Jenny decide —a regañadientes— vender su casa flotante para poder financiar su proyecto de investigación antropológica en Malasia. Al principio no aparecen compradores, pero un día, mientras ella está fuera pintando el barco, llega un hombre bien vestido para echar un vistazo al barco. Pero no es el barco lo único que admira... Parece genuinamente interesado, y Jenny pronto nota que está más interesada en su cuerpo que en su dinero...Este relato corto se publica en colaboración con la productora fílmica sueca, Erika Lust. Su intención es representar la naturaleza y diversidad humana a través de historias de pasión, intimidad, seducción y amor, en una fusión de historias poderosas con erótica. -
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Seitenzahl: 22
Veröffentlichungsjahr: 2019
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Olrik
Lust
Jenny la pirata - Literatura erótica
Original title:
Pirat Jenny Copyright © 2018, 2019 Olrik and LUST, an imprint of SAGA Egmont, Copenhagen All rights reserved ISBN: 9788726213423
1. E-book edition, 2019 Format: EPUB 2.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
El clima estaba mucho más caluroso de lo que Jenny había previsto cuando se puso su mono de trabajo favorito para pintar su adorada casa flotante de un color rojizo-marrón uniforme. Había estado viviendo en la casa flotante por tres años, pero ahora estaba tratando desesperadamente de conseguir que varias instituciones y universidades financiaran su proyecto favorito, en el que podría utilizar plenamente sus estudios en antropología, en lugar de ganarse la vida como asistente de kínder , como lo hacía de momento.
Su idea era estudiar jóvenes de todo el mundo que viajaban a Malasia para ayudar a rescatar huevos de tortugas marinas en peligro de extinción. Jenny tenía la teoría de que en ese preciso ambiente podría encontrar algunas tendencias sumamente interesantes para el futuro de la humanidad. ¿Qué clase de jóvenes querría pasar sus vacaciones así? ¿Cuál era su actitud al llegar? ¿Cómo se sentían al partir? ¿Y cómo podría ser la experiencia para ellos, seis meses después?
Jenny esperaba que una evaluación estrictamente científica de esa pequeña y limitada comunidad demostrara que proyectos de esa naturaleza no solo son buenos para las tortugas marinas, sino que también pueden ayudar a engendrar una cultura completamente nueva entre los futuros ciudadanos del mundo. Un nuevo sentido de comunidad y una nueva identidad, no solo como ciudadano de una nación en particular, sino como un ser humano en un planeta sobre el que todos tenemos una responsabilidad compartida.
Jenny no tuvo mucha suerte al lanzar su idea al ámbito académico, así que decidió darle vida al proyecto por su cuenta. Pensó que si ahorraba dinero y vendía su casa flotante, sería posible financiar el proyecto de manera independiente. Después de cuatro meses de anuncios en el periódico, en Internet y carteles en la casa flotante propiamente, no había aparecido ni un solo posible comprador. Los amigos de Jenny le habían sugerido con delicadeza que tal vez esto se debía a que la casa flotante parecía un almacén de drogas pintado como un arco iris y con sus luces de colores.