La Guerra Civil española 80 años después - Javier Cervera Gil - E-Book

La Guerra Civil española 80 años después E-Book

Javier Cervera Gil

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En noviembre de 2019 y con motivo del octogésimo aniversario del final de la Guerra Civil Española, la Universidad Francisco de Vitoria convocó y desarrolló un congreso internacional que contó con la participación de especialistas de primer nivel. Y junto con ellos, intervinieron un importante número de investigadores de los que más de una veintena presentaron una interesante variedad de comunicaciones. Estos son los trabajos que ofrecemos en esta publicación. En ellos, se abordan realidades concretas y puntuales facetas del conflicto cuyo resultado es una gran variedad en la temática y en los escenarios… Hay estudios centrados en Madrid, Barcelona, Valencia, Oviedo, Jaén o Mallorca, otros dos se centran en la participación italiana en la guerra, otro tiene como referencia a la antigua Checoslovaquia, incluso uno aporta información sobre la presencia de la guerra en México a partir de los exiliados. Entre sus temáticas encontramos el desarrollo bélico, la represión, la armada, el abastecimiento, el espacio urbano, instrumentos de investigación y fuentes, la cultura durante la guerra, fascismo, antifascismo y antiestalinismo, jesuitas y tradicionalistas, la actividad militar y la represión en la retaguardia o la divulgación de la Guerra Civil a través de un juego o mediante el documental. En este libro se ofrecen elementos a partir de los cuales cualquier interesado en la Guerra Civil Española podrá ampliar y aplicar sus propios conocimientos, análisis y reflexiones sobre este trágico episodio de la reciente historia de España.

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En noviembre de 2019, con motivo del octogésimo aniversario del final de la Guerra Civil española, la Universidad Francisco de Vitoria convocó y desarrolló un congreso internacional que contó con la participación de especialistas de primer nivel. Junto a ellos, intervino un importante número de investigadores de los que más de una veintena presentaron una interesante variedad de comunicaciones.

Estos son los trabajos que ofrecemos en esta publicación. En ellos se abordan realidades concretas y facetas puntuales del conflicto cuyo resultado es una gran variedad en la temática y en los escenarios. Hay estudios centrados en Madrid, Barcelona, Valencia, Oviedo, Jaén o Mallorca, dos se centran en la participación italiana en la guerra, otro toma como referencia la antigua Checoslovaquia e incluso uno aporta información sobre la presencia de la guerra en México a partir de los exiliados.

Entre sus temáticas encontramos el desarrollo bélico, la represión, la armada, el abastecimiento, el espacio urbano, diversos instrumentos de investigación y fuentes, la cultura durante la guerra, el fascismo, el antifascismo y el antiestalinismo, los jesuitas y tradicionalistas, la actividad militar y la represión en la retaguardia o la divulgación de la Guerra Civil a través de un juego o mediante el género documental.

En este libro se ofrecen elementos a partir de los cuales cualquier interesado en la Guerra Civil española podrá ampliar y aplicar sus conocimientos, análisis y reflexiones sobre este trágico episodio de la reciente historia de España.

La Guerra Civil española 80 años después

Debate entre historiadores

Congreso internacional, 27, 28 y 29 de noviembre de 2019

Universidad Francisco de Vitoria (Madrid)

La Guerra Civil española 80 años después

Congreso internacional. 27, 28 y 29 de noviembre de 2019. UFV (Madrid)

Comité de honor

Alberto López Rosado (Universidad Francisco de Vitoria)

Comité Organizador y Científico

Presidentes

Javier Cervera Gil (Universidad Francisco de Vitoria)

Ángel Bahamonde Magro (Universidad Carlos III de Madrid)

Vicepresidente

Clemente López González (Universidad Francisco de Vitoria)

Vocales

Javier Gómez Díez (Universidad Francisco de Vitoria)

Carlos Romero Díaz (Universidad Francisco de Vitoria)

Ernesto Villar Cirujano, (C.U. Villanueva. UCM)

Luis Gonzalo Díez (Universidad Francisco de Vitoria)

Isidoro Jiménez Zamora (Universidad Francisco de Vitoria)

José Miguel Hernández Barral (C.U. Villanueva. UCM)

© 2019 Javier Cervera Gil de la coordinación

© 2019 Los autores de sus textos

© 2019 Editorial UFV

Universidad Francisco de Vitoria

[email protected] // www.editorialufv.es

Primera edición: diciembre de 2019

ISBN edición papel: 978-84-17641-70-2

ISBN edición digital: 978-84-17641-71-9

ISBN edición ebook: 978-84-18360-70-1

Depósito legal: M-39530-2019

Diseño de portada: Cruz más Cruz

Imagen de portada: Unidad de Diseño Universidad Fracisco de Vitoria

Yolanda Palazón, J. Damián Pecci,

David Chico y Patricia Carrascosa

Producción gráfica: MCF TEXTOS, S. A.

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Esta editorial es miembro de UNE, lo que garantiza la difusión y comercialización de sus publicaciones a nivel nacional e internacional.

Este libro puede incluir enlaces a sitios web gestionados por terceros y ajenos a EDITORIAL UFV que se incluyen solo con finalidad informativa. Las referencias se proporcionan en el estado en que se encuentran en el momento de la consulta de los autores, sin garantías ni responsabilidad alguna, expresas o implícitas, sobre la información que se proporcione en ellas.

Impreso en España - Printed in Spain

ÍNDICE

Prólogo

Javier Cervera Gil

Y ¿Madrid?, ¿qué come Madrid? El abastecimiento de la capital de la República a través de la mirada de Francia y Gran Bretaña

Ainhoa Campos Posada

La Gran Vía madrileña, un «microcosmos» de la Guerra Civil española: 1936-1939

Amparo Alcaraz Montesinos

«La revolución no se hace con agua de rosas». Los comités madrileños y la puesta en marcha de la «justicia del pueblo» (verano-otoño de 1936)

Fernando Jiménez Herrera

Julián Gorkín, del idealismo revolucionario al antiestalinismo en la Guerra Civil española

Andrés Ortí Buig

El oro de Barcelona. Galarza, Prieto, García Oliver y el antifascismo italiano (1936-1937)

Saverio Werther Pechar

Organización de la provincia y ciudad de Jaén a partir del golpe militar del 18 de julio

Antonio Carmona Navas

Limitaciones externas de la flota republicana: la indefensión legal republicana

Jorge Peñalva Acedo

Condicionantes y factores estratégicos en el asedio de Oviedo (1936-1937)

Iván Mallada Álvarez

El proyecto «Espacios de la batalla de Mallorca 2017-2022». La intervención arqueológica en el sector de Son Carrió y los combates en torno a Son Servera

Gonzalo Berger Mulattieri, Manuel Aguilera PovedanoAlejandra Linares Figueruelo y Elisabeth Ripoll Gil

La cultura ante la Guerra: el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura y el Instituto Obrero (1937)

Víctor Benavides Escrivà

La cárcel de mujeres de Alacuás (1937-1938). Las mujeres de la derecha y la aplicación de las leyes penales durante la Guerra Civil española

Desirée Torralba Mesas

Jesuitas en la Guerra Civil

Jorge García Ocón

La delegación apostólica de don Carlos María Isidro. Un precedente en las relaciones entre el Vaticano y la España insurgente

Simone Bande

La Italia fascista y su retaguardia durante la Guerra Civil española (1936-1939)

Edoardo Mastrorilli

Checoslovaquia, embargo y contrabando de armas en la Guerra Civil española

Miguel Alonso Berrio

Ibicencos: Guerra Civil y exilio en México

María Mercedes Molina H.

Fuentes para el estudio de la Guerra Civil. Los expedientes judiciales del Archivo General e Histórico de Defensa

Marta Monterroso López, Eva María González García, Blanca R. Pascual Gonzalo, José David Rodríguez García y Nuria Ruiz Guillén

La narración documental de la Guerra Civil en el siglo XXI

Manuel Gómez Segarra

Divulgación de la Guerra Civil española a través de la gamificación y la historia contrafactual: el juego de mesa Brigada: 1936

Mario Alaguero Rodríguez

PRÓLOGO

Javier Cervera Gil

Universidad Francisco de Vitoria

En 2019 se cumple el 80.º aniversario del final de la Guerra Civil española. Por este motivo, en la Universidad Francisco de Vitoria se convocó y desarrolló un congreso internacional en el que, con la participación de especialistas de primer nivel, se abordaron diversos temas o episodios relevantes del conflicto español.

Junto con ello, se hizo un llamamiento para que participaran en el evento investigadores interesados y ocupados en el tema con aportaciones que pudieran presentar avances o partes significativas de sus trabajos sobre diversos aspectos de la Guerra Civil. Esta convocatoria fue atendida por un buen número de estudiosos e interesados en el conflicto español de la década de 1930. Casi una veintena de expertos han presentado interesantes trabajos centrados en diversos y múltiples aspectos y campos de estudio de la Guerra Civil española. A través de comunicaciones, investigadores, doctorandos y doctores, documentalistas y profesores expusieron avances en sus conocimientos, reflexiones sobre espacios y realidades del conflicto e, incluso, trabajos sobre formas y medios para la difusión del conocimiento de la Guerra Civil. Como la dinámica de esta reunión científica consistía siempre en sesiones de debate en las que se contrastaban posiciones o pareceres sobre diversos temas, también la exposición de estos trabajos respondió al mismo esquema: dos sesiones durante las cuales los comunicantes expusieron con brevedad el contenido esencial de sus aportaciones para después ponerse a disposición de los asistentes al congreso y resolver sus preguntas y comentarios que, en ambos casos, animaron un interesante debate.

Todas estas comunicaciones presentan gran altura científica y suscitaron entre los asistentes vivos intercambios de pareceres, interesantes preguntas, aportaciones de otros congresistas y debates de ideas y planteamientos sobre temas diversos. Ello resultó enriquecedor porque se habló, discutió, compartió…, de forma rigurosa, de las distintas visiones de la Guerra Civil sobre los temas propuestos en esas comunicaciones. Con esta publicación ofrecemos al lector estos trabajos para que puedan ser conocidos, analizados y motivo de reflexión. Quién sabe, tal vez sean el origen de otras preguntas y, por tanto, de nuevas investigaciones.

El elenco de comunicantes ha sido variado, lo que ha enriquecido mucho los contenidos del congreso. Tenemos investigadores ya consagrados con su doctorado, algunos doctorados recientemente y otros que lo obtuvieron ya hace años. En otros casos estamos ante profesores veteranos que enriquecen su docencia con un constante interés investigador que, en este caso, se dirige hacia la Guerra Civil española. Además, hallamos también jóvenes investigadores que han encontrado un hueco en la preparación de su doctorado y han tenido la deferencia de ofrecernos un pequeño avance de sus investigaciones en curso en este congreso. Incluso hemos contado con un interesante trabajo de un grupo de profesionales pertenecientes a un importante archivo madrileño que han dado a conocer a los investigadores los relevantes fondos de su centro de investigación para animarles, de esta forma, a trabajar en este importante centro documental que conserva documentación fundamental para avanzar en el conocimiento del conflicto español.

Entre todas las propuestas encontramos también una gran variedad de temática y de escenarios… Hay estudios centrados en Madrid, Barcelona, Valencia, Oviedo, Jaén, Mallorca, dos se centran en la participación italiana en la guerra, otro tiene como referencia la de la antigua Checoslovaquia, incluso uno aporta información sobre la presencia de la guerra en México a partir de los exiliados. Entre sus temáticas encontramos el desarrollo bélico, la represión, la armada, el abastecimiento, el espacio urbano, instrumentos de investigación y fuentes, la cultura durante la guerra, fascismo, antifascismo y antiestalinismo, jesuitas y tradicionalistas, la actividad militar y la represión en la retaguardia o la divulgación de la Guerra Civil a través de un juego o mediante el documental.

En las páginas que siguen el lector encontrará tres comunicaciones sobre Madrid que abordan diversos aspectos de la retaguardia republicana. Ainhoa Campos Posada nos habla del grave problema del abastecimiento en la capital, su incidencia en la moral de la población y la percepción que de este grave problema tenían la diplomacia francesa y británica. Un análisis de la Gran Vía como un «microcosmos» de la vida cotidiana de la retaguardia madrileña es el objeto de estudio del trabajo aportado por la profesora Amparo Alcaraz Montesinos que, además, analiza con detalle la cartografía de los bombardeos y la identidad de las víctimas. El joven doctor Fernando Jiménez Herrera, en consonancia con su ya conocida línea de investigación, acomete un estudio de cómo fueron y actuaron los complejos procesos revolucionarios que se pusieron en marcha en los diversos comités que protagonizaron esa realidad revolucionaria del Madrid republicano, especialmente al comienzo de la guerra.

Otro escenario presente en las comunicaciones es Barcelona. En la Ciudad Condal desarrolló su actividad Julián Gorkín, cuya controvertida figura es objeto del análisis de Andrés Ortí Buig, de la Universidad Jaume I. Ortí se centra en este destacado miembro del POUM y cómo experimentó, en sus actos y escritos, una evolución desde el idealismo por la revolución al antiestalinismo más ortodoxo. Saverio Werther Pechar, investigador italiano vinculado a la AICVAS —Associazione Italiana Combattenti Volontari Antifascisti di Spagna (Asociación italiana de combatientes voluntarios antifascistas de España)— expone el poco conocido episodio de las vicisitudes derivadas del traslado de las riquezas que, como resultado de incautaciones, se habían almacenado en la madrileña Dirección General de Seguridad. Estas, ante el peligro que se cernía sobre Madrid en noviembre de 1936, fueron llevadas a Barcelona y París por orden de Ángel Galarza y Manuel Muñoz, lo que generó tensiones, problemas e incluso inestabilidad en el Gobierno republicano.

Antonio Carmona Navas viene desde Jaén para presentarnos un análisis sobre la guerra en su provincia, un territorio que no fue escenario de grandes batallas, pero al que afectaron significativamente muchos acontecimientos que se desarrollaron en otros puntos de España relacionados con la violencia política (como los Trenes de la Muerte en Madrid), la llegada de evacuados de otras provincias andaluzas, el asentamiento de unidades militares para su recuperación y la ocupación final por los vencedores franquistas.

Un aspecto bélico peculiar lo constituyó la actuación de la Armada durante la guerra. Jorge Peñalva Acedo analiza las dificultades de actuación de la flota en manos del bando leal debidas a la escasez de mando efectivo y cómo en ello tuvieron mucho que ver las posiciones de Gran Bretaña, primero, y de Francia, después, que, atendiendo a sus intereses, perjudicaron a la República.

Luego nos iremos a otro punto de España con el análisis de un hecho conocido de la Guerra Civil visto desde una perspectiva original. Iván Mallada Álvarez analiza los quince meses del asedio de Oviedo desde la influencia de su emplazamiento geográfico, en una depresión rodeada de grandes montañas y se centra en cómo la orografía fue un elemento importante para el éxito de la defensa. A partir de ello, Mallada hace referencia al patrimonio de alto valor cultural y didáctico que suponen las decenas de fortificaciones que, ochenta años después, dan testimonio de aquellos acontecimientos.

Continuaremos en la faceta militar de la Guerra Civil y nos centraremos en la importancia de los restos arqueológicos, cuya recuperación aporta importante conocimiento al desarrollo bélico del conflicto español. A continuación, un equipo de investigadores de Mallorca y Barcelona (Gonzalo Berger Mulattieri, Manuel Aguilera Povedano, Alejandra Linares Figueruelo y Elisabeth Ripoll Gil) nos presenta un interesante trabajo sobre cómo se desarrolló la batalla de Mallorca en la zona de Son Carrió y Son Servera. Este trabajo es producto de un proyecto de investigación iniciado en 2017 y ya ha llevado a cabo tres campañas arqueológicas que han aportado importante conocimiento sobre los combates que tuvieron lugar en la isla entre el 16 de agosto y el 4 de septiembre de 1936. Merece la pena conocer los avances de este proyecto arqueológico-histórico que nos presentaron en el congreso.

Con Valencia como escenario, ofrecemos dos trabajos. Uno de ellos, presentado por el doctorando de la Universidad de Valencia Víctor Benavides Escrivá, se centra en el impacto en Valencia del II Congreso Internacional para la Defensa de la Cultura que tuvo lugar en 1937 y en el peso que tuvo en ello la intervención del Instituto Obrero. Desde la Universidad Internacional de Valencia, Desirée Torralba Mesas ha aportado a este libro una comunicación sobre la condición y la situación en la que vivieron las mujeres de la cárcel de Alacuás entre 1937 y 1938, y cómo fueron tratadas y juzgadas en los procesos judiciales a los que fueron sometidos.

Seguidamente, nos adentraremos en temas relacionados con el aspecto religioso de la Guerra Civil pero desde dos perspectivas distintas. Jorge García Ocón presenta un estudio sobre el apoyo de los jesuitas a la España franquista durante la guerra, hasta el punto de que muchos de ellos se fueron incorporando desde fuera de España al bando sublevado en diversas situaciones y actuaciones, algunos como capellanes castrenses. Después, el investigador italiano Simone Bande, también miembro de la AICVAS, hace un curioso estudio comparado entre el papel del Vaticano en su relación con el carlismo en los conflictos del siglo xix y sus posibles continuidades y similitudes con la situación de las complicadas relaciones de la Santa Sede con la España franquista en la Guerra Civil (1936-1939).

Otro miembro de la AICVAS, Edoardo Mastrorilli, presenta un interesante trabajo sobre un aspecto menos conocido del impacto del conflicto español en Italia: cómo la Guerra Civil contribuyó a reactivar a los antifascistas en Italia y en el extranjero e incluso —afirma— abrió una grieta en el consenso en torno al régimen italiano en el interior del país.

Continuaremos con otro escenario fuera de España, aunque muy distinto al italiano: Checoslovaquia. Miguel Alonso Berrio se acerca al tema del tráfico de armas en torno a la Guerra Civil española desde el país que, en la década de 1930, era el mayor exportador de armas, con la paradoja de que fue, además, uno de los miembros fundadores del Comité de No Intervención que impuso un embargo de armas durante la Guerra Civil. A pesar de ser una democracia en la Europa central, su gobierno prohibió las exportaciones militares al Gobierno republicano, aunque lo reconociera como el único legítimo en España. No obstante, Alonso Berrio analiza cómo esta posición checoslovaca no evitaría el contrabando y las violaciones del embargo, las campañas nazis contra Checoslovaquia, las complicadas relaciones de Praga con México, Bolivia o Portugal o la animadversión de la España franquista durante el conflicto.

Desde la Universidad de Caldas, en Colombia, durante el congreso nos ha visitado la doctora María Mercedes Molina para presentarnos un trabajo elaborado a partir de fuentes orales sobre la memoria de los exiliados de la Guerra Civil española en México procedentes de la isla de Ibiza, especialmente a partir del testimonio del antropólogo Ángel Palerm.

Cinco profesionales del Archivo General e Histórico de la Defensa, con sede en Madrid, firman un trabajo en el que han presentado a los asistentes al congreso las enormes posibilidades para la investigación que alberga este archivo militar, no solo exponiendo la variedad fondos que acoge este centro, sino apuntando las posibles líneas de investigación que pueden desarrollarse a partir de los fondos conservados en esta institución.

Para cerrar esta publicación presentamos dos trabajos que se adentran en el terreno de la divulgación rigurosa, pero a la vez amena, de la Historia de la Guerra Civil. Una primera forma habitual en nuestra sociedad es el recurso a las imágenes y ello es lo que propone Manuel Gómez Segarra en su comunicación sobre la narración documental. El profesor Gómez analiza cómo se ha representado y contado la Guerra Civil española en largometrajes documentales de producción española de este siglo y la influencia que en ello ha tenido el presente y, en concreto, el auge del memorialismo histórico de los últimos años.

Pero más curioso es el tema abordado por el profesor Mario Alaguero Rodríguez: cómo divulgar el conocimiento sobre la Guerra Civil española a través de un juego de mesa que el propio comunicante ha presentado en el congreso. El autor parte de la constatación de que buena parte de la población no está dispuesta a realizar el esfuerzo que requiere el estudio de este proceso histórico. Por ello, Alaguero propone una herramienta didáctica para convertir un proceso histórico muy complejo en una mecánica de juego simplificada que favorezca tanto su disfrute como su utilidad. Además, la mecánica del juego permite que cada partida derive en un relato diferente de historia contrafactual. El objetivo es que los usuarios empaticen con los líderes de la contienda y comprendan, a través de sus decisiones, la deriva de la Guerra Civil española.

En suma, como se ha recogido al comienzo de esta introducción, esta relación de diecinueve trabajos han completado de forma muy enriquecedora e interesante la exposición de las ponencias y los debates del congreso internacional «La Guerra Civil española 80 años después. Debate entre historiadores». A partir de la lectura de estas comunicaciones, el lector se planteará preguntas, suscitará en él reflexiones e invitará a cualquier interesado por la Guerra Civil española a seguir investigando para continuar aportando un conocimiento serio y riguroso sobre este trágico episodio de la reciente historia de España.

Diciembre de 2019

Y ¿MADRID?, ¿QUÉ COME MADRID?EL ABASTECIMIENTO DE LA CAPITALDE LA REPÚBLICA A TRAVÉS DE LA MIRADA

DE FRANCIA Y GRAN BRETAÑA

Ainhoa Campos PosadaUniversidad Complutense de Madrid

LA CENTRALIDAD DEL PROBLEMA DEL ABASTECIMIENTO DE MADRID EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Resulta especialmente interesante estudiar el desarrollo del problema del abastecimiento republicano a través del ejemplo de Madrid. Fue en esta ciudad donde primero se manifestó dicho problema, que posteriormente se fue extendiendo a las otras dos grandes urbes del territorio gubernamental, Valencia y Barcelona, y finalmente al resto de la retaguardia. Por otro lado, lo que ocurría en Madrid tenía una resonancia especial en el resto del país y, a ojos del extranjero, primero debido a su condición de capital y objetivo estratégico de primer orden de los sublevados y después por su importante valor propagandístico, al constituir el primer lugar que resistió el envite del hasta entonces imparable ejército sublevado (Souto, 2000, p. 49; Aróstegui, 2006, p. 48).

Esta importancia fundamental no era ajena al Gobierno, que también era plenamente consciente de la necesidad de abastecer a la ciudad para mantener el orden en la misma, enfrentarse a los ataques enemigos y dar la impresión de cara al exterior de que tenía la capacidad de gestionar las dificultades planteadas por la guerra y la revolución y, por tanto, podía acabar resultando victorioso en el conflicto.

Los problemas que debían enfrentar eran, sin embargo, de naturaleza variada y de enorme dificultad. La propia guerra, que había dividido el territorio nacional en dos, era el origen del primero de ellos: la pérdida de los mercados en los que Madrid se abastecía tradicionalmente y la consecuente necesidad de reconstruir las redes de suministro (Bahamonde y Cervera, 2000, p. 210). Esta tarea, a su vez, quedaba gravemente comprometida por la descomposición en la que quedó el territorio republicano tras el golpe debido a la toma de poder en las calles por parte de las milicias armadas de partidos y sindicatos, una situación que fue progresivamente revertida durante los gobiernos de Largo Caballero y Negrín, pero que complicó la adecuada distribución de los recursos, la gestión de los transportes o incluso la importación y exportación de bienes básicos (Graham, 2002). La progresiva pérdida de territorio y la necesidad de invertir preciadas divisas extranjeras en comprar armas en un mercado internacional complicado por el acuerdo de no intervención no hicieron más que complicar la situación, disminuyendo la cantidad de producción de materias primas y de dinero disponible para comprar víveres en el exterior (Barciela, 2009). A nivel local, la competencia por los recursos con Intendencia, que tenía una posición prioritaria en el esquema de distribución; la existencia de numerosos organismos y comités que escapaban al control del Gobierno y mantenían sus propios mecanismos de abastecimiento; el mercado negro y el acaparamiento contribuían a complicar la situación (Bahamonde y Cervera, p. 242).

Los diferentes gobiernos de la República ensayaron diversos sistemas de centralización del abastecimiento que, ineficaces para hacer frente a estos y a otros problemas, no consiguieron resolver la situación. Madrid, que mantuvo una población de en torno al millón de habitantes durante toda la guerra, no fue capaz de introducir víveres suficientes para todos ni de repartirlos equitativamente, como tampoco pudo evacuar al número suficiente de personas para aligerar la carga que su suponía abastecimiento (Campos, 2018). Las cartillas de racionamiento, introducidas en noviembre de 1936, no aportaban lo suficiente para cubrir las necesidades de los ciudadanos, que tuvieron que recurrir a diversas estrategias para sobrevivir (Grande, 1986, pp. 63-64). En este contexto, el mercado negro se convirtió en uno de los protagonistas de la economía de la ciudad, donde los más diversos productos se vendían a precios muy por encima de la tasa establecida por las autoridades (Valero y Vázquez, 1978, p. 460).

El hambre fue uno de los factores que más contribuyó a minar la moral de los madrileños y a extender tanto el cansancio por la guerra como el deseo de que esta terminara. Pese a la censura, la propaganda y la persecución del derrotismo, la República no pudo evitar que se extendiera el desánimo entre la población, acertadamente alentado por la propaganda franquista y que acabó influyendo en que el golpe de Casado en marzo de 1939 y su enfrentamiento con los comunistas tuviera lugar en medio de la apatía generalizada de los madrileños.

«EL FINAL DE ESTA GUERRA VENDRÁ COMO EN 1918»:1 LA IMPORTANCIA DEL ABASTECIMIENTO EN LOS INFORMES DIPLOMÁTICOS FRANCESES Y BRITÁNICOS

Por la importancia que la Guerra Civil española tuvo en el tenso contexto internacional previo a la Segunda Guerra Mundial, las misiones diplomáticas de diversos países siguieron el acontecimiento con especial atención. Francia e Inglaterra, las dos potencias que más protagonismo tuvieron en el acuerdo de No Intervención y que más interés tenían en evitar el desbordamiento del conflicto español, no fueron una excepción.

Ambos países ya habían experimentado las características de la guerra total en la conflagración mundial en la que se vieron inmersas entre 1914 y 1918. Una de las lecciones de este conflicto había consistido precisamente en la toma de conciencia de la importancia de mantener bien abastecida la retaguardia para evitar el desplome de la moral de la población. Un proceso de especialización internacional en la producción de alimentos había hecho a Gran Bretaña y Alemania especialmente dependientes de los aportes exteriores para alimentar a su población y, por tanto, más vulnerables ante el bloqueo de sus redes de abastecimiento. Durante la Primera Guerra Mundial, ambas potencias convirtieron este en uno de sus objetivos principales, y aunque los submarinos alemanes causaron enormes pérdidas a los aliados, Gran Bretaña fue la potencia exitosa en el despliegue de un bloqueo económico que afectó profundamente tanto a la economía como a la moral alemanas. Así, una de las razones de la derrota de Alemania fue la escasez de comida y su impacto negativo en la moral tanto de los combatientes como de los civiles (Collingham, 2011, pp. 23-25). Esta hipótesis estaba muy presente en la mentalidad de ambos países en la década de 1930, e hizo que sus diplomáticos e informantes concedieran en sus informes una especial importancia al abastecimiento de la retaguardia republicana y, concretamente, de Madrid.

Sin embargo, durante las primeras semanas de la guerra, los servicios de información de Francia y Gran Bretaña prestaron muy poca atención a esta cuestión. La urgencia del momento llevó a que los informes se centraran en la descripción de la situación general y la seguridad de sus colonias de ciudadanos. La ruptura de comunicaciones con Madrid durante varios días complicó la llegada de noticias desde las embajadas a sus respectivos gobiernos, lo que acentuó la necesidad de centrarse en otros aspectos cuando finalmente se restablecieron. En estas primeras jornadas, la única preocupación relacionada con el abastecimiento fue la de procurar que se mantuviera el de las embajadas y el personal diplomático. De hecho, en la reunión de varios cuerpos diplomáticos que tuvo lugar el 23 de julio, se demostró que los principales intereses de los mismos consistían en asegurar la protección de los ciudadanos de sus respectivos países y de sus propiedades, relegando el suministro de víveres al cuarto y último punto de su lista de reivindicaciones. Además, como comunicó Mr. Unwin, asistente del secretario comercial británico, la preocupación por esta cuestión había disminuido claramente desde que se habían retomado las comunicaciones con Valencia y se había reestablecido el envío de víveres desde Levante.2

Sin embargo, la cuestión del abastecimiento no iba a permitir relajarse a los cuerpos diplomáticos presentes en Madrid. Mientras las fuerzas sublevadas avanzaban cosechando una victoria tras otra, empeoraba la situación de la ciudad. Las dificultades para reorganizar el abastecimiento de una metrópoli que hasta entonces necesitaba del aporte diario de miles de toneladas de víveres se vieron multiplicadas por la pérdida de poder efectivo del Estado y la situación revolucionaria que desencadenó la sublevación en la retaguardia republicana. La toma de Talavera el 3 de septiembre complicó aún más la situación, cortando las comunicaciones con redes de abastecimiento provenientes de Castilla La Mancha. Previendo el peligro de asedio que se acechaba sobre la capital, George Ogilvie-Forbes, encargado de negocios y máxima autoridad debido a la ausencia del embajador, Henry Chilton, que se había quedado en Hendaya, empezó a acumular víveres para asegurar el suministro de la colonia británica.3

Hasta ese momento, el rápido avance de los sublevados hacia la capital hacía suponer a ambos países que la Guerra Civil sería corta. Pero el estancamiento de las tropas de Franco a las puertas de Madrid dejó claro de que el abastecimiento había cobrado una importancia estratégica de primer orden: si la ciudad se mostraba inconquistable al asalto, quizá su desmoralización a través de los bombardeos y el hambre fueran la clave para forzar su rendición. Contra todo pronóstico, la ciudad, que el Gobierno había abandonado el 6 de noviembre, resistió el ataque. Lo que no pudo hacer fue mantener el abastecimiento de sus habitantes ante una situación que era y continuó siendo desde entonces cercana al cerco, con la carretera de Valencia como única vía de comunicación con el exterior. La escasez se generalizó y en ambos consulados se temía que acabaran desatándose la hambruna y la epidemia.

La preocupación por la situación de los madrileños se extendió a nivel internacional. Una prueba de ello es que, el 21 de noviembre, representantes de Argentina preguntaron al Gobierno de su majestad si se iba a organizar algún tipo de ayuda humanitaria internacional para el pueblo madrileño. El Foreign Office consideraba que la iniciativa era aún prematura y que la presión sobre los suministros era inseparable de la guerra moderna; es más, desde este organismo se afirmaba que lo que estaba haciendo Franco venía guiado por los mismos principios que los que orquestaron el bloqueo naval británico sobre Alemania durante la Primera Guerra Mundial.4 Intervenir en aspectos humanitarios, según esta premisa, era ya «demasiada intervención»: esta será una idea que se repita recurrentemente tanto en informes británicos como franceses.

Ante el creciente interés por conocer la gravedad de la situación, en diciembre de 1936 la Sociedad de Naciones envió una delegación encargada de estudiar el estado sanitario de la ciudad. Sus conclusiones fueron que Madrid se encontraba en un estado sanitario sorprendentemente bueno dadas las circunstancias, pero que las dificultades de abastecimiento acabarían minándola a no ser que se produjera la evacuación de la población civil.5

En este punto el informe coincidía con lo manifestado por los diplomáticos de ambos países: la única solución al problema de abastecimiento de Madrid era la evacuación. En ello también coincidían con las autoridades republicanas, que desde noviembre hacían campaña por la evacuación a través de todos los medios posibles. Sin embargo, la dificultad logística de esta tarea también era enorme: ni había medios de transporte suficientes para evacuar a las 400 000 personas que se calculaba debían abandonar la ciudad ni muchas de ellas estaban dispuestas a hacerlo, ya que nadie les garantizaba que su situación como refugiados fuera mejor que la que tenían en Madrid. Así, se calculaba que debían evacuar de la ciudad a unas 20 000 personas al día, pero los informes diplomáticos señalaban que el Gobierno republicano se daba por satisfecho si se llegaba a las 7000 diarias,6 cifra que, según el informe de la delegación de la Sociedad de Naciones, realmente se alcanzaba. El 5 de febrero el francés afirmaba que la evacuación era irrealizable.7

Los siguientes meses, durante los cuales se continuó desarrollando la batalla de Madrid, siguió estando muy presente la idea de que la ciudad podría acabar rindiéndose por hambre.8 En un punto intermedio estaba la preocupación por el cierre del cerco en torno a la ciudad, que llevó a los encargados del Lycee Francais a elaborar una lista de necesidades de productos básicos que debía surtirles la embajada para tener existencias de cara a un asedio total.9 En torno a esta cuestión, es preciso mencionar que se suele mantener cierta hipótesis en los informes enviados tanto al Foreign Office como al Quai d’Orsay: la de que las fuerzas de Franco podían haber cerrado por completo los accesos a Madrid, y que si no se había tomado dicha decisión se debía a la carga que representaba el abastecimiento de la ciudad.10

El final de la batalla de Madrid y el traslado de la actividad militar a la franja norte del país llevó a los informadores a considerar que se había llegado a una suerte de empate de incapacidades en el que ninguno de los lados era suficientemente fuerte para imponerse en el campo de batalla. En julio de 1937 el diagnóstico seguía siendo el mismo: en un informe que recopilaba los acontecimientos durante el año que acababa de cumplir el conflicto, Chilton afirmaba que se encontraban ante una guerra de agotamiento.11 El final se veía lejano, coincidiendo además con una mejora general de los abastecimientos en la retaguardia republicana, de la que también participó Madrid.

Algunos, sin embargo, continuaron creyendo que la amenaza de hambruna era inminente en la ciudad. En el lado británico, sobre todo, se afirmaba que los más desfavorecidos eran las clases medias y altas, pues, al no estar respaldadas por partidos ni sindicatos, no accedían al reparto de comida. Por su parte, en los informes franceses se solía resaltar que las clases acomodadas podían obtener productos en el mercado negro, lo que desesperaba a las clases populares.12 El enfoque que probablemente más se acercara a la realidad de la ciudad fue, sin embargo, el que utilizó el cónsul en Alicante para describir la situación de su ciudad, admitiendo que los más desesperados eran aquellos que no accedían al circuito de víveres alternativo protagonizado por aquellos que no tenían un puesto en un lugar privilegiado de la administración o fabricación de bienes de primera necesidad, no estaban afiliados a partidos y sindicatos ni contaban con un familiar que les hiciera participar de este circuito no oficial.13

Durante la primavera y el verano de 1937, los informes diplomáticos ahondaron en las desigualdades y roces que percibían en la sociedad madrileña. En mayo, los franceses señalaron que la opinión pública madrileña no entendía el «egoísmo de Levante», al que consideraban que no hacía suficiente por Madrid, mientras que en junio destacaban la competencia entre el Ayuntamiento de la ciudad e Intendencia por los recursos que llegaban a Madrid.14 Así, el descontento por la escasez y la desigualdad del reparto en general acabó por protagonizar los mítines de agosto, en los que se pasó de «incitar a la gente a tomar las armas contra el fascismo a expresar indignación por la situación de las subsistencias y quienes hacían negocio con ellas».15

La conclusión era que la escasez de comida y la desigualdad en su reparto estaban abriendo importantes grietas entre los madrileños. Excepto los más privilegiados, la mayor parte de la población se mantenía con una dieta escasa y poco variada, sin aportes proteínicos ni vitaminas, pero suficiente para salir adelante. Un informe francés señalaba que, en los últimos meses, los madrileños se habían alimentado principalmente de arroz y legumbres secas.16 El problema del abastecimiento de Madrid, por tanto, era grave, pero no había derivado en la hambruna tantas veces pronosticada ni había hundido la resistencia de la ciudad.

En este sentido, el sustituto de Forbes, John Leche, empezó a cuestionarse si el factor de los abastecimientos no estaba siendo sobreestimado por los informes británicos, una línea que continuaron otros británicos, entre ellos Henry Chilton, que señalaba que, mientras se mantuvieran bien alimentadas las fuerzas de seguridad y el ejército se podría conservar la resistencia republicana. Leche veía menos signos de colapso en noviembre de 1937 que en 1936.17 ¿Y cómo era posible? Una de las respuestas preferidas por los diplomáticos de ambos países, teñida de los prejuicios de la época, era la de que «la resistencia española es mayor que la de otros países más civilizados», por estar más acostumbrados a la miseria que el resto de los europeos.18

Con el segundo invierno de la guerra, el paréntesis del verano de 1937 quedó liquidado y la situación siguió evolucionando de manera desfavorable para la República. En los primeros meses de 1938, el Foreign Office recibió varios informes sobre la situación económica de la misma que reforzaron la idea de que el factor que acabaría terminando con la República era el hambre, pero que este fin podía prolongarse mucho.19

La situación continuó deteriorándose a lo largo de 1938. En la primavera de dicho año, Francia encontró cada vez más difícil alimentar a la colonia y a los hospitales franceses en Madrid.20 Las raciones de los madrileños de a pie eran cada vez más exiguas, y el cónsul francés afirmó en septiembre de 1938 que tanto él como el cónsul de Suiza habían visto a gente desmayarse por inanición.21

Los informes diplomáticos señalan a una población cada vez más desmoralizada que ansía el final de la guerra. En este contexto, tanto unos como otros consideraron de forma unánime que los bombardeos de panecillos inaugurados en octubre resultaron exitosos, al contrario de lo que afirmó la prensa y las autoridades madrileñas.22

Las protestas de mujeres en diciembre de 1939, ocasionadas por el parón en el suministro de leche, 23 llamaron poderosamente la atención de británicos y franceses, que ya habían señalado el protagonismo femenino en las colas; en las protestas de diciembre de 1936 y en un intento de acercamiento al presidente de la República, Manuel Azaña, cuando este visitó el barrio obrero de Cuatro Caminos en noviembre de 1937.24

Esta situación generó una enorme campaña de solidaridad internacional que poco pudo hacer por evitar la descomposición republicana. Tras la caída de Cataluña, en febrero de 1939 ambos países reconocieron a Franco: al mes siguiente, el Foreign Office se puso manos a la obra para enviarle camiones y víveres destinados a Madrid para cuando la ciudad fuera finalmente conquistada.25 Desde el cálculo político, y basándose en todas las informaciones remitidas por sus diplomáticos y agentes, haber preparado estos envíos antes solo habría servido para enemistarse con el que iba a alzarse con la victoria en la guerra.

CONCLUSIONES

Guiadas por la lección aprendida en la Gran Guerra, tanto Francia como Gran Bretaña prestaron una especial atención al abastecimiento de la retaguardia republicana y creyeron que los problemas que este planteó acabarían teniendo un protagonismo esencial en el desenlace del conflicto. Así lo expresaron a lo largo de toda la guerra en los informes que remitieron a sus respectivos gobiernos.

Este protagonismo implicaba, como aseguraron en numerosas ocasiones, que la población civil era un objetivo más de las estrategias desarrolladas en el marco de la guerra total y que tanto intervenir como no hacerlo implicaba posicionarse en uno u otro bando, especialmente para Gran Bretaña, a la que le interesaba asegurarse el instrumento del bloqueo económico en futuras guerras.

A nivel de imagen, la de la República también quedó dañada por los problemas de abastecimiento, lo que contribuyó a que ambos países consideraran que su derrota frente a Franco fuera el desenlace más probable del conflicto.

Resulta paradójico que, a pesar de la gran importancia concedida a este tema, una vez terminada la Guerra Civil española, las enseñanzas en torno a los problemas de abastecimiento parecieron no permear en los análisis y planes para futuras guerras del War Office, que mantuvo la referencia a lo acaecido a las potencias centrales en la Primera Guerra Mundial para sostener la importancia de mantener bien alimentada a la población civil en el contexto de la guerra total.26

BIBLIOGRAFÍA

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VALERO, J. y VÁZQUEZ, M. (1978). La Guerra Civil en Madrid. Madrid: Tebas.

1 Informe de John Leche, Archivo del Foreign Office, serie 371 (General Correspondence), legajo 21301. En adelante, FO 371/21301.

2 Informe de Mr. Unwin, FO 371/20529.

3 Informe de Ogilvie-Forbes, FO 371/20541.

4 Anotaciones de Roberts en telegrama de Ogilvie-Forbes, FO 371/20548.

5Rapport de la Mission sanitaire de la Société des Nations en Espagne: 28 décembre 1936-15 janvier 1937.

6 Informe de Camille Huysmans, FO 371/21285.

7 Informe de Neuville, CDAN, 396PO/B, 553.

8 Informe de Neuville, CDAN, 396PO/B, 553; Informe del Almirantazgo, FO 371/21287.

9 Informe de Neuville, CDAN, 396PO/B 568.

10 Carta de Leche, FO 371/21301. 11 Informe de Chilton, FO 371/21298.

12 Informe de Lecq, CDAN, 396PO/B 553.

13 Informe de Anfossy, CDAN, 396PO/B 585.

14 Informe de Lecq, 396PO/B 553.

15 Informe de Lecq, 396PO/B 553.

16 Informe de Lecq, 396PO/B 553.

17 Telegrama de Leche, FO 371/21300; FO 371/21302.

18 Informe del Almirantazgo, FO 371/21300.

19 Informe del señor Juliá, FO 371/22667.

20 CDAN 396PO/B 588.

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