medirse en términos de dinero y fama. El hombre o la mujer que vive en una relativa oscuridad puede ser tan exitoso y tan feliz, o más, que el gran éxito empresarial. Muchas veces los llamados fracasados de la vida no hacen más que seguir la inclinación natural de su naturaleza interior, y buscar aquella expresión de sus talentos que satisfaga perfectamente sus ambiciones. La medida del éxito entonces, que puede ser la Vida Magnífica, es el grado de felicidad que un hombre encuentra en su trabajo y su utilidad para el mundo.
La Vida Magnífica es algo que debes crear con los materiales que ahora tienes a mano. Ahora exploraremos cuáles son estos materiales y cómo puedes utilizarlos para crear, a partir de la materia invisible de la vida, la belleza, el amor, la paz, la alegría y la felicidad que deseas.
El hombre crea su destino a través del poder de su mente. Su mente interpreta las experiencias externas a través de sus sentimientos o emociones. Las fuerzas externas ejercen una influencia muy poderosa sobre el hombre, pero las experiencias emocionales internas son indudablemente mayores en la configuración de la Vida Magnífica. Como el hombre es una criatura de sentimientos y como los sentimientos se traducen en palabras y actos, su vida externa debe reflejar inevitablemente estos estados internos de conciencia. Todo el acto reflejo del hombre está inevitablemente motivado por estos impulsos, pulsiones e incluso conflictos internos.
Si estas compulsiones internas son bajas y humildes, entonces deben exteriorizarse en una conducta que es baja y humilde. Si son elevadas y nobles, entonces también deben reflejarse en las acciones del hombre y dar forma a su entorno.
Estos estados emocionales o sentimientos que motivan y condicionan al hombre son vitales. Ahora estudiaremos estos impulsos internos y veremos su efecto en el Destino del hombre.
1. LOS SENTIMIENTOS SENSUALES EN EL HOMBRE
Como el hombre es un ser físico, la ciencia lo sitúa en la misma clasificación que un animal. Es cierto que el hombre posee funciones animales, apetitos físicos e incluso tendencias a la vida lujuriosa. ¿El hombre se compone únicamente de estos apetitos y pasiones físicas? Son los sentimientos sensuales en el hombre y se transmiten a través de sus cinco sentidos. Estos sentimientos sensuales determinan sus reacciones físicas y su relación con el mundo en general.
La baja sensualidad sólo existe cuando el hombre corrompe los instintos más finos y pervierte sus funciones físicas naturales. El hombre debe comer y beber, propagarse y criar a sus hijos, pero estos actos o funciones animales no tienen por qué degenerar en actos animales de gula y sensación lujuriosa solamente. Pueden convertirse en ricas experiencias que contribuyen en gran medida a una vida feliz y equilibrada.
A través de los sentimientos sensuales el hombre puede conocer el amor y la ternura por su pareja. Esto eleva las pasiones animales sensuales a la provincia más elevada y sagrada de la experiencia humana en la que el amor se enciende en el corazón humano. Esta fuerza creadora del amor, cuando se eleva a las esferas sociales, se vuelve universal en su alcance, y suelda a toda la humanidad en una gran hermandad de amor.
A medida que el amor se desarrolla en la conciencia humana, el hombre empieza a ser consciente de la Divinidad que lleva dentro. Es entonces cuando la Inteligencia despierta verdaderamente y da lugar:
2. LOS SENTIMIENTOS INTELECTUALES EN EL HOMBRE
Cuando comienza la razón, el animalismo deja de existir. El hombre se desprende entonces de las limitadas funciones físicas del animal y añade una dimensión mental a la vida. Sus experiencias en el mundo exterior son entonces interpretadas por su mente. Su relación con el mundo es investigada y comprendida. Avanza en las artes y la literatura; la invención y la industria se vuelven más complejas; la ambición se despierta y conduce primero a la creación de necesidades, y luego se amplía al desarrollo de comodidades y lujos.
Con estos avances en la intelección llega una nueva y más aguda apreciación de la vida. El conocimiento aumenta y el hombre utiliza por primera vez las diversas fuerzas que antes sólo exploraba tímidamente. Finalmente, el crecimiento cultural del hombre está asegurado; su autoestima moral y ética despierta y asume las responsabilidades del nuevo mundo que su intelecto ha creado. Luego vienen también los conceptos filosóficos de la vida, las teorías especulativas, la conquista de las lenguas, el intercambio de conversaciones y todas esas búsquedas intelectuales que dan una mayor riqueza y un significado más profundo a la experiencia humana.
A partir de esta experiencia intelectual el hombre evoluciona cada vez más alto en el esquema universal. Hay un mayor refinamiento de los modales y métodos; una espiritualización de las sensaciones y emociones; una eliminación de la bestialidad; y un mayor deseo de paz y satisfacción.
Es entonces cuando el hombre alcanza la cúspide más alta del pensamiento creativo. Los trabajos de las mentes consciente, subconsciente y superconsciente se correlacionan, y los productos intelectuales de las grandes mentes se liberan al mundo. Entonces nacen los poderes de intelectos gigantes como Galileo, Sócrates, Shakespeare, Miguel Ángel, Milton, Newton, Einstein, Beethoven, Lincoln, Freud, Madame Curie y otros que han dejado a la humanidad más rica gracias a sus efluvios intelectuales.
A través de estos procesos intelectuales se da un impulso adicional a la civilización y se pone en marcha una fuerza evolutiva espiritualmente progresiva, capaz de cambiar toda la faz del universo.
El propósito de nuestra existencia mortal está íntimamente ligado a esta fuerza intelectual dinámica que liberamos al mundo. La felicidad está siempre en proporción directa al valor intelectual de cada uno para el universo. Esto no implica que los que no son intelectuales no puedan ser felices, pero si se expanden al máximo de su capacidad y contribuyen con los productos de su intelecto, por más limitados que parezcan, obtienen beneficios que son proporcionales a su utilidad para el mundo.
A medida que la evolución mental del hombre continúa lógicamente hacia arriba en el ámbito intelectual, encontramos que el intelecto puro y frío, la lógica científica, los procesos de la razón y la racionalización por sí solos no dan a la vida esa magnificencia sublime que es el propósito del vivir.
El intelecto no es más que la fuerza interior que aviva la chispa de la vida hasta convertirla en una llama rugiente y que arde en el corazón y la conciencia humana como nuestro siguiente paso ascendente: el crecimiento de:
3. LOS SENTIMIENTOS DEL HOMBRE
El sentimiento es puramente una actitud mental, un pensamiento o un juicio impregnado o impulsado por el sentimiento. Es una experiencia emocional de tiernas susceptibilidades. Cuando nuestros sentimientos o emociones se refinan, puede decirse que entran en el reino del sentimiento. El sentimiento derrite el corazón y crea entre los seres humanos ese fino sentimiento que hace que incluso las experiencias ordinarias sean aventuras magníficas. Colorea la existencia con belleza; da propósito y sentido a los diversos acontecimientos de la vida.
Las personas que no responden al afecto o que no tienen sentimientos están emocionalmente muertas. No aprecian las emociones más finas, y no ven en la vida ninguno de los delicados matices de significado que se revelan a aquellos en los que florece el sentimiento. El concepto medio duro y realista de la vida lleva a matar el sentimiento natural que intenta expresarse en el corazón humano. Cuando faltan los sentimientos, hay una brusquedad en la conducta humana que a menudo destroza el alma sensible y sentimental. El refinamiento de los modales y la capacidad de respuesta a los demás es indicativo de la evolución del sentimiento en el alma humana.
No te avergüences de mostrar tus sentimientos cuando sean sentimentales y hermosos. Deja que los sentimientos tiernos se despierten a menudo, y deja que te lleven a reinos exaltados y hermosos. Deja que la música inspire en tu alma una nueva conciencia y un sentimiento de alegría. La belleza que hay en ti clama por su reconocimiento y desea ser liberada al mundo. La expresión sentimental hará que colorees tus palabras y actos con una iridiscencia y un esplendor que no puede sino embellecer todo lo que tocas, y que aliviará el sufrimiento y la sordidez del mundo. Ayudará a inspirar hermosos sueños en aquellos que están perdidos sin remedio en el atolladero de la vida.
A medida que el hombre progresa en este camino evolutivo ascendente, comienza a ser cada vez más consciente de su entorno, de su cuerpo y de su intelecto. Desarrolla un impulso anímico ascendente que es capaz de arrastrarlo a las alturas elíseas. Bajo este impulso de las emociones, el hombre comienza a ver la belleza en todas las cosas. Es entonces cuando el alma que lucha por el hombre rompe sus ataduras físicas restrictivas y estalla en toda la flamante incandescencia de la Divinidad. Entonces es cuando este sentimiento floreciente del alma humana da lugar:
4. LOS SENTIMIENTOS ESTÉTICOS EN EL HOMBRE
Los sentimientos estéticos añaden riqueza y alegría a una existencia que de otro modo sería monótona y fea. Los sentimientos estéticos pueden ser desarrollados por el hombre, y con ellos puede moldear o crear, a partir de los materiales que tiene a mano, la belleza y la alegría que busca.
Los sentimientos estéticos se expresan en la calidad de tu entorno. ¿Es feo y estéril? Si es así, ofenderá y sofocará esta conciencia recién despertada dentro de tu alma. El entorno debe cambiarse para ajustarse a tu visión interior y apelar a tus sentidos evolucionados. No podrás tolerar la fealdad en tu entorno cuando estos sentimientos de belleza y ternura se despierten plenamente en tu alma.
Los medios para liberarse de la miseria y la esterilidad existen dentro de tu propia mente. No es necesario que vivas en un ambiente feo y que refleje una pobreza lúgubre. Puedes embellecer tu entorno con el trabajo de tus propias manos.
Muchos han tejido alfombras de trapos de colores brillantes para cubrir los suelos estériles; han recortado fotos de revistas para adornar las humildes paredes, y han confeccionado alegres cortinas con los materiales más endebles para adornar las ventanas que podrían contemplar las feas evidencias de la desafortunada pobreza del hombre.
No hay ninguna prima en la limpieza y el orden, salvo la voluntad de dedicar un poco de tiempo a tales menesteres. La necesidad del alma de resplandor exterior, se expresa en el deseo de adornar el templo del Dios vivo en belleza también. La ropa, entonces, seleccionada con cuidado y preocupación por el color, independientemente de la incapacidad de comprar ropa cara, es de vital importancia para desarrollar los Sentimientos Estéticos. La ropa barata puede estar impregnada de una aristocracia de alma, de una dignidad de porte y de una aquiescencia radiante que teje en su tejido una gentileza y una belleza que le dan un nuevo valor.
Los sentimientos estéticos del hombre se elevan verdaderamente a esferas ilimitadas cuando el hombre los aplica a las relaciones humanas de la vida. Se expresan en la cortesía, la amabilidad, la consideración y las palabras positivas y alentadoras de la belleza, que encienden la inspiración en las almas de los demás. El hombre alcanza una nueva dignidad, que se aproxima a la de la propia Divinidad, cuando puede elevar a alturas elevadas los sentimientos y las emociones de los demás; cuando puede inspirar a otros con altos ideales, principios humanitarios y amor fraternal. No puede descubrirse propósito más noble en el vivir que el de llevar los Sentimientos Estéticos a esa relación universal o cósmica.
A medida que nos ocupamos de los Sentimientos Estéticos en el hombre, nos preocupamos cada vez más por la conducta del hombre hacia los demás. Comenzamos a buscar el propósito y la intención; a cuidarnos de esas tendencias humanas e infrahumanas del alma no evolucionada. Es entonces cuando encontramos el despertar de:
5. LOS SENTIMIENTOS ÉTICOS EN EL HOMBRE
El estudio de la Ética se ocupa principalmente de la moral. Es la ciencia del carácter humano ideal. Consiste, no sólo en buscar métodos correctos de conducta hacia los demás, sino en crear para los demás un estado de felicidad y plenitud.
Todo lo que tiende a ese objetivo es Ético. En cambio, lo que tiende a degradar, abusar, pervertir o destruir los ideales, los sueños o la moral de los demás, no es ético.
Lo que perjudica a los demás también te destruye a ti. La conducta ética se encuentra entonces en un plano muy elevado. Da desinteresadamente sus frutos a ricos o pobres; inevitablemente, la buena conducta moral trae sus propias recompensas, mientras que, por el contrario, la mala conducta moral produce la esterilidad del alma y engendra la miseria humana.
Mentir, engañar y traicionar a los demás no es ético. Este tipo de conducta es una causa que debe producir un efecto similar. Es una verdad fundamental que atraemos lo que emitimos. "Haz a los demás lo que quieras que los demás te hagan a ti" no es sólo una máxima, que es cierta, sino que se convierte en una ley universal, que no puede ser violada sin graves consecuencias.
Cuando el hombre toma conciencia de estas leyes espirituales, y juzga su conducta según estas reglas universales, despierta en sí mismo una nueva conciencia que le lleva a:
6. LOS SENTIMIENTOS ESPIRITUALES EN EL HOMBRE
Desde tiempos inmemoriales el hombre se ha preguntado: "¿Por qué existo?
¿Adónde voy? ¿De dónde salgo?"
Se trata de cuestiones intangibles, a las que no se puede responder simplemente con una explicación física o material casual. Tales problemas descansan correctamente en los ámbitos invisibles o espirituales de la vida.
El hombre existe sólo porque es consciente. Dice: "Pienso, luego existo". Una nueva conciencia se despierta a medida que su pensamiento se eleva. Piensa además: "¿Soy qué?" y alguna voz interior profunda le responde: "Soy Divino". Esta convicción profunda se convierte entonces en un estado de conciencia, una nueva conciencia. Es verdad porque el hombre es consciente de ello. Para él es un hecho simple e indiscutible, que no requiere ninguna explicación o prueba científica. Su creencia se basa en la fe ciega. Su pensamiento se amplía para incluir un Creador, un Dios del que procede y a cuya imagen ha sido creado el hombre.
Como dijo Voltaire: "Aunque no existiera Dios, habría sido necesario que el hombre lo inventara". La necesidad humana de reconocer un Poder Supremo, una Inteligencia Creadora, es tan grande que, infaliblemente, incluso las mentes primitivas crean su propia idea de un Dios al que adorar.
Esta profunda conciencia instintiva de una gran fuerza creadora es una parte tan inequívoca de la experiencia humana que no puede ser ignorada por los hombres y mujeres inteligentes.
Los sentimientos espirituales cristalizan más definitivamente a través de las tiernas emociones del hombre. El amor genera una nueva conciencia en el hombre. El amor es la máxima expresión espiritual de la raza humana. Es la función creadora de la vida, y es el símbolo del amor generoso derramado por el Creador cuando formó el universo para sus hijos. Así, a lo largo de la vida, entretejido en la urdimbre y la trama del destino, está el hilo de oro del amor.
Hay muchos tipos diferentes de amor: el amor del hombre por la mujer; el amor a la familia; el amor a los amigos; el amor a la comunidad; el amor a la patria y, finalmente, a medida que el ego humano evoluciona más y más, el amor cósmico o universal.
El amor a uno mismo es sólo la expresión animal del amor. Cuando el amor a sí mismo se sumerge en esa auto-abnegación final del amor a los demás, el individuo egoísta se funde finalmente con la gran corriente cósmica de amor radiante que envuelve el universo y que emana de la Fuente Creativa Divina. Es entonces cuando se despiertan en el hombre los verdaderos Sentimientos Espirituales.
Para despertar plenamente estos sentimientos espirituales, entonces, concéntrate de vez en cuando en el gran misterio de tu vida. Aléjate de la multitud enloquecida; deja de sentir que tu vida gira enteramente en torno a la gente y a sus problemas físicos y materiales. Entra en la ciudadela interior del alma y descubre allí las infinitas riquezas de la sabiduría espiritual.
Una revelación asombrosa te espera en esta cámara interior de la mente; la intuición proclamará nuevos y mayores misterios de la vida; se abren vistas asombrosas, que con demasiada frecuencia yacen sin descubrir en el umbral de tu mente consciente, sin ser observadas ni detectadas por tus cinco sentidos.
Allí también, en esa Catedral del Alma, el profundo cordón espiritual sensible y simpático que te une a tu Creador, pulsa con una nueva emoción y te trae una corriente revitalizante y refrescante de energía vital que te da un nuevo propósito y hace de la vida una aventura verdaderamente magnífica.
La Vida Magnífica se revela verdaderamente en el ser espiritual interior del hombre. Allí, en ese Reino Interior oculto, puede encontrar el poder, la belleza y la paz que busca. Allí puede experimentar el éxtasis reservado para aquellos que se sintonizan con la fuerza divina que se refleja en todos los hombres.
Se nos dice: "A vuestro padre le ha parecido bien daros el Reino" y "He aquí que el Reino de Dios está dentro de vosotros".
Los místicos y los sabios han hablado desde tiempos inmemoriales de este Reino Interior. Para encontrarlo en esta época de comercialidad se necesitan ciertas llaves, pues sólo abriendo ciertas puertas con estas llaves espirituales el hombre puede encontrar realmente el confort, la paz y la seguridad de este reino místico que es su Reino Interior.
La primera clave es: ARMONÍA
Hay orden y armonía en todo el universo. Cuando tu mente está nublada por el caos y la confusión, es imposible que el Reino Interior se revele. Dios habla al hombre en esa pequeña y tranquila voz interior que sólo puede ser escuchada cuando el clamor consciente se acalla.