El millonario concienciado - JOE VITALE - E-Book

El millonario concienciado E-Book

Joe Vitale

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Beschreibung

Manifiesto para el movimiento de la riqueza espiritual No todo el mundo sigue un camino lineal hacia el éxito; muchos de los hombres y mujeres que más cosas han logrado en la historia dedicaron años y años a trabajar en tareas que no los llenaban en absoluto hasta que finalmente encontraron lo que verdaderamente estaban destinados a hacer. Joe Vitale se hizo a sí mismo: pasó de ser un hombre sin hogar con el sueño de convertirse en escritor a ser uno de los creadores y magos del mundo del marketing más poderosos del mundo, y lo consiguió siguiendo el credo de El millonario concienciado. En esta completa guía para convertir tus sueños en realidad, Vitale te explica con su acostumbrada estimulante narrativa los pasos oncretos que necesitas seguir para despertar tu pasión, forjar tu propósito, activar tu misión e incentivar tu relación con el dinero a fin de atraer tu propia marca de riqueza. Si has fracasado anteriormente, si piensas que no puedes ganar dinero haciendo lo que quieres hacer, o si sientes que alguien como tú no puede cambiar el mundo y llegar a ser rico, lee este libro.

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Joe Vitale

El millonario concienciado

Manifiesto para el movimiento

de la riqueza espiritual

Si este libro le ha interesado y desea que le mantengamos informado de nuestras publicaciones, escríbanos indicándonos qué temas son de su interés (Astrología, Autoayuda, Ciencias Ocultas, Artes Marciales, Naturismo, Espiritualidad, Tradición...) y gustosamente le complaceremos.

Puede consultar nuestro catálogo en www.edicionesobelisco.com

Colección Éxito

El millonario concienciado

Joe Vitale

1.ª edición en versión digital: marzo de 2017

Título original: The Awakened Millionaire

Traducción: Raquel Mosquera

Corrección: Sara Moreno

Diseño de cubierta: Montserrat Vilarnau

© 2016, Hypnotic Marketing, Inc.

(Reservados todos los derechos)

Traducción publicada por acuerdo con el editor original John Wiley & Sons, Inc.

© 2017, Ediciones Obelisco, S.L.

(Reservados los derechos para la presente edición)

Edita: Ediciones Obelisco S.L.

Collita, 23-25. Pol. Ind. Molí de la Bastida

08191 Rubí - Barcelona - España

Tel. 93 309 85 25 - Fax 93 309 85 23

E-mail: [email protected]

ISBN EPUB: 978-84-9111-227-3

Maquetación ebook: [email protected]

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, trasmitida o utilizada en manera alguna por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o electrográfico, sin el previo consentimiento por escrito del editor.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Contenido

Portadilla

Créditos

Dedicatoria

Cita

Prométete

El credo del millonario concienciado

Cita

Prefacio

Introducción

Agradecimientos

Prólogo

Sección uno: Nosotros

Capítulo 1. La verdad

Capítulo 2. Millonarios concienciados

Capítulo 3. Un despertar

Capítulo 4. ¿Qué es real?

Capítulo 5. Contraintenciones

Capítulo 6. La fórmula

Capítulo 7. El espejo

Capítulo 8. La misión

Capítulo 9. El olvidado Penney

Capítulo 10. ¡Expándete!

Capítulo 11. El aliado interno secreto

Capítulo 12. El único propósito del dinero

Capítulo 13. Olvídate de vender, empieza a compartir

Capítulo 14. ¿Cuánto es suficiente?

Capítulo 15. Nunca jamás vuelvas a fracasar

Capítulo 16. Todos salen ganando

Capítulo 17. La Gran Idea

Sección dos: Tú

Capítulo 18. Quién puedes llegar a ser

Capítulo 19. Decisión

Capítulo 20. Dinero

Capítulo 21. Medalla de oro de obstáculos

Capítulo 22. Vacíate completamente

Capítulo 23. Los tres

Capítulo 24. El alma del dinero

Capítulo 25. Invierte en ti

Capítulo 26. Tu guía interior

Capítulo 27. Por dónde empezar

Epílogo

Sección extra

La oración del millonario concienciado

Los diez principios del manifiesto de la abundancia

Introducción

Conversaciones con millonarios concienciados

Los siete obstáculos

Mariposas y tu SAR

Ayuda a París: el poder de la intención colectiva

El proceso de cuatro dimensiones: desencadenar la hipermanifestación para la riqueza

Dentro del credo

Tu siguiente paso

Recursos

Bibliografía

Acerca del autor

Prométete

Ser tan fuerte que nada pueda perturbar tu paz mental.

Mandar salud, felicidad y prosperidad a cada persona que conozcas.

Hacer sentir a todos tus amigos que hay algo valioso en ellos.

Ver el lado bueno de las cosas y hacer que tu optimismo sea una realidad.

Pensar sólo en lo mejor, trabajar sólo por lo mejor y esperar sólo lo mejor.

Entusiasmarte tanto por el éxito de los demás como lo haces por el tuyo propio.

Olvidar los errores del pasado y aferrarte a los grandes logros del futuro.

Llevar una expresión alegre todo el tiempo y dedicar una sonrisa a cada criatura viviente que te encuentres.

Dedicar tanto tiempo a mejorarte a ti mismo que no tengas tiempo de criticar a otros.

Ser demasiado digno como para preocuparte, demasiado noble como para enojarte, demasiado fuerte como para tener miedo y demasiado feliz como para permitir la presencia de problemas.

Pensar bien de ti mismo y proclamar esta realidad al mundo, no de palabra, sino con grandes hechos.

Vivir en la fe de que el mundo entero está de tu lado, siempre y cuando seas leal a lo mejor que existe en ti.

«Credo del optimista» original, escrito en 1912 por Christian D. Larson

en su libro Your Forces and How to Use Them

El credo del millonario concienciado

Los millonarios concienciados están motivados en primer lugar por su pasión, su propósito y su misión.

El millonario concienciado utiliza el dinero como una herramienta inspiradora para tener un impacto positivo.

El millonario concienciado se siente fortalecido continuamente, creyendo totalmente en sí mismo.

El millonario concienciado se compromete a crecer, mejorar, reinventar y siempre descubrir.

El millonario concienciado es inquebrantablemente audaz, corre riesgos y no duda.

El millonario concienciado se deja guiar por la inspiradora relevancia de su intuición.

El millonario concienciado sabe que la riqueza es todo lo que tiene, no solamente el dinero.

El millonario concienciado siente una gran gratitud por todo lo que tiene y ha logrado.

El millonario concienciado está permanentemente conectado a la abundancia universal.

El millonario concienciado es generoso, ético y se centra en el bien de los demás.

El millonario concienciado lucha por una situación beneficiosa para todos.

El millonario concienciado comparte sus dones emprendedores de manera inspiradora.

El millonario concienciado da ejemplo como catalizador para la transformación en los demás.

Cita

A pesar de lo que se pueda decir para elogiar la pobreza, el hecho es que no es posible vivir una vida realmente completa o exitosa a menos que uno sea rico. Ningún hombre puede llegar a lo más alto de su talento o del desarrollo de su alma a menos que tenga un montón de dinero; pues para desplegar el alma y para desarrollar el talento debe utilizar muchas cosas y no puede tener estas cosas a menos que tenga dinero para comprarlas.

Wallace Wattles, The Science of Getting Rich

Prefacio

Ésta es mi obra. He tardado treinta años en elaborar este manifiesto. Nun­ca he estado tan convencido de nada de lo que he enseñado o compartido con anterioridad.

El movimiento del millonario concienciado no trata sólo de construir tu futuro, elevarte y lograr el éxito tanto económico como espiritual. Se trata de todos nuestros futuros. Lo que puedes llegar a ser como millonario concienciado va más allá de tu propio gran éxito. Se trata de lo que puedes devolver al mundo, a un mundo que lo necesita. Se trata de convertirte en una fuerza positiva, para el cambio. Se trata de que marques la diferencia. Y para hacerlo, debes lograr el éxito tanto económico como espiritual. Así es como llegarás a ser la fuerza motriz que es un millonario concienciado. Debes prosperar por nuestro bien.

El mundo necesita que logres el éxito.

La visión es de amplio alcance, la llamada a la acción es fuerte y los riesgos son elevados. Por eso quiero dejar muy claro por qué deberías escucharme, pues cada éxito que he logrado, cada reto que he superado y cada sueño que he alcanzado me han llevado a este momento, aquí, contigo.

No nací en una cuna de oro. De hecho, durante la época en que viví en las calles de Dallas, Texas, una cuna de oro no habría sido mi salvación. En vez de eso, viví en la pobreza durante diez años. Probablemente he experimentado cada uno de tus retos hacia el éxito. Y en las profundidades de mi pobreza, los retos a los que todos nos enfrentamos están amplificados hasta un nivel ensordecedor.

Hoy en día he construido un estilo de vida que trasciende lo que mi yo indigente habría considerado posible. Soy un multimillonario bendecido con el nivel de riqueza y libertad que quiero para ti. Pero también estoy profundizando en mi propio camino espiritual, dedicado a crecer más, vivir más experiencias y concienciarme más. Es un viaje para toda la vida. Amo cada momento.

He tardado décadas en llegar a donde estoy hoy. Y estoy realmente orgulloso de los logros que he alcanzado. No comparto esto para alardear, sino sencillamente para demostrar que predico con el ejemplo y practico lo que enseño.

Tanto si se trata de volar a Kuwait como invitado de una princesa y cobrar una cantidad de seis cifras por hablar en su evento, o si el hijo del que fue productor de los Beatles quiere que aparezca en una película y un programa de televisión que está produciendo…

Tanto si se trata de los casi cincuenta libros que he escrito, entre los que se incluyen éxitos de ventas internacionales como El poder de la atracción o The Secret Prayer,o de los programas de autoayuda que baten récords vendidos por famosos publicistas como Nightingale-Conant…

Tanto si se trata de ser pionero en el marketing por Internet, escribir uno de los primeros libros publicados sobre el tema, usar Internet para vender más que un libro de Harry Potter, o de vender un programa de formación de gran valor y ganar medio millón de dólares en tres días…

Tanto si se trata de volar por todo el mundo, dando conferencias en países tan diversos como Rusia, Perú o Polonia, o de ser el ponente principal en grandes eventos en Estados Unidos para la Asociación de Oradores Nacionales y en eventos de megariqueza con Donald Trump y Tony Robbins en la misma factura…

Tanto si se trata de inventar Hypnotic Writing, Hypnotic Marketing, Buying Trances, The Secret Mirror, The Secret Reflection, Miracles Coaching®, Wealth Trigger, Hyper-Wealth y muchos más, o sencillamente saber cómo generar ideas, presentarlas y vendérselas a las masas…

Tanto si se trata de llamar la atención de cualquier medio nacional desde Larry King Live (dos veces) al programa de televisión de Donny Deutsch Big Idea, o a aparecer en ABC, Fox, CNN, CNBC y demás, o de participar en quince películas, siendo The Secret la más famosa de ellas…

Tanto si se trata de presentar al mundo el sistema de curación espiritual llamado ho’oponopono a través de mis libros Cero límites y En el cero,1 llegando a unos cinco millones de personas, o de seguir el impulso espiritual como músico cerca de los sesenta años y grabar quince álbumes según el último recuento…

Tanto si se trata de desarrollar un enfoque espiritual hacia la riqueza, ignorando métodos despiadados y siempre centrándome en un enfoque hacia el éxito equilibrado y saludable, basado en la pasión y el propósito, o de saber cómo crear negociaciones que beneficien a todos y dirigir los negocios desde el corazón…

Tanto si se trata de escuchar a prácticamente cualquier persona durante veinte minutos y ver o crear una idea para ganar dinero única y específica para ella, o de crear Operation YES, un movimiento para acabar con la indigencia, recaudando fondos para los que viven en la pobreza, o enseñando a los que luchan contra la indigencia a pensar a lo grande, enfrentarse a sus limitaciones y perseguir sus ideales más altos…

Tanto si se trata de descubrir un «secreto faltante» en el autodesarrollo, el concepto de contraintenciones y enseñar a los demás cómo cualquiera puede superar y acelerar sus resultados, o de convertirme en un experto en la ley de la atracción, saber cómo usarla, enseñarla e ir más allá de ella…

He alcanzado el éxito económico. He saboreado el despertar espiritual. Y he enseñado a millones de personas el camino para llegar hasta allí. Éste es el siguiente nivel.

Estos logros se han convertido en mi legado. Pero te los cuento para ganarme tu confianza, ya que el camino que tenemos por delante así lo requiere.

Tengo algo que enseñarte. Quiero motivarte para que vayas a por tus sueños y los alcances. Y quiero que lo hagas siguiendo tu pasión. Cuando aprendas cómo convertir tu pasión en beneficios y a marcar la diferencia en el mundo expresando lo singular que eres, tu vida se tornará milagrosa. Habrás descubierto la Riqueza Espiritual.

Y, en ese momento, te convertirás en un millonario concienciado.

Este manifiesto es mi herramienta para lograr ese noble sueño para ti.

Como verás, el libro en sí es ligeramente poco ortodoxo. Pero cumple con una estrategia específica: despertar tu yo lógico y emocional, dos caras que deben unirse mientras inicias tu camino para llegar a ser un millonario concienciado.

Este manifiesto es un grito de guerra para que te unas a un movimiento.

Por favor, léelo, absórbelo, reflexiona sobre él y ponlo en práctica.

Tengo la misión de ayudar a elevar el mundo de las luchas innecesarias a las que nos enfrentamos. Todo empieza por ayudarte a transformar y alcanzar los sueños económicos y espirituales que albergas.

Esto es para ti. Esto es por nosotros.

¿Me acompañas?

Joe Vitale

Austin, Texas

www.awakenedmillionaireacademy.com/begin

1. Ambos libros publicados por Ediciones Obelisco.

Introducción

Vishen Lakhiani

He sido seguidor de Joe Vitale hasta donde alcanza mi memoria. Descubrí los libros de Joe cuando estudiaba en la Universidad de Michigan y me abrieron los ojos ante la idea de que no tenía que seguir el camino tradicional: obtener buenas calificaciones, graduarme, encontrar un puesto de trabajo de nueve a cinco y ganarme la vida. Más bien, sus libros me abrieron a la idea de que la vida es algo más que ese camino que siguen los demás. Por esta razón, me siento honrado de escribir este prefacio.

El libro de Joe El millonario concienciado cumple un importante objetivo, ya que es un manifiesto para el planeta. Se trata de sacar provecho; es una llamada de atención para salvar a la gente de seguir el camino tradicional en la vida de trabajar duro para conseguir un empleo, trabajar como esclavos de nueve a cinco, ganar dinero para poder pagar las facturas, para poder sobrevivir. La mayoría de la gente está en modo de supervivencia cuando debería estar en modo de prosperidad. Así que este libro bien podría salvarte y llevarte por un camino en el que en realidad vivas una vida con sentido.

El problema del sistema educativo es que preguntamos a las personas: «¿Qué quieres ser de mayor?». Y la naturaleza de esa pregunta, y la naturaleza de la idea en sí misma, sugiere que crecemos para asumir una carrera en particular, para ganar dinero, para pagar las facturas, para sobrevivir.

Una pregunta mejor podría ser: «¿Qué es lo que realmente disfrutas haciendo que puedas convertir en un regalo para el mundo?». Ésta es la pregunta que este libro te va a hacer responder. No se trata de riqueza espiritual. Se trata de hacer las paces con el dinero. No ver el dinero como algo por lo que tienes que sudar tinta para ganar, sino como tu recompensa por hacer buenas acciones para el mundo y cumplir tu misión.

Y sucede algo sorprendente cuando trabajas en algo que sientes que es una misión. Te impulsa. Te inspira. Te motiva. No sientes la vida como un camino cuesta arriba. La sientes prácticamente como si tuvieras el viento a favor mientras te mueves hacia esa misión. Al hacer esto, el trabajo se esfuma. El trabajo deja de existir en tu vocabulario, porque cuando trabajas en tu misión nada te hace más feliz. El dinero es sólo un hermoso efecto secundario.

Este libro es el mejor del trabajo de Joe hasta ahora, quizás su obra más grande después de treinta años y cincuenta libros. Está diseñado para motivar a las personas para estirarse, para crecer, para servir, para despertar. La primera parte del libro habla desde la «perspectiva del nosotros» para ayudarte a darte cuenta de que todos somos uno y por ello, ¿que podría ser más importante que la creación de una misión que sirva al colectivo de la humanidad?

La segunda parte del libro es acerca de ti, desde la «perspectiva del tú» para abordar tu propia llamada personal a la acción. Te ayuda a identificar tu misión, cómo asegurarte de que es la correcta y cómo obtener beneficios económicos de ella.

Muy pocos libros en la historia han cambiado en realidad el curso de la historia. Este libro, el manifiesto, está diseñado para hacer lo mismo para una nueva generación. Tu generación. Mi generación. El momento es ahora. El libro está aquí.

Gracias.

Vishen Lakhiani

Fundador de Mindvalley

Autor de Code of the Extraordinary Mind

Agradecimientos

¿Por dónde empiezo? Tengo muchas personas a las que dar las gracias. Sin el entusiasmo, la persistencia, la dedicación y la pasión de Mitch Van Dusen, este libro podría haberse quedado en una idea que jamás hubiera visto la luz. Él y su esposa, Paloma Mele, fueron los responsables directos de la creación de las bases de este manifiesto. Matt Holt y mis amigos de John Wiley & Sons, Elizabeth Gildea y Shannon Vargo, vieron el va­lor de este libro y rápidamente se ofrecieron a publicarlo. Dawn Kilgore de Wiley me proporcionó excelentes consejos editoriales. El grupo Statbrook, compuesto por Frank Mangano, Steve G. Jones, Paul Mascetta y Glenn Cucurullo, siempre apoyan mis ideas de producto; juntos hemos creado un producto online y un movimiento alrededor de este libro en www.awakenedmillionaireacademy.com/begin. Suzanne Burns y Zion Chantelle han estado conmigo durante mucho tiempo, como amigos y asistentes, y sin ellos pocos de mis proyectos se hubieran llevado a cabo. Achieve Today, que dirigen mi programa Miracles Coaching®, son todas bellas personas que me ayudan a llevar mi trabajo al mundo. Y, por supuesto, Nerissa, mi amor, siempre está ahí para mí. Os amo y os doy las gracias a todos.

Prólogo

En tu cabeza se está librando una batalla extraña y esquizofrénica.

Estás en el frente de batalla, con un arma en tus manos llenas de ampollas, mientras disparas con fanatismo y de forma continua en una bruma cegadora. No puedes ver más allá de ella.

Pero el enemigo está allí, amenazante, como un perro rabioso.

De vez en cuando ves brillar una sombra a través de la neblina, un destello de movimiento sin una forma que lo defina. Te gustaría decir que ves caras, cuerpos y árboles, pero no hay nada claro a excepción de la batalla. La batalla es un gigante que es imposible no ver. El enemigo debe de ser un gigante también.

Pero en realidad todo lo que conoces del enemigo es la niebla que lo esconde. La niebla que no huye. Es tan persistente como tú.

A izquierda y derecha ves largas filas de personas, hombres y mujeres, dedicadas con la misma compulsión y vigor. Algunas gritan como fieras, disparando ráfagas de balas en la niebla. Algunas se limitan a seguir disparando, estoicamente comprometidas.

Nadie tiene el aspecto de un soldado curtido o un combatiente entrenado. Sois simplemente personas. Todo el mundo parece haberse endurecido por agotamiento.

Estás cansado, tus huesos destrozados y tu alma hundida. Tus manos están llenas de callos. El lodo se ha entretejido con los hilos de tu ropa. Tus hombros están tensos y contorsionados; es el aspecto de alguien que abraza de forma permanente un rifle.

Sin embargo, nadie se atreve a descansar. El enemigo está aquí. La guerra es real. Hay mucho en juego. Eso es todo lo que debes saber.

No recuerdas cuándo comenzó esta guerra.

No recuerdas la cara del enemigo contra el que luchas.

No recuerdas la última vez que te acostaste.

La duda te invade, pero tu ferviente convicción nunca te ha abandonado.

No consientes las dudas. Estás luchando por el bien. Estás luchando por lo justo. Estás luchando por tu propia supervivencia.

Eso es todo lo que debes recordar, así que no lo olvides nunca.

Debes mantenerte fiel a ti mismo y perseverar, así que hazlo.

Te detienes un momento y descansas los ojos. Entonces, sientes una cálida mano descansando sobre tu hombro.

Te hubieras sobresaltado con los nervios de punta, pero el suave roce es amable y te desarma.

«Acompáñame. Hay algo que debes ver». La voz de la mujer es suave.

Va vestida con ropa sencilla. No lleva uniforme. No lleva armas. Pero puedes ver los viejos callos en la mano con la que aprieta el gatillo. No son como los tuyos. Se han suavizado.

Hay algo que la hace discretamente convincente. Parece… buena. Una buena persona. Tranquila y serena. Su actitud es segura, pero dulce.

¿Por qué está aquí?

Dices que no con la cabeza. No puedes abandonar la causa. No puedes retirarte de tu puesto.

Aun así te levantas.

Dejas tu arma en el suelo, te apartas de tu búnker y la sigues en silencio. Tus compañeros de lucha se vuelven y te miran con la mirada llena de veneno.

Tu cuerpo sigue agitado por las vibraciones de tu pistola, tus brazos se sienten incómodos al no tener un arma que sostener.

La culpa y la rabia se reflejan en tu cara a medida que la sangre te baja hacia los pies.

Te sientes un traidor.

Pero ella camina y tú la sigues.

Espasmos musculares y rodillas débiles…, estás incómodo. No recuerdas cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que caminaste.

Pero ella sigue caminando y tú no dejas de seguirla.

Mientras pasas por delante de tus compañeros soldados que siguen luchando observas una futilidad que nunca habías reconocido.

No somos soldados, te dices a ti mismo. No somos soldados.

Te pierdes en tus pensamientos antes de darte cuenta de que has llegado al final de las filas. Tu guía ha abandonado la trinchera y ha empezado a caminar sin miedo…

¿Por qué caminamos hacia las líneas del enemigo?

Tu dolor y tu curiosidad dejan paso al miedo y la confusión. Pero no te detienes.

El miedo envía un torrente de sangre a tus mejillas. Te sientes un poco mareado. Pero no dices nada. Estás muerto de miedo. Pero sigues caminando.

¿Hacia dónde te lleva?

Entonces se detiene. Señala una pequeña colina a tu derecha y hace un gesto hacia ella con la mano abierta.

Subes la colina por delante de ella en silencio. Camina a tu lado, siguiendo tu ritmo forzado sin dificultad. Es un gesto amable y compasivo.

Cuando llegas a la cima te das la vuelta.

Allí está. El campo de batalla. Como jamás lo hubieras imaginado.

A la izquierda, ves la brillante luz de bocas de pistolas rodeadas de niebla. Son las pistolas de tus compañeros soldados que disparan con frenética desesperación.

A la derecha, finalmente ves más allá de la niebla.

No hay nada.

No hay enemigos, no hay gigantescas máquinas de guerra, no hay aterradoras bestias.

Sólo hay un pequeño bosque de árboles lleno de balas sin objetivo.

El grito ahogado que se te escapa te sorprende casi tanto como el lugar que hay delante de ti.

Cada músculo de tu cuerpo se agita por el horror.

Tus ojos abiertos como platos se salen de sus órbitas.

¡No hay nada!

Impulsivamente agarras su mano y la aprietas con violenta confusión.

Quieres gritar, pero lo único que emites es un susurro forzado: «¿Para qué hemos estado luchando?».

Ella gira su cabeza hacia ti, con los ojos llenos de bondad.

«Por el amor al dinero».

Capítulo 1

La verdad

El dinero no es necesario para comprar una necesidad del alma.

Henry David Thoreau

Verdadero o falso:

El dinero es la raíz de todo mal.

El dinero es el mayor destructor.

El dinero no puede comprar la felicidad.

El dinero no puede comprar la paz interior.

El dinero lo corrompe absolutamente todo.

El dinero endurece el corazón.

El dinero es nuestra locura.

El dinero es nuestra prisión.

El dinero nos controla.

El dinero nos cambia.

El dinero nos hace ser avariciosos.

El dinero nos hace pobres.

Estamos en guerra con el dinero. No sabemos cuándo comenzó, ni siquiera por qué. Pero nos parece bien. Es la batalla que debemos librar porque nosotros somos más importantes que el dinero. Nuestras almas están en peligro. El dinero no debería ejercer poder alguno sobre nosotros. Pero lo hace. Así que entonamos el grito de guerra.

Lo maldecimos y lo hacemos con placer, con ira, con despecho, con veneno.

Nuestras almas se oponen a él como si fuera todo lo podrido de la humanidad.

Odiamos el control maligno con el que nos domina.

Nos molesta su maliciosa indiferencia por la tensión que genera.

Desdeñamos la codicia que conlleva.

Nos inquieta la astuta manera en que mina nuestra salud, nuestra longevidad y nuestra felicidad.

Nos fastidia que nos convierta en indefensas víctimas de su poder.

Nos quejamos como niños malcriados por el sufrimiento con el que nos obsequia.

Lo quemaríamos alegremente, billete a billete, si no lo amáramos tanto.

Sí, estamos enamorados del dinero.

Sea lo que sea esta guerra fabricada, no puede tocar ese deseo insaciable de poseerlo, codiciarlo y amarlo.

Soñamos con tener los bolsillos repletos y sueldos desorbitados.

Codiciamos esa mágica libertad económica.

Lo veneramos ignorando descaradamente las consecuencias.

Estamos convencidos de que lo necesitamos para comprar la felicidad.

Tenemos envidia a los que lo tienen.

Protestamos cuando lo perdemos.

Nos regocijamos cuando lo ganamos.

Rogamos y suplicamos por él, luchamos por él y lloramos por él.

Maldeciríamos con violencia a un hombre que lo quemara alegremente, billete a billete.

¡Qué locura! ¡Qué modo tan retorcido de conducirse por la vida!

Si tuviéramos el mismo tipo de relación con nuestros amantes, sería disfuncional y emocionalmente abusiva. Te quiero, te necesito, quiero más de ti. Me das asco, me envenenas. Eres mío, sólo mío. Quieres a todo al mundo excepto a mí.

Mantenemos una relación con el dinero nos guste o no. No va a desaparecer. No va a morir. Vivimos con el dinero y el dinero vive con nosotros. Aun así peleamos y luchamos sin cesar.

Este círculo vicioso parece ser nuestro sino.

Sin embargo, mientras peleamos, luchamos, amamos y odiamos, existe un pequeño grupo de personas que lo poseen y no lo necesitan. Personas empapadas de prosperidad que tienen todo lo que desean. Todo, incluso una misión y un propósito. Personas que saborean un gran éxito mientras que el dinero es la menor de sus pasiones.

Ni lo aman, ni lo odian.

Ni pelean ni luchan por él.

Disponen de él y aun así lo respetan.

No pelean por él, sino que regalan con él.

Y por alguna razón siguen ganando dinero.

Pero este enfoque tolerante es una excepción a la regla y el mundo que nos rodea no nos ayuda a ganar esa tolerancia y mucho menos a reconocer su potencial. Veamos cómo el veneno mental lo evita.

Un hombre conduce de camino al trabajo por la ruta 180 en St. Louis, Missouri, cuando su Toyota Corolla del año 1993 comienza a desprender humo y vapor bajo el capó. No tiene dinero para pagar una reparación, pero si no llega al trabajo no le pagarán su remuneración por horas. Sin tarjeta de crédito ni otro tipo de recurso, se dirige con rapidez al lugar más cercano donde conceden préstamos. En unas horas recibe un préstamo de quinientos dólares y lleva su Corolla a un taller. Dos semanas después recibe su salario, pero no consigue reunir el dinero suficiente para devolver el préstamo a corto plazo. La deuda pasa a ser de seiscientos cuarenta y cuatro dólares en un solo día y sigue creciendo de manera asombrosa durante los siguientes meses. La compañía de préstamos finalmente le denuncia y pierde todo lo que tiene, incluso su empleo.

Su conclusión: El dinero es malo.

Dos hermanas se reúnen en la oficina de un abogado para escuchar el testamento de su madre por primera vez. Se enteran de que a la her­mana mayor le ha tocado la mayoría de los bienes de su madre, y a la hermana menor le ha dejado una pequeña cantidad encerrada en un fideicomiso. Más tarde, en el salón de la otra hermana, la más joven pregunta enfadada por qué ha sido tan mal recompensada en el testamento.

La hermana mayor menciona con cautela los problemas de la más joven con las drogas y el alcohol, así como su ausencia en el hospital durante los últimos meses. La hermana menor monta en cólera y así comienza una lucha tan terrible que no pueden hablarse la una a la otra. Incluso después de volver a contactar años más tarde, la hermana menor siente resentimiento. La mayor se siente culpable por mantener su parte; sin embargo, nunca ofrece a su hermana ningún tipo de ayuda económica por temor a insultarla.

Su conclusión: El dinero es el mayor destructor.

Cada día, desde hace veintitrés años, un hombre comienza su día en la cafetería de su barrio donde se toma un café y un bocadillo para desayunar y compra un boleto de lotería. No tiene mucho dinero, así que rara vez lo derrocha en un boleto de los caros. Pero después de haberse gastado miles de dólares en boletos de lotería a lo largo de los años, le toca el bote. Cuando le dan la opción de recibir el premio en veintiséis plazos anuales o en un único pago, escoge lo segundo. Quiere ver tres millones de dólares en su cuenta bancaria. Al haber sido un niño que no sabía si habría agua caliente al abrir el grifo de la ducha y del que se burlaban por llevar ropa heredada de sus hermanos dos tallas demasiado grande, decide mostrar a todo el mundo lo que nunca tuvo. Se compra una casa, un bonito coche, un barco y conoce a su esposa. También compra una casa para sus padres. Vive en unas permanentes vacaciones de derroche. Dona dinero a comunidades del vecindario. En cinco años, su cuenta bancaria está a cero. Vende la casa, el coche y el barco. Su mujer le abandona y finalmente vuelve a trabajar y a una cafetería distinta.

El hombre concluye: El dinero no puede comprar la felicidad.

Una madre soltera tiene dos empleos para poder criar a sus hijos. No recuerda la última vez que estuvo sin trabajar, cocinar o limpiar. Cada mes las facturas aumentan, y cada uno de esos sobres con ventana que saca del buzón es otro de esos miles de momentos en que se le cae el alma a los pies. No hay manera de liquidarlas, y a la vez que la jubilación se parece cada vez más a un cuento de hadas que le contaron sus padres, no puede ver el fin de la situación.

La madre concluye: El dinero es nuestra prisión.

Un joven acepta un empleo para trabajar en una empresa que no le gusta, vendiendo productos en los que no cree, dirigiéndose a clientes potenciales sin alegría ni entusiasmo. Sufre en el trabajo, no consigue tener ingresos y lucha por pagar sus facturas. Con el tiempo, pierde el respeto hacia sí mismo, su familia y su salud.

Su conclusión: El dinero nos hace avariciosos.

Una mujer emprende un negocio por su cuenta. Sin conocer sus creencias ocultas sobre el dinero y el éxito, invierte todos sus ahorros y sus préstamos en su negocio. Cuando fracasa, pide prestado más dinero, vacía sus tarjetas de crédito y lucha por sobrevivir. Se arruina antes de darse cuenta.

Su conclusión: El dinero nos hace pobres.

¿Pero las conclusiones de estas almas bien intencionadas son hechos o creencias?

Demasiados de nosotros creemos que lo que pensamos son verdades, cuando en realidad son creencias compartidas que no se sostienen ante una reflexión profunda.

Las creencias crean nuestra realidad. Influyen en lo que vemos. Filtran los hechos. Y muchos de nosotros terminamos pensando que debemos luchar, pasar hambre y desear una vida mejor.

Aun así, en muchos de esos momentos que tantos de nosotros compartimos, miramos al otro lado con envidia. Personas que han encontrado un modo de liberarse de las ataduras del dinero. Pensamos que las personas que rehúyen del dinero son mejores que nosotros. Nos avergonzamos por no ser capaces de ser tan valientes. Existen almas valientes que, en un momento de orden divina, dejan sus trabajos, venden sus casas y todas sus pertenencias y emprenden un viaje sin saber cuándo ni cómo regresarán. Sin la amenaza del dinero pisándoles los talones.

Admiramos su coraje.

Vemos a los devotos espirituales adoptar una vida de pobreza y entregar sus almas a su dios y al bien supremo. Pasan sus vidas sin un atisbo de lujo excepto por el gran lujo de la libertad y una pureza enternecedora. Son el altruismo en persona. Trabajan duro en países devastados por la guerra ayudando a aquellos que se encuentran en las situaciones más desesperadas, impasibles ante la amenaza del caudillo que espera a la vuelta de la esquina para arrebatar un nuevo cuerpo.

Admiramos su pureza.

Vemos a los poetas, artistas de leyenda, que de un modo romántico rechazan el dinero para casarse con su musa divina en su lugar. Sufren la pobreza, la escasez de ropa y comida y la amenaza del desahucio por la emoción absoluta de perseguir su pasión. Su pasión…, qué idea tan deliciosa la de dedicarse en cuerpo y alma a una causa tan encomiable. Pasión desbocada por lo que el resto de nosotros cada día sufrimos…, deseamos y necesitamos. Estos nobles espíritus no tienen deseos ni necesidades. Es como si bebieran el aire, se empaparan del sol y encontraran todo el alimento que necesitan para su sustento, como las vides silvestres que fieles se extienden hacia arriba en reverencia ante el cielo.

Admiramos su tenacidad.

Y aquí estamos, con montañas de facturas a nuestra izquierda mientras a la derecha observamos con nostalgia a esas valientes almas libres en un mundo sin preocupaciones económicas. Puede que sufran. Puede que luchen. Pueden pasar días con hambre…, pero son libres. Son baluartes de una vida con pasión. Son la personificación de lo que realmente significa estar vivo. Están viviendo la vida al límite. Poseen un objetivo desenfrenado. Son los verdaderos siervos de lo divino.

¿Pero cuál es la creencia más insidiosa de todas?

¿Cuál es la creencia oculta que nos mantiene a la mayoría de nosotros en la ignorancia acerca del dinero?