7,49 €
¿Te has preguntado alguna vez cuántas personas no amanecieron vivas hoy? Millones…, ¿cierto? Es decir, eres privilegiado. Esa gran verdad debe permitirte advertir lo simple y corta que es la vida, por lo que deberías procurar disfrutarla saboreando cada una de las maravillas que encuentres en tu camino diariamente. Si pudieras descubrir que siempre que malgastas tu tiempo en cosas superficiales pierdes la oportunidad de ser feliz, te empeñarías en aprovechar cada minuto de vida, haciendo un esfuerzo para vivir y crecer bajo el sol, porque te darías cuenta de que cada minuto perdido es un desgaste de la existencia. Es hora de que entiendas que la felicidad está a tu alcance y que es posible que retomes tu vida e inicies un estilo más profundo, viviendo desde adentro hacia afuera, dándole la debida importancia a cada cosa y, en especial, a cada pequeño detalle que con frecuencia se cruza en tu senda, con el único objetivo de acercarte más a ese anhelo que vive en lo más íntimo de tu ser. Lo que hagas y cómo vivas tu vida hoy es tu responsabilidad. El aquí y ahora es lo único que realmente te pertenece. Tú decides.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Seitenzahl: 211
Producción editorial: Tinta Libre Ediciones
Córdoba, Argentina
Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo
Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.
Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.
Mendoza, Roco José
Detalles que se olvidan / Roco José Mendoza. - 1a ed. - Córdoba : Tinta Libre, 2023.
230 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-824-812-7
1. Desarrollo Personal. 2. Autoayuda. 3. Crecimiento Personal. I. Título.
CDD 158.1
Prohibida su reproducción, almacenamiento, y distribución por cualquier medio,total o parcial sin el permiso previo y por escrito de los autores y/o editor.
Está también totalmente prohibido su tratamiento informático y distribución por internet o por cualquier otra red.
La recopilación de fotografías y los contenidos son de absoluta responsabilidadde/l los autor/es. La Editorial no se responsabiliza por la información de este libro.
Hecho el depósito que marca la Ley 11.723
Impreso en Argentina - Printed in Argentina
© 2024. Mendoza, Roco José
© 2024. Tinta Libre Ediciones
Dedicado a ti, que buscas insistentemente el camino que te lleve al verdadero bienestar interior y te permita acercarte más a ti mismo.
Índice
Yo P. 11
Presentación P. 15
Hola, ¿cómo estás? P. 19
Nuevamente el sol está brillando, ¿lo has notado? P. 23
Estás vivo, ¡alégrate! P. 29
Un nuevo día: aprovéchalo porque es un regalo P. 33
Hoy, amigo, no mañana P. 37
Ser agradecido: virtud de un corazón noble y sencillo P. 41
La unicidad de cada día P. 45
Detalles que se olvidan P. 49
Aprende a compartir lo poco que tienes y lo mucho que eres P. 55
Valorar los detalles gratuitos que te brinda la vida P. 59
Un intercambio maravilloso: un “hola” por una sonrisa P. 63
Sonreír también es gratis y a Dios le gusta P. 67
Un regalo al natural P. 73
Un tesoro a la vista que muchos no logran encontrar P. 77
Descubrir tu esencia como persona es el verdadero camino P. 81
Sin copias P. 87
El camino del amor: único camino hacia el bienestar interior P. 91
¿Dónde irá a parar el amor? P. 95
Convivencia P. 101
Quien ama perdona y necesita ser perdonado P. 103
Rosas y humanos: diseños de un mismo diseñador P. 107
Lo simple que puede ser vivir P. 111
Un día P. 115
Solo confiar P. 119
Dar sin cansarse: garantía de que se ama P. 123
Un gran secreto que debes descubrir P. 129
Las ataduras internas te detienen, libérate y sé feliz P. 133
Levantarse es el secreto P. 137
Aceptar lo que acontece: señal de madurez interior P. 143
Conéctate aun sin datos ni wifi P. 147
Sueños y anhelos: también Dios los tiene P. 153
¿Quién puede ser feliz? P. 159
Alimenta tu corazón y robustecerás tu alma P. 163
Una señal de sensibilidad humana P. 167
Una puerta hacia el compartir P. 171
Despréndete de lo que no necesitas y te acercarás a la felicidad P. 175
Un milagro P. 179
Aprendizaje diario P. 185
Don gratuito P. 189
¿Qué se necesita para ser feliz? P. 193
Gratitud: una conexión con la humildad P. 197
Un don del amor: compartir con los demás lo poco que tienes P. 203
Dar frutos P. 209
Reacciones y acciones que separan P. 213
Insistir en la oración P. 219
Detalles que se olvidan
Un camino para retomar los detalles que se han olvidado
Yo
No busques en mí algún conocimiento científico, ni los últimos descubrimientos en vacunas para la humanidad; menos, las últimas novedades tecnológicas, y tampoco saber si hay vida en Marte o no. Te adelanto que no lo encontrarás y perderás tu precioso tiempo.
Si me tienes en tus manos, estoy aquí simplemente para recordarte algunos detalles que posiblemente hayas olvidado y concientizar contigo que la felicidad es posible, especialmente si te das el permiso de vivir atento o atenta a los milagros que te regala la providencia diariamente a través de las cosas sencillas que viven a tu alrededor, esas que con frecuencia ignoras porque no cuestan dinero. Estoy aquí como un amigo que quiere mostrarte algo que a lo mejor te empeñas en no ver, aunque lo tengas frente a ti. Solo quiero recordarte cosas que por lo general se olvidan con el correr del tiempo, o que la vida acelerada que llevas no te permite disfrutar.
Hoy me tienes en tus manos por curiosidad, o para ver de qué se trata este título, o a lo mejor porque estás buscando algo que te ayude a darle sentido a tu vida; no como un consejo sino como un poco de motivación. Y eso, querido amigo, es importante, pero al fin y al cabo las razones reales que tengas para tomarme son tuyas y te pertenecen, son personales. Lo que sí me hace feliz es que me tengas en tus manos, y si por medio de esa razón que te llevó a adquirirme lograras descubrir algo importante para tu vida, mi felicidad será mayor.
Estoy a tu disposición para servirte, porque en realidad es mi único anhelo; es más, es mi único objetivo, y tengo la esperanza de poder serte útil con mis rosas del bien, ya que las rosas son hermosas y aunque tengan espinas causan un bien inmenso en el alma. Si descubres algo que te llame la atención a través de mí, te sugiero que te agarres fuertemente de allí, que lo tomes como si fuese tuyo y no lo sueltes, porque solo crece interiormente quien está abierto al aprendizaje cotidiano, independientemente de dónde venga esa luz que te permita reflexionar un poco pero, especialmente, que te permita vivir con mayor entusiasmo e intensidad tu vida.
Me tienes en tus manos, me emociona y me da una inmensa alegría ya que en el simple hecho de pasar mis páginas me ayudarás a cumplir mi misión: solo sueño darte un poco de paz interior. No me queda más que agradecerte el haberme adquirido.
Te deseo mucha suerte en tu lectura, espero que algo de mí llegue hasta ti y se quede contigo no como un amuleto de la suerte, sino como un aprendizaje para enriquecer tu vida interior.
Atentamente:
Detalles que se olvidan
Vive tu vida sin tantos adornos y descubrirás que no es tan complicada.
Quien vive con sencillez logra descubrir lo fácil que es ser feliz.
Retoma los detalles que has olvidado en tu vida.
Presentación
Cuando caes en cuenta de lo simple que es la vida y te das el permiso de disfrutar y saborear cada una de las maravillas que Dios pone en tu camino diariamente, descubres que cada vez que malgastas tu tiempo en cosas superfluas o superficiales pierdes la oportunidad de ser feliz, porque cada minuto perdido es un momento en que dejas de vivir y de crecer bajo el sol. La vida está llena de simplicidades hechas con amor y con el único fin de llenarte de paz interior, porque Dios sabe que solo por medio de esa tranquilidad interna que se genera dentro de ti podrás visualizar cada detalle que te brinda en la cotidianidad y que suele olvidarse con mucha facilidad.
Cuando eras chico, es posible que en tu hogar hayas recibido de tus padres u otras personas que tenían influencia sobre tu educación el mensaje de que Dios es Amor, y quizá esa frase quedó grabada en tu mente de tantas veces que la escuchaste. Ahora, en tu etapa de adulto, posiblemente la hayas repetido muchas veces e incluso puede que la hayas enseñado a otras personas, pero no es sino a través de los años y del compartir diario con la gente que pudiste ir palpándola y descubriendo esa gran verdad. Y ese descubrimiento es posible solo si eres sensible a ello, es decir, si has vivido atento a todos esos pequeños pero maravillosos detalles que la cotidianidad te regala.
Ese compartir diario con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, los compañeros de estudio, los vecinos y la comunidad en general, tiene que llevarte a visualizar la presencia de Dios en medio de ti, porque solo Él hace posible la convivencia entre los seres humanos como un gesto de amor y de entrega a la humanidad. Si te haces consciente de que las personas existimos para hacernos la vida más llevadera y las cargas cotidianas más livianas, entonces reconocerás que tenemos el deber de caminar juntos hacia ese fin para el que fuimos creados, que no es otro que el de lograr vivir en paz con nosotros mismos y alcanzar la felicidad. Esa felicidad no debe ser de palabra, sino una felicidad que se manifieste a través de tu bienestar interior.
Los seres humanos somos parte de lo más maravilloso de la creación, porque estoy convencido de que venimos de alguien superior. Somos únicos en nuestra especie, especiales, tenemos grandes capacidades entre las que se destaca la capacidad para ser libres interior y exteriormente, poseemos dones excepcionales que solo tenemos que descubrir, explotar y aprovechar para acercarnos a ese anhelo que llevamos dentro y que cada quien conoce cuál es.
Es necesario e imprescindible que cambies tu manera de ver y valorar la vida y que pongas siempre un poco de amor en cada cosa que realices, teniendo presente que en el corazón vive escondido el deseo de amar lo sencillo, lo simple. Porque el corazón es el responsable del milagro de la vida, por eso vivir es un verdadero milagro. En el corazón habitan las rosas del bien, de ese bien que Dios te manda que hagas en favor de los otros a través de gestos de cariño hacia los que comparten tu cotidianidad.
Es urgente y se hace necesario que empieces a desarrollar dentro de ti una admiración verdadera por todo lo creado, que te lleve a evaluar tu comportamiento en la sociedad y, especialmente, tu manera de vivir y formar parte de ella.
El amor es una fuerza que te impulsa a vivir cada detalle simple de la vida con profundidad, a sentir a cada instante dentro de ti una gran admiración por todas las cosas hermosas que existen con el único fin de llenarte de paz, o lo que es lo mismo, encaminarte hacia tu felicidad. El amor es la mayor rosa del bien de una sociedad, pese a que esa sociedad se empeña en marchitarlo con mensajes y eslóganes en contra de la propia vida, pese a que esa sociedad sea un cómplice que vende el falso amor a los más débiles y los lleva a caer en un abismo de donde, posiblemente, nunca puedan salir.
Necesitas aprender a ser feliz viviendo la vida con simplicidad, sin tantos adornos, sin los camuflajes que la mayoría de las veces nos entorpecen e impiden descubrir cada milagro que existe bajo el sol. Necesitas retomar, para tu paz interior, todos los detalles que has olvidado por el afán cotidiano de tener cada vez más y más cosas materiales que te dan una falsa felicidad.
La vida es un espacio que te regalan para que aprendas a crecer entre el nacer y el morir, es una carrera contra el tiempo, de manera que cada instante perdido, desperdiciado, es una eternidad que dejas de saborear. Y dejar de vivir un segundo hoy para vivirlo mañana es una verdadera utopía, porque nadie te garantiza ese mañana; más aún, ese “mañana” nunca llegará ya que el mañana siempre será el hoy.
Hoy es el mañana que tanto esperabas ayer. Vívelo, disfrútalo.
Descubre que vivir tu vida lo más simple posible es poder garantizarte siempre la existencia de paz en tu interior, y así aprenderás a vivir centrado en las cosas importantes del hoy. Este es precisamente el objetivo de Detalles que se olvidan, poder recordarte que la felicidad está en las cosas simples y sencillas que tiene la vida, esas están a tu alcance y a tu disposición.
La vida está llena de detalles que se olvidan, las rosas del bien que debes aportar en favor de los otros. Rosas de compañía, rosas de presencia, rosas de motivación, rosas de abrazos, rosas que animen a continuar hacia adelante.
Cuando logres concientizar este pequeño pero interesante detalle vivir no se hará tan complicado, ya que las cosas que te preocupan en tu vida diaria pasarán a un segundo plano y dejarán de ser los motivos principales de tu existencia. Eso te permitirá ser feliz. Ojalá que puedas sonreír al ir recordando o descubriendo cada detalle que te has perdido de la vida y, especialmente, de tu vida a través de estas humildes páginas.
Disponte a disfrutar de los detalles que posiblemente hayas olvidado.
Hola, ¿cómo estás?
Cada saludo es un “eres importante para mí”.
“Valoro tu existencia porque formas parte de un todo”.
Aunque muchos en esta sociedad se empeñen en convertirlo en un nada.
¿Qué sientes cuando alguien se dirige a ti con un “hola”?
¿Cuál es tu respuesta a esta pregunta?
¿Te gusta que te pregunten “cómo estás” o te moleta que se interesen por ti?
¿Cómo reaccionas a un “hola”?
Posiblemente estés acostumbrado a pasar por al lado de las personas y no saludarlas, o a llegar a una reunión y no saludar. Una de tus razones puede ser que no las conozcas, que no exista empatía para con ellas o que no formen parte de tu círculo de amigos. Sin embargo, el saludo es una forma de evidenciar la educación de una persona y, además, permite visualizar que la persona proviene de un hogar donde se le enseñó a valorar al otro, independientemente de si el otro es una persona conocida o no.
El saludar a las personas, amigas o no, es simplemente reconocer que el otro está allí, que existe y que ocupa un espacio tan importante como el que ocupas tú. Es apreciar la presencia del semejante. Y lo más importante es que el otro se siente bien por ser tomado en cuenta, te lo expresa con una sonrisa, con un apretón de mano o con un “hola”.
Un “hola, ¿cómo estás?” puede hacer el milagro que muchas personas necesitan y que otros ignoramos, ya que generalmente estamos esperando milagros que vengan del cielo cuando en verdad están presente en la tierra: milagros como tú y como yo, que con un simple “hola” podemos rescatar una vida. Al reconocer que el otro está allí y que por ese simple pero profundo hecho de existir ya es un milagro merece la pena saludar, y más aún, merece la pena vivir. Un saludo puede ayudar a que las personas internalicen que a pesar de todo y de todos, vivir es un verdadero milagro y que vale la pena.
Todo esto que se ha mencionado es comprobable. Por ejemplo, puedes evaluar cómo te sientes cuando alguien que no conoces pasa por tu lado y te saluda, qué sentimientos se generan en tu interior cuando alguien te dice “hola, ¿cómo estás?”, o cuando una persona pasa, te mira y sin decirte una palabra te saluda irguiendo la cabeza, con una sonrisa o un gesto de respeto. Ese sentimiento de admiración, esa sensación de bienestar dentro de ti por ser tomado en cuanta, es precisamente lo que siente el otro cuando pasas a su lado y lo toma en cuenta, es decir, lo saludas, aunque solo sea como una expresión de educación.
Por otra parte, puede darse el caso de que pases o llegues a un lugar, saludes y no recibas una respuesta; muy típico, por cierto, en esta sociedad moderna. Quizá se genere algo extraño dentro de ti, pero la buena noticia es que el mal educado no serás tú: a ese sentimiento de frustración no debes darle cabida en ti, porque si lo haces te afectará y te llevará a creer que el saludo no es importante. Lo importante es que no dejes de ser lo que eres por culpa de otra u otras personas, ya que cada quien es un ser individual y tiene el derecho de expresar lo mal educado que es, pero eso ya no es tu problema.
Un “hola, ¿cómo estás?”.
Un “hola, ¿cómo te ha ido?”.
Un “hola, ¡qué gusto me da verte!”.
Son expresiones de valoración y aceptación de la otra persona, implican reconocer la existencia del otro y son la señal de que las personas, independientemente de quienes sean, son importantes y forman parte de este maravilloso mundo creado especialmente para que los seres humanos sean felices. Vivir conscientes de esta realidad puede facilitar el camino a la felicidad, una ruta que, por cierto, para muchos se ha hecho muy complicada, pero que en realidad está al alcance de todos.
Un “hola, ¿cómo estás?” es un “me importas”.
Es un “eres importante”.
Es un “me alegra verte”.
Es un “te extrañaba”.
Es un “valoro lo que eres”.
Un “hola, ¿cómo estás?” no resolverá los problemas que la otra persona tenga, pero al menos puede sacarle una sonrisa y ayudarla a sentir que a pesar de todo y de todos, se valora su existencia.
Vive tu vida teniendo siempre presente que todos necesitan de ti, especialmente que los tomes en cuenta aunque no formen parte de tu círculo de amigos.
Un hola tuyo puede resucitar a una persona, y sin que te des cuenta, puedes salvar su vida.
Nuevamente el sol está brillando, ¿lo has notado?
Date el permiso de vivir consciente cada instante de tu vida, especialmente al iniciar un nuevo día.
Solo así te darás cuenta de que el sol volvió a salir y quema tu piel.
La vida es simple y muy sencilla, y cada nuevo amanecer trae consigo un cúmulo de alegría y de aprendizaje con el único fin de recordarte que el día de ayer ya no existe, por lo que todo lo que te preocupó deberás dejarlo atrás. Hoy vuelven a entregarte un equipaje lleno de optimismo, ilusión, esperanza y sueños acompañado de dedicación y responsabilidad, que te puede acercar más a la felicidad. Pero a ese equipaje tienes que abrirlo y hacerlo tuyo; de lo contrario, se quedará almacenado en un espacio frío y sin sabor.
Cada amanecer viene cargado de muchas sorpresas, de muchas rosas del bien que son regalos de Dios para la humanidad y, especialmente, para ti, pero posiblemente el ritmo acelerado de tu vida cotidiana no te permita darte cuenta ni siquiera de que el sol comienza a despejar las penumbras de la oscuridad. Aunque a él no le importa eso: solo quiere cumplir su misión, que no es otra que alumbrar el camino de tu amanecer.
¿Te has percatado de que el sol está brillando?
¿Lo has notado?
¿O amaneciste preocupado y cargado de todas las cosas que te perturbaron y que no pudiste resolver ayer? De ser así, empezaste perdiendo este maravilloso milagro que Dios generosamente ha hecho para ti. Quizás ha comenzado a quemar tu rostro al salir de paseo o al ir al súper, pero no te has dado cuenta de que él está allí para guiarte y evitar que tropieces. Posiblemente te moleste que te queme la piel, y eso te impedirá ver ese hermoso milagro de la vida, un milagro para ti y para mí.
Con frecuencia se observa por las calles a gente que camina a mil, como desesperada, tratando de llegar rápido a su sitio de trabajo o al lugar al que se dirige. Es sorprendente el rostro de seriedad que se observa en ellos, los músculos de la cara muy tensos como señal de que comienzan una nueva batalla con la vida, una lucha que quizá al final del día hayan perdido; no porque sean débiles, sino porque su actitud los llevará a perder una nueva oportunidad de ser felices.
Tanta seriedad me lleva a sacar el celular de mi bolsillo solo para mirar la hora, para notar que apenas comienza un nuevo día; posiblemente, la gente aún no se haya percatado de este regalo.
Pareciera que muy pocos se alegran por estar vivos, con una nueva oportunidad para caminar, cantar o silbar, simplemente silbar la melodía que más les guste. Y por donde lances la mirada se observan personas que caminan muy rápido y con la misma cara de seriedad. Pasas por su lado y aunque las saludes con un “hola”, eso no es importante para ellas, su silencio lo dice todo. Existe una total falta de reconocimiento de la existencia del otro. A la mayoría de las personas no les importa un saludo, están sumergidas en sus problemas y quizá piensan que un saludo no les va a resolver la vida.
¿Será esto cierto?
Dios, ¿por qué tanta seriedad? Si el sol comienza a brillar.
Todo se ve muy claro, pero es posible que muchos sigan viendo oscuridad en su camino. Muchos se dirigen a sus trabajos, universidades e, incluso, muchos realizan ejercicio. Todos van a sus actividades cotidianas, pero ¿irán con ganas de hacer lo que hacen con amor, con pasión? ¿O son acciones automáticas?
El día apenas empieza, pero pareciera que a nadie le agrada esto; al sol no le importa, él sigue brillando porque tiene clara su misión.
Las preocupaciones te absorben desde que el día amanece. Tantas cosas pendientes en tu mente, tantos problemas que no pudiste resolver ayer. Y hoy, que es un nuevo día, no puedes ver ni vivir un nuevo amanecer con entusiasmo. Muchos amanecen tensos, con todos los músculos de la cara encogidos; probablemente salieron de casa sin mirarse en el espejo, ya que el espejo exige sonreír y la sonrisa hace sentir saludable.
¿Por qué no sonríes? Si apenas el día comienza.
¿Ya estás cargado de problemas?
¿Qué va a suceder contigo si no logras centrar tu vida en el hoy?
Claro, has empezado el nuevo día con los problemas de ayer, sin percatarte de que el ayer ya no existe. Cargas el pasado para todos lados, y por supuesto estará contigo de visita todo el día. El pasado no te permitirá saludar a las personas cordialmente, como se lo merecen, e incluso te hará sentir que los demás no existen para ti; es el mensaje subliminal que das a los demás. Si empiezas el día con los problemas del pasado en el presente, te volverás odioso, agresivo, y no podrás transmitir ni una chispa de alegría a los otros, esos que no tienen la culpa de lo que te pasa. Y si no te das cuenta a tiempo, lo más seguro es que no puedas sonreírles hoy.
Si no eres bondadoso, no serás amoroso con tus semejantes. Y si para ti ese detalle no es importante, para los demás sí lo es.
Estás hecho para el amor, estás hecho para amar. De lo contrario sentirás una cruz muy pesada en tu espalda, que probablemente no será la cruz diaria sino la cruz de hace varios días, semanas, meses o quizá años.
Y no te permitirá notar que el sol volvió a salir y está brillando para ti.
El día comienza y el sol brilla para ti, lo creas o no.
Ya basta de tanta seriedad que te hace parecer una persona triste.
Tienes que sonreír porque el sol acaba de salir.
Sonríele a la vida, pues ella se alegra de verte nuevamente.
Lo mejor que puedes hacer es comenzar el día con mucha alegría, es la única forma de sentir que estás vivo. Así le harás sentir al sol que brillar vale la pena.
Tienes que vivir consciente tu vida para poder sentir al sol quemando tu piel, y eso te hará sentir que estás vivo.
Vive el hoy como si fuera el último que te regalan y sentirás que vivir vale la pena, aunque tengas muchos problemas por resolver.
Trata de descubrir la presencia del sol para ti, aunque tus días sean nublados.
Visualiza al sol en ti, aunque el día esté nublado.
En los días nublados el sol no desaparece, sigue brillando aunque permanezca detrás de las nubes.
Sé un sol para los demás.
Estás vivo, ¡alégrate!
Si te alegras por cada nuevo amanecer y celebras estar vivo, se te abre un abanico de oportunidades para ser feliz.
¿Te has preguntado alguna vez cuántas personas no amanecieron vivas hoy?
Millones…
¿Has caído en cuenta de que eres privilegiado o privilegiada por haber amanecido hoy vivo o viva, por tener esa oportunidad que muchos no tuvieron porque les tocó su tiempo de rendir cuentas?
¿Te parece normal estar respirando?
¡Qué privilegio estar vivo! ¿Verdad?
Poder mirar a los tuyos nuevamente, recibir un fuerte abrazo de ellos y tener una nueva oportunidad para realizar tus tareas cotidianas, esas que a menudo conviertes en rutina por no apreciar la vida como un regalo, como un don maravilloso, como una nueva oportunidad para crecer bajo el sol.
¿Cuántos de nosotros amanecemos y no nos percatamos de que estamos vivos, no nos alegramos por estar vivos, porque el trajín del nuevo día no nos permite detenernos para sentir ese soplo de vida que inspiramos y espiramos, ese verdadero milagro que oxigena nuestro organismo?
Las preocupaciones por las cosas que tienes que atender diariamente, como llevar a los chicos al colegio, ir a trabajar, pagar las cuentas pendientes, atender las necesidades familiares y otras obligaciones que posiblemente llegan a tu cabeza en este momento, te quitan la oportunidad de darte cuenta de que vivir cada una de esas actividades cotidianas con amor ya es sentir que estás vivo. La preocupación por cada una de ellas te roba la alegría.
Hay personas que desde que amanecen hasta que se acuestan están tristes, apáticas, y la mayoría de las veces, sin ganas de nada. Espero que tú no seas una de ellas.
Muchas personas no se dan el permiso de sonreír, de estar alegres y de disfrutar la vida sanamente, aun realizando cada actividad que les toca hacer. Transmiten con su rostro lo triste que se encuentra su corazón. El invierno de su rostro congela su humilde y sencillo corazón, aun en un verano implacable.
Muchas veces esa tristeza se debe a que su corazón se siente muy solo y vacío, no le da cabida al amor en su vida. Y lo más triste es que para muchos el amor es cosa de telenovelas, películas o series románticas de Netflix, sin percatarse de que es precisamente allí donde más lo distorsionan.