Invisible Dog - Fabio Morábito - E-Book

Invisible Dog E-Book

Fabio Morábito

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Beschreibung

Fabio Morábito is one of Mexico's best loved and most entertaining contemporary writers, his narratives marked by a humane irony and a philosophical resignation to the vagaries of his society and the irresistible tyrannies of time. Some of his poems make the reader laugh out loud, and Richard Gwyn's translations are true to the tone and manner of the originals. This is the first collection of his poems to appear in English, putting right a significant omission. The fifty-four poems in Invisible Dog were selected by the poet and translator in collaboration and draw from his five published collections spread over four decades. Readers enjoy a comprehensive introduction to his work in breadth and depth. His formal and thematic developments illuminate the wider context of modern Latin American writing, its inventive playfulness, its evasion of conventions of 'national culture'. Morábito was born to Italian parents in Alexandria in 1955 and has lived in Mexico City since the age of fifteen. His position as a poet writing in a second language contributes to his unique voice and vision. It is possible in these versions to detect elements of the poet's 'foreignness' in his straightforward lexical choices, which have the effect of making the poems somehow vulnerable, as in 'Journey to Pátzcuaro', a sort of allegory for the immigrant experience.

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Contents

Title PageLotes Baldíos (1985)In LimineSeis LagartijasAjuscoBahía QuinoDespedidaLa ola que regresafrom Lotes Baldíos (1985)In LimineSix LizardsAjuscoBahía QuinoFarewellThe returning waveDe Lunes todo el año (1992)Época de CrisisMudanzaAhora, después de casi veinte añosLa luna llenaUn Viaje a PátzcuaroLos columpiosSollozosfrom De Lunes todo el año (1992)Time of CrisisMoving HomeNow, after almost twenty yearsFull MoonJourney to PátzcuaroSwingsSobbingAlguien de lava (2002)Para que se fuera la moscaPuesto que escriboDespierto cuando no amanece aúnYo vine al mundoSólo hay cantoEn el pasilloUn perro invisibleNo he amadoEn la playaHay hermanos que no aprendenfrom Alguien de lava (2002)To let out the flyBecause I writeI wake when it’s not yet dawnI came in to the worldThere is only songIn the corridorInvisible dogI haven’t lovedOn the beachThere are brothers who do not learnDelante de un prado una vaca (2011)Como delante de un pradoQuerida EmilyOrejasMi hijo jueg a sobre mi lomoEl tapete persaLos perros ladran a lo le josTres hormigasMiro en la televisión un elefante heridofrom Delante de un prado una vaca (2011)As before a meadowDear EmilyEarsMy son plays on my backPersian RugThe dogs are barking in the distanceThree AntsOn the television I watch a wounded elephantA cada cual su cielo (2021)Escribo prosa mientras junto valorHay árboles que nacen para bosqueNo identificadaPara llegar a PueblaSubí a colgar las sábanasMe gustaría para es perarte¿Qué ha sido de las guitarras?Toda la noche en vela¿Y si ya no diera de sí la fruta?En la AntártidaSoy la última person aMientras me hablasEl homicidio no es lo míofrom A cada cual su cielo (2021)I write prose while gathering courageThere are trees that are born for the forestUnidentifiedTo get to PueblaI went to hang so me sheetsAs I wait for youWhat has be come of the guitars?All night sleeplessAnd if the fruit no longer gave itself?In An tarcticaI am the last personWhile you speak to meMurder is not my thingTranslator’s Note: Writing in another mother tongue About the AuthorCopyright

INVISIBLE DOG

Lotes Baldíos (1985)

8

In Limine

Por el perdón del mar

nacen todas las playas

sin razón y sin orden,

una cada mil años

una cada cien mares.

Yo nací en una playa

de África, mis padres

me llevaron al norte,

a una ciudad febril,

hoy vivo en las montañas,

me acostumbré a la altura

y no escribo en mi lengua,

en ciertos días del año

me dan vértigos y mareos,

me vuelve la llanura,

parto hacia el mar que puedo,

llevo libros que no

leo, que nunca abrí,

los pájaros escriben

historias más sutiles.

Mi mar es este mar,

inerme, muy temprano,

cede a la tierra armas,

juguetes, sus manojos

de algas, sus veleidades, 9

emigra como un circo,

deja todo en barbecho:

la basura marina

que las mujeres aman

como una antigua hermana.

Por él que da la espalda

a todo, estoy de frente

a todo con mis ojos,

por él que pierde filo,

gano origen, terreno,

jadeo mi abecedario

variado y solitario

y encuentro al fin mi lengua

desértica de nómada,

mi suelo verdadero.

10

Seis Lagartijas

I

¿Quién escribe en los muros?

¿Quién inventa los chistes?

¿Quién sella los refranes?

Es un puro regalo

que todos nos hacemos

esa escritura nómada,

anónima, interior,

que todos entendemos.

Una ciudad sin ella

no es nada, está bien muerta,

el exterior la come,

ya no se vive a sí,

ya no es capaz de un nombre.

II

La ciudad tiene lugares

donde no sucede nada,

lotes baldíos ocultos

tras una barda. Afuera,

un número de teléfono

se despinta, nadie compra. 11

Protegidos por el muro,

asciende la lagartija,

se espesa el matorral entre

basuras. Si hay otra vida,

que sea así. Atrás de un muro

ser sólo botellas rotas,

latas rendidas de lluvia.

III

Si esta ciudad tuviera

un río que dividiera

en dos a la ciudad

(un solo carnaval)

sería la prueba clara

de que existimos: unos

acá, otros allá.

Nos miraríamos

de frente – y otras veces

por dentro, cada uno,

al ver los remolinos,

la turbiedad del agua

debajo de los puentes.

IV

Si una noche las gentes

salieran a buscar

sus amigos de infancia 12

(¿no es eso un carnaval?)

los baldíos vivirían

su noche memorable.

¡La ciudad bajo llave

y la vida de nuevo

en torno a las fogatas,

en el nivel del suelo!

Un carnaval es sólo

esto: bajar, bajar,

bajar hasta el estruendo.

V

Que se cayó la barda,

la barda de madera

podrida del baldío.

Que se cayó por fin.

Selva y basura asoman

a la avenida intacta,

a la avenida música.

¿Qué dirán los periódicos,

los partidos, las cámaras?

Que me he caído a fondo,

amor, que ya me voy,

ya di de mí, ya sobro.

¿Qué dirán de nosotros? 13

VI

Bien. Ya tenemos muro;

hay que mirarlo, ahora,

imaginar la casa;

es el mejor momento

de una edificación:

todo es limpio y posible,

todo es un don del aire,

todavía no hay nada

que contar, sólo sueños.

Quedémonos un poco

en esta prehistoria,

esta tierra de nadie

donde el muro es de todos.

14

Ajusco

Vaca, cuánta tristeza

en tus ojos ahora

que es lunes y el campo

es más inmenso y solo

y en torno a ti pululan

platos de cartón sucios

y latas de cerveza.

Pedazos de destierro

y calma se amontonan

en tu figura, vaca.

Miras alrededor

de ti, luego te agachas

hurgando en la basura

como un enorme perro.

Los restos de fogatas

parecen dentelladas

tuyas, no de los hombres

que incineran en ellas

antes de irse, último

rito de cohesión, vasos

de plástico y botellas.

La niebla cubre el cerro

y te rodea como

el mar a un promontorio,

y todo calla cuando

tu amplia maternidad,

de pronto, reclama entre

la bruma a tu becerro.

15

Bahía Quino

A Ethel

Esta mujer que abandona en la arena

su cuerpo es una roca que dibuja

la luz del mediodía, roca oscura

sin sed, sin ojos, sin sombra siquiera.

Esta mujer está tendida y sueña

que es una roca que la luz dibuja

en esta playa sin nombre. Sin duda

hay un ritmo de olas en sus venas.

En esta rada entra el mediodía

y borra los contornos de las rocas

y borra el mar de innumerables cuencas.

Y mientras sueña esta mujer tendida

que es una roca fija, una ola

se mete entre sus pies y la despierta.

16

Despedida

Los martes

llegaba un mendigo

con mandolina

a la sombra del cidro

bajo nuestra ventana

de persianas verdes

que abría mi madre

para darle dos manzanas;

nos mudamos un día,

nos fuimos lejos,

el martes llegó el mendigo

a nuestra casa abandonada

y sé que estuvo

largo tiempo tocando

su mandolina

baja nuestra ventana

a la sombra del cidro

antes de irse para siempre

de la colina

de nuestra casa.

27

La ola que regresa

A Sandra Suter, que se quedó nadando

Si te revuelca la ola

procura que sea joven,

esbelta, ardiente,

te dejará molido el cuerpo

y el corazón más grande;

cuidate de las olas

retórica y viejas,

de las olas con prisa,

y la peor de todas,

de la ola asesina,

la ola que regresa.

from Lotes Baldíos (1985)

18

In Limine

By the mercy of the sea

all beaches are born

for no reason and in no order,

one every thousand years,

one every hundred seas.

I was born on a beach

in Africa, my parents

took me north

to a hectic city,

today I live in the mountains.

I got used to the altitude

and I don’t write in my language,

on certain days of the year

I suffer from fainting fits and vertigo,

the plain returns to me,

I leave for whatever sea I can,

I take books that I don’t

read, that I never even opened,

the birds write

more subtle stories.

My sea is this sea,

defenceless, at first light,

it yields to the earth weapons,

toys, bunches

of algae, its whims, 19

it migrates like a circus,

leaves everything fallow:

the sea’s debris

that women love

like an older sister.

For the one who turns his back

on everything, I come

face to face with it all;

for the one who loses his edge,

I gain origins, land,

I gasp my varied and

solitary alphabet

and finally find my nomadic

desert tongue,

my true land.

20

Six Lizards

I

Who writes on the walls?

Who invents the jokes?

Who provides the punchlines?

It’s a perfect gift

we give ourselves,

this nomadic writing,

anonymous, interior,

something we all understand.

A city without it

is nothing, is properly dead,

the outside eats it,

it doesn’t live for itself,

it doesn’t even have a name.

II

The city has places

where nothing happens,

hidden vacant lots

behind an enclosing wall. Outside,

a painted telephone number

fades: no buyers. 21

Protected by the wall,

the lizard climbs,

the scrub thickens between

piles of rubbish. If there’s another life,

let it be like this. Broken bottles

behind a wall,

cans exhausted by the rain.

III

If this city had

a river that divided

it in two

(a single carnival)