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Goethe - Los ensayos científicos de Goethe son mucho menos conocidos que sus obras de literatura, pero suscitan un interés fundamental no solo por la valoración que la critica científica contemporánea ha hecho sobre ellos, sino también porque evidencian analogías esenciales con el conjunto de toda su obra.
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JOHANN WOLFGANG
VON GOETHE
FORMACIÓN Y TRANSFORMACIÓN
DE LAS NATURALEZAS ORGÁNICAS
JUSTIFICACIÓN DE LA EMPRESA
Cuando el hombre, inducido a una viva observación, comienza a mantener una lucha con la naturaleza, siente ante todo el impulso irrefrenable de someter a sí mismo los objetos. Sin embargo, muy pronto éstos se le imponen con tal fuerza que siente cuán razonable sea reconocer su poder y respetar su acción. Apenas se convenza de este influjo recíproco, caerá en la cuenta de un doble infinito: por parte de los objetos, la multiplicidad del ser, del devenir y de las relaciones que se entrecruzan de un modo viviente; por parte de él mismo, la posibilidad de un perfeccionamiento ilimitado en la medida en que sea capaz de adaptar, tanto su sensibilidad como su juicio, a formas siempre nuevas de recepción y de reacción.
Esto le proporciona un goce elevado, y de-cidiría la fortuna de su vida si obstáculos internos y externos no se opusiesen al bello transcurso de ésta hasta su culminación.
Los años, que primero daban, luego empiezan a tomar; uno se contenta, en su medida, con lo adquirido, y se disfruta tanto más en silencio cuanto que, en lo exterior, es rara una participación sincera, pura y estimulante. ¡Qué pocos se sienten entusiasmados con lo que aparece sólo al espíritu!
Los sentidos, el sentimiento, la pasión ejer-cen sobre nosotros un poder mucho mayor, y con razón, pues hemos nacido, no para observar y meditar, sino para vivir1.
Desgraciadamente, también en aquellos que se ocupan del conocimiento y del saber encontramos un interés más escaso del deseable. Para el intelectual, para el que afirma lo individual, para quien observa y distingue con cuidado, en cierto modo es algo de peso lo que viene de una idea y a ella 1 Ésta es una idea muy repetida por Goethe.
Aparece, por ejemplo, en la recensión quehace de las ideas de Alexander von Humboldtsobre los caracteres fisiognómicos de los vegetales, en el año 1806: «Pasamos por elreino del saber, de la ciencia, sólo para volvermejor equipados a la vida.» También en unacarta del 28 de septiembre de 1770 a Hezler,se lee: «Como la primera mirada física, tampoco la primera mirada moral sobre el mundoaporta a nuestro entendimiento o a nuestrocorazón una impresión distinta; se ve antesde saber que se ha hecho, y es sólo muchodespués cuando se aprende a reconocer loque se ve.»
reconduce. A su modo, él está en su laberinto como en casa, sin andar preocupado por un hilo que lo conduzca de una parte a la otra con mayor rapidez; y un metal que no está acuñado, o que fuera incontable, podría llegar a ser para él una posesión fastidiosa. Por el contrario, quien se encuentra en un punto de vista superior, desprecia con facilidad lo individual y congrega en una universalidad mortífera lo que tiene una vida propia.2
En este conflicto nos encontramos desde hace mucho tiempo. Por ello, muchas cosas han sido hechas y muchas otras destruidas;
2 Goethe señala aquí la tensión entre inducción y deducción como métodos de pensamiento de difícil conciliación. Su aspiración esencontrar el equilibrio entre ambos, y estapreocupación le acompaña durante toda su
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