Shadow Busters - Miguel Seura - E-Book

Shadow Busters E-Book

Miguel Seura

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Beschreibung

Vicky Avalon es una intrépida adolescente de dieciséis años. Tras mudarse a Springbrook, se encuentra con el reto de ser la nueva del instituto, pero también hay una amenaza mucho más siniestra e inesperada. Como miembro de una organización secreta de jóvenes guerreras conocidas como Arcane Maidens, Vicky tiene poderes que la ayudan a proteger el mundo de las fuerzas malignas. Bajo la tutela de su mentor, Joseph Harker, y con su grupo de amigos, se lanza a la acción. Vicky entrena para dominar sus habilidades mágicas, pero también debe superar desafíos como el primer amor y la rivalidad escolar. La vida de una Arcane Maiden es mucho más compleja de lo que aparenta. Descubre una novela cargada de emociones y misterio. Enfréntate a las sombras.

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© Shadow Busters

Sello: Tricéfalo

Primera edición digital: Julio 2024

© Miguel Seura

Director editorial: Aldo Berríos

Ilustración de portada: José Canales

Corrección de textos: Felipe Reyes

Diagramación digital: Marcela Bruna

Diseño de portada: Marcela Bruna

_________________________________

© Áurea Ediciones

Errázuriz 1178 of #75, Valparaíso, Chile

www.aureaediciones.cl

[email protected]

ISBN impreso: 978-956-6183-90-7

ISBN digital: 978-956-6386-19-3

__________________________________

Este libro no podrá ser reproducido, ni total

ni parcialmente, sin permiso escrito del editor.

Todos los derechos reservados.

Prólogo

En las ruinas de la antigua ciudad Ur,ubicada al sur de Mesopotamia, a 24 kilómetros al suroeste de Nasiriya, un pequeño grupo de exploradores investigaban los vestigios de la milenaria civilización Sumeria. Guiados por su sed de conocimiento y aventuras se adentraron en las entrañas de la tierra, justo debajo de las ruinas de un templo. Atravesaron pasillos y cuevas recónditas hasta que, finalmente, llegaron a un oscuro pozo que los condujo a una misteriosa catacumba. Sus linternas alumbraban las paredes de piedra tallada en las que se podían distinguir una serie de textos escritos en sumerio antiguo y jeroglíficos. Se adentraron cada vez más por ese angosto recoveco hasta el final de la estrecha cripta donde se vislumbraba lo que parecía ser un sarcófago tallado en roca. Repentinamente, un sentimiento de angustia y peligro se apoderó de los individuos excepto de uno que, ávido de develar los secretos de aquella milenaria civilización, se acercó a dicho sepulcro. El explorador aproximó su linterna al féretro y trató de traducir unas líneas:

“Desde los albores de la historia, Ella ha plagado a la humanidad. Muchas madres han llorado por un bebé encontrado muerto en su cuna. Muchos

hombres han rechazado el amor verdadero por una eternidad en su infierno.

Ella fue creada del polvo cuando se creó a Adán. Aquí yace Lilith: la seductora y destructora, ramera de los demonios y enemiga del amor. Y ella nos acechará para siempre, caminando en las sombras, sembrando las semillas del descontento, cosechando almas”.

—¿Lilith? ¿Crees que sea de verdad Lilith, la madre de los demonios de las leyendas? —preguntó consternado otro explorador.

—No lo sé, pero es mejor que salgamos luego de aquí, este lugar parece estar cubierto de muerte.

—Esperen un poco, déjenme llevar esta pieza de orfebrería. Imaginen el valor histórico que ha de tener —comentó el explorador que minutos antes había leído las inscripciones de la tumba, al descubrir lo que parecía ser un medallón dorado.

—Parece ser un sello —profirió uno de sus acompañantes.

Inesperadamente, el sarcófago se abrió dejando entrever una figura femenina momificada. El explorador, quien había retirado el sello, se acercó para verificar lo que estaba viendo.

—¡Vámonos ya! —le gritó su compañero muy nervioso y asustado.

El pobre hombre no tuvo la oportunidad de reaccionar cuando una mano áspera y seca como corteza de árbol lo tomó del cuello y lo apretó con fuerza. En un instante la momia drenó su vida, dejando al hombre en el mismo estado en que ella había sido encontrada: tan seco y descompuesto que, al soltarlo, se desplomó en el suelo como un muñeco de paja y polvo.

Gritos de pavor que trataban de abrirse paso entre las entrañas de la tierra, fueron silenciados. Las linternas se apagaron. El único sonido que salió de allí fue el de la muerte.

Capítulo 1: Vicky

7:00 a.m. Sonó el despertador, abrió sus grandes ojos verdes y mientras hacía un esfuerzo sobrehumano para levantarse, Vicky Avalon escuchaba la voz de su madre:

—¡Apúrate que llegarás tarde al colegio!

La muchacha saltó de su cama directamente a la ducha y en menos de quince minutos ya estaba terminando de arreglarse. No le había puesto mucha atención al uniforme de su nuevo colegio a pesar de ser pretensiosa, estaba un poco nerviosa para eso y solo quería terminar de peinar su largo cabello rubio y ponerse un par de aros.

Mientras le servía cereal y leche, su madre dijo:

—Espero que las cosas funcionen bien en tu nuevo colegio… En esta nueva ciudad. ¿Aún no se han contactado contigo?

—Aún no, lo harán cuando sea necesario.

—Termina tu desayuno, yo te llevaré a la escuela —dijo Amelia, la madre de Vicky.

Al dirigirse en auto a través de la avenida que conectaba su casa con su nuevo colegio, Fenice High School, Vicky se dio el tiempo para reflexionar brevemente. Era una elegida y había sido enviada a Springbrookpor una razón, tenía una responsabilidad de la cual no podía huir. La joven contemplaba el océano y la ciudad mientras el auto iba en movimiento. Springbrookera una pequeña urbe ubicada en la desembocadura de un ancho y caudaloso río, el Acheren. Además, tenía una bahía que parecía un espejo resplandeciente de luces por la noche y unos bosques montañosos que parecían haber sido sacados de un cuento de hadas. Vicky se dijo a sí misma, «después de todo, Springbrookno está tan mal para vivir, al menos hasta que termine el colegio».

Vicky y Amelia llegaron a la escuela y estacionaron el automóvil a una cuadra de la entrada principal. Antes de bajarse, Amelia le dijo:

—No olvides avisarme cualquier novedad. ¡Qué tengas un buen día y recuerda que te amo!

—Yo también te amo, mamá —respondió Vicky, dándole a su madre una sutil mirada de afecto.

Fue entonces que Amelia comprendió la presión que a veces debía sentir su hija a pesar de ser solamente una adolescente.

La joven entró al Fenice High School, un imponente edificio de estilo neocolonial donde las salas y oficinas reposaban sobre un lecho de madera pulida, sus pasillos serpenteaban con caminos de baldosas gastadas por el tiempo. Más allá de sus muros, un patio inmenso se extendía como un jardín de sueños, enmarcado por columnas que se aferraban a la estructura como testigos del pasado.

El timbre sonó a las 8:00 a.m. y Vicky se dirigió a su primera clase buscando un poco ansiosa el salón que le correspondía. Al entrar, vio a sus nuevos compañeros, un diverso grupo de veintitantos adolescentes. Unos se voltearon a mirar a la alumna nueva, otros no le prestaron atención. A pesar del grado de ansiedad que la invadió y de esa necesidad de encajar en un grupo, sabía perfectamente que era muy diferente a ellos y que conectar con gente de su edad no sería fácil. Trató de buscar un lugar donde sentarse, pero los nervios no le permitían fijarse bien en algún asiento desocupado. Eso, sumado al temor de dirigirse a algún compañero para entablar una conversación, la hicieron sentir incómoda y algo asustada. No obstante, Vicky escuchó una voz afable a su derecha:

—¡Oye tú!, ¿eres nueva? Puedes sentarte aquí a mi lado.

Vicky volteó y vio a una simpática y linda pelirroja que le sonreía amablemente, llevaba puestos unos grandes anteojos, donde se dejaban ver un par de amistosos ojos azules.

—Gracias, es mi primer día aquí y estoy un poco nerviosa —respondió Vicky también con una sonrisa.

—No tienes de qué preocuparte. Soy Claire Blossom, ¡gusto en conocerte! —Extendió su mano para saludar.

—El gusto es mío, Claire. Me llamo Victoria Avalon, pero todos me dicen Vicky.

—Puedes sentarte aquí, en el asiento de Michael. No creo que llegue hasta el segundo o tercer bloque de clases. Parece que tuvo que hacer algo ayer por la noche.

—Muchísimas gracias. Y ese Michael, ¿es tu novio?

Claire soltó una carcajada.

—No, no, no. Es mi mejor amigo, hemos estado juntos en este colegio desde que éramos pequeños. Al igual que yo, no es muy bueno para hacer amigos, pero es un buen chico, ya lo conocerás.

Así transcurrió la primera clase, los nervios iniciales que habían invadido a Vicky se disiparon, junto a su nueva compañera se sintió más relajada. Al sonar el timbre para salir a recreo, ambas se dirigieron por esos largos pasillos de baldosa hacia el patio del colegio. Mientras iban caminando, un tipo algo enigmático que parecía ser un profesor las detuvo y les preguntó:

—Señoritas, ¿quién de ustedes dos es Victoria Avalon?

—Yo soy. ¿En qué lo puedo ayudar? —respondió Vicky con suspicacia.

—Necesito conversar brevemente con usted. Al terminar las clases, pregunte por el profesor Joseph Harker —indicó el hombre mientras se daba la media vuelta y se alejaba por el pasillo.

Vicky tuvo una corazonada e intuyó lo que ese misterioso profesor quería y de dónde venía.

Capítulo 2: Michael

Vicky y Claire se sentaron en una de las bancas de piedra del jardín del colegio. Mientras conversaban sobre sus vidas y sus gustos, Vicky evitó cualquier comentario que delatara su origen y misión, y notó en Claire una inteligencia y perspicacia que podrían descubrirla de no ser absolutamente discreta.

Al tocar el timbre para volver a clases las chicas se dirigieron al salón de Artes.

Cuando la profesora se disponía a saludar, se abrió la puerta.

—Buenos días, profesora, disculpe mi retraso. Mi padre llamó para justificarme.

—Adelante, señor Saint, tome asiento y saque sus materiales —respondió la maestra.

Vicky apenas pudo disimular su reacción al ver a ese compañero. Michael Saint era un joven alto, extremadamente guapo y de contextura atlética, la que se destacaba incluso a través de su uniforme escolar. Sus rasgos faciales eran marcados y angulares: pómulos altos, una fuerte mandíbula, cejas bien definidas, una nariz recta. Tenía la piel pálida y lisa, su cabello era azabache con tonos azules y sus ojos tan negros como la noche, enmarcados por pestañas largas y onduladas. Vicky pensó que era tan maravilloso como los modelos de las revistas juveniles que acostumbraba a leer.

Michael entró al salón de clases, mientras sus labios articulaban un silencioso “hola” a su amiga Claire. Rápidamente notó a Vicky, la alumna nueva que estaba sentada junto a ella.

Al terminar la clase, Michael se dirigió hacia su amiga.

—¿Cómo te va?, ¿alguna novedad por aquí?

—Todo bien, sin novedad. Mucha tarea, como de costumbre, y algunos compañeros ya están con el tema del baile de aniversario. ¡Ah!, déjame que te presente a Vicky Avalon.

—Gusto en conocerte, Vicky. Soy Michael —sonrió coquetamente el joven.

—¡Gracias! El gusto es mío —respondió nerviosa y tímidamente—. ¿Y qué es eso del baile de aniversario? Bueno, no es que no sepa exactamente que es, pero no sé cómo funciona aquí. Ustedes me entienden.

—Verás, se acerca el baile de aniversario de nuestra escuela, y se eligen comisiones para ver quién se hará cargo de la decoración, la música y ese tipo de cosas —explicó Claire.

—Además, se escoge a los reyes del baile y ese tipo de tonterías. Yo paso —añadió Michael.

Claire se rio y le recordó cuando, hace un par de años, él y Rachel Madison habían sido elegidos reyes del baile.

—Primera y última vez —replicó el joven.

—A propósito, ¿que estuviste haciendo anoche que llegaste tan tarde hoy? —preguntó Claire.

—Una larga historia. Papá se enojó, pero de todos modos me permitió llegar tarde hoy. Prefiere eso a que falte a clases.

El padre de Michael era el jefe del departamento de policía de Springbrook. Había enviudado hace seis años y desde entonces se había entregado por completo a su trabajo y al cuidado de su hijo. Por esa razón, cuidaba que los “pasatiempos” y el carácter de Michael no lo fuesen a meter en problemas.

Así pasó el primer día de Vicky en compañía de estos dos nuevos amigos. Los nervios iniciales habían desaparecido por completo, Claire y Michael daban la impresión de ser estudiantes discretos que preferían mantenerse en un segundo plano y evitar llamar la atención, eso la hacía sentir muy cómoda y en confianza. Aunque le extrañaba que un chico como Michael, con su apariencia y personalidad, no fuera el típico “estudiante popular”, y si bien tenía a medio colegio cortejándolo, él parecía huir de ello. Vicky pensó: «sale tarde por las noches, su piel es muy blanca y es extremadamente guapo, mmm… Vampiro no puede ser. ¿Quizás un brujo u otra clase demonio?».

Al terminar la jornada, Vicky tenía muy presente la entrevista con el profesor Harker. Claire se ofreció a esperarla, pero le dijo que no era necesario, pues no sabía cuánto podía demorar. Vicky preguntó en la secretaría por el profesor Joseph Harker, y enseguida se dirigió a su oficina a través de los viejos pasillos. Subió unas escaleras hasta el tercer piso y, al final del corredor, encontró la oficina de Harker y golpeó la puerta:

—Adelante, señorita Avalon —el profesor Harker se sentó en su escritorio, acomodó sus lentes y con un ademán invitó a tomar asiento a la muchacha—. Tengo la impresión de que ya sabe el motivo por el que la he citado a mi oficina, ¿no es así?

—Correcto, lo han enviado los del Círculo Hermético.

Capítulo 3: Harker

Joseph Harker era un hombre de alrededor de cuarenta años, delgado, bastante atractivo; tenía el cabello oscuro con algunas canas en las sienes y una refinada forma de vestir. Además, hablaba con un interesante y elegante acento europeo.—Tiene razón, señorita Avalon. He sido enviado por el Círculo Hermético para ser su instructor. He de guiarla en su labor de destruir las fuerzas místicas de naturaleza maligna que ponen en peligro a este mundo y a los seres humanos.

—Mmm, claro, eso es lo que me informaron cuando fui reclutada.

—¿Y usted sabe por qué fue enviada a Springbrook? ¿A esta ciudad en específico?

—Solo sé que esa gente del Círculo Hermético me identificó, me reclutó, me puso a prueba por un par de meses y llegaron a un arreglo “amistoso” con mi madre. ¡Quién sabe qué habrían hecho si nos negábamos!

—Bueno —continuó Harker—, el Círculo Hermético tiene sus métodos poco ortodoxos para conseguir lo que quieren, pero también saben recompensar. Usted y su madre han sido enviadas a esta apacible ciudad, su madre con un buen trabajo y usted en este prestigioso colegio. Además de, dentro de las posibilidades, seguir viviendo una vida normal.

Vicky simplemente sonrió de manera irónica.

—Pero aún no me ha respondido, ¿sabe por qué está aquí? —volvió a preguntar Harker.

—Supuestamente es en esta ciudad donde debo comenzar a entrenar y eliminar monstruos. También me informaron que tendría un instructor que me entregaría información en la medida en que cumpla mi entrenamiento.

—Exacto. Springbrook es un centro energético donde se concentran todo tipo de fuerzas místicas —Vicky solo puso cara de no entender qué significaba eso y el hombre continuó explicando—. Déjeme comenzar por el principio. Desde los albores de la humanidad, e incluso antes, la magia ha coexistido en este planeta junto con humanos, animales, demonios y diversas criaturas místicas. Se puede considerar como una fuente de poder en su estado más crudo. A medida que el tiempo avanzó, los seres humanos aprendieron a canalizar esta energía, dando origen a una diversidad de practicantes mágicos como hechiceros, adivinos, alquimistas y muchos otros. Estos individuos han logrado sintonizar con esta fuente de poder y conectar con la magia que fluye a través de las líneas de energía naturales que atraviesan la Tierra y que convergen en puntos específicos alrededor del planeta, donde lo sobrenatural se manifiesta con mayor intensidad. Springbrookes uno de esos puntos de convergencia. Aquí, no solo los seres humanos han aprendido a unirse y extraer la magia para su uso, sino que también demonios y criaturas maléficas intensifican sus poderes en estos puntos energéticos.

Vicky encogió sus hombros e hizo un ademán de sorpresa, solo respondió con un ‘ups’. Harker continuó con su explicación.

—Usted fue enviada aquí para aprender a usar con todo su potencial la energía mística que habita dentro suyo, y así poder mantener a raya a entidades demoniacas que ponen en peligro el equilibrio natural y la armonía del planeta.

—¡Caramba! —contestó Vicky en tono irónico—. Todo eso suena muy interesante y bastante conveniente para lo que tenía planeado hacer con mi vida.

—Estuve leyendo el expediente que me envió el Círculo Hermético acerca del tiempo en que la reclutaron y la pusieron a prueba —explicó Harker—. Su poder bruto está en el rango Diamond. ¡Simplemente sorprendente!

—¿Me puede traducir eso, por favor?

—Las Arcane Maidennacen con una afinidad innata a la magia cruda que fluye por el mundo. Al cumplir los dieciséis años, algunas activan su poder, otras no. Algunas poseen un poder mágico más fuerte que las otras, y ese poder se clasifica en Diamond, Gold, Silver y Bronze.Obviamente con el tiempo y la experiencia, una Arcane Maidenpuede aumentar su magia. Según lo que pude leer, su poder crudo es el más alto de todas las Arcane Maidensque se encuentran activas. Hace años que no teníamos una guerrera de rango Diamond. Hay mucho potencial aquí.

Vicky escuchaba a Harker con una mezcla de sorpresa y desinterés. Era realmente fuerte, pero… ¿Era esto lo que ella realmente quería? La respuesta en su mente era un

«No».

Harker seguía leyendo el informe.

—Aquí dice que su fuerza y agilidad son más que excepcionales, pudo eliminar fácilmente y con escasa preparación a cinco necrófagos, dos vampiros y un duende maligno, además de manejar la espada con gracia y precisión innatas.

—Bueno, ¿qué puedo decirle? —agregó Vicky—. Siempre me ha encantado la gimnasia.

—Debemos empezar cuanto antes. Tengo que comprobar por mí mismo sus extraordinarias habilidades. ¿Qué le parece si nos encontramos hoy a las 9:30 p.m. en el estacionamiento del colegio para hacer una prueba en terreno de sus habilidades?

—Trato hecho.

—¡Oh, por poco lo olvido! Aquí tiene su arma de poder —Harker entregó a Vicky un guantelete izquierdo con una gema verde en el centro—. Solo concéntrese en la gema y aparecerá su arma de poder, la cual está armonizada con su espíritu y le permitirá canalizar su magia para destruir seres malignos. Quiero ver como la manejará. Ahora vaya a casa y nos vemos en la noche.

Capítulo 4: Claire

Claire Blossom había llegado a su casa, una hermosa vivienda de estilo victoriano en el sector residencial de Springbrook. Entró y subió rápidamente las escaleras para dirigirse a su dormitorio. Su habitación era bastante espaciosa y ordenada, forrada en papel mural de tonos pastel, con estantes repletos de revistas, libros y cómics; repisas llenas de figuras de colección, un gran televisor y su consola de videojuegos. Sin embargo, el rincón que más disfrutaba era una pequeña buhardilla ubicada en un desnivel de su dormitorio, la que tenía una ventana que le brindaba una vista impresionante de la ciudad, allí tenía su “Rincón Tecnológico”,como a ella le gustaba llamarlo, en el que estaban ubicados sus computadores junto a un gran número de aparatos electrónicos. En una pared tenía una pizarra llena de recortes de periódicos e impresiones de sitios de internet acerca de fenómenos sobrenaturales que sucedían en los alrededores: avistamientos de seres extraños, objetos voladores no identificados, desapariciones inexplicables de personas y todo tipo de cosas extrañas.

Una vez que dejó la mochila en su habitación, Claire bajó a la cocina para prepararse algo de comer y así comenzar a trabajar. Como de costumbre no había nadie en casa, sus padres eran personas de negocio que raramente estaban en el hogar con ella. Subió nuevamente a su habitación llevando un gran vaso de leche y un contundente sándwich. Encendió sus computadores y empezó a investigar sobre algo nuevo que pudiese escribir en su blog. Tenía ese pequeño espacio en la red llamado Luna Negra donde escribía sobre todos los sucesos extraños que investigaba. Antes de ponerse a redactar, llamó a su amigo Michael para preguntarle si pasaría por su casa más tarde.

Del otro lado de la ciudad, cruzando el río, Michael Saint abandonaba el departamento de policía donde trabajaba su padre, se aprestaba a subirse a su motocicleta deportiva blanca cuando su celular comenzó a sonar. Era una llamada de Claire, quien le preguntaba si pasaría por su casa esa noche.

—Sí. Claro que sí, en un rato más estaré por allá.

Michael iba a tardar un poco en llegar desde el centro al otro lado del río. Eso le dio tiempo suficiente a Claire para concentrarse y comenzar a escribir.

No muy lejos de allí, mientras el sol teñía las aguas de la bahía color ámbar, las primeras luces de las calles empezaban a encenderse. Vicky, en su casa, se alistaba para ir a su primera sesión de entrenamiento, y a pesar de tratarse de algo que no le agradaba, se dio el tiempo de escoger bien su vestuario. Pensó que debería ir cómoda y ponerse alguna ropa de gimnasia o algo parecido, pero luego se dijo a sí misma en voz alta:

—Si vamos a hacer esto, hagámoslo con estilo.

Cogió unas botas y una chaqueta de cuero negras, unos jeans del mismo color y un peto verde lima. Decían que los colores brillantes atraían a los demonios. «¡Qué vengan!», pensó. Se puso unos guantes negros sin dedos y, finalmente, una pequeña gargantilla de oro.

Pensó en pedirle a su madre que la llevara al colegio, como está al tanto de sus deberes no sospecharía de lo tarde de su reunión. No obstante, prefirió ir sola.

—Saldré un rato, mamá. Vuelvo más tarde.

Tomó un taxi y se dirigió a su colegio. Eran casi las 9:30 p.m., estaba oscuro, la luna llena dejaba ver su brillo antes de ocultarse tras nubes grises. Al bajar del vehículo caminó hasta el estacionamiento, allí estaba el Señor Harker en su automóvil, un Ford Mustang 1970. Desde el interior saludó a la muchacha.

—Buenas noches, Vicky. ¿Lista para irnos?

—Buenas noches, Señor Harker. ¿Tengo otra opción? —respondió la joven con un tono irónico.

—Antes de irnos quisiera saber si trajo el guantelete que le entregué en la mañana.

Es sumamente importante que lo lleve siempre con usted.

Vicky se arremangó un poco la chaqueta y dejó ver el guantelete que llevaba puesto sobre el guante negro sin dedos.

—Bien —continuó Harker—. Ahora quiero que se concentre en la gema del guantelete, sienta su energía, enfóquese en su resplandor.

Al seguir la instrucción la gema comenzó a destellar, pequeñas chispas doradas titilaban y, de pronto, un arma comenzó a materializarse en el aire produciendo un fulgor dorado. Instintivamente, Vicky cogió el arma y el brillo cesó, entonces notó que era un mandoble. Lo movió de un lado a otro y al hacerlo parecía dejar una estela de chispas doradas. Vicky estaba realmente sorprendida, aunque trataba de disimularlo.

—Esa es su arma personal —afirmó Harker—. Ahora sí, ¿nos vamos?

Se dirigieron al centro de la ciudad, cruzando el largo puente sobre el río que dividía Springbrook en dos: el sector residencial, donde estaba el colegio y los vecindarios, y el sector comercial, donde se situaban las tiendas, el puerto y la vida nocturna. Aunque por ser un día de semana, no esperaban ver demasiado movimiento en esa zona. Harker explicó a Vicky que ella, como una Arcane Maiden, tenía la habilidad de reconocer demonios, solo debía seguir su instinto y concentrarse. Ella lo sabía y lo había intentado antes, pero le parecía un poco difícil.