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- Herausgeber: Marina Peters
- Kategorie: Gesellschafts- und Liebesromane
- Sprache: Spanisch
- Veröffentlichungsjahr: 2021
Bajo el caliente sol brasileño, esperando como la última de la cola para embarcar en el crucero a Nueva York, Monica Jackson, no está para nada encantada. Asignada como auditora a este crucero temático de Steampunk, el viaje va a ser más trabajo que diversión. Pero entonces otro pasajero está haciendo cola detrás de ella. Y cuando una voz profunda y aterciopelada de atrás le desea un "Bom dia" se da la vuelta. Al ver al hombre alto, fuerte y guapo, comienza a esperar un crucero más prometedor y caluroso de lo que jamás podría haber soñado.
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Marina Peters
Un Caliente Crucero Steampunk
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Esta es una obra de ficción y completamente a imaginación del autor. Cualquier parecido con personas vivas o muertas es pura coincidencia.
Tabla de Contenido
Título
Derechos de Autor
CAPITULO UNO
CAPÍTULO DOS
CAPÍTULO TRES
CAPÍTULO CUATRO
CAPÍTULO CINCO
CAPÍTULO SEIS
CAPÍTULO SIETE
Sobre Marina Peters
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Una última cosa...
CAPITULO UNO
"No señor, yo- sí, si tengo los documentos” digo, mirando la carpeta que estoy usando para abanicarme.
Me encanta Brasil, pero Santos está muy caliente esta mañana.
"Por supuesto- no, en realidad no, estoy en la cola de embarque y ¡AH! ¡Sí! Hablé con Marie para posponer esta reunión porque- exactamente, sí señor" yo hablo y él se ríe, él exige y yo entrego.
El señor Johnson no tiene nada por lo que quejarse de mí, tenemos una buena relación porque soy puntual y discreta en mis trabajos y siempre los hago con excelencia. Esta vez no será diferente, bueno, espero ... si no me muero del calor antes.
Ya soy la segunda gerente de auditoría que trabaja en este crucero y, sin embargo, todos siempre se han perdido de algo, cuando el viejo Johnson decidió recurrir a mí, su hermosa arma secreta, supe que algo andaba mal aquí, la persona responsable de esto es demasiado meticuloso para permitir que el otro auditor se entere, pero bueno, yo no soy el otro auditor.
Cuando termina la llamada, sigo golpeando la suela de mi zapato perfectamente blanco en el asfalto, en mi interminable espera bajo el sol del país tropical, bendecido por Dios y hermoso por naturaleza, al menos eso es lo que dice la canción. Cambio mi peso de una pierna a otra, alternando entre colocar la carpeta llena de documentos sobre mi cabeza y usarla como un sombrero o abanicarme. Ambas tareas resultan en el mismo estrés caliente. Gran idea ser la última en la fila para tener tiempo de observar a todos los que abordarían y dibujar un mapa mental de la tripulación y los pasajeros, una mala idea hacer esa observación de personas bajo el sol ardiente.
No me asusto cuando alguien se detiene detrás de mí, convirtiéndose en el nuevo último en la fila.
No me gire antes para mirar, pero cuando una voz profunda y suave penetra en mis tímpanos raspando un encantador "Bom dia", muevo ligeramente el cuello hacia la izquierda, mirando por la esquina del ojo e inspeccionando a un hombre alto.
Mi portugués no es muy agudo, y claro, la altura que mezclaba con el suave sonido de su voz y el fresco olor que emanaba de su cuerpo incluso bajo ese calor, me distrajo un poco. Por supuesto, elijo ser educada y devuelvo las palabras con un asentimiento positivo y una leve sonrisa.
Estoy bastante segura de que me deseó un buen día, pero si dijo que me iba a tirar del barco en medio de la noche en mar abierto, bueno, acepté y nunca lo sabré.
"Está calor, não?" Habla de nuevo y me doy la vuelta por completo.
Alto, fuerte, de pelo corto y ojos almendrados resaltados por las mejillas coloreadas por el sol, vistiendo pantalones cortos con una camisa beige a juego, un tono que contrasta deliciosamente con el color chocolate de su piel, la figura que me mira con una dulce sonrisa es la prueba viviente de que Dios existe y aparentemente, es sudamericano.
Mi boca se seca instantáneamente.
"Oh, uh... Eu não entendo muito sua língua” No tartamudeo mucho, pero mi acento no es natural, trato de decir que no entiendo su lenguaje y la risa que suelta acentúa el rojo manzana que seguro quemará en mis mejillas, sin embargo, el sonido es ligero, agradable y sin una pizca de burla.
"Ya veo, lo siento, dije que hacía calor hoy" finalmente se hace entender y habla español conmigo; Asiento de nuevo y me encojo de hombros, afirmando que el daño ha sido mínimo. "Soy Pedro"
