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¡Viejo empedernido, zamacuco, obstinado, mohoso, tozudo, emperrado y bárbaro! —dije cierta tarde (en mi fantasía) a mi tío abuelo Rumgudgeon, mientras lo amenazaba con el puño (en mi imaginación).
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Edgar A. Poe
¡Tú, insensible, testarudo, costroso, moho-so, roñoso, añoso y viejo salvaje! --dije, por lo bajo, una tarde, a mi tío abuelo Rumgudgeon agitando ante él el puño en mi imaginación.
Sólo en mi imaginación. El hecho es que, sí que existía justo entonces, una trivial dis-crepancia entre lo que yo decía y lo que no tenía el valor de decir, entre lo que hacía y lo que deseaba hacer.
La vieja marsopa, cuando abrí la puerta de la sala de estar, se hallaba sentada con los pies sobre la repisa de la chimenea y con una copa de oporto en su zarpa, haciendo activos esfuerzos por llevar a la práctica la cantinela: Remplis ton verre vide!
Vide ton verre plein!
-Mi querido tío --dije, cerrando la puerta suavemente y aproximándome a él con la más meliflua de las sonrisas--, siempre has sido tan amable y considerado y has demos-trado tu benevolencia de tantas, tantísimas maneras que... que creo que bastará sugerir-te sólo una vez más ese pequeño asunto para estar seguro de tu plena aquiescencia.
-Ajá --dijo-- ¡Buen chico! ¡Prosigue!
-Estoy seguro, queridísimo tío (¡detestable y viejo bribón!) que no tendrás realmente, un serio propósito de oponerte a mi unión con Kate. Eso no es más que una broma de las tuyas, ya lo sé... ¡ja, ja, ja! ¡Qué divertido eres a veces!
-¡Ja, ja, ja! --dijo él-- ¡Qué condenado!
¡Vaya que sí!
-Desde luego, desde luego. Ya sabía que estabas bromeando. Bueno, tío, todo lo que Kate y yo deseamos es que nos favorezcas con tu consejo en... en lo que respecta a la fecha, tú ya me entiendes, tío. En un a palabra, ¿Cuándo te viene mejor que la boda va-ya a consumarse? Ya me entiendes.
-¿Consumarse, bergante? ¿Qué quiere decir con eso? Mejor será que esperes primero a que se celebre.
-¡Ja, ja, ja! ¡Je, je, je! ¡Ji, ji, ji! ¡Jo, jo, jo!
¡Ju, ju ju! ¡Oh, eso sí que es estupendo! ¡Qué chiste! Pero lo que queremos ahora, ya me entiendes tío, es que nos indiques la fecha exactamente.
-¡Ah! ¿Exactamente?
-Sí, tío. Es decir, si te viene bien.
-¿No convendría más, Bobby, que lo dejara al azar? ¿Para algún día, dentro de un año o así? ¿O es que tengo que decirlo exactamente?
-Si te place, tío..., exactamente.