Los gatos no viven en el tejado y otros poemas de amor - Javier Campos - E-Book

Los gatos no viven en el tejado y otros poemas de amor E-Book

Javier Campos

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Tu gato entra silencioso, imperceptible, al cuarto. Me mira cómo te voy desnudando. Luego se acurruca en una silla y comienza a cerrar los ojos. De repente los abre y para las orejas cuando escucha que dices algo. Pero son quejidos que salen desde el fondo de tu corazón. Quizás los orígenes de toda poesía fueron únicamente gemidos de amor. Y el gato se queda dormido. Dicen que los gatos también sueñan. Seguro sus sueños son esos milenarios susurros de placer.

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© Copyright 2020, by Javier Campos © Copyright 2020 Editorial MAGO Primera edición: Septiembre de 2020 Colección Escritores Chilenos y Latinoamericanos Director: Máximo G. Sá[email protected] ISBN: 978-956-317-596-7 Diseño y diagramación: Sergio Cruz Edición electrónica: Sergio Cruz Lectura y revisión: MAGO Editores Impreso en Chile / Printed in Chile

Para Oksana Ivanova

Tu gato entra silencioso al cuarto

Tu gato entra silencioso, imperceptible, al cuarto. Me mira cómo te voy desnudando. Luego se acurruca en una silla y comienza a cerrar los ojos. De repente los abre y para las orejas cuando escucha que dices algo. Pero son quejidos que salen desde el fondo de tu corazón. Quizás los orígenes de toda poesía fueron únicamente gemidos de amor. Y el gato se queda dormido. Dicen que los gatos también sueñan. Seguro sus sueños son esos milenarios susurros de placer.

Apareció un ratón que bajó desde el ático

Apareció un ratón que bajó desde el ático de entre las cajas vacías de los recuerdos. Y los gatos lo vieron correr esquizofrénico hacia un sofá, luego hacia la cocina llena de ollas oxidadas. Y seguía corriendo por el living donde ya no quedaba ningún mueble. Sólo se daba vueltas en una sala vacía. Cubierta por una alfombra húmeda que parecía un desierto gigante. Los gatos no hicieron ningún movimiento. Podrían haberlo cazado en tres segundos y haberlo devorado. Estaban como estatuas de piedra. Desde hace años. Mirando un teléfono desconectado.

La puerta de una casa de esta ciudad

La puerta de una casa de esta ciudad se abrió y se cerró. Se abrió y se cerró con violencia. Salió una mujer con unas maletas. Desde fuera sólo se veía la deforme ventana para mirar desde dentro. Un gato aullaba con lágrimas en los ojos. La espalda de la mujer se hizo un contrahecho camino hacia el mar. Las maletas se estiraron como un largo vagón de tren. Al afirmarse en la escalera pareció que ella se iba a caer a un jardín en llamas. Pero alcanzó a ver un ojo gigante en medio de la puerta. que parpadeaba pesado mirándola irse en una balsa. Mientras las lágrimas del gato mojaban la puerta de la casa. Y la casa se iba hundiendo lentamente al fondo del mar.

Todo es un sueño lo que ves en el espejo

Todo es un sueño lo que ves en el espejo. Allí sentada en una cama ves a un gato en llamasque ilumina la escena donde todo parece mutilado o destruido por un bombardeo. Tú me miras pasar por el espejo. Me haces señas, me llamas, no te vayas. Dices que me has esperado por mucho tiempo. Yo sé que no me esperas.Yo soy solo una imagen de mis sueños que imagina que tú me llamas. Y salgo de esa casa ardiendo, quemado mi pelaje, aullando. Y me pierdo para siempre como un cometa sin nombre por el Universo.