El futuro como hecho cultural - Arjun Appadurai - E-Book

El futuro como hecho cultural E-Book

Arjun Appadurai

0,0
19,99 €

-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

En esta serie de ensayos sobre la violencia, la mercantilización, el nacionalismo, el terror y la materialidad, el autor ofrece un amplio enfoque analítico de nuestra condición global actual. Además que adopta la "política de la esperanza" y sienta las bases para una antropología del futuro, revitalizada y urgente.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 842

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



ARJUN APPADURAI (BOMBAY, 1949) ≈

es antropólogo especialista en nuevos enfoques socioculturales. Comenzó sus estudios en el Elphinstone College de Bombay, los concluyó en 1970 en la Brandeis University y en 1976 obtuvo su doctorado en Pensamiento Social en la University of Chicago. Actualmente se desempeña como docente en la New York University, en la Erasmus Universiteit de Róterdam y en el Tata Institute of Social Sciences de Mumbai. Asimismo, es el fundador y actual presidente de Partners for Urban Knowledge, Action and Research (PUKAR), una cooperativa de investigación sobre temas urbanos y de globalización. Fue docente en diversas universidades, entre las que se cuentan las de Pensilvania, Chicago y Yale, y ha sido profesor invitado en las de Michigan, Ámsterdam, Delhi y la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. También ha sido asesor de distintas organizaciones públicas y privadas. A lo largo de su carrera ha sido galardonado con numerosas distinciones académicas.

Ha editado varios volúmenes colectivos y ha publicado Worship and Conflict under Colonial Rule. A South Indian Case (1981) y Le Aspirazioni Nutrono la Democrazia (2011). Se ha traducido al español El rechazo de las minorías. Ensayo sobre la geografía de la furia (2007).

El Fondo de Cultura Económica ha publicado La modernidad desbordada. Dimensiones culturales de la globalización (2001).

SECCIÓN DE OBRAS DE ANTROPOLOGÍA

EL FUTURO COMO HECHO CULTURAL

Traducción de SILVIA VILLEGAS

ARJUN APPADURAI

EL FUTURO COMO HECHO CULTURAL

Ensayos sobre la condición global

MÉXICO - ARGENTINA - BRASIL - COLOMBIA - CHILE - ESPAÑA - ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA - GUATEMALA - PERÚ - VENEZUELA

Primera edición en inglés, 2013 Primera edición en español, 2015 Primera edición electrónica, 2016

Armado de tapa: Juan Balaguer

Título original: The Future as Cultural Fact. Essays on the Global Condition ISBN de la edición original: 978-1-84467-982-9 © 2013, Verso © 2013, Arjun Appadurai

D.R. © 2015, Fondo de Cultura Económica de Argentina, S.A. El Salvador 5665; C1414BQE Buenos Aires, [email protected] / www.fce.com.ar Carr. Picacho Ajusco 227; 14738 México D.F.

Comentarios:[email protected]@fondodeculturaeconomica.com Tel. (55) 5227-4672

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc., son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicanas e internacionales del copyright o derecho de autor.

ISBN 978-607-16-3952-3 (ePub)

Hecho en México - Made in Mexico

ÍNDICE

Agradecimientos

Introducción

Primera parteGEOGRAFÍAS EN MOVIMIENTO

I.

Las mercancías y la política del valor

II.

Cómo las historias construyen geografías: circulación y contexto desde una perspectiva global

III.

La moralidad del rechazo

IV.

La parte ofensiva: sacrificio y etnocidio en la era de la globalización

V.

En la nación de mi padre: reflexiones sobre biografía, memoria, familia

Segunda parteLA VISIÓN DESDE MUMBAI

VI.

Vivienda y esperanza

VII.

Vivienda espectral y limpieza urbana: apuntes sobre la Mumbai milenaria

VIII.

Democracia profunda: gubernamentalidad urbana y el horizonte de la política

IX.

La capacidad de aspiración: la cultura y los términos de reconocimiento

X.

Cosmopolitismo desde abajo: algunas lecciones éticas desde los asentamientos precarios de Mumbai

Tercera parteCONSTRUIR EL FUTURO

XI.

El espíritu de Weber

XII.

El fantasma en la máquina financiera

XIII.

La vida social del diseño

XIV.

La investigación como derecho humano

XV.

El futuro como hecho cultural

Bibliografía

Índice de nombres y conceptos

AGRADECIMIENTOS

UN LIBRO que circula va dejando una estela con forma de público, lectores críticos y amigos. Es también el caso de este libro. En la India, tengo una deuda especial con la comunidad de activistas por la vivienda centrados en la Society for the Promotion of Area Resource Centers [Sociedad para la Promoción de Centros de Recursos Regionales, SPARC] y con la Shack/Slum Dwellers International [Asociación Internacional de Residentes en Casillas y Asentamientos Precarios, SDI], la red global de la cual es parte. Durante más de una década, miembros clave de este movimiento me han abierto los ojos —y sus puertas— y me han dado la posibilidad de sentir que era una pequeña parte de él, estudiándolo y apoyándolo de manera simultánea. En este contexto, quiero mencionar en particular a Joel Bolnick, Sundar Burra, Celine D’Cruz, Jockin Arputham, Sheela Patel y David Satterthwaite. Sheela merece una mención especial, ya que nuestras numerosas conversaciones me permitieron comprender en profundidad las luchas de estos activistas y exigieron el aporte de mis visiones más críticas y la plenitud de mis capacidades imaginativas. El trabajo de investigación que realicé sobre este movimiento no habría sido posible sin una generosa beca de la Fundación Ford, otorgada gracias a otra notable activista estudiosa, Srilatha Batliwala, que trabajaba allí en ese momento.

Mi otra ventana hacia la India es la organización Partners for Urban Knowledge Action and Research [Asociación para el Conocimiento, la Acción y la Investigación Urbanas, PUKAR], que ayudé a fundar en Mumbai; una organización de investigación sin fines de lucro dedicada a los intereses de la juventud en esa ciudad. En este contexto, mi mayor deuda es con Rahul Srivastava, primer director de PUKAR, cuyas ideas sobre la documentación basada en los barrios fueron la semilla para las actividades de PUKAR en cuanto a estimular los proyectos de investigación entre los jóvenes urbanos. También con su directora actual, Anita Patil-Deshmukh, con sus notables visión, talento y energía que han logrado que PUKAR pasara de ser una pequeña organización luchando por abrirse camino para convertirse en una fuerza innovadora, ampliamente reconocida, en la vida de los adultos jóvenes de Mumbai. También estoy en deuda con los administradores, consultores, personal y miembros jóvenes que han moldeado el alma de PUKAR y han profundizado mi comprensión del potencial de la investigación para la transformación social.

En Nueva York tuve el privilegio de recibir comentarios y estímulo de los siguientes amigos de la New School donde di clases durante varios años: Michael Cohen, Benjamin Lee, Arien Mack, Tim Marshall, Vyjayanthi Rao, Janet Roitman, Ann Stoler y Joel Towers. En la New York University (NYU), mi hogar de hoy, he recibido el cálido apoyo del Department of Media, Culture and Communication de la Steinhardt School y del Institute for Public Knowledge. En la NYU agradezco a las siguientes personas: Craig Calhoun, Manthia Diawara, Allen Feldman, Radha Hegde, Eric Klinenberg, David Ludden, Ritty Lukose, Nick Mirzoeff, Harvey Molotch, Arvind Rajagopal, Debraj Ray; además, los miembros del Cultures of Finance Group del Institute for Public Knowledge fueron especialmente generosos conmigo.

Las ideas y preguntas que he recibido de amigos de muchas otras partes del mundo durante la década pasada también han sido sumamente provechosas. Entre ellos se cuentan Marc Abeles, Lisa Anderson, Christopher Bayly, Ulrich Beck, Regina Bendix, Ritu Birla, Bill Brown, Dipesh Chakrabarty, Jean y John Comaroff, Veena Das, Faisal Devji, Yehuda Elkana, Peter Geschiere, Andre Gingrich, Thomas Blom Hansen, Keith Hart, Achille Mbembe, Sheldon Pollock, Kenneth Prewitt, Vijayendra Rao, Regina Roemhild, Bernd Scherer, Charles Taylor, Peter van der Veer, Steve Vertovec, Rudolf Wagner y Michael Walton.

Una visita reciente a la Harvard University como Loeb Senior Fellow en la Graduate School of Design me aportó energía renovada para completar este libro, con las conversaciones con Homi y Jacqueline Bhabha, Sugata Bose, Michael Herzfeld, Arthur Kleinman, Rahul Mehrotra, Mohsen Mostafavi y Amartya Sen.

También les debo mucho en cuanto al desarrollo de mi pensamiento a dos miembros ya fallecidos de la University of Chicago, Bernard Cohn y Victor Turner, así como a Clifford Geertz y Edward Said, que me alentaron de manera personal y con su ejemplo.

Mis deudas más importantes son con mis seres más cercanos. Mi mujer, Gabika Bočkaj, ha contribuido con la agudeza de su intelecto y el compromiso de su amor a que se completara la extensa travesía reflejada en este libro. Mi hijo Alok ha sido la chispa encendida de mi vida durante sus treinta y cuatro años. Carol Breckenridge, mi primera mujer y compañera que ya no está con nosotros, debería haber llegado a ver este libro impreso, ya que se relacionó con las ideas contenidas aquí y las mejoró de muchas maneras distintas.

Dos jóvenes estudiosos han colaborado conmigo en mis años recientes en la NYU: el primero es Robert Wosnitzer, que se ofreció a apoyarme en mis tareas de enseñanza e investigación, de innumerables formas. La otra es Jennifer Telesca, que analizó cada uno de los ensayos y ayudó a enriquecer el contenido de este libro de mil maneras, grandes y pequeñas. Son ejemplo de lo mejor que brindará el futuro en el ámbito académico.

Arjun AppaduraiNueva YorkSeptiembre de 2012

INTRODUCCIÓN

EN 1996 publiqué un libro titulado La modernidad desbordada. Dimensiones culturales de la globalización. El presente libro es una secuela de ese esfuerzo temprano por pensar de manera antropológica sobre el mundo que se abrió luego de la caída del muro de Berlín en 1989. En los años transcurridos desde su publicación, he tenido la oportunidad de aprender de aquellos críticos de La modernidad desbordada que encontraron que estaba escrito con un espíritu de celebración, quizás incluso colmado de expectativas sobre el nuevo mundo de fronteras abiertas, mercados libres y democracias jóvenes que parecía haber ingresado en la historia universal. En parte como una forma de expiación, escribí un libro breve titulado El rechazo de las minorías. Ensayo sobre la geografía de la furia (2006) para analizar los motivos por los que la globalización triunfante de fines de los años ochenta produjo importantes movimientos etnocidas en la década de 1990 y grandes guerras civilizacionales —incluyendo la guerra contra el islam— en la primera década del siglo XXI. En este segundo libro traté de complementar mi interés por los flujos globales centrándome en los obstáculos globales, las fronteras, los agujeros negros y los quarks, signos diacríticos del nuevo orden global.

Al mismo tiempo, en la última década he viajado de manera regular a Mumbai, donde he participado en dos proyectos que no están totalmente desvinculados. El primero es una colaboración permanente con los integrantes de un notable movimiento de activistas por la vivienda, que es mi fuente de argumentación en la Segunda parte de este libro. Me hicieron ver lo que es posible y las probabilidades de fracaso en el esfuerzo difundido en todo el mundo por hacer que los habitantes pobres de zonas urbanas se conviertan en forjadores de un destino propio más favorable. Este movimiento lucha contra la urbanización marginal de Mumbai, las duras exigencias evaluativas de sus financistas globales, el ojo desconfiado del Estado y las críticas de otros activistas en la floreciente sociedad civil de la India urbana. Pero también tienen recursos, así como sueños. Estos recursos y sueños se transforman permanentemente en estrategias que constituyen la evidencia más importante que puedo presentar de lo que he llamado la política de la posibilidad —a diferencia de la política de la probabilidad— en la era de la globalización. Lo que me han enseñado sobre la democracia que de hecho existe, sobre el cosmopolitismo crítico y sobre la capacidad de aspirar a algo mejor está presentado al lector en la sección central de este libro. Lo aprendí en el contexto de una comprensión cada vez mayor del crimen, la especulación, la corrupción y el cine en Mumbai. De modo que el trasfondo y el primer plano del activismo por el derecho a la vivienda conviven en la Segunda parte y constituyen una etnografía de las aspiraciones en la dura megalópolis global.

El segundo proyecto es uno en cuyo inicio colaboré en Mumbai, a partir de recursos muy escasos en el año 2000. Este proyecto es una cooperativa de investigación sin fines de lucro llamada Partners for Urban Knowledge Action and Research [Asociación para el Conocimiento, la Acción y la Investigación Urbanas, PUKAR], que tiene poco más de diez años de existencia. Su misión principal es reconcebir la investigación de modo que esté disponible para quienes se encuentran en los márgenes del sistema educativo actual, en su mayor parte hombres y mujeres jóvenes que han usado las herramientas de la investigación para promover nuevas agendas y visiones urbanas como también sueños personales de un futuro urbano mejor. Este experimento es la base del capítulo XIV de este libro, que intenta argumentar que la investigación, concebida de manera más democrática que en la actualidad, debería ser un derecho humano.

Esta travesía es la fuerza que impulsa este libro. Pero para convertirlo en una narrativa creíble, como antropólogo sociocultural, tuve que reconstruir y reorganizar mi propia travesía de las últimas décadas. Como exigencia de esta retroingeniería debí reconsiderar mis ideas iniciales sobre globalización, flujo, circulación, región, imaginación y nación. Esta mirada retrospectiva es el contenido fundamental de la Primera parte. Aquí me retrotraigo a un momento muy anterior en el que había comenzado a pensar en la circulación y en la política del valor, y había persuadido a un grupo de colegas de que investigara “la vida social de las cosas” en tanto atraviesan regímenes de valores, dan lugar a nuevas trayectorias de las mercancías por medio de desvíos y construyen puentes entre mundos muy distantes en el espacio y en el tiempo con su capacidad de transformarse, sin perder su importancia cultural.1 Al publicarse los resultados de esta investigación, no percibí que contenía una mirada inconsciente del mundo que vendría a partir de la década de 1990, en el que nuevos flujos materiales reducirían nuestras geografías al tiempo que ampliarían nuestra imaginación. El extenso ensayo que publiqué originalmente en 1986 está reproducido en forma abreviada como sección introductoria al presente libro, ya que brinda un amplio panorama de las travesías heterogéneas de nuestra sociabilidad materializada que todavía parece relevante, conectando nuestros mercados, nuestra moralidad y nuestras muchas modernidades. Los restantes capítulos de la Primera parte abordan otros aspectos de las travesías desiguales de nación, sacrificio, memoria y violencia en el pasaje del mundo colonial a nuestras disyunciones de presentes de espacio, lugar y lealtad. La violencia ocupa un lugar prominente en estos capítulos, como un límite y como una fantasía, como la tecnología siempre seductora que nos ayuda a distinguir nuestros cuerpos, nuestras naciones y a nosotros mismos aun cuando la globalización los impulsa hacia alianzas cada vez más promiscuas.

Asimismo, los capítulos de la Primera parte son un diálogo con mi propia travesía a través de lugares, problemas y disciplinas. Sobre todo, esta travesía está marcada por dos temas recurrentes. Uno es el esfuerzo de analizar y trabajar a partir de los archivos de la antropología, regresando a sus centros y explorando su periferia. Desde mis primeros años como graduado, vi la cultura como el gran contrapunto de la economía, y en gran parte de mi trabajo de las cuatro últimas décadas he tratado de comprenderlo. Está presente en mi trabajo sobre las finanzas, el desarrollo, las ciudades, los medios y mucho más. Es por eso que el espíritu de Max Weber habita en este libro y le da vida. Los estudios comparativos de Weber sobre el significado, la especulación, la salvación, el carisma y muchos otros temas son en mi opinión el ejemplo más heroico de un compromiso honesto con la diversidad de las experiencias humanas y la concomitante variedad de las instituciones e innovaciones humanas.

Es por eso que el tema del primer capítulo de la parte final de este libro es una reflexión sobre mi deuda con Max Weber. Allí intento sentar las bases de una antropología del futuro entendida como una antropología que puede colaborar en la victoria sobre una política de la probabilidad. Estoy seguro de que se puede llegar a este objetivo por varios caminos y es también por eso que mantengo un profundo interés en el trabajo de muchos otros teóricos de la globalización cuyas principales preocupaciones pueden parecer muy diferentes de las mías. Como sugiere esta última parte del libro, podremos diseñar nuestro propio futuro en la medida en que nos mantengamos en sintonía con los riesgos correctos, las especulaciones correctas y la comprensión correcta del mundo material que tanto heredamos como moldeamos. Y como, citando a Karl Marx, no podemos diseñar el futuro a nuestra voluntad, es vital conformar una imagen del presente histórico que nos ayude a encontrar el equilibrio correcto entre utopía y desesperación. Los capítulos de este libro son, por lo tanto, parte de un diagnóstico analítico de nuestra condición global actual.

Como a muchos de mis pares, este tipo de esfuerzo diagnóstico me ha obligado a reflexionar sobre dos preguntas: la primera es si la globalización ha cambiado significativamente de forma, fuerza o modo en los años transcurridos desde la caída del muro de Berlín, período que puede considerarse como la era de la alta globalización. La segunda pregunta se refiere a nuestra propia óptica disciplinaria y crítica, a esos prejuicios que nos hacen valorar algunos problemas más que otros y que dan mayor peso a algunas partes de nuestra humanidad que a otras. Mi propia respuesta a estas preguntas —en esencia el producto de vueltas no planeadas y giros inesperados más que de una agenda teórica muy definida— puede encontrarse en los capítulos de este libro, ya que las ideas antropológicas provechosas siguen presentado aspectos más sutiles cuanto menos generales. No obstante, he llegado a ver una tendencia dominante en el proceso de globalización de las dos últimas décadas, que me propongo abordar ahora.

En cuanto al objeto de la globalización, tanto teorías como observaciones siguen proliferando. Mi visión personal es que una tendencia profunda de los últimos veinte años —poseedora sin duda de una extensa historia propia— es la ampliación de la toma de riesgo y asunción de riesgo como propiedades de la vida humana que vinculan sociedades distantes, cruzan fronteras nacionales y de mercado y conectan tanto a las instituciones del poder como a entidades de personas comunes en todo el mundo. Ulrich Beck2 y otros estudiosos han notado esta tendencia y han desarrollado una imagen de la “sociedad de riesgo” como forma social global dominante. No hay duda de que, a medida que las interpretaciones estadísticas de la enfermedad, la catástrofe, el bienestar y el gobierno son dominadas cada vez más por modelos cuantificables de riesgo, la gubernamentalidad en todo el mundo adopta cada vez más las características de una empresa de manejo de riesgo. Lo que se ha percibido menos son los enfoques de la vida cotidiana basados en el riesgo entre los seres humanos comunes en muchos lugares distintos. Los beneficiarios de pequeños créditos y microcréditos han comenzado a pensar en la deuda, la inversión y la pérdida en términos estadísticos. Es cada vez mayor el número de personas que se involucran en formas diversas de especulaciones basadas en el mercado, como la negociación intradía, el comercio de divisas y la compra basada en el crédito. Las prácticas astrológicas coexisten en todas partes con ideas definidas de manera más estadística acerca del azar y la incertidumbre. Asimismo, las formas de juego como las carreras de caballos, el póker y otras similares operan cada vez más en el entorno de los modelos comercializados del riesgo y la incertidumbre. El colapso de 2007-2010 es el gran tsunami que vincula grandes bancos globales, gobiernos nacionales, pequeños inversores, comerciantes minoristas, granjeros y negociantes en una red intrincada de prácticas e instituciones especulativas que reúne a las clases y los sectores más diversos de la población mundial. No hay catástrofe contemporánea que caiga fuera de la red de los manipuladores del mercado, especuladores y gerentes de fondos de cobertura. Una multiplicidad sin precedentes de hilos vincula a estos tomadores de riesgo de alto nivel con los que soportan (y sufren) las estrategias basadas en el riesgo en todas las sociedades. Y no es solo el mundo de los dispositivos virtuales de mercado (como los swaps de créditos y los bonos catástrofe) lo que colabora en la construcción de esta red, sino también las fluctuaciones interrelacionadas en los mercados de mercancías globales como el oro, el atún azul, los tulipanes, las tierras raras y muchas otras mercancías que hacen depender el destino de mineros, pescadores, granjeros y pequeños comerciantes de las estrategias de gerenciamiento de riesgos macro de los bancos, los Estados y las corporaciones transnacionales. La preocupante ética gerencial producida por esta red global de grupos de creación de riesgo y de asunción de riesgo caracteriza lo que llamo (en el capítulo XV) la ética de la probabilidad. Por lo tanto, mientras que el flujo de bienes, personas, imágenes e ideologías sigue siendo lo que mejor define la era de la globalización, quisiera sugerir que su signo diacrítico emergente es la dominación por parte de técnicas y mentalidades orientadas a manipular o tolerar el riesgo entendido como la representación estadística de todas y cada una de las incertidumbres de la vida.

Este desplazamiento global no ha dejado de afectar nuestras técnicas y ópticas disciplinarias y críticas. Las disciplinas que más me interesan también reflejan algunos de estos cambios globales en la manera en que sus propias prioridades han cambiado en las dos últimas décadas. La economía, que es mi interlocutor silencioso a lo largo de todo este libro, ingresó al estudio del riesgo en los primeros años del siglo XX con la revolucionaria obra de Frank Knight.3 Desde entonces, el riesgo ha sido un tópico fundamental en la teoría económica y es quizás el concepto central en el campo de la economía, que ahora constituye un subcampo de importancia en la economía de negocios. Como sugiero en los capítulos XII y XV, Frank Knight analizó originalmente el riesgo y la incertidumbre, pero este interés se redujo luego de manera exclusiva al estudio del riesgo, ya que se adaptaba mejor a la modelación numérica. Pero más importante aún es que la explosión de los modelos de riesgo alentó un intercambio conveniente entre la modelación del riesgo y el negocio práctico de explotar el riego en busca de beneficios en los mercados financieros. La pérdida de un enfoque crítico en gran parte de la teoría económica dominante es responsable en no menor medida de las prácticas financieras temerarias que subyacen al reciente colapso financiero. Así como la economía, en particular la economía de negocios, se ha convertido en gran medida en el estudio del riesgo, la manipulación de los modelos económicos se ha convertido al mismo tiempo en la fuente principal de riesgo para los mercados globales y la economía global. Este campo de estudio dentro de la economía se ha transformado tanto en espejo como en motor de la especulación financiera.

Esta situación es un poco más alentadora en los campos del diseño y la planificación, a medida que mayor cantidad de teóricos y críticos del diseño se interesan más en la sustentabilidad y buscan incorporar el riesgo a su reflexión sobre el diseño. Esto se percibe más claramente en el campo de la arquitectura, como, por ejemplo, en la importancia cada vez mayor que se da a los estándares “verdes” para el diseño y la construcción de edificios. Se ha convertido también en un rasgo predominante de muchos tipos de diseño relacionados con la infraestructura, ya que han comenzado a tener en cuenta la sustentabilidad como un valor núcleo en lo referente al transporte, la manufactura y el comportamiento de los consumidores como factores que contribuyen a la degradación del medioambiente. Me refiero a este tema en el capítulo XIII.

En cuanto a la antropología, la disciplina que ha aportado el soporte principal de gran parte de mi trabajo, la globalización se ha convertido sin duda en un objeto de interés antropológico cada vez mayor en las dos últimas décadas, prueba de lo cual son los estudios sobre migración, mediación, medicina, ciencia y tecnología emprendidos con una perspectiva antropológica. No obstante, hay una tendencia subyacente en los conceptos centrales de la antropología —como cultura, diversidad, estructura, significado y costumbre— hacia intereses previos en la persistencia, la estabilidad y la firmeza en las cosmologías de las diferentes sociedades. Esta tendencia ha limitado la contribución de la antropología al estudio de la forma en que diferentes sociedades humanas organizan el futuro como horizonte cultural. Y si bien esta tendencia está comenzando a ser cuestionada por varios reclamos antropológicos recientes de que se estudien “la buena vida” y “la felicidad” como visiones culturales, hay una necesidad imperiosa de una reorientación en la antropología que aliente contribuciones importantes al estudio de las formas en que los seres humanos construimos nuestros futuros culturales. Esta necesidad es, en gran medida, lo que justifica el ordenamiento de los capítulos de este libro y es el tema central del capítulo final, que también está reflejado en el título de este libro.

Por último, como nos recuerdan de manera convincente quienes se expresan con mayor precisión sobre el calentamiento global, la degradación del medioambiente y el futuro potencialmente breve de nuestra especie como arquitectos centrales del futuro de la naturaleza, es fundamental concebir y construir de manera colaborativa una robusta antropología del futuro. Esto requiere un compromiso pleno con la variedad de ideas del bienestar humano y de la buena vida que hoy nos rodean y que sobreviven en nuestros archivos del pasado. Esta búsqueda ya no puede seguir conformándose con un análisis del espectro de posibilidades que la antropología abrió a nuestros ojos en un principio. Requiere un amplio debate sobre las mejores maneras de diseñar la humanidad en lo que podría ser su último capítulo en la misteriosa historia de la naturaleza en su conjunto. En este sentido, la antropología del futuro y el futuro de la antropología bien podrían aportar mutuamente la mejor energía crítica.

PRIMERA PARTE

GEOGRAFÍAS EN MOVIMIENTO