¿Cómo funciona la mente de un emperador? - Camilo Castañeda Cardona - E-Book

¿Cómo funciona la mente de un emperador? E-Book

Camilo Castañeda Cardona

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Aprende de los más grandes para dar el siguiente paso y crear tu imperio. En "¿Cómo funciona la mente de un emperador?" Camilo Castañeda Cardona, neurólogo y empresario, lleva a los lectores por un viaje a través de la historia para que entiendan, desde una perspectiva neurocientífica, cómo nueve grandes emperadores y emperatrices, antiguos y modernos, construyeron imperios y empresas que superaron todos los estándares de éxito y hoy son reconocidos a nivel mundial. Con un análisis basado en las neurociencias y en la psicología cognitiva de personajes como Alejandro Magno, Taylor Swift, Lewis Hamilton (F1) y MrBeast, y de marcas como Alibaba, Canva, Nubank, Nike y Barbie, el autor revela cuáles son las conductas, actitudes, mentalidades y estrategias prácticas que llevaron a esas personas, y a quienes están a la cabeza de esas empresas, a convertir lo que en un principio fue una simple idea en un imperio multimillonario, todo con un lenguaje absurdamente sencillo de entender.

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¿Cómo funcionala mente de unemperador?

© 2024, Camilo Castañeda Cardona

© 2024, Sin Fronteras Grupo Editorial

ISBN: 978-628-7667-88-4

Edición:

Isabela Cantos.

Diseño y diagramación:

Paula Andrea Gutiérrez R.

Reservados todos los derechos. No se permite reproducir parte alguna de esta publicación, cualquiera que sea el medio empleado (impresión, fotocopia, etc.), sin el permiso previo del editor.

Sin Fronteras Grupo Editorial apoya la protección del copyright.

Diseño epub:Hipertexto – Netizen Digital Solutions

Para Dios y paralas 3 mujeres de mi vida:mi madre, mi esposa y mi hija.

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1

ALEJANDRO MAGNO

El propósito y la pasión del emperador: la ciencia detrás de una mente apasionada y con una misión

CAPÍTULO 2

JACK MA (ALIBABA)

La mente del emperador: secretos de las neurociencias para desarrollar las creencias, pensamientos y emociones clave para construir un imperio

CAPÍTULO 3

TAYLOR SWIFT

La capacidad de influenciar de la emperatriz: secretos de la psicología cognitiva sobre ser influyente, persuasivo y usar el poder del storytelling para triunfar

CAPÍTULO 4

PHIL KNIGHT (NIKE)

La habilidad de persuasión y de ventas del emperador: secretos de la psicología y el neuromarketing para negociar y vender cualquier cosa

CAPÍTULO 5

LEWIS HAMILTON

La resiliencia y los hábitos del emperador: las neurociencias comportamentales de la resiliencia, los hábitos que duran y el alto rendimiento

CAPÍTULO 6

MELANIE PERKINS (CANVA)

El liderazgo de la emperatriz: cómo crear un equipo ganador y capaz

CAPÍTULO 7

CRISTINA JUNQUEIRA, DAVID VÉLEZ Y EDWARD WIBLE (NUBANK)

La estrategia de los emperadores: la ciencia detrás de diseñar y ejecutar la estrategia correcta para crear un imperio

CAPÍTULO 8

RUTH HANDLER (BARBIE)

Escala tu imperio para que venda en los 5 continentes: lo que nos enseña la historia sobre cómo globalizar y hacer sostenible un imperio

CAPÍTULO 9

MRBEAST

Cómo crear tu propio imperio: el método de la mente del emperador

AGRADECIMIENTOS

REFERENCIAS

INTRODUCCIÓN

¿Alguna vez has soñado con crear un imperio, uno que le entregue mucho valor a la sociedad y genere enormes cantidades de recursos? ¿Te has preguntado alguna vez cómo las personas enfocadas, con visión y persistencia lo lograron? Este libro va a enseñarte cómo tú también puedes desarrollar tu mente para hacerlo realidad en tu vida.

¿Cómo fue que un joven, que se volvió rey a los 20 años, creó un imperio de 5,2 millones de km2 (Roca, 2022), que ocupó un territorio que hoy en día iría desde Grecia hasta la India, en un poco más de una década? Como referencia, la India tiene una extensión de 3,2 millones de km2. ¿Cómo fue que, a su corta edad y en la cúspide de su conquista, amasó una fortuna que hoy equivaldría a una cifra cercana a los ¡11 billones de dólares!? (Holt, 2016). Para darte perspectiva, solo puedo decir que toda la economía de Latinoamérica en el 2022 se estimó en 6,3 billones de dólares, según el Banco Mundial. ¿Cuál fue el propósito de vida de Alejandro Magno, cómo creó este enorme imperio, cómo cultivó su mente para alcanzar tan extraordinarios resultados y cómo tú también puedes hacerlo?

¿Cómo fue que Jack Ma, un hombre de muy bajos recursos en la China, pero con una gran visión, construyó desde cero uno de los comercios electrónicos más utilizados del mundo, con cerca de 1.200 millones de usuarios y una valoración estimada en 180 mil millones de dólares (CompaniesMarketCap, 2023)? ¿Qué mentalidad desarrolló, cuáles fueron los pensamientos, creencias y emociones que cultivó para salir de la pobreza, construir su imperio y crear Alibaba, una de las organizaciones comerciales más poderosas del planeta? Tú también puedes aprender e implementar sus modelos mentales.

¿Cómo fue que Taylor Swift, una niña soñadora de una población olvidada de Pensilvania, en los Estados Unidos, se volvió la nueva reina del pop? ¿Cómo logró, con talento y trabajo duro, convertirse en una de las cantantes más creativas e influyentes de todos los tiempos, con cerca de 500 millones de seguidores, y cómo su tour musical por el globo ya rompió todos los récords de éxito y tiene ventas por cerca de ¡1.000 millones de dólares!? Es tan grande su impacto que cada vez que visita un país, incrementa el producto interno bruto (PIB) de la ciudad en donde se realiza el concierto. En este libro aprenderás cómo puedes usar sus modelos mentales para desarrollar enormes niveles de influencia sobre tu audiencia.

¿Cómo Phil Knight, un aficionado a correr, creó con su entrenador la marca de tenis y ropa deportiva más reconocida del planeta e hizo de su organización un ejemplo global de neuromarketing y persuasión exitosa? ¿Cómo, empezando desde ceros, creó Nike, que hoy vale cerca de 50 mil millones de dólares (Tighe, 2023) y es una de las marcas más valiosas y reconocidas en la mente de todos los deportistas que se atreven a hacerlo (Just do it!)?

¿Cómo fue que un niño de color y de bajos recursos en Inglaterra se convirtió en menos de dos décadas en el corredor de autos más famoso de la Tierra, rompiendo casi todos los récords posibles? ¿Cómo entrenó Lewis Hamilton su mente para cultivar las dosis necesarias de resiliencia, hábitos correctos y alto rendimiento para nunca desfallecer, llegar a la cúspide de la Fórmula 1 y convertirse en el deportista más rico del Reino Unido, con una fortuna acumulada cercana a los 334 millones de dólares (Gonzaga, 2023)? Si tú quieres desarrollar estos niveles de disciplina y resiliencia, no pares de leer.

¿Cómo una australiana de clase media resolvió un doloroso problema de casi todos los usuarios del mundo digital y creó Canva, que hoy tiene más de 100 millones de usuarios en 190 países? ¿Cómo, en una década, Melanie Perkins, una líder visionaria, creó un equipo eficiente y ganador que fue capaz de traer a la realidad un imperio que hoy vale cerca de 40 mil millones de dólares (Ganguly, 2023)? ¿Cómo lo hizo, cómo es su liderazgo y cómo tú también puedes aplicarlo en tu organización?

¿Cuál fue el pensamiento estratégico que usaron Cristina Junqueira, David Vélez y Edward Wible para crear, en un poco más de una década, el banco digital más importante de América, con más de 90 millones clientes, y asestarle un duro golpe a la banca tradicional en varios países de Latinoamérica? ¿Cuál es la ciencia detrás de la estrategia ganadora con la que crearonNubank y cómo puedes implementarla en tu negocio?

¿Cómo un juguete creado hace más de 60 años sigue vigente y ha vendido cerca de 1.000 millones de unidades en toda su historia (Tyler, 2023) y actualmente vende más de 1.500 millones dólares al año (Tighe, 2023)? ¿Cómo Barbie se convirtió en un poderoso símbolo de inspiración, empoderamiento y controversia para millones de mujeres alrededor del mundo? ¿Cuál fue el secreto para escalar esta marca a nivel global, llegar a más de 150 países y cómo puedes implementar las mejores técnicas para escalar la tuya?

¿Cuáles son las lecciones que nos deja la estrepitosa quiebra de WeWork, que alguna vez tuvo una valoración cercana a los 47 mil millones de dólares (BBC, 2023)? ¿Qué podemos aprender de los aciertos de MrBeast para convertirse en uno de los youtubers más influyentes del planeta, con más de 248 millones de seguidores, más que cualquier otro creador de contenido individual en esta red social (Karimi, 2023)?

Las preguntas que solemos hacernos cuando vemos el surgimiento de enormes imperios, multimillonarios y famosos, son: ¿cómo empezaron? ¿De quién se rodearon? ¿Qué mentalidad cultivaron para mantenerse motivados y no desfallecer? ¿Cómo manejaron el riesgo? ¿Quién creyó e invirtió en ellos? ¿Qué pasos dieron y cómo superaron la adversidad? ¿Cómo es posible que alcanzaran ese nivel de éxito en tan corto tiempo? ¿Cuál fue su secreto?

Estoy convencido de que todo resultado humano es replicable y que con la ingeniería mental correcta podemos copiar los modelos mentales que otros han usado para obtener resultados muy similares a los que ellos obtuvieron y nosotros deseamos.

Después de dedicar 10 años de mi vida a la medicina y a las neurociencias, y otros 10 a crear un negocio que hoy tiene un gran éxito y opera en varios países de América, he plasmado en este libro la ciencia y los modelos mentales que explican, basándome en el rigor histórico y en el mejor conocimiento neurocientífico disponible, cómo lograron estos poderosos emperadores y emperatrices crear sus imperios.

Y no solo eso, sino que te daré los pasos prácticos para que tú también puedas cultivar tu mente con las mismas estrategias y herramientas que ellos usaron para crear y acrecentar sus imperios.

Analizaremos el éxito de cada uno de ellos desde la historia, la psicología cognitiva y las neurociencias comportamentales con un lenguaje absurdamente fácil de entender para develar cómo estos personajes construyeron organizaciones con 3 características primordiales. Primera, en la mayoría de los casos, las iniciaron ellos mismos desde ceros. Segunda, con sus imperios entregan enormes cantidades de valor a la sociedad. Y tercera, generan tanto dinero que a veces es difícil saber cuánto tienen.

¿Te gustaría crear algo así con tu vida?

Si eres una persona llena de sueños, ambición y en el fondo de tu alma sientes que quieres lograr grandes cosas con tu vida, aportar grandes cantidades de valor a la sociedad y generar mucho dinero, entonces este libro es para ti.

Si no tienes sueños elevados, si te sientes a gusto en la comodidad de llevar una vida simple y sin ambición, no sigas leyendo. Perderás tu dinero.

Pero si quieres comerte el mundo y aprender cómo los grandes han creado sus imperios y cómo tú, usando sus modelos mentales a la luz de la ciencia, también puedes construir el tuyo, estás en el lugar correcto.

Así que empecemos. Abróchate el cinturón porque estás a punto de entrar a La mente del emperador.

CAPÍTULO 1

ALEJANDRO MAGNO

El propósito y la pasión del emperador: la ciencia detrás de una mente apasionada y con una misión

 

 

Si sueñas con grandeza, debes tener claro tu propósito de vida

Tenía 15 años cuando, una tarde, después del colegio, mi papá me regaló una novela sobre la vida Alejandro Magno. Se me acercó con el libro en las manos y me dijo: «la vida de este hombre cambió la historia de la humanidad. Cuando termines el primer libro, te compro el segundo».

No recuerdo haber leído algo con mayor voracidad: no podía parar porque tenía que saber qué iba a pasar. Más allá de divertirme leyendo sobre hazañas, traiciones, batallas épicas y muchos misterios, lo que realmente me cautivó fue conocer la vida de un personaje que desde muy joven tuvo muy claro su propósito de vida y cómo, con su determinación, hizo que el universo conspirara para materializar su gran sueño.

Yo diría que, más que certeza, Alejandro tenía una profunda obsesión por lograr una misión: conquistar Persia y crear el imperio más grande sobre la faz de la Tierra. Toda la vida de Alejandro giró en torno a este objetivo. Vivía solo para ver su sueño hecho realidad y desarrolló un plan para lograrlo.

Alejandro nació en el 356 a. C., en la ciudad de Pella, al norte de Grecia, en lo que se conoce como Macedonia. Era hijo de Filipo II de Macedonia, un rey aguerrido, temperamental y sin un ojo que perdió en batalla, lo cual acentuaba su aspecto sombrío y terrible. Filipo luchó toda su vida por unificar a todas las ciudades-estado griegas bajo su dominio y después de más de dos décadas lo logró.

Desde muy joven, Alejandro dejó ver su carácter de conquistador, firme y temerario. Su padre siempre supo que su hijo sería el gran conquistador de Persia y que el reino de Macedonia le quedaría pequeño una vez que fuera rey. Todo en él, sus gestos y comportamientos hablaban de su enorme valor y ambición.

Alejandro creció en el seno de una familia conflictiva, llena de envidias y traiciones. En algún punto de su adolescencia, su padre se casó de nuevo, situación que tenía muy molestos a Alejandro y a Olimpia, su madre. El día de la boda, cuando se hizo el brindis por la nueva pareja y todos se encontraban ebrios, Alejandro tiró su copa en un gesto de desprecio y Filipo por poco lo asesina con su espada. Alejandro huyó y pasó varios años exiliado.

Gracias a la mediación de amigos y familiares, el exilio no duró mucho y Alejandro volvió a su casa y se reconcilió con su padre. Un año después del regreso, Filipo fue asesinado y Alejandro tuvo que pelear por su trono. Con tan solo 20 años, empezó uno de los reinados más ambiciosos y geniales de la historia.

En la mente de Alejandro, solo había un objetivo: invadir Persia. Pero antes debía poner en orden en su propia casa. Lo primero que hizo fue aplastar una rebelión que se estaba cocinando en Tebas, una de las ciudades-estado griegas del sur del país. Con un ejército de 33.000 soldados, Alejandro prácticamente arrasó la ciudad. Con este gesto, a ninguna otra le quedaron ganas de rebelarse.

Además, esto sirvió para que muchos líderes griegos y macedonios conocieran el carácter de Alejandro y de lo que era capaz. Este no era un niño mimado, sino un rey brillante, joven, bien educado, con buenas conexiones y con un plan claro en la cabeza.

En su niñez y adolescencia tuvo una formación y entrenamiento particulares. No solo lo instruyeron en las artes y estrategias de la guerra, sino que pasó 4 años viviendo y aprendiendo con el gran filósofo Aristóteles, lo que abrió su mente, le enseñó disciplina, justicia, consistencia, empatía y afianzó su propósito y carácter.

Por esta mezcla exótica y brutal, Alejandro era lo que era: una hábil máquina de guerra con un plan brillante en la cabeza y una capacidad fría y precisa para ejecutarlo.

Alejandro dejó Macedonia en la primavera del 334 a. C. rumbo a Persia y poco después tuvo su primer gran encuentro con el ejército del rey Darío III, cerca de la ciudad de Troya, en las riberas del río Gránico, en lo que hoy es el territorio de Turquía.

Nuevamente, Alejandro usó su genio militar y consiguió su primera gran victoria. Una de sus virtudes era que sabía escuchar, pero también permitía que su intuición lo guiara. Tenía la habilidad de idear un plan y ver el resultado tan claro en su mente que era capaz de ejecutar las acciones necesarias para manifestar ese desenlace específico en el mundo real.

Alejandro siguió avanzando y conquistando ciudades en la península de Anatolia (hoy Turquía), tomando el control de Sardis, Éfeso y Mileto.

En noviembre del 333 a. C., Alejandro y Darío se verían por primera vez, cara a cara, en el campo de batalla. La pequeña población de Issos sería el escenario para que estos dos ambiciosos emperadores midieran sus fuerzas. Según historiadores antiguos, Darío, con un ejército que rondaba los 110.000 hombres, incluyendo la caballería y sus famosas fuerzas especiales, llamados los Inmortales, se enfrentó contra el ejército macedonio, que con dificultad llegaba a los 40.000 efectivos, incluida toda su infantería y la caballería que dirigía el propio Alejandro.

El ejército griego no se organizó en un espacio abierto, sino en un lugar angosto para impedir que Darío desplegara toda su superioridad numérica. Aun así, el golpe inicial del ejército persa fue brutal. Sin embargo, en el contrataque, el ejército de Alejandro logró abrir una brecha en el ala derecha de las fuerzas persas, lo cual lo puso en la estratégica posición de poder atacar la retaguardia del mismísimo Darío y su círculo de protección más cercano. ¡Esto lo cambió todo!

Gracias a la fragmentación del ejército persa, las fuerzas de Alejandro prevalecieron y, algunas horas después, Darío huyó con un puñado de soldados. Ahora Alejandro tenía dominio sobre la toda la provincia de Asia Menor y el acceso a Egipto, dejando a Darío sin una de sus fuentes más grandes de riqueza y tributos.

Después de esta gran victoria y de un año de viaje por la costa del Mediterráneo, Alejandro llegó a Egipto. No se derramó una gota de sangre, pues los egipcios odiaban a los persas y Alejandro dejó muy claro que sería un rey respetuoso de su cultura y tradiciones. Poco después fundó la famosa ciudad de Alejandría, en la costa egipcia del Mediterráneo, que existe hasta nuestros días.

Alejandro atravesó las secas arenas del Sahara para consultar el famoso oráculo de Amón, en donde buscaría respuestas sobre su destino y propósito de vida. De Egipto, Alejandro enfiló sus ejércitos a Babilonia. En el camino, al cruzar los famosos ríos Tigris y Éufrates, se enfrentó otra vez al ejército persa en la planicie de Gaugamela, donde las fuerzas de Darío habían añadido elefantes indios a sus filas para verse aterradoras y asegurar la victoria.

Usando tácticas militares superiores, así como su caballería e infantería ligera, venció a Darío, quien otra vez huyó.

La mente de un emperador escoge el lugar de sus batallas de acuerdo con su ventaja y sabe cómo apalancarse en diferentes elementos para verse y ser más poderoso con los recursos que tiene y cómo cortar y minar las ventajas de sus enemigos.

Así, Alejandro se dirigió a Babilonia, donde fue recibido como el más grande emperador con fiestas, danzas y flores; como un gran rey que ya tenía conquistas en Europa, África y Asia y cientos de miles de súbditos provenientes de un sinnúmero de etnias y culturas.

De allí se dirigió a Persépolis, la capital del imperio. En el camino tuvo que atravesar estrechos pasos entre las montañas de Persia y fue allí donde lo que quedaba del ejército enemigo atacó, infligiendo considerables bajas a sus fuerzas. A pesar de eso, el ejército de Alejandro siguió adentrándose en Asia. Cruzó parte de la cordillera del Himalaya, entre lo que hoy es Afganistán y el noreste de Pakistán, en mitad del invierno.

Después de atravesar Pakistán, llegaron a territorio hindú hasta alcanzar las orillas del río Ganges. Lo cierto es que la situación era desesperada: cada uno de estos soldados había caminado cerca de 16.000 km, lo que equivale casi a darle una vuelta y media al perímetro de la luna. Habían pasado 7 años sin ver a sus familias, cruzado medio mundo, y los discursos emotivos de Alejandro ya no los convencían. A pesar de las glorias, conquistas y botines, querían volver a casa.

Así que luego de que varios de sus generales y personas cercanas intervinieran, Alejandro cedió y emprendieron el camino de regreso, que tampoco estuvo exento de múltiples complicaciones y tragedias.

Los sucesos que rodean la muerte de Alejandro no son claros. Al parecer, su estilo de vida y la cantidad de vino y comida, además de otros placeres y desórdenes, se unieron para llevarse a este increíble personaje al más allá. Alejandro falleció a los 32 años. Momentos antes de morir, sus generales le preguntaron quién sería su sucesor y él respondió: «el más fuerte».

Entonces, ¿cómo encuentro mi propósito y misión de vida? El porqué es el primer paso

Tener una misión o un propósito de vida claro es lo que le permitió a Alejandro lograr semejante hazaña. Indiscutiblemente, conspiraron muchos elementos del universo para que esto se materializara. Filipo, el padre, le había preparado el camino y las ciudades griegas no tenían un líder tan poderoso que compitiera con el liderazgo de Alejandro. Nuestro joven rey macedonio tenía el equipo y el ejército correctos, al menos para emprender la travesía.

Sin embargo, ninguna de esas cosas se habrían manifestado si detrás no hubiera estado la visión, la ambición y, sobre todo, la misión de vida que Alejandro se impuso: conquistar el mundo conocido.

Desde niño, soñó con la grandeza de Aquiles en Troya y alimentó el resentimiento y la sed de venganza contra los persas por el daño y destrucción que le habían causado a Grecia 150 años atrás, cuando el rey Darío I, y después Jerjes I, intentaron invadirlos, destruyendo ciudades y tomando prisioneros.

Alejandro tenía en su mente y su corazón una meta de vida muy específica, lo que hizo que viviera obsesionado con cumplirla y por eso dedicó cada gramo de su energía a ello. Uno podría preguntarse cómo descubrió Alejandro esa misión o ese propósito de vida? La respuesta es que Alejandro tenía un porqué muy claro.

El famoso escritor Simon Sinek, en su libro Empieza por el porqué(2018), nos explica que todos los seres humanos nos movemos en un círculo dorado que tiene 3 órbitas:

Lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos.

En el caso de Alejandro, su porqué estaba fundamentado en una enorme sed de grandeza, conquista y venganza, además de su intención de demostrar la veracidad de lo que le habían transmitido desde la infancia sus padres y los oráculos: que él y sus hombres conquistarían el mundo.

Uno podría estar de acuerdo o no con este porqué, pero ese no es el punto. El punto es que la mente de una persona que aspire a lograr cosas grandes y ambiciosas en esa vida debe tener un porqué así de emocional y de específico.

Hoy te pregunto: ¿cuál es tu porqué?

Según Sinek cuando los tres círculos están alineados (qué, cómo y por qué) encontramos el estado en donde podemos desarrollar la pasión y misión en la vida (2018).

Alejandro Magno tenía un «qué» muy claro: conquistar Persia. ¿Cómo lo hizo? Reuniendo el mejor equipo y ejército de la época y conquistando cada ciudad a su paso. ¿Por qué lo hizo? Porque creía con firmeza en que su destino era conquistar el mundo y llevar la cultura griega a los confines de la Tierra.

Otro elemento clave para descubrir el «porqué» de nuestra vida es examinar con juicio el pasado. Para bien o para mal, el pasado moldea bastante la manera de ver y entender el mundo. En buena medida, las experiencias y formación de nuestra infancia determinan los lentes con los que vemos el mundo.

En el pasado de Alejandro existen tres elementos que nos ayudan a entender el origen de su obsesión por conquistar todo a su paso.

El primero es que los griegos siempre despreciaron a los macedonios y en especial a su padre Filipo, que los había sometido a su liderazgo a la fuerza. A pesar de que los macedonios compartían gran parte de la cultura griega, eran vistos por los griegos como una nación de segunda categoría. Esto hizo que Filipo, y después Alejandro, quisieran dominarlos y demostrarles que no eran inferiores, sino iguales.

El segundo es que los persas, en cabeza del rey Darío, y después liderados por su hijo Jerjes, habían intentado invadir Grecia. Es más, este último literalmente quemó Atenas, dejando la ciudad en ruinas, lo que creó en los griegos un profundo resentimiento y sed de venganza.

Y el tercero, y tal vez el más importante, fue todo el despliegue de profecías y señales «sobrenaturales» que rodearon el nacimiento y la vida de Alejandro y que fueron los ingredientes claves para tuviera una enorme seguridad en sí mismo y en sus metas. En este punto hay un fenómeno o, mejor, un patrón muy interesante. La vida de Alejandro y de muchos emperadores ha estado moldeada por dos fuegos.

El primer fuego es que Alejandro estuvo muy bien entrenado y nadie lo malcrió. Recibió una formación estricta y férrea. De hecho, los historiadores describen los altísimos estándares de su formación mental y física.

El segundo es que su entorno, en especial su madre, siempre le hizo saber que era especial, que había sido elegido por un poder sobrenatural para ejecutar una misión que solo él podría materializar. Esto podría sonar un poco pretencioso y absurdo, pero en este caso funcionó. Él, al igual que muchos otros emperadores y emperatrices, sí que se lo creyó y en el transcurso de su vida encontró múltiples situaciones y oráculos que reafirmaron esta creencia.

Te lo voy a poner así:

Toma a un niño y dedícate solo a hacerlo sentir muy especial todo el tiempo. Tendrás a una criatura poco empática, que se cree el centro del universo y que da resultados pobres. ¿Sabes por qué? Porque siente que no debe esforzarse. Está convencido de que todo se lo merece simplemente por ser él o ella.

Ahora, toma a un niño y hazlo sentir especial, pero al mismo tiempo enséñale valores, disciplina estricta y ayúdalo a descubrir y a desarrollar, de forma temprana, sus dones naturales y a servir con pasión a un propósito de vida superior a él mismo. Así tendrás a un Alejandro, un personaje soñador, con mucha fe en sí mismo y en su destino, pero con los pies en la tierra, una enorme habilidad de liderazgo, un plan estructurado en la cabeza y una gran capacidad de ejecución para hacerlo realidad. ¿Ves la diferencia?

Estas condiciones externas fueron la tormenta perfecta para desencadenar en Alejandro el profundo deseo de cumplir con su llamado. Soñar y ejecutar este llamado a diario llenó de significado y propósito su vida hasta el día en que murió.

En una frase, yo diría que los dos fuegos a los que estuvo expuesto Alejandro desde niño le sirvieron para construir dos cosas fundamentales: una gran seguridad en sus capacidades y una misión ambiciosa que ejecutar.

¿Tú tienes estos dos elementos en tu vida?

Quiero decirte que son la base para tener un propósito de vida y, por lo tanto, para tener una vida que dé resultados, una vida que un día creará un imperio.

Pasemos a lo práctico

Si te estás preguntando, en la práctica, cómo carajos puedes encontrar esa misión y ese propósito que pueden llevar tu vida al infinito y más allá, quiero que busques y trabajes con estos tres elementos fundamentales de tu existencia. Si los cruzas y analizas, tendrás una alta probabilidad de encontrar tu misión. Acompáñame.

1.

Tus valores y creencias.

2.

Tus dones naturales o habilidades con los que naciste.

3.

Las cosas que te apasiona hacer.

Valores y creencias

Por un momento, piensa en las cosas que para ti tienen un valor enorme. No quiero que pienses en nada políticamente correcto ni en un valor clásico, como el amor, a la fuerza. No porque esté mal, ¡ni más faltaba! Es solo que los seres humanos tendemos a ponernos altruistas y románticos cuando necesitamos sentirnos bien con nuestras creencias y valores. Está perfecto si uno de tus valores es el amor, pero también está perfecto si uno de tus valores es la eficiencia, el crecimiento exponencial o la abundancia. Solo quiero que seas sincero contigo mismo.

Piensa en qué valoras de verdad. En mi caso, uno de mis grandes valores es la abundancia. Y de este valor se desprende una fuerte creencia en mi mente: al producir riqueza, tengo mejores herramientas y más libertad para vivir mejor, ayudar y cambiar la vida de otras personas.

Enumera los cinco valores principales por los que vives y respiras. Junto a ellos, quiero que escribas qué creencias se derivan de cada uno de esos valores.

Ejemplo:

Valor:

Abundancia.

Creencia:

Generando riqueza puedo ser libre y ayudar a otras personas.

Valor 1:

Creencia:

Valor 2:

Creencia:

Valor 3:

Creencia:

Valor 4:

Creencia:

Valor 5:

Creencia:

Alejandro tenía claros sus valores y creencias y eso le dio tres elementos clave a su vida:

Claridad sobre qué hacer y qué no hacer. Es decir, cómo usar su juicio y tiempo sabiamente.

La firme convicción de que era capaz de lograr lo que soñaba.

Foco. Una profunda concentración para ejecutar lo importante, lo fundamental.

Sin temor a equivocarme, puedo decir que todos los ejemplos que conozco de una vida con propósito han tenido estos tres elementos.

El primero es la claridad mental. Estas personas no desperdician tiempo, ya que comprenden lo que valoran, en qué creen y en qué no y no se dejan influenciar por las modas o tendencias. Tienen una clara dirección hacia la que se dirigen.

No se desgastan con nada ni con nadie que no haga parte del camino específico que han decidido recorrer y que las llevará a alcanzar su gran misión. Suena, y es, radical, pero es necesario. Ojo, con esto no estoy diciendo que no seas empático con tus semejantes. Lo que digo es que no te desconcentres ni te desvíes de la ruta trazada.

El segundo es la convicción, fe o creencia de que sí es posible alcanzar una meta. Este elemento determina si seremos capaces de lograr el resultado. Antes de poder desarrollar las habilidades para hacer técnicamente bien una tarea, debemos creer que seremos capaces de llegar a ella. La mente humana visualiza el desenlace, cree que será capaz (o no) y ejecuta las acciones necesarias que generen el resultado deseado. Si Alejandro no hubiera creído con firmeza que podía conquistar Persia, jamás lo hubiera logrado.

Por supuesto que no se trató solo de creer. Al mismo tiempo debió desarrollar todo un conjunto de habilidades clave para hacerlo realidad. El punto es que, dados sus valores y creencias, primero creyó que sería capaz de hacerlo y después, ejecutando sus habilidades, trajo todos los elementos y personas necesarias para materializar el resultado.

Esto va acompañado del tercer elemento, que es el foco. Estas personas hacen pocas cosas en términos de variedad, pues se concentran en la profundidad y la frecuencia. Sus vidas son como un láser, como una gota de agua que golpea la piedra continuamente, en el mismo punto, hasta romperla. No admiten distracciones.

Solo teniendo los valores y creencias tan firmes como Alejandro podremos creer que somos capaces de lograr un desenlace específico, desarrollar un altísimo nivel de claridad para guiar cada una de nuestras acciones y concentrar todas las fuerzas y energía en lo fundamental.

Cada ser humano tiene una mezcla específica de talentos y dones. Estos talentos se materializan en los pensamientos y comportamientos que producimos y cómo estas acciones logran resultados sobresalientes.

Por ejemplo, hay personas que nacen con habilidades motrices extraordinarias para los deportes. Otras tienen capacidades increíbles de abstracción y de encontrar patrones. Hay gente con una capacidad casi sobrenatural para leer a otras personas, conectarse con ellas, entender sus problemas y formular alternativas.

Desde un punto de vista neurocientífico, el autor Marcus Buckingham, en su libro Ahora, descubra sus fortalezas, nos explica cómo nuestros cerebros, cuando contamos con unos 3 años, tienen alrededor de 100 mil millones de neuronas con la capacidad de tener 15 mil comunicaciones por medio de las sinapsis entre las células (2005). ¡Eso es un montón increíble de comunicaciones!

Al llegar a los 15 años, buena parte de esas comunicaciones se han perdido. Esto no es un dato negativo. De hecho, es uno positivo. Lo sucede es que, dado el entorno puntual al que hemos estado expuestos y, en menor medida, a la carga genética que traemos, algunas redes y conexiones neuronales específicas en el cerebro se han fortalecido y ampliado y otras muchas se han perdido.

Las redes neuronales que se han fortalecido nos permiten ser muy buenos en algunas actividades. Y ha sido necesario que se pierdan muchas otras conexiones eléctricas para aportar ese poder de procesamiento a fortalecer las redes eléctricas que respaldan la ejecución de actividades en las que somos realmente buenos y que soportan nuestros dones.

Esto explica por qué en algunas actividades nos sentimos como peces en el agua y en otras como seres muy torpes. Esto es normal. En la infancia temprana, teníamos redes neuronales y conexiones con infinitas posibilidades de circuitos y, por lo tanto, infinitas posibilidades de acciones y comportamientos. A medida que crecemos, prevalecen solo algunos de ellos, haciéndose más fuertes y absorbiendo la capacidad de procesamiento de circuitos vecinos. Este proceso de especialización es el que le da vida al hecho de que tengamos dones, cosas para las cuales poseemos una habilidad natural, cosas para las que fluimos con destreza.

No hay que luchar con esto ni sufrir por ello. Lo que te animo a hacer es a descubrir muy temprano tus dones, a trabajar en ellos y a llevarlos a un altísimo nivel de maestría.

Por supuesto, es crucial descubrir cuanto antes estos dones para practicarlos, fortalecerlos y ampliar los circuitos neuronales que los alimentan.

¿Esto significa que no deberías aprender sobre otros temas, disciplinas o ciencias diferentes a aquellas en las que sientes que tienes cierta habilidad natural?

No, no significa eso. Todos deberíamos aprender habilidades y conocimientos que nos lleven a tener una mejor vida y a aportar valor a la sociedad. Esto, por supuesto, incluye aprender sobre cosas para las que no tenemos una habilidad innata. El punto es que nuestro conocimiento y quehacer principal en la vida sí debería estar construido sobre una de las habilidades naturales. Es muy probable que debamos aprender sobre otros temas en los que no fluimos tanto, pero esto debería ser complementario.

El secreto está en descubrir pronto tus dones para fortalecerlos y volverte muy bueno en eso, así como aprender de otras disciplinas y conocimientos para poder entender y comunicarte mejor con tu entorno y rodearte de personas que sean muy fuertes en lo que tú eres débil para compensar tus falencias y tú las de ellas.

«Desafortunadamente, muchas fortalezas se desperdician cuando los talentos no se detectan» (Buckingham, 2005).

Así que la pregunta que surge es: ¿cómo descubrir tus dones? La respuesta es: observando tus reacciones naturales.

Si eres de los que salen corriendo a ayudar a todo el mundo siempre, es probable que tengas un don de empatía y ayuda muy fuerte. Si eres de los que ejecutan rápido acciones que mejoran una situación difícil, es probable que tengas un don para resolver problemas. Si eres de los que llegan a una fiesta y a los cinco minutos están hablando con un montón de gente, seguro tienes un don para relacionarte y conectarte con las personas. Si eres capaz de encontrar patrones y la causa principal que genera un resultado con rapidez, tienes el don de la abstracción. Si te gusta cuantificarlo todo y eres muy ordenado, tienes un don para la gestión y la organización. Si ves momentos especiales con facilidad e identificas pronto el equilibrio y la belleza a tu alrededor, tienes el don de la estética.

Alejandro era excelente identificando los pasos necesarios para cumplir con un objetivo y trayendo los elementos clave para hacerlo realidad. Tenía el don de ser un estratega y al mismo tiempo conectarse con la gente y enamorarla de su visión. Estas habilidades, que son frecuentes en emperadores y líderes, las cultivó desde niño y las llevó a altos niveles de maestría.

Lo traes de la infancia o eres capaz de aprenderlo muy rápido

Otro detalle que debes tener en mente cuando estés identificando y trabajando en tu misión de vida y los dones que vas a usar para ejecutarla es preguntarte si las habilidades que tienes las traes desarrolladas desde la infancia temprana o se tratan de algo que aprendiste de adulto, pero de manera muy rápida.

En el primer grupo, por ejemplo, está Pablo Picasso, quien a sus 8 años pintó su primera obra, El picador amarillo, y a sus 15 años tuvo su primera exposición de cuadros en Barcelona.

En el segundo caso, está el famoso pintor Henry Matisse, que empezó a pintar por su cuenta a los 20 años, siguiendo las instrucciones de un manual básico de pintura. Por increíble que parezca, fue aceptado 3 años después en la Escuela de Arte de París.

Si puedes aprender algo y desempeñarte bien en corto tiempo, ahí hay algo valioso, un don. Por regla general puedes encontrar tus dones en alguno de estos dos escenarios: haciendo cosas para las que tienes mucho talento desde tu infancia temprana o descubriendo que puedes aprender a hacer alguna actividad específica nueva en tu adultez y en muy poco tiempo.

Dedícate a explotar tus fortalezas, no a tratar de pulir tus debilidades

Adam Grant, el famoso psicólogo organizacional, graduado de la prestigiosa Escuela de Wharton en Pensilvania y autor del libro Dar y recibir: un enfoque revolucionario para conseguir el éxito, comenta en su blog que la clave no es tratar de mejorar en las cosas en las que no somos buenos, sino que el secreto es ser muy buenos a la hora de usar los dones que tenemos.

Está claro que para poder potenciar los dones y fortalezas, tenemos que encontrarlos y eso muchas veces no es tan fácil. Algunas personas llenan formularios en internet con cuestionarios psicológicos sobre el tema. Un buen ejemplo es la herramienta que tiene la famosa consultora Gallup (2023).

Sin embargo, el problema de algunas de estas herramientas es que los seres humanos solemos sobrevalorar nuestras cualidades. Siempre queremos vernos y evaluarnos como buenos, misericordiosos y generosos. De hecho, los estudios de los psicólogos Nick Epley y David Dunning encontraron que la gente sobrevalora constantemente la probabilidad de que actuará con generosidad o desinterés (2006).

Lo peor de todo es que esto no solo ocurre cuando ponderamos nuestras cualidades, sino, en específico, cuando evaluamos nuestras fortalezas. Este mismo estudio también encontró que «las personas son jueces muy imprecisos de sus fortalezas en una amplia gama de tareas y dominios, desde el pensamiento lógico y las habilidades de razonamiento hasta la aptitud matemática e incluso al estimar sus propias habilidades para reconocer una broma graciosa».

Esto nos lleva a la conclusión de que autocalificarnos para encontrar nuestros dones puede tener bastantes sesgos. Parafraseando a Grant, diría que las cosas vistas a través de ese lente se ven muy borrosas.

Entonces, ¿qué hacer para encontrar nuestros dones?

En el 2005, los investigadores Robert Quinn, Jane Dutton, Gretchen Spreitzer y Laura Morgan Roberts publicaron en la prestigiosa revista Harvard Business Review un artículo titulado How to Play to Your Strengths. Aquí exponen un método titulado Reflected best self exercise, que de manera inteligente y práctica nos ayuda a encontrar nuestras fortalezas.

Metafóricamente hablando, lo que sugieren estos investigadores es que seremos capaces de ver con mucha más claridad nuestras fortalezas si otras personas nos ponen un espejo en frente y nos las muestran.

Calma, ya te lo voy a explicar:

1. Busca entre 10 a 20 personas que te conozcan muy bien en diferentes esferas de tu vida y pídeles que escriban un correo electrónico sobre una situación específica en la que vieron la mejor versión de ti, en la que te vieron actuar con maestría. Es clave que el momento esté contado como una historia y con el mayor detalle posible de lo que pasó en ese episodio.

2. Detecta los patrones: escribe qué dones o fortalezas se repiten en las historias que manda la gente, así como ejemplos puntuales que dejen ver esos aspectos.

3. Con los patrones bien diferenciados, escribe el perfil de la persona que eres cuando estás en tu mejor momento (2 párrafos).

4. Crea un plan para saber cuándo y cómo pondrás tus dones en acción en el siguiente mes.

El cuarto punto es clave. En un estudio, el psicólogo e investigador Martin Seligman encontró que las personas que hallan sus fortalezas son más felices y menos depresivas (2005). Sin embargo, este efecto se pierde si no las ponen en acción en los siguientes seis meses.

En conclusión, encontrar tus fortalezas sí te hará más feliz, pero solamente si las usas. De nada sirve que solo las tengas identificadas.

Halla tu pasión para encontrar tu propósito

Según algunos investigadores liderados por el profesor de psicología Robert Vallerand de la Universidad de Quebec, en Montreal (2003), existen dos tipos de pasión en la vida: la obsesiva y la armónica. La primera, por ejemplo, se refiere a la que desarrollan algunas personas cuando, de forma compulsiva y casi enfermiza, quieren saberlo todo sobre la vida de un famoso. En su interior hay mucha presión por hacer esa actividad y esta obsesión interfiere con sus actividades de la vida diaria y sus relaciones. Se parece mucho a una adicción.

La segunda, la pasión armónica, se refiere a algo que nos gusta mucho, enriquece nuestra vida y relaciones y nos reta a aprender más del tema de manera constructiva.

El profesor Robert Vallerand, junto a su equipo, publicó en el 2003 una escala de «la pasión». Aquí te dejo los criterios que aplican para determinar si una pasión es armónica. Cada ítem se califica de 1 a 7, siendo 1 «muy en desacuerdo» y 7 «muy de acuerdo».

Piensa en las cosas que más te gusta hacer en la vida o en las que hoy no haces, pero que te gustaría hacer en el futuro, y revisa si esas acciones o comportamientos puntúan alto en cada uno de los ítems. Si encuentras que cierta actividad puntúa alto consistentemente, entonces es muy probable que esa sea una de tus pasiones.

Adelante.

Esta actividad me permite vivir una variedad de experiencias.

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Las cosas nuevas que descubro con esta actividad me permiten apreciarla aún más.

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Esta actividad me permite vivir experiencias memorables.

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Esta actividad refleja las cualidades que me gustan de mí mismo.

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Esta actividad está en armonía con las demás actividades de mi vida.

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Para mí es una pasión que aún logro controlar.

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Estoy completamente fascinado con esta actividad.

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¿Es bueno para el cerebro desarrollar una pasión armónica?

Claro que lo es. Desarrollar una pasión armónica produce una enorme cantidad de emociones positivas y ellas tienen un efecto muy beneficioso para el cerebro.

Barbara L. Fredrickson, la famosa profesora de psicología y neurociencias de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y autora del libro Positivity, ha realizado extensos estudios sobre el efecto de las emociones positivas sobre nuestra vida. Parafraseando conclusiones claves de su trabajo, ella indica que desarrollar emociones positivas produce «una espiral» ascendente de conductas adaptativas y un mejor ajuste psicológico en nuestra vida.

El científico cognitivo Scott Barry Kaufman, en su libro Ungifted: Intelligence Redefined, explica que las personas mayores que desarrollaron una pasión armónica por algo en particular puntuaron más alto en aspectos como ajuste psicológico, satisfacción, significado de la vida y vitalidad. A su vez, informaron sobre menores niveles de ansiedad y depresión (2013).

La pasión no solo es buena para el cerebro, sino que las cosas que producimos por pasión generan mayor impacto y perduran más en el tiempo que las que hacemos por dinero.

Daniel Pink, autor de La sorprendente verdad sobre qué nos motiva, y de otros seis libros famosos de psicología comportamental, traducidos a más de cuarenta idiomas, explica que las obras que producen los artistas por obligación son menos creativas que los trabajos que realizan de manera espontánea, es decir, por pura por pasión (2011).

Así mismo, los artistas que priorizan las recompensas, como el dinero, sobre su pasión, son menos exitosos a largo plazo. El autor ha encontrado que los artistas que desarrollan una gran motivación intrínseca, es decir, que viene de lo profundo de su corazón y alma y que no depende de la alabanza externa, han producido, a largo plazo, obras de arte reconocidas como superiores por la sociedad.

¿Es posible ganar dinero y desarrollar una carrera alrededor de lo que nos apasiona?

Esta es una pregunta difícil de contestar. El profesor de ciencia computacional de la Universidad de Georgetown, Cal Newport, encontró en uno de sus trabajos, Hazlo tan bien que no puedan ignorarte(2012), que el 84% de un grupo de estudiantes canadienses entrevistados sí tenían clara una actividad que les encantaba hacer y que les producía una pasión. Esta pasión, en el 96% de los casos, estaba relacionada con deportes o temas artísticos, no con temas profesionales o laborales.

Es aquí en donde empiezan los problemas. En muchos casos, conciliar lo que nos apasiona con un trabajo o un quehacer en la vida no es tan fácil. A mí me apasiona el golf, pero sé que no tengo el nivel de juego para vivir del él. Tengo un hándicap de 25 (empecé a practicar por primera vez hace 3 años), que para los estándares profesionales es bastante malo.

Calma, no tenemos que ver todo tan oscuro.

En una entrevista que se le hizo a Cal Newport, este explica que los seres humanos solemos desarrollar altos niveles de pasión por las cosas en las que somos realmente buenos (2012). Esto significa que sí es posible desarrollar una enorme pasión alrededor de alguno de nuestros dones naturales, los cuales usamos para dar valor a la sociedad y por los cuales nos pagan. El secreto es encontrarlos y desarrollarlos.

Newport también menciona otros elementos clave que tienen que florecer para que sintamos pasión por algo. Debemos tener un alto grado de autonomía ejecutando la actividad. Debemos generar un impacto significativo en la sociedad con lo que sea que hagamos y abrir la posibilidad de construir relaciones significativas con otras personas durante ese camino.

En conclusión, encontrar qué nos apasiona en la vida es importante y bueno para nuestro cerebro y emociones. Viviremos más felices y experimentaremos menos ansiedad y depresión, lo cual se traduce en una mente fuerte y enfocada.