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Publicada en 1821, "Marino Faliero" es una obra biográfica destacada de Lord Byron sobre el personaje histórico del mismo nombre. Miembro destacado la aristocracia veneciana, Marino Faliero prestó servicios a la República de Venecia desde su juventud. En 1345 fue encargado de dirigir la lucha contra una sublevación en la ciudad de Zara, y luego fue jefe de la flota naval veneciana, y gobernador de Eubea. Posteriormente sirvió como dimplomático ante la sede papal de Aviñón. Marino Faliero destacó a lo largo de su vida como hombre de acción así como por su capacidad en funciones de administración.
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Veröffentlichungsjahr: 2024
MARINO FALIERO
Personajes
ACTO PRIMERO
ACTO SEGUNDO
ACTO TERCERO
ACTO CUARTO
ACTO QUINTO
ANGELINA
MARIANA
MARINO FALIERO
LIONI
BENINTENDE
MIGUEL STENO
ISRAEL BERTUCCIO
FELIPE CALENDARO
DAGOLINO
BELTRÁN
SEÑOR DE LA NOCHE
VICENTE
PEDRO
BAUTISTA
EL SECRETARIO DEL CONSEJO DE LOS DIEZ.
Ciudadanos
Damas, guardias, conspiradores, el Consejo de los Diez, la Junta, etc.
La acción pasa en Venecia, en 1735. La escena representa una antecámara en el palacio ducal.
PEDRO, BAUTISTA y después VICENTE
PEDRO:
¿No ha vuelto el mensajero?
BAUTISTA:
Todavía no. He mandado varios recados, según vuestras órdenes pero la Junta está discutiendo aún la sentencia de acusación de Steno.
PEDRO:
Ya tarda demasiado.
BAUTISTA:
¿Qué piensa de todo esto el dux?
PEDRO:
Aguarda impaciente el resultado del proceso.
BAUTISTA:
Dicen que su cólera es grande. Razón sobrada tiene, pues Steno cometió un grave delito infiriéndole tan grosero ultraje.
PEDRO:
Sin embargo me parece que siendo Steno patricio, no le juzgará con severidad.
BAUTISTA:
Bastaría que le juzgasen con equidad… Pero no nos anticipemos a la sentencia de los Cuarenta. ( Sale Vicente). ¿Qué noticias traéis?
VICENTE:
Ha terminado el juicio pero se desconoce el fallo. He visto que el presidente sellaba el pergamino en que se comunica al dux el acuerdo del tribunal y me apresuro a participárselo.
BAUTISTA:
Os acompañamos. ( Vanse los tres).
El dux, MARINO FALIERO, BERTUCCIO FALIERO, después VICENTE y el SECRETARIO de los CUARENTA.
BERTUCCIO:
Es imposible que no se os haga justicia.
DUX:
¡No conoces a Venecia!… ¡No sabes lo que son los cuarenta!… Pero ya lo veremos… ( Sale Vicente).
BERTUCCIO
( A Vicente). ¿Qué novedad hay?
VICENTE:
Estoy encargado cíe anunciar a vuestra Alteza que el tribunal ha fallado, y que, después de cumplidos los requisitos legales, os remitirá la sentencia…
BERTUCCIO:
¿No habéis podido adivinar la naturaleza de la decisión?
VICENTE:
No, señor… Ya conocéis la habitual discreción de los tribunales de la República… Salí al instante del salón sin tener tiempo para observar nada… Además, mi puesto al lado del acusado Miguel Steno me obligaba…
DUX:
( Interrumpiéndole bruscamente). ¿Qué actitud era la suya?
VICENTE:
Parecía preocupado, pero no abatido aguardando con resignación la sentencia, cualquiera que ésta fuese… ( Pausa). Aquí llega el señor secretario de los Cuarenta a notificársela a vuestra Alteza. ( Sale el secretario de los Cuarenta).
SECRETARIO:
El alto tribunal de los Cuarenta saluda respetuosamente al dux Faliero, primer magistrado de Venecia y le ruega que se digne leer y aprobar la sentencia dictada contra Miguel Steno patricio de nacimiento, acusado de los hechos consignados en este escrito. ( Entregando al dux un papel).
DUX:
Despejad y esperad ahí fuera. ( Vanse el secretario y Vicente. A su sobrino, dándole el documento). Toma… lee…
BERTUCCIO:
( Leyendo). «Decretado en Consejo, por unanimidad, que Miguel Steno, culpable según confesión propia, de haber escrito en el trono ducal, durante la última noche de Carnaval, las siguientes palabras…: “Marino Falliero, dalla bella moglie, altri le gode, ed egli la mantiene”. Sanuto».
DUX:
( Interrumpiéndole bruscamente). Pasa para la sentencia.
BERTUCCIO:
«Condena a Miguel Steno, a un mes de arresto».
DUX:
Adelante.
BERTUCCIO:
Señor, no dice nada más.
DUX:
¡Nada más!… ¡Dame ese papel!… ( Le arrebata el papel, lee) «El consejo condena a Miguel Steno…». ¡Oh! ¡qué ignominia!…
BERTUCCIO:
Calmaos… Cierto que la pena es harto leve comparada con la ofensa, pero aún hay remedio: podéis apelar del acuerdo de los Cuarenta ante el Tribunal de los Tres que os vengarán de ese osado culpable… ¿No lo creéis así? (El dux arroja al suelo la corona ducal, disponiéndose a pisotearla pero le detiene su sobrino). ¡Señor, en nombre del cielo!
DUX:
( Muy exaltado). ¡Aparta!… ¡Ah! ¿por qué no están en el puerto los genoveses?… ¿por qué los hunos que vencí en Zara no forman en batalla en derredor del palacio?
BERTUCCIO:
Esas palabras no son muy convenientes en boca de un dux de Venecia.
DUX: