La tierra no nos pertenece - Yves Zarka - E-Book

La tierra no nos pertenece E-Book

Yves Zarka

0,0

Beschreibung

A lo largo de dos intensas jornadas, los filósofos Yves Charles Zarka y Enric Puig Punyet establecieron un diálogo socrático sobre el mundo contemporáneo a través del constante cruce entre disciplinas: política, estudios culturales, ecología, tecnología, lingüística y, por supuesto, filosofía. El diálogo parte de La inapropiabilidad de la Tierra, un "pequeño libro de principios" que significa para Yves Charles Zarka el punto de arranque para un análisis en diversos planos de nuestra relación con el mundo. A partir de ahí, surgen distintos senderos cruzados que abordan temas tan dispares como la relación entre naturaleza y cultura, la tensión entre identidad y migración, las repercusiones sociales de las tecnologías digitales, el papel de la Unión Europea, los derechos humanos, la resignificación del concepto de "monstruo" o las nuevas formas de terrorismo.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 116

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



© Yves Zarka y Enric Puig, 2017

Corrección: Rosa Herranz Rodríguez

Cubierta: Juan Pablo Venditti

Derechos reservados para todas las ediciones en castellano

© Nuevos Emprendimientos Editoriales, S. L., 2017

Preimpresión: Editor Service, S.L.

http://www.editorservice.net

eISBN: 978-84-16737-19-2

La reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares del copyright está prohibida al amparo de la legislación vigente.

Ned Ediciones

http://www.nedediciones.com

Indice

INTRODUCCIÓN

PRIMERA JORNADA

SEGUNDA JORNADA

INTRODUCCIÓN

Enric Puig Punyet

Conocí a Yves Charles Zarka justo antes de mantener con él la conversación que encierra este libro. Sabía entonces de su trayectoria y había leído varios de sus libros y artículos, que repasaba mentalmente mientras esperaba impaciente en la calle. El profesor francés, una institución en sí mismo, bajó del taxi y me estrechó la mano; inmediatamente supe, por su porte, por su mirada, lo que confirmé a lo largo de la conversación. Yves Charles Zarka tiene una posición central en la filosofía contemporánea francesa y lo sabe; Yves Charles Zarka ha sido reconocido como uno de los analistas más pertinentes de la filosofía política moderna y lo sabe. La seguridad en la verdad de sus propuestas políticas, de las que hablaríamos a lo largo de la conversación, se basa en esta doble convicción.

Su posición es el resultado de un largo camino. Nació al otro lado del Mediterráneo, en Túnez, el 14 de marzo de 1950, siguiendo así la larga tradición de filósofos franceses contemporáneos originarios de las antiguas colonias francesas en el norte de África. Tras una infancia muy feliz y libre en Túnez, ciudad entonces, según sus propias palabras, «muy cosmopolita», siguió a sus padres cuando regresaron a Francia en 1962, al mismo tiempo que lo hacían los repatriados de Argelia. En este caso, sin embargo, el motivo de partida no fue una guerra civil de independencia, como sí lo fue en el caso de Argelia. Lo que llevó a sus padres a partir de Túnez fue el cambio que se produjo en el país desde la llegada de Habib Burguiba al poder y la retirada de la administración colonial francesa en 1957. En particular, el hecho determinante fue que la enseñanza escolar, llevada a cabo hasta entonces en francés, pasó a ser en árabe. Aunque ésta no fue la única razón, sino que se sumó a muchas otras de carácter más práctico: la actividad de su padre, primero como sastre artesano, luego como pequeño industrial en una empresa de ropa infantil, se vio sometida a coerciones políticas. En ese momento, empezó el final del período cosmopolita del país con la huida de gran parte de los residentes extranjeros permanentes: italianos, franceses, malteses y otros, junto con algunos autóctonos que se sumaron a la protesta contra los cambios políticos ocurridos.

El pequeño Yves Charles llegó a Francia con 12 años. En París, realizó sus estudios de secundaria en una escuela judía, la escuela Yavné, situada en esa época en la calle Claude Bernard del barrio Latino, muy cerca de la Escuela Normal Superior. A pesar de la gran dificultad de sus padres de instalarse en un contexto completamente nuevo y, concretamente para su padre, de retomar en buenas condiciones su actividad profesional en el campo de la confección —ya en Francia, siguió siendo un pequeño sastre artesano el resto de su vida—, Zarka tuvo una adolescencia llena y protegida por su entorno familiar y por la escuela que frecuentaba.

Acabada su etapa en el instituto judío, siguió sus estudios superiores de filosofía en la Universidad París I Panteón-Sorbona, donde quedó particularmente marcado por la enseñanza de Jean-Toussaint Desanti, y complementó su formación con los cursos que siguió con Martial Gueroult, con Alexandre Matheron, como oyente libre en la Escuela Normal Superior de Saint Cloud, y con Pierre Magnard, en la Universidad París IV Sorbona. El contexto universitario en el que se movió la formación filosófica de Yves Charles Zarka, pues, estuvo fuera del movimiento estudiantil que marcó sobre todo la Escuela Normal Superior alrededor de 1968. Sus intereses, al contrario, estuvieron dominados por la historia de la filosofía, que ostentaba entonces un lugar completamente central en la universidad francesa, particularmente en la Sorbona.

Tras haber pasado la oposición de enseñanza secundaria, Zarka ejerció de profesor de filosofía en diversos institutos de provincias, primero muy alejadas de París —en Angulema— y, poco a poco, cada vez más cerca de nuevo de la capital —en Fontenay-le-Comte y posteriormente en Savigny-sur-Orge—. Durante este período, que se extendió de 1974 a 1988, emprendió sus investigaciones para realizar una tesis doctoral sobre Hobbes, bajo la dirección del importante hegeliano francés Jacques D’Hondt, que en su lectura sobre Marx se opuso diametralmente a las posiciones de Althusser. Fueron duros años de trabajo en el, como subraya Zarka, anonimato absoluto.

Finalmente, en 1987 defendió su tesis, que fue publicada el mismo año en ediciones Vrin bajo el título La decisión metafísica de Hobbes.1 Para Zarka, ese trabajo debía sacar la obra de Hobbes de la dimensión política estrecha a partir de la cual era interpretada muy a menudo para mostrar de qué forma esa teoría política sólo podía comprenderse en última instancia regresando a las posturas del filósofo inglés en sus textos de filosofía fundamental y de metafísica. Y al mismo tiempo debía hacer salir a su autor del anonimato. El éxito y el reconocimiento internacional fueron casi inmediatos. A ello ayudó la proximidad de una efeméride de las que ofrecen a la academia un marco idóneo para tratar a fondo un autor. 1988 representó para la filosofía académica internacional el cuarto centenario del nacimiento de Hobbes, lo que incentivó en todo el mundo un gran coloquio sobre su figura. Con ocasión de uno de los más importantes, celebrado en Milán en mayo y organizado por Arrigo Pacchi, el libro recién publicado de Zarka fue considerado como la relectura de Hobbes más importante de las últimas décadas, muy distinta a la que prevalecía en el mundo anglófono y que ofrecía una importancia inédita al contexto. A eso se refirió Bernard Willms, entonces profesor de la Universidad de Bochum, en su conferencia inaugural del coloquio de Milán.

Tras el éxito que supuso su tesis, todavía en 1988, Zarka fue reclutado como investigador en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de París (CNRS), como parte del equipo de André Robinet. Ya de vuelta en París y con una plaza de investigador en la institución académica, rápidamente se convirtió en director de investigación, sucediendo en la dirección del equipo a Henry Méchoulan, que le aseguró la transición en 1996. En el cnrs desarrolló un gran número de trabajos sobre historia de la filosofía, primero con el proyecto de una edición crítica de las obras completas de Hobbes traducidas al francés, en ediciones Vrin; luego, con una huida progresiva de sus investigaciones iniciales sobre Hobbes y el siglo xvii, trató de poner en evidencia los conceptos fundamentales del pensamiento político moderno con trabajos que fueron de Maquiavelo a Tocqueville. Dentro de esta nueva línea de intereses, publicó, entre otras obras, Filosofía y política en la época moderna, en 1998.2

Desde entonces, sus trabajos se centraron tanto en la filosofía como en la historia del pensamiento político, y su objeto central fue una arqueogenealogía de la constitución de los conceptos fundamentales del pensamiento jurídico-político moderno. Su método consistió entonces en asociar filosofía e historia interrogando filosóficamente los textos del pasado. De ello resultó, siguiendo la metodología que ya había empleado con Hobbes, una historiografía filosófica que mostraba un registro distinto a lo que normalmente se denomina historia de las ideas políticas. No se trataba únicamente de hacer un análisis de las ideas políticas sedimentadas en las fases sucesivas de la modernidad, sino de poner en evidencia de una manera más fundamental las posiciones especulativas que gobiernan la elaboración de los conceptos políticos, es decir, que permiten, en última instancia, comprenderlos y evaluar sus repercusiones. La erudición, así, tomó la forma de una interpretación crítica que asociaba la preocupación de la exactitud histórica con la interrogación filosófica. Dicho de otra forma, se trataba, por un lado, de establecer lo que habían querido decir los autores políticos modernos y, por el otro, de ponerlo al día. La historiografía filosófica o la interpretación crítica de los textos políticos del pasado asociaba, pues, estas dos aproximaciones: la primera encaminada a la restitución del interés histórico de estos textos poniéndolos en diálogo con nuestro tiempo; la segunda, hacia el restablecimiento de su interés filosófico, exhibiendo el objeto que ellos dan a pensar.

De esta manera, se puso encima de la mesa un proyecto fundamental de reevaluación de la historia del pensamiento político moderno que consistió en el estudio de ciertos autores —Maquiavelo, Bodin, Suárez, Grocio, Hobbes, Filmer, Harrington, Pascal, Naudé, Pufendorf, Locke, Leibniz, etcétera— y de corrientes doctrinarias —el antimaquiavelismo, el iusnaturalismo, las teorías de la soberanía, el constitucionalismo, las teorías de la razón de Estado, etcétera— que desarrolló durante la década de 1990. En este ámbito, sus principales trabajos se centraron en la historia de la significación contemporánea de la subjetividad jurídica, como puede verse especialmente en La otra vía de la subjetividad,3 donde trazó una historia complementaria de la historia de la subjetividad moderna, trazada junto al desarrollo de las teorías sobre el derecho natural que forjaron la idea del sujeto de derecho, una figura clave en la composición del sujeto moderno.

A partir del año 2000, sus investigaciones se orientaron hacia la filosofía política contemporánea. Sin abandonar su interés por la historia del pensamiento político, derivó sus trabajos hacia las mutaciones de la política y las sociedades contemporáneas. Se centró en el estudio de las estructuras de poder en las formaciones de gobierno, en el derecho y la historia, en la política y su justificación, en las nuevas formas de guerra y de terrorismo. Al mismo tiempo, consagró gran parte de su trabajo al análisis de las implicaciones filosóficas de las ciencias medioambientales.

Puesto que la filosofía política no tiene sentido fuera de la experiencia de las crisis del momento presente, Zarka se impuso la tarea de llevar a cabo análisis histórico-políticos de los enclaves de fractura en el mundo contemporáneo. Por ello publicó, junto con Shlomo Ben Ami, antiguo ministro de Asuntos Exteriores de Israel, una obra sobre Israel y Palestina en 2001, un momento en el que el conflicto experimentaba una violencia extrema. En la misma dirección, intentó pensar sobre las condiciones de coexistencia tanto desde el punto de vista histórico, en los tres volúmenes de Los fundamentos filosóficos de la tolerancia,4 como desde el presente, en Difícil tolerancia.5 Estas obras trataron de definir las condiciones de una democracia plenamente conforme a sus valores y a sus principios, analizando la salida de la guerra de religiones y los conflictos culturales contemporáneos.

En 2005 dejó el cnrs para convertirse en profesor en la Sorbona —Universidad París-Descartes—, donde trabaja en la actualidad. Allí creó el equipo PHILéPOL, un grupo de investigación sobre filosofía, epistemología y política. Desde entonces, centró sus trabajos en cuestiones acerca de lo que Zarka denomina el «mundo emergente», es decir, las mutaciones que operan en el mundo contemporáneo que hay que tomar en consideración. Estas investigaciones se sitúan en la encrucijada de la filosofía contemporánea, de la epistemología de las ciencias sociales y de las ciencias políticas. En este marco ha estudiado las transformaciones de la democracia, las nuevas problemáticas medioambientales, las biotecnologías, el desarrollo de la nanociencia y de las nanotecnologías.

Desde su ingreso en el cnrs, el reconocimiento del nombre y del trabajo de Yves Charles Zarka no ha dejado de ascender. Ha sido profesor y conferenciante en distintas partes del globo: en Cambridge y Oxford, en Roma, Turín, Nápoles, Milán, Padua, Pisa y Florencia, en Barcelona, Madrid y Valencia, en Berlín, en Boston, Chicago, Baltimore y Nueva York, en Montreal y Quebec, en Tel Aviv y Jerusalén, en Río de Janeiro y Porto Alegre, en Kaslik y en Túnez. También ha formado parte del comité de redacción de la revista Archives de Philosophie y del comité científico de las revistas Droits (París), British Journal for the History of Philosophy (Londres), Science et Esprit (Ottawa) y Derechos y libertades (Madrid).

Dentro de esta trayectoria, hay que destacar un importante hito que tuvo lugar en el año 2000 con la creación en las Presses Universitaires de France de la revista Cités (filosofía, política e historia). Esta revista se convirtió inmediatamente en una de las principales publicaciones intelectuales periódicas de Francia, con un gran alcance internacional. La idea en la que se basó figura en el dorso de cada número: «Regreso a la ciudad real y apertura hacia la ciudad posible». Se trató de una relectura completa de la noción de las dos ciudades: la ciudad real en la que vivimos y la ciudad posible (que no significa utópica, sino crítica). Cités interroga desde un punto de vista filosófico las grandes transformaciones de las sociedades actuales. Mediante el retorno a lo real, se trata de describir y analizar los hechos sociales, económicos, políticos y jurídicos en todo su esplendor. Mediante la apertura a lo posible, se trata de hacer intervenir una dimensión crítica abriendo brechas, mediante el análisis y la evaluación, en la rigidez de lo real que ejerzan de esta forma de acceso a figuras de una diferencia posible, de un real posible. Yves Charles Zarka se comprometió plenamente en esta aventura. En el momento de escribir estas líneas, la revista Cités cuenta con 68 números, el último de los cuales trata sobre «Hospitalidad u hostilidad: frente a la crisis migratoria».

El pensamiento de Zarka se orienta desde entonces hacia la filosofía política contemporánea en relación directa con las ciencias humanas y sociales que aportan conocimientos concretos y empíricos indispensables para el conocimiento del presente. Los objetos de investigación escogidos se centran en las transformaciones de la democracia —en particular, cuestiones sobre la legitimidad, el espacio público, el conflicto o la violencia—, en los conflictos entre comunidad y su coexistencia en las sociedades democráticas, la relación entre las naciones y la Unión Europea, la necesidad de construir un nuevo cosmopolitismo para oponerse a la globalización6 y, finalmente, la cuestión de la transición ecológica.

En esta misma dirección, Zarka publicó en 2007 una defensa de la libertad civil contra las nuevas formas de servidumbres producidas en el seno de las sociedades democráticas por la aparición de nuevos poderes, en una obra titulada Crítica de las nuevas servidumbres.7 En 2008, le siguió su Kant cosmopolítico,8