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¿Trabajas en exceso y estás estresado? ¿Haces todo lo que puedes, pero el éxito profesional y la realización personal te resultan difíciles de obtener hasta llevarte a la frustración? Si te esfuerzas en tu trabajo pero sientes que no consigues nada, puede que el problema esté dentro de ti. Quizás las limitaciones que te coartan vengan de tu interior, no del mundo exterior. Cero límites te ofrece una experimentada forma de superar esas limitaciones autoimpuestas para que obtengas más de la vida de lo que nunca has soñado. Fíjate en Joe Vitale. En otro tiempo fue un sin techo, pero ahora es el autor multimillonario de numerosos éxitos editoriales, es una celebridad de Internet y un solicitado gurú de la mercadotecnia en línea. ¿Qué ocurrió para que alcanzara todo ese éxito? ¿Cómo logró que sucediera? ¿Fue obra del esfuerzo, de la providencia divina o ambas cosas? La respuesta te sorprenderá. Fue al descubrir el antiguo sistema hawaiano del hooponopono cuando finalmente encontró un éxito verdaderamente ilimitado.
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Seitenzahl: 314
Veröffentlichungsjahr: 2013
JOE VITALE IHALEAKALA HEW LEN
Cero límites
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Colección Éxito
CERO LÍMITES
Joe Vitale
1.ª edición en versión digital: abril de 2013
Título original: Zero limits
Traducción: Pablo Ripollés
Maquetación: Marga Benavides
Corrección: Leticia Oyola
Diseño de cubierta: Enrique Iborra
Conversión a ebook: leerendigital.com
© 2007, Hypnotic Marketing y Dr. Ihaleakala Hew Len
(Reservados todos los derechos)
© 2024, Ediciones Obelisco, S.L.
(Reservados los derechos para la presente edición)
Edita: Ediciones Obelisco S.L.
Collita, 23-25. Pol. Ind. Molí de la Bastida
08191 Rubí - Barcelona - España
Tel. 93 309 85 25 - Fax 93 309 85 23
E-mail: [email protected]
ISBN EPUB: 978-84-9777-976-0
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, trasmitida o utilizada en manera alguna por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o electrográfico, sin el previo consentimiento por escrito del editor. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org ) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
Índice
Portada
Cero límites
Créditos
Agradecimientos
Prefacio
Introducción
La aventura comienza
Descubriendo al terapeuta más insólito del mundo
Nuestra primera conversación
La sobrecogedora verdad acerca de las intenciones
¿Qué excepciones?
Te amo
Cenando con la Divinidad
Las pruebas
Cómo obtener resultados con mayor rapidez
Cómo obtener una mayor riqueza
Las mentes escépticas quieren saber
Las elecciones son una limitación
Cigarros puros, hamburguesas y matar a la Divinidad
La verdad que hay detrás de la historia
Epílogo
Apéndice A: Principios básicos del estado cero límites
Apéndice B: Cómo sanarse a uno mismo (o sanar a otras personas) y descubrir la salud, la riqueza y la felicidad
Apéndice C: ¿Quién manda?
Bibliografía
Recursos en línea
Acerca de los autores
Cómo experimentar los CERO LÍMITES ahora mismo
A Morrnah y Ka’i
Dr. Hew Len
A Mark Ryan y Nerissa
Dr. Vitale
El ho’oponopono es un don profundo que permite desarrollar una relación de trabajo interior con la Divinidad; nos enseña a pedir, en cada momento, que nuestros errores de pensamiento, palabra y obra sean limpiados y corregidos. El proceso se basa esencialmente en la libertad, en una completa libertad del pasado.
Morrnah Nalamaku Simeona, maestra de ho’oponopono, creadora del método Ho’oponopono de la Identidad Propia, fue honrada como Tesoro Viviente del Estado de Hawái en 1983 por la Misión Hongwanji Honpa de Honolulú y la asamblea legislativa territorial de Hawái.
* Nota para el lector hispanoparlante: El siguiente texto abunda en referencias bibliográficas, remisiones a artículos de publicaciones y páginas web, material audiovisual como cd o dvd, cursos y seminarios que en su mayoría están en su lengua original (inglés). Se han añadido algunas referencias bibliográficas que sí han sido publicadas en español, por lo que el lector no ducho en la lengua inglesa podrá acceder a éstas con facilidad.
Agradecimientos
Hay dos personas clave que merecen mi agradecimiento por este libro: Mark Ryan, el inestimable amigo que me contó por primera vez la historia del excepcional terapeuta sobre el que estás a punto de leer muchas cosas en estas páginas; y el doctor Ihaleakala Hew Len, precisamente ese excepcional terapeuta, que se ha convertido últimamente en otro amigo inestimable para mí. Además Nerissa, mi amor, mi principal apoyo en la vida y la persona con la que la comparto. Matt Holt y mis queridos amigos de John Wiley & Sons, Inc., personas fantásticas para conocerlas y trabajar con ellas. Suzanne Burns, mi ayudante personal y mi publicista, que se encargó de corregir un primer borrador del manuscrito. Mi grupo de intelectuales me apoyó en este proyecto, incluyendo a Jillian Coleman-Wheeler, Cindy Cashman, Craig Perrine, Pat O’Bryan, Bill Hibbler y Nerissa Oden. Por su parte, Mark Weisser y Mark Ryan fueron de los primeros en leer el manuscrito; me ayudaron a darle forma y perfeccionarlo. También quiero dar las gracias a la Divinidad por guiarme en el proceso de escribir este libro. Gracias a todos ellos.
Prefacio
Donde la paz comienza
La querida Morrnah Nalamaku Simeona, creadora y primera maestra del método Ho’oponopono de la Identidad Propia, tenía en su escritorio un letrero que decía: «La paz comienza conmigo».
Fui testigo de esta paz más allá de toda comprensión cuando trabajé y viajé con ella desde diciembre de 1982 hasta aquel día fatídico de febrero de 1992 en Kirchheim, Alemania. Incluso yaciendo en su lecho de muerte rodeada por el caos, rezumaba esa quietud más allá de toda comprensión.
Es una gran suerte y todo un honor haber recibido entrenamiento de Morrnah en noviembre de 1982 y haber estado en su compañía durante una década. Desde entonces he estado practicando el Ho’oponopono de la Identidad Propia. Me agrada mucho que, con la ayuda de mi amigo el doctor Joe Vitale, este mensaje pueda ahora alcanzar el mundo.
Pero la verdad es que sólo tiene que llegar hasta ti, a través de mí, pues somos todos uno y todo ocurre por dentro.
Paz de mi parte,
Doctor Ihaleakala Hew Len,
presidente emérito de la Fundación del Yo, S. A.,
Libertad del Cosmos
www.businessbyyou.com
www.hooponopono.org
Introducción
El secreto del universo
En 2006 escribí un artículo titulado «El terapeuta más inusual del mundo». Trataba de un psicólogo que ayudó a curar todo un pabellón de delincuentes enfermos mentales; y sin haber visto en ningún momento a ninguno de ellos profesionalmente. Para conseguirlo, se valió de un método inusitado de sanación hawaiano. Hasta 2004, no había oído hablar nunca de él ni de su método. Lo busqué durante dos años hasta que por fin di con él. Entonces aprendí su método y escribí ese ahora famoso artículo.
El artículo corrió como la pólvora por Internet. Fue colgado en grupos de noticias y enviado por correo electrónico a enormes listas de gente de toda condición. A mi propia lista en www.mrfire.com le encantó, y se lo pasó a decenas de miles de lectores, que a su vez se lo remitieron a sus familias y amigos. Estimo que unos cinco millones de personas lo vieron.
Todo el que lo leyó lo encontró difícil de creer. Algunos se sintieron inspirados, otros se mostraron escépticos; pero todos querían más. Este libro es el resultado de sus deseos y de mi búsqueda.
Incluso si eres un veterano de los cinco pasos de mi anterior libro, El poder de la atracción, tal vez no comprendas el conocimiento profundo e increíble que estoy a punto de revelarte en estas páginas; al menos, no a primera vista. El sencillo proceso que voy a compartir contigo me ayudará a explicar por qué he podido materializar algunos enormes logros sin haber intentando conseguirlos en serio. He aquí algunos de ellos:
– El programa de audio que tengo con Nightingale-Conant, llamado The Power of Outrageous Marketing,[01] fue grabado después de haber estado llamando a su puerta durante diez años.
– ¿Cómo pude pasar de ser una persona pobre y sin techo a ser un escritor sin recursos, después un autor publicado, luego un escritor de éxito y, por último, un gurú de mercadotecnia en Internet, y todo ello sin tener ningún plan en absoluto?
– El deseo de atraer a mi vida un deportivo BMW Z3 me inspiró una idea de mercadotecnia por Internet que nadie había tenido antes, y que me hizo ganar 22.500 dólares en un día y un cuarto de millón al cabo de un año más o menos.
– Mi deseo de comprar y habitar una casa en los montes de Texas cuando estaba sin blanca y pasando por un divorcio me llevó a crear un nuevo negocio que me reportó 50.000 dólares en un solo día.
– Conseguí perder 36 kilogramos de peso después de darme por vencido y abrirme a una nueva forma de cumplir mi deseo.
– Mi deseo de ser autor de un número uno en ventas me llevó a escribir un libro que alcanzó ese puesto, aunque nunca planeé escribirlo y ni siquiera fue idea mía.
– Mi aparición en la película El secreto no se debió a que yo lo pidiera, me lo propusiera ni orquestara nada en absoluto.
– Mis apariciones en el programa de televisión de Larry King en noviembre de 2006 y en marzo de 2007 tuvieron lugar sin que yo me lo hubiera propuesto.
– Mientras escribo estas palabras, los peces gordos de Hollywood están hablando de llevar mi libro El poder de la atracción al cine, y otras personas están negociando para conseguirme mi propio programa televisivo.
Y la lista podría seguir, pero con esto ya te haces una idea. Están ocurriendo en mi vida muchos milagros.
¿Pero, por qué están ocurriendo?
En otro tiempo estuve sin hogar. Hoy soy un autor de éxito, una celebridad de Internet y un multimillonario.
¿Qué fue lo que me sucedió para crear todo este éxito?
Sí, perseguí mis sueños.
Sí, actué.
Sí, fui persistente.
¿No ha hecho esas mismas cosas un buen número de personas sin tener éxito?
¿Qué es diferente en mi caso?
Si consideras mis logros con ojo crítico, verás que ninguno de ellos fue directamente creado por mí. De hecho, lo que todos ellos tienen en común es el espíritu de la Divinidad planificando conmigo, un participante algunas veces reacio.
Déjame explicarlo de otro modo: hacia fines de 2006 impartí un seminario llamado Más Allá de la Manifestación (www.BeyondManifestation.com), el cual estaba fuertemente influenciado por lo que aprendí después de descubrir al misterioso terapeuta hawaiano y su método. En ese evento le pedí a todo el mundo que enumerara todas las formas que supieran para manifestar algo en su vida, o atraerlo a ella. Hablaron de cosas como afirmaciones, visualizaciones, intenciones, métodos de concienciación corporal, sentir el resultado final, elaborar guiones, técnicas de liberación emocional (TLE), terapia de campo mental y muchas más cosas. Una vez que el grupo inventarió cada modo con el que podrían crear su propia realidad, les pregunté si esas formas surtían efecto todo el tiempo, sin excepción.
Todo el mundo convino en que no siempre funcionaban.
«Pues bien, ¿por qué no?», les pregunté.
Nadie podía decirlo con seguridad.
Entonces le hice al grupo esta observación:
«Todos esos métodos tienen limitaciones», declaré. «Son juguetes con los que vuestra mente juega para mantenernos pensando que estáis a cargo. La verdad es que no estáis a cargo de nada, y los verdaderos milagros se producen cuando sueltas los juguetes y confías en un lugar muy dentro de ti donde hay cero límites».
Entonces les dije que el lugar donde querían estar en la vida está detrás de todo esos juguetes, detrás del parloteo de la mente y justo allí donde está lo que llamamos la Divinidad. Procedí a explicar que hay al menos tres etapas en la vida, empezando por la de víctima, siguiendo por la de creador de la propia vida y acabando –si uno tiene suerte– en la de servidor de la Divinidad. En esa última etapa, de la que hablaré más adelante en el libro, ocurren milagros asombrosos: y casi sin que uno lo intente.
Hoy entrevisté a un experto en metas en mi programa Hypnotic Gold (véase www.HypnoticGold.com.). Ha escrito una docena de libros y ha vendido millones de ejemplares de ellos. Sabe cómo enseñar a la gente a establecer metas. La mayor parte de su filosofía gira en torno a tener un deseo ardiente de lograr algo. Pero es una estrategia incompleta. Le pregunté qué es lo que recomendaba para el caso de que alguien no pueda encontrar la motivación para establecer una meta, y mucho menos conseguirla.
«Si lo supiese», dijo, «podría solucionar la mayor parte de los problemas del mundo».
Continuó diciendo que uno tiene que estar ávido para alcanzar una meta. Si no lo estás, no podrás mantener la disciplina necesaria para concentrar la atención en la meta y trabajar en su consecución.
«Pero ¿qué ocurre si uno no está lo suficientemente ávido?», le pregunté.
«Que no alcanzará su meta».
«¿Cómo se pone usted ávido o motivado?».
No pudo contestar.
Y ése es el problema. En cierto punto, todos los programas de autoayuda y establecimiento de metas fallan. Chocan con el hecho inquietante de que si alguien no está listo para lograr algo, no podrá mantener la energía necesaria para manifestarlo. Claudicará. Todo el mundo conoce la experiencia de proponerse firmemente cosas el 1 de enero para luego olvidarlas el día 2. Había en ello buenas intenciones, pero también algo más profundo que no estaba alineado con los deseos conscientes.
Así que, ¿cómo se encarga uno de este profundo estado si no está «ávido»?
Ahí es donde el método hawaiano que vas a aprender en este libro te resultará muy útil. Ayuda a limpiar el inconsciente, que es donde reside el bloqueo. Ayuda a disolver los programas escondidos que te impiden cumplir tus deseos, ya se trate de salud, riqueza, felicidad o cualquier otra cosa. Todo ocurre dentro de ti.
Explicaré todo esto en el libro que tienes en las manos. Por ahora, considera lo siguiente:
Hay una cita en el libro The User Illusion,[02] de Tor Norretranders, que resume a la perfección la esencia del viaje mental tipo montaña rusa en el que estás a punto de embarcarte: «El universo empezó cuando nada se vio a sí misma en el espejo».
En resumen, Cero límites trata del regreso al estado cero, donde nada existe pero todo es posible. En el estado cero no hay pensamientos, palabras, acciones, memorias, programas, creencias ni ninguna otra cosa. Simplemente, en él no hay nada.
Pero, un día, la nada se miró a sí misma en el espejo y tú naciste. De ahí en adelante creaste –y absorbiste y aceptaste inconscientemente– creencias, programas, memorias, pensamientos, palabras, obras y todo lo demás. Muchos de estos programas se retrotraen hasta el comienzo mismo de la existencia.
El propósito de este libro es ayudarte a experimentar la maravilla momento a momento. En ese estado te ocurrirán a ti milagros como los que describí antes. Serán sólo para ti; y serán igual de maravillosos, mágicos y milagrosos.
Mi experiencia del viaje al poder más allá de toda comprensión en esta nave espacial espiritual es casi indescriptible. Tengo éxito por encima de mis sueños más descabellados. Tengo aptitudes nuevas, y el amor por mí mismo y el mundo ha llegado a un nivel de entendimiento que las palabras a menudo no bastan para describir. Vivo en un estado constante de admiración y asombro.
Déjame expresarlo de este modo: todo el mundo tiene una lente a través de la cual mira el mundo. Las religiones, las filosofías, las terapias, los autores, los oradores, los gurúes y los fabricantes de lámparas: Todos ellos perciben el mundo con una mentalidad determinada. Lo que vas a aprender en este libro es a usar una nueva lente para disolver todas las demás. Y, una vez que lo consigas, estarás en el lugar que yo llamo cero límites.
Por favor, comprende que éste es el primer libro de la historia que revela este método actualizado de curación hawaiano, llamado Ho’oponopono de la Identidad Propia. Pero también deberías entender que ésta es simplemente la experiencia de un hombre con el mismo: la mía. Aunque este libro tiene la bendición del terapeuta que me enseñó el asombroso método, todo lo que sigue está descrito a través de mi propia lente del mundo. Para comprender plenamente el método Ho’oponopono de la Identidad Propia, deberías asistir a un cursillo de un fin de semana para experimentarlo por ti mismo. (Puedes ver el listado de los cursos en www.hooponopono.org y en www.zerolimits.info).
Finalmente, la esencia entera de este libro puede resumirse en una frase, una frase que aprenderás a usar; una frase que revela el secreto último del universo; una frase que quiero deciros ahora mismo a ti y a la Divinidad: «Te amo».
Compra un billete y ocupa una plaza. El tren con destino a tu alma está a punto de partir.
Agárrate al asiento.
Te amo.
Aloha no wau ia oe.
Joe Vitale (Ao Akua)
Austin, Texas
www.mrfire.com
[01] «El poder de la mercadotecnia extravagante». (N. del T.)
[02] «La ilusión del usuario». (N. del T.)
El universo empezó cuando nada se vio a sí misma en el espejo.
Tor Norretranders, The User Illusion
La aventura comienza
La paz sea contigo, toda mi paz.
O ka Maluhia no me oe, Ku’u Maluhia a pau loa.
En agosto de 2004 participé en la convención anual de la NationalGuild of Hypnotists[03] hablando y llevando una caseta. Disfruté de las personas que veía, del acontecimiento en sí, de la energía del ambiente y de los contactos que hice. Pero no estaba preparado para el acontecimiento que iba a cambiar mi vida a partir de ese momento.
Mi amigo Mark Ryan atendía la caseta conmigo. Mark es también hipnoterapeuta. Es muy abierto de mente, curioso, elocuente y penetrante a la hora de explorar la vida y todos sus misterios. A menudo hemos tenido conversaciones que duraron horas. Hablábamos de nuestros héroes en el campo de la terapia, desde Milton Erickson hasta otros chamanes menos conocidos. Durante una de estas conversaciones, Mark me sorprendió preguntando:
«¿Has oído hablar del terapeuta que ha curado a personas sin haberlas visto jamás?».
La pregunta me sorprendió. Había oído hablar de sanadores psíquicos y de sanación remota o a distancia, pero Mark parecía sugerir algo diferente.
«Es un psicólogo que curó a un hospital psiquiátrico entero, lleno de delincuentes psicóticos, pero sin ver nunca a un solo paciente».
«¿Qué hizo?».
«Utilizó un sistema de sanación hawaiano llamado ho’oponopono».
«¿Ho-po-qué?», pregunté.
Le pedí a Mark que me repitiera el término una docena de veces. Nunca lo había oído antes. Pero Mark no conocía la historia, o el proceso, lo bastante bien como para decirme mucho más. Admito que sentía curiosidad; pero también reconozco que me mostré escéptico. Me pareció que tenía que tratarse de una leyenda urbana. ¿Sanar a las personas sin verlas? Sí, ya.
Entonces Mark procedió a contarme la siguiente historia:
«He estado viajando al monte Shasta de California durante unos dieciséis años en busca de mí mismo», me explicó Mark. «Un amigo de allí me dio un pequeño folleto que nunca he olvidado; era de papel blanco con la tinta azul. Contenía un artículo sobre este terapeuta hawaiano y su método. Lo he leído una y otra vez durante años. No describía lo que el terapeuta hace de verdad, pero decía que curaba a la gente con su método».
«¿Dónde está ese artículo ahora?», pregunté. Quería leerlo.
«No lo puedo encontrar», dijo Mark. «Pero algo me dijo que te lo contara. Sé que no me crees, pero estoy tan fascinado como tú. Yo también quiero saber más».
Pasó un año hasta la siguiente convención. En el transcurso de esos meses indagué en Internet, pero no encontré nada acerca de ningún terapeuta que curara a las personas sin verlas. Sí encontré información sobre sanaciones a distancia, donde alguien sana a otras personas sin estar presente; pero, a mi modo de ver, el terapeuta hawaiano no hacía eso. Hasta donde podía yo entender, no había ninguna distancia en el tipo de sanación que llevaba a cabo. Y, para colmo, no sabía cómo se escribe ho’oponopono para buscarlo en línea. Así que lo dejé.
Después, ya en 2005, en la siguiente convención anual de hipnosis, Mark volvió a mencionar al terapeuta.
«¿Encontraste alguna cosa acerca de él?», me preguntó.
«No conozco su nombre, y ni siquiera sé deletrear ese “ho-po-lo que sea”, el término ése», le expliqué. «Así que no pude encontrar nada».
Mark es ambicioso y decidido. Hicimos una pausa en el trabajo, encendimos mi ordenador, encontramos una conexión a Internet y nos pusimos a buscar. No tardamos en encontrar el sitio principal y el único oficial para el ho’oponopono, en www.hooponopono.org. Eché un vistazo y vi algunos artículos. Me proporcionaron una visión general rápida de aquello en lo que estaba a punto de embarcarme.
Encontré una definición de ho’oponopono: «El ho’oponopono es el proceso de liberarse de las energías tóxicas dentro de uno mismo para permitir el impacto de los pensamientos, palabras y obras de la Divinidad».
No tenía ni idea de lo que significaba, así es que miré un poco más. Encontré esto:
«En términos sencillos, ho’oponopono quiere decir “hacer lo correcto” o “rectificar un error”. Según los antiguos hawaianos, el error proviene de pensamientos teñidos por los recuerdos dolorosos del pasado. El ho’oponopono ofrece un medio para liberar la energía de estos pensamientos dolorosos, o errores, que son los que causan el desequilibrio y la enfermedad».
Interesante, sí. ¿Pero qué diablos significa eso?
Mientras exploraba el sitio buscando información del psicólogo misterioso que sanó a personas sin verlas, me enteré de que hay una forma actualizada de ho’oponopono que se llama Identidad Propia a través del Ho’oponopono (IPTH).
No pretendía saber lo que todo esto significaba; Mark tampoco. Éramos exploradores. El ordenador portátil era el caballo que montábamos en esta tierra nueva y desconocida. Íbamos en busca de respuestas, así que seguimos tecleando ansiosamente.
Encontramos un artículo que nos ayudó a explicarnos algunas cosas:
Identidad Propia a través del Ho’oponopono
Ser 100 por 100 responsable de los problemas de mis clientes
Por el doctor Ihaleakala Hew Len y Charles Brown
En los enfoques tradicionales acerca de la solución de problemas y la sanación, el terapeuta comienza con la creencia de que la causa del problema está en el paciente, no en él mismo. Cree que su responsabilidad es ayudar al paciente trabajando en el problema de éste. ¿Podría ser que esta creencia haya resultado en un fracaso sistemático en la profesión de la sanación en general?
Para ser un solucionador de problemas eficiente, el terapeuta debe estar dispuesto a ser absolutamente responsable de haber creado la situación problemática; esto es, debe estar dispuesto a ver que la fuente de los problemas son los pensamientos erróneos que pasan por su cabeza, no por la de su paciente. Los terapeutas nunca parecen darse cuenta de que, cuando hay un problema, ¡ellos siempre están presentes!
Ser absolutamente responsable de tratar de manera realista el problema le permite al terapeuta ser absolutamente responsable de solucionarlo. Por medio del planteamiento actualizado del ho’oponopono –un proceso de arrepentimiento, perdón y transmutación desarrollado por la kahuna lapa’au Morrnah Nalamaku Simeona–, el terapeuta es capaz de trasmutar los pensamientos erróneos que pasan por su cabeza y por la de su paciente en perfectos pensamiento de amor.
Sus ojos se llenan de lágrimas. Se forman profundas arrugas a ambos lados de su boca. «Me preocupa mi hijo», dice Cynthia, y suspira suavemente. «Otra vez se está drogando». Mientras me cuenta la dolorosa historia, yo comienzo a limpiar en mi interior los pensamientos erróneos que se han materializado en forma de su problema.
Cuando los pensamientos erróneos son reemplazados por pensamientos amorosos en el terapeuta y su familia, parientes y ancestros, son reemplazados también en el paciente y en su familia, parientes y ancestros. El proceso actualizado del ho’oponopono permite al terapeuta trabajar directamente con la Fuente original que puede transmutar los pensamientos erróneos en amor.
Sus ojos se secan. El gesto de su boca se suaviza. Sonríe con una expresión de alivio en el rostro. «No sé por qué, pero me siento mejor», dice. Yo tampoco sé por qué. De verdad. La vida es un misterio excepto para el amor, que todo lo sabe. Lo dejo así y simplemente le doy gracias al amor, del cual emanan todas las bendiciones.
En la resolución de problemas por medio del proceso actualizado del ho’oponopono, el terapeuta primero toma su identidad, su mente, y la conecta con la Fuente original: lo que otros llaman amor, o Dios. Una vez establecida la conexión, el terapeuta apela al amor para que corrija los pensamientos erróneos de su cabeza que se están materializando como un problema, en primer lugar para él mismo y, en segundo, para su paciente. La súplica es un proceso de arrepentimiento y perdón por parte del terapeuta: «Pido perdón por los pensamiento erróneos en mi interior que han causado este problema para mí y para el paciente; por favor, perdóname».
En respuesta al arrepentimiento y la súplica de perdón del terapeuta, el amor empieza el proceso místico de transmutar los pensamientos erróneos. En este proceso de corrección espiritual, el amor neutraliza la emoción errónea que ha causado el problema, ya sea el resentimiento, el miedo, la ira, la culpa o la confusión. En el siguiente paso, el amor libera las energías neutralizadas de los pensamientos dejándolos en un estado de vacío, de total y verdadera libertad.
Una vez liberados y vacíos los pensamientos, el amor llena el espacio libre consigo mismo.
¿El resultado? El terapeuta se renueva, se restaura en el amor. Y, cuando el terapeuta se renueva, también lo hacen el paciente y todos los involucrados en el problema. Donde antes había desesperación en el paciente, ahora hay amor. Donde había oscuridad en el alma, ahora está la sanadora luz del amor.
El entrenamiento en el proceso de Identidad Propia a través del Ho’oponopono les enseña a las personas quiénes son realmente y cómo pueden resolver sus problemas momento a momento, siendo en el proceso renovadas y restauradas en el amor. El entrenamiento empieza con una conferencia libre de dos horas. A los oyentes se les da un visión global acerca de cómo los pensamientos que pasan por su cabeza se materializan en problemas espirituales, mentales, emocionales, físicos, financieros y relacionales con su vida y las vidas de su familia directa, sus demás parientes vivos, sus ancestros, sus amigos, sus vecinos y sus asociados. En el cursillo, de un fin de semana de duración, se les enseña a los estudiantes qué es un problema, dónde está localizado, cómo resolver diferentes clases de problemas usando más de veinticinco procesos de resolución de problemas, y cómo cuidarse a sí mismos realmente bien. A lo largo del cursillo se hace énfasis en que somos 100% responsables de nosotros mismos y de lo que nos pasa, así como de resolver nuestros problemas sin esfuerzo.
Lo maravilloso del proceso actualizado del ho’oponopono es que a través de él te encuentras a ti mismo de nuevo en cada momento; y que, a medida que lo aplicas, empiezas a apreciar cada vez más el milagro renovado del amor.
Manejo mi vida y mis relaciones de acuerdo con los siguientes principios:
1. El universo físico es una materialización de mis pensamientos.
2. Si mis pensamientos son cancerosos, crearán una realidad física cancerosa.
3. Si mis pensamientos son perfectos, crearán una realidad física rebosante de amor.
4. Soy absolutamente responsable de crear mi universo físico tal como es.
5. Soy absolutamente responsable de corregir los pensamientos cancerosos que crean una realidad enferma.
6. No hay un ahí fuera. Todo existe como pensamientos en mi mente.
Mark y yo leímos el artículo y nos preguntamos cuál de los dos autores era el terapeuta que buscábamos: ¿Charles Brown o Hew Len? No teníamos ni idea. No podíamos distinguirlos. ¿Y quién era esta Morrnah que mencionaba el artículo? ¿Y qué era esto de la Propia Identidad a través del ho-po-diantres?
Seguimos leyendo.
Encontramos algunos artículos más que arrojaron luz sobre lo que buscábamos. Incluían reveladoras declaraciones, como: «La Identidad Propia a través del Ho’oponopono ve cada problema no como una dura prueba, sino como una oportunidad. Los problemas son simplemente recuerdos del pasado que se repiten para darnos una oportunidad más de ver con los ojos del AMOR y actuar con inspiración».
Sentía curiosidad, pero no lo captaba. ¿Los problemas son de verdad «recuerdos del pasado que se repiten»? ¿Qué es eso? ¿Qué estaban tratando de explicar estos autores? ¿Cómo ayudó este ho-po-demonios al terapeuta que curó a toda esa gente? Y, por encima de todo, ¿quién era el terapeuta?
Encontré un artículo más, esta vez de un periodista llamado Darrell Sifford, que escribía acerca de haber conocido a la creadora de este proceso del ho-po-diablos. Se llama Morrnah y es una kahuna, o guardiana de los secretos. Lo que esta Morrnah hace para ayudar a sanar personas es «apelar al creador sagrado de nuestra elección “a través de la Divinidad que está dentro de cada persona […], que es en realidad una extensión del divino creador”».
Tal vez comprendas eso. Yo no lo comprendí en aquel momento. Tampoco lo entendió Mark. Aparentemente esta tal Morrnah decía algunas palabras, a modo de oración, que ayudaban a las personas a curarse. Hice una nota mental proponiéndome encontrar más adelante esa oración, pero entonces mi misión era otra: encontrar al terapeuta y aprender su método de sanación. Cada vez tenía más ganas de ampliar mis conocimientos sobre este terapeuta chamán y de conocerlo; cada vez era más emocionante el asunto. Aunque en realidad Mark y yo debíamos volver a nuestra caseta de la convención, pusimos diapositivas para poder continuar con nuestra búsqueda.
Basándonos en los artículos y en el sitio web, concluimos que el terapeuta que buscábamos era el llamado Ihaleakala Hew Len. Algún tipo de nombre de pila, supuse. Pero no tenía ni idea de cómo pronunciarlo, y mucho menos de cómo se escribía. Tampoco sabía cómo localizarlo. El sitio web no tenía ninguna información de contacto. Mark y yo probamos a buscar con Google, pero no encontramos nada. Comenzamos a preguntarnos si este terapeuta etéreo era una ficción; o si se habría retirado ya, o incluso si habría fallecido.
Cerré mi ordenador portátil y volví a la convención.
Pero la aventura ya había empezado.
[03] Asociación Nacional de Hipnotizadores estadounidense. (N. del T.)
Descubriendo al terapeuta más insólito del mundo
Quien mira hacia fuera, sueña; quien mira hacia dentro, despierta.
Carl Jung
Ya de vuelta en mi casa de las afueras de Austin, Texas, no podía dejar de pensar en la historia del terapeuta que curaba a esas personas sin verlas. ¿Cuál era su método? ¿Quién era él? Toda esta historia… ¿era un embuste?
Debido a los 20 años que he dedicado al desarrollo personal, en su mayor parte consignados en mis libros Adventures Within[04] y El poder de la atracción, no debería ser una sorpresa para nadie que yo necesitara saber más. Siempre he sido curioso. Dediqué siete años a aprender con un gurú controvertido. He entrevistado a sabios y mentores de autoayuda, a autores y oradores, a místicos y magos de la mente. Debido al éxito de mis últimos libros, ahora puedo llamar amigos a muchos de estos eminentes expertos en el campo del desarrollo humano. Pero no podía quitarme de la cabeza la historia de este terapeuta. Era algo diferente, un gran paso adelante.
Necesitaba saber más.
Así que me puse otra vez a buscar. En el pasado contraté a detectives privados para localizar personas perdidas. Lo hice, por ejemplo, cuando escribí sobre el genio de la publicidad Bruce Barton para mi libro The Seven Lost Secrets of Success.[05] Estaba dispuesto a contratar a un profesional para encontrar también al doctor Hew Len, cuando ocurrió algo curioso.
Un día, mientras continuaba mi búsqueda del doctor Hew Len, encontré su nombre asociado a un sitio web. No tengo ni idea de por qué esto no había salido a la luz antes, en mis búsquedas anteriores. Pero ahí estaba.
No encontré ningún número de teléfono. Pero podía contratar por correo electrónico una consulta personal con él. Parecía una forma extraña de hacer terapia; pero, en estos tiempos, con Internet, todo puede pasar. Pensando que sería la mejor forma de poner un pie en el umbral de su puerta, le envié un mensaje a través del sitio web. Me llené de entusiasmo; apenas podía esperar la respuesta. ¿Qué me diría? ¿Escribiría algo aclaratorio? ¿Me sanaría a través del correo electrónico?
Apenas pude dormir esa noche; estaba ansioso por tener noticias suyas. A la mañana siguiente, me respondió esto:
Joe:
Gracias por pedir una consulta. Las consultas se hacen normalmente por Internet o por fax. La persona que pide la consulta me proporciona información acerca de la naturaleza de la misma: es decir, una descripción del problema o la preocupación. Yo proceso esta información y medito sobre ella en espera de las instrucciones de la Divinidad. Después me comunico con la persona por correo electrónico y le envío lo que he recibido en la meditación.
Hoy mismo, mientras estaba fuera almorzando, un abogado de Hawái que es paciente mío me envió por fax información para que la mirara. Después de procesarla, le he enviado de vuelta lo que recibí de la Divinidad en mi meditación.
Encontrarás información sobre la naturaleza de mi trabajo en www.hooponopono.org.
Por favor, no dudes en ponerte en contacto conmigo para ver qué es lo mejor para ti.
Te deseo paz más allá de toda comprensión.
Paz de mi parte,
Ihaleakala Hew Len.
Fue un mensaje extraño. ¿Habla con la Divinidad? ¿Le contratan abogados? No sabía lo suficiente para juzgarle a él o juzgar sus métodos, pero, desde luego, quería saber más.
Al instante decidí contratarle para una consulta por correo electrónico. Costaba 150 dólares. Para mí, eso no era nada. ¡Por fin iba a escuchar al psicólogo tan buscado que hace milagros! Estaba entusiasmado.
Pensé por un momento qué le debería preguntar. Me está yendo bastante bien en la vida. Tengo los libros, los éxitos, los coches, las casas, la pareja, la salud y la felicidad que la mayoría de la gente busca. Había perdido 36 kilos y me sentía en plena forma, pero todavía me quedaban unos siete kilos más por perder. Como seguía debatiéndome con la pérdida de peso, decidí consultar al doctor Hew Len sobre ella y así lo hice. Me respondió en menos de 24 horas con este mensaje:
Gracias, Joe, por responder.
Cuando miré, escuché esto: «Él está bien».
Habla con tu cuerpo. Dile: «Te amo tal como eres. Gracias por estar conmigo. Si te has sentido maltratado por mí de algún modo, por favor, perdóname». Detente de vez en cuando durante el día y charla con tu cuerpo. Que sea una charla de amor y agradecimiento. «Gracias por llevarme a todos lados. Gracias por respirar, por los latidos de nuestro corazón».
Contempla tu cuerpo como un socio en la vida, no como un sirviente. Háblale como le hablarías a un niño pequeño. Sé su amigo. Le gusta tomar grandes cantidades de agua para funcionar mejor. Puedes considerar que está hambriento, pero tal vez él te quiera decir que está sediento.
Beber agua solarizada azul transmuta recuerdos, repitiendo problemas en la mente subconsciente (el Niño); y ayuda al cuerpo a purificarse y librarse de lo que no necesita. Consigue una botella de vidrio azul. Llénala con agua del grifo. Tápala con un corcho o envuelve la parte superior con celofán. Coloca la botella al sol o bajo una lámpara de incandescencia durante una hora como mínimo. Luego puedes usar el agua para beber, para enjuagarte el cuerpo después de tomar un baño o darte una ducha, para cocinar, para lavar la ropa y, en general, para cualquier cosa en la que intervenga el agua. Y, por supuesto, puedes hacer café o chocolate caliente con ella.
Tu mensaje me ha dejado una sensación de sencillez elegante, un regalo sin comparación.
Quizá podamos hablar otra vez como compañeros de viaje, mientras limpiamos el camino a nuestra casa.
Te deseo paz más allá de toda comprensión.
Paz de mi parte,
Ihaleakala
Aunque disfruté de la apacibilidad de su mensaje, me quedé con ganas de más. ¿Así realizaba él las consultas? ¿Fue así como curó a todas esas personas del hospital psiquiátrico? Si es así, faltaba algo en serio. Dudo que la mayoría de la gente hubiera aceptado este mensaje como el veredicto final sobre un asunto de pérdida de peso. Decirme «él está bien» no es exactamente una solución para nada.
Así que le escribí otra vez pidiéndole más información. He aquí lo que me contestó:
Joe:
La paz comienza conmigo.
Mis problemas son recuerdos que se repiten en mi subconsciente. Mis problemas no tienen nada que ver con nadie, ni con ningún lugar ni situación. Son lo que Shakespeare describió tan poéticamente en uno de sus sonetos como «lamentos que ya se lamentaron».
Cuando me asaltan recuerdos que repiten problemas, tengo elección. Puedo seguir comprometido con ellos o le puedo elevar una petición a la Divinidad para liberarlos a través de la transmutación, devolviendo así mi mente a su estado original de cero, de vacío… de estar libre de recuerdos. Y, cuando estoy libre de recuerdos, soy mi yo divino tal y como la Divinidad me creó, a su imagen y semejanza.
Cuando mi subconsciente está en estado cero, es eterno, ilimitado, infinito, inmortal. Cuando los recuerdos mandan, en cambio, se queda atascado en el tiempo, el lugar, los problemas, la incertidumbre, el caos; y en el pensar, el hacer frente a las cosas, el ingeniárselas. Al permitir que dominen los recuerdos, renuncio a la claridad mental y a mi alineación con la Divinidad. Sin alineación, no hay inspiración; y, sin inspiración, no hay propósito.
Al trabajar con las personas, siempre le dirijo una petición a la Divinidad para que transmute los recuerdos dentro de mi subconsciente que se repiten como mis percepciones, mis pensamientos, mis reacciones a ellos. Entonces, desde el estado cero, la Divinidad infunde inspiraciones en mis mentes subconsciente y consciente, permitiendo a mi Alma experimentar a las personas como la Divinidad las experimenta.
Al trabajar con la Divinidad, los recuerdos transmutados en mi subconsciente se transmutan también en el subconsciente de todos los seres; no solamente de las personas, sino también de los reinos mineral, animal, y vegetal y de todas las formas de vida, vistas y no vistas. Es maravilloso darse cuenta de que esa paz y esa libertad comienzan conmigo.
Paz de mi parte,
Ihaleakala