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Premio Adonáis 2014. Partiendo del asombro y de la serena contemplación del poder de la naturaleza, el autor lleva a cabo una reflexión sobre el vivir humano. Desde una mirada atenta a los detalles indaga en trivialidades-una hoja de un aliso, la leche de una higuera, el vuelo de unos vencejos…– para obtener una realidad repleta de misterio, antagonismos, incomprensiones, belleza indecible y entrega. Todo ello con un estilo contenido y un ritmo cuidado, que otorga a los poemas un profundo sentido musical.
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LAS RAMAS DEL AZAR
Un jurado compuesto por
Eloy Sánchez Rosillo, Carmelo Guillén Acosta, Julio Martínez Mesanza, Joaquín Benito de Lucas y Enrique García-Máiquez
concedió a este libro
el PREMIO ADONÁIS 2014
CONSTANTINO MOLINA MONTEAGUDO
LAS RAMAS DEL AZAR
ADONÁIS
644
EDICIONES RIALP, S. A.
Madrid
© 2015 by Constantino Molina Monteagudo
© 2015 de la presente edición, by
EDICIONES RIALP, S.A. - Alcalá 290 - 28027 Madrid
ISBN: 978-84-321-4491-2
Depósito Legal: M-608-2015
ePub producido por Anzos, S. L.
y colgué en los verdes sauces la música que llevaba
SAN JUAN DE LA CRUZ
Lo que seremos después de aquel preciso instante nada tiene que ver con ninguna certidumbre, quizá con el azar
ALFONS CERVERA
CANCIÓN DEL MUNDO
SI alguna vez callásemos
como callan los árboles, las nubes
y las piedras, podrían escucharse
los árboles, las nubes y las piedras.
También en estas cosas se escucha una canción.
Y desde su silencio nos invitan
a creer en la voz que sin verbo habla.
Así,
mientras alguien fabula estrategias que calmen
su incertidumbre,
un lúgano le canta a la mañana
y el cielo le regala los colores del bosque.
Mientras alguien disfraza con plegarias su miedo,
un milano dibuja su vuelo entre las nubes
y esparce libertad.
Y mientas alguien busca con palabras
la respuesta que salve su alegría,
la primavera llega, tan callada,
y expande los secretos de la dicha.
El mundo nos entona su canción.
Una canción en blanco,
sin dictado ni acorde, sin ciencia ni conciencia,
que de la nada viene y en todo se refleja.
Basta callar, dejar cantar al mundo
y oír su voz fugaz para entenderlo.
LECHE DE HIGUERA
OBSERVO palpitando
el jugo destilado de la tierra:
una gota tan blanca como leche
salida de una madre,
que ha caído en mi mano
tras alcanzar el fruto de una higuera.
Brota de lo profundo
la sangre de los suelos: blanco líquido
mineral, libación sagrada de los muertos.
Idioma de la cal entre los vivos.
Como un río, la savia de la higuera,
fluye de lo recóndito
y se ensancha en los márgenes del tiempo.
Extrae de entre las sombras su dominio
y se hace fruto vivo al culminar.
EL CORAZÓN DEL MÁRMOL
El rapto de Proserpina, G. Bernini
ESTE trozo de mármol que ahora observo
descansaba en el sueño soterrado
de unas colinas próximas a Roma.
Ya entonces, muchos siglos
antes de que naciera su escultor,
en la entraña del monte,
Plutón y Proserpina se enzarzaban
en su lucha insistente.
Las manos de su autor
no eran de hueso y carne todavía,
y el corazón del mármol ya tomaba
la forma de los cuerpos.
Ya los dedos se hincaban en el muslo
y ondulaba el cabello en movimiento.
Fue al pasar cientos de años
cuando alguien acabó por escuchar
el corazón del mármol:
allí donde la piedra se hace carne
y, al contrario, la carne se hace piedra.
Y fue entonces así
que un pequeño cincel siguió el dictado
latente de la roca,
que vieron luz los miembros y los gestos
ya para siempre eternos de aquel mito
y que el pulso dinámico del tiempo,
mientras todo seguía siendo bello y cruel,
se llevaba de nuevo las manos de Bernini
hacia el polvo infinito de la nada.
ELOGIO DEL LLANO
EN el mismo lugar
de asombro y luz
en el que hombre y creencia fundan mitos,
ajeno a la conquista de las formas
y al vértigo de cumbre,
va atravesando el aire
el espacio lineal de la llanura.
Un abierto vacío,
repleto de candores sin mesura,
donde el viento persigue
esquinas que lo nombren
y no encuentra ni sombras.
Donde el ave no busca su guarida
ni el árbol es capaz de ahondar raíz.
Es la tierra del vértigo lineal.
Rasura sin descanso
y ancha continuidad en extensión
que dan camino y sed al extranjero.