Compilando a Nasreddin - Rodrigo Cereceda Leins - E-Book

Compilando a Nasreddin E-Book

Rodrigo Cereceda Leins

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Beschreibung

Hace unos años estuve en una presentación del Sheikh Hassan Dyck, organizada por la orden de sufismo sunnita Naqshbandi, donde contó a la concurrencia una versión del cuento de Nasreddin y la porción de halvá.

Nasreddin es un personaje cuyas aventuras, a veces graciosas o absurdas, han sido utilizadas por los maestros sufíes para introducir sus enseñanzas. Se supone que habría vivido entre los siglos XII y XIV, teniendo numerosas ciudades su tumba o estatuas de su persona sentada en un burro.

Desde ese entonces me dediqué a buscar libros con más relatos sobre Nasreddin, pero en las librerías no encontré ninguna versión en castellano.

Aprovechando la tecnología, busqué en Internet cuentos de Nasreddin y fui formando mi propia colección de cuentos, algunos de los cuales son presentados en este libro en orden arbitrario dado que pueden tener más de una interpretación o enseñanza.

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Compilando

a

Nasreddin

Rodrigo Cereceda Leins

Editorial Segismundo

Dedicatoria

Para Constanza, Javiera y Melisa.

Prólogo

Nasr Al-Din Khodja[1], o Nasreddin, es el conocido protagonista de incontables narraciones que se han extendido desde Anatolia, pasado por el Mashriq, Magreb, Asia Central y los Balcanes desde el siglo XIV y mantenido por los relatos orales.

Habitualmente se representa como un personaje de rostro redondo, barba blanca, barrigón, con un enorme turbante y montado en un burro. Es personificado usualmente como protagonista de historias generalmente graciosas, no obstante, tiende a tratarse de un humor siempre sutil, que esconde lecciones o moralejas. Nasreddin aparece siempre como protagonista ingenioso; a veces sabio, (hasta) filosófico e incluso como instigador de bromas, implicando en sus narraciones a sujetos de todas las condiciones sociales, tales como reyes, mendigos, políticos, clérigos, etc.

Algunas narraciones le retratan como un santo, otras lo representan como un juez, un profesor o un imam[2] (i.e. imán). Sin embargo, la mayor parte de las historias lo muestran viviendo del mismo modo que la gente simple, hablando y actuando dentro de los modelos de vida cotidiana y expresando, inclusive, las necesidades fisiológicas más simples de una persona. Sin embargo, paradójicamente personaliza lo sagrado y lo profano, siendo, a la vez, fuerte y débil. Un personaje que se hace espontáneamente sabio y torpe, así como astuto y libre. Nasreddin Hodja es un antihéroe que rompe tabúes, transgrede fronteras y revela la condición humana, desde la profanidad más básica, hasta la fatalidad más profunda, toda vez que es un hombre completamente itinerante en este mundo.

Tradicionalmente, se cree que Nasreddin era un santo protector para los habitantes del barrio de Akşehir[3]. Dicha población lo ha venerado y resguardado su tumba durante siglos, extendiéndose la creencia de que posee poderes, tales como la concesión de deseos, la curación de dolencias y la protección de la gente durante viajes largos, incluso en su tumba fue común encontrar tiras de tela para solicitar la concesión de un deseo.

Paralelamente, para muchos árabes musulmanes, es una figura clásica y respetada por las comunidades sufíes[4] y muchos de sus lectores musulmanes. Algunas de estas cofradías creen que dichos relatos constituyen un enorme aporte al masificar reflexiones filosóficas. Es inherente que dentro de las comunidades sufíes sus relatos obtienen un grado de influencia mucho mayor, puesto que las mencionadas bromas, tanto como las moralejas que trae el conocimiento de un místico, se constituyen como un adelanto en el camino a la realización. Dado que el sufismo es una práctica religiosa que se vive desde lo cotidiano, toda vez que es una percepción transcendental, es posible observar de esta manera algunos de sus relatos que saturan la vida mundana para extraer una transmutación del conocimiento.

Sin importar dónde sus relatos fueron escuchados, Nasreddin obtuvo grados honoríficos, desde los persas que le llaman Mullah (i.e. Mulá[5]), un título equivalente al Hodja turco, hasta las zonas donde el ejército del Imperio Otomano llevó historias sobre él, como los Balcanes y Grecia. Cuando estas posesiones europeas se independizaron, las historias de Nasreddin permanecieron. Hoy las historias sobre Nasreddin se cuentan en lugares incluso lejanos de la actual Turquía, tales como son Albania, Armenia, Bulgaria, Crimea, Georgia, Rumania, Rusia, Turquestán y Ucrania. Pero la mayor popularidad de Nasreddin se conserva en la geografía lingüísticamente árabe. En Egipto le llaman Goha, en el Sudán Jawha, en Argelia Jeha, en Marruecos Jha, en Kazajistán Koja Nasr al Din, en Uzbekistán Nasr als Din Efendi, en Chechenia Hoja Nasr al Din, en Grecia Molla Nars al Din, en Azerbaiyán, Irán y Afganistán Mosfeqi y los uigures del noroeste de China Nasarat.

A pesar de su humor, estos relatos esconden una gran complejidad que requiere un enfoque analítico puesto que, el actual folclore de esta figura tiene tres fuentes principales: las historias biográficas de Nasreddin, la literatura asociada al personaje que incluye un alto grado de heterogeneidad y las prácticas rituales que abarcan su veneración sepulcral en regiones donde se le venera como a un santo.

Las historias de Hodja son familiares a muchas comunidades mediterráneas y es por esto que existen varias tumbas atribuidas a Nasreddin Hodja. La principal de ellas se encuentra en Akşehir, Turquía, paralelamente se le atribuyen sepulcros en Tabriz, Irán, Azerbaiyán, Samarcanda de Uzbekistán, Kazajistán, Kurdistán y Diyarbakır. Su lugar de nacimiento es incluso más impresionante: desde Bulgaria se afirma que nació en la ciudad de Burgas, en el Mar Negro.

Adicionalmente, las estatuas de Nasreddin Hodja embellecen sitios populares en Uzbekistán, Azerbaiyán, Turquía y, más recientemente, en Bélgica. Es evidente que Nasreddin Hodja todavía viaja en la imaginación de las comunidades que diseminan su sabiduría, bajo un carácter heterogéneo que supera divisiones nacionales y desafía nuestras percepciones etnocéntricas, superando inclusive a las comunidades musulmanas, puesto que los judíos sefarditas también tienen su propio híbrido folclórico de Hodja relacionado con la tradición de Nasreddin.

Aunque las historias de este original personaje son conocidas en la mayor parte del ambiente mediterráneo, en algunos lugares, tales como la Turquía contemporánea, se mantienen prácticas inmersas en las comunidades con una visibilidad enorme en la vida cotidiana. Lo nombran durante conversaciones, a menudo lo citan en editoriales o artículos de opinión de periódicos e, incluso, sus aventuras son relatadas en la radio y en programas de televisión. Habitualmente la gente se refiere a algunas de sus historias por una palabra o una frase, cuyo sentido está claro porque les son familiares desde su infancia. Los desarrollos de las tramas son conocidos tanto por el oyente como por el hablante, quienes disfrutan de escuchar los relatos asociados con Nasreddin.

Es completamente plausible suponer que las historias de Nasreddin Hodja tuvieran una popularidad similar en siglos anteriores. Las fuentes escritas nos hablan de que dichas historias eran bien conocidas desde el siglo XV. Ya en 1480 se conocían algunas historias y, como lo indican tres de ellas por lo menos, estos relatos se reunían en manuscritos y se difundían extensamente. Es aceptado por todos los eruditos que las comunidades de Anatolia han conocido y disfrutado de Hodja desde el siglo XV por lo menos.

Probablemente hombres y mujeres, intercambiaban historias entre sí en los cafés, barberías y mezquitas; las mujeres los relataron con el entusiasmo incansable en el hammam[6], en los pozos y durante la lavandería; las abuelas y los abuelos se sentaron con los niños y les contaron historias de Nasreddin Hodja después de la puesta del sol. En 1638, durante su visita a Akşehir, el renombrado viajero otomano Evliya Çelebi[7] (1611-1682?) visitó su tumba y mausoleo.

Las historias de Nasreddin Hodja son numerosas y algunas recopilaciones superan los 500 relatos. M. H. Tahmaseb, folclorista azerbaiyano, identificó por lo menos 512, mientras que Pertev Naili Boratav[8] (1907-1998) identificó 594. Por otra parte, el número aumenta si se considera el carácter eminentemente oral de los relatos siendo posible encontrar diferentes versiones de un mismo relato. Esto es comprensible si se observa que un cuento, en su estado de transmisión, nunca es contado exactamente del mismo modo por diferentes hablantes o por un mismo hablante en distintas ocasiones. Estos relatos no se aprenden de memoria y simplemente se recitan, como tampoco el espectador es pasivo puesto que su respuesta también forma parte del cuento. A causa de esto, el número de relatos en la tradición oral excede las cifras mencionadas anteriormente en forma considerable.

Las fuentes escritas no tienen el dinamismo interpretativo de la tradición oral, pero registran ciertas versiones de los cuentos que les impide desaparecer, aunque sus contextos dejen de existir. Las historias de Nasreddin más antiguas registradas en una fuente escrita pertenecen al siglo XV y las menciones más tempranas datan de 1480, pero las colecciones de sus relatos son posteriores y pertenecen al siglo XVI; un ejemplo de aquello es un manuscrito en la Biblioteca Bodleian de la Universidad de Oxford, fechado en 1571[9], que recoge 43 relatos. En otro manuscrito atribuido a Lâmiî Çelebi[10] (1472-1533), conocido como Lefairt, y resguardado por la Bibliothèque nationale de France en París, fechado en 1551, hay tres historias atribuidas a Nasreddin.

Estos manuscritos tienen un papel decisivo en la transición de las historias de Hodja en la cultura letrada, puesto que fueron las primeras colecciones impresas de relatos e historias de Nasreddin. Éstas volvieron a ser reimpresas en 1837 y, conteniendo ya unos 134 relatos, se configuraron como una fuente muy ocupada por las nuevas tecnologías litográficas. Estas litografías aparecieron después de 1850 y contuvieron entre 125 a 126 historias. Incluso algunas se distribuyeron en Uzbekistán y se tradujeron al uzbeko antes de 1862. En comparación con las 594 historias coleccionadas y las 512 historias reunidas en un libro por Tahmaseb; el número de historias contenidas en sus primeras apariciones y las posteriores litografías son menores en extensión. El vacío entre estas cifras nos lleva a formular la hipótesis en que cientos de historias se incorporaron a la literatura en el curso de los siglos.

Otro de los grandes interrogantes es identificar el origen geográfico de Nasreddin, ya que ha sido apropiado por múltiples localidades, incluso en diferentes continentes, durante varios siglos, lo que constituye un problema desconcertante para eruditos de Hodja. Las respuestas dadas a las preguntas sobre su origen resultan ser complicadas e incluso polémicas. Hay opiniones diferentes, tanto sobre los orígenes cronológicos, como sobre los geográficos. En cuanto al origen cronológico, dos visiones son las más aceptadas por los eruditos; una es situarlo entre los siglos XII o XIV. En cuanto al origen geográfico de los primeros relatos, hay tres grupos diferentes de explicaciones. Las explicaciones en el primer grupo de investigadores sitúan los orígenes de los relatos en las zonas árabes, mientras el segundo grupo acentúa los orígenes turcos del mismo. Finalmente, algunos eruditos mantienen que la pregunta es irrelevante ya que deja de lado el contexto predominantemente oral y migratorio de dichos relatos.

Volviendo al origen cronológico de Hodja, hay dos perspectivas diferentes. El primer encauce expone los últimos momentos del siglo XV y el siglo XIV como el período de tiempo durante el cual el folclore de Nasreddin Hodja se conformó en esta visión; esto se confirmaría con ciertos relatos históricos que implican el siglo XIV. Por otra parte, Evliya Çelebi (1611-1682) declara que Nasreddin conversó con el Khan Tarmashirin Timur, más conocido como Tamerlán (1336-1405), quien disfrutaba de sus conversaciones. Este segundo enfoque afirma que las historias de Nasreddin, que lo retratan como un contemporáneo de Tamerlán, podrían ser derivadas de historias más tempranas.

En resumen, hay dos tesis que intentan destapar el origen cronológico del folclore de Nasreddin Hodja, la tesis del siglo XIII y la tesis del siglo XIV; sin embargo, ninguna de estas tesis ofrece pruebas válidas para demostrar sus reclamaciones. No pueden progresar más allá de la repetición de las reclamaciones del folclore de Nasreddin Hodja. Por otra parte, la tesis del siglo XIII encuentra más partidarios entre los eruditos de Nasreddin Hodja y está más extendida en la literatura especializada.

Debido a una carencia del testimonio fehaciente, muchos eruditos turcos optan por el segundo enfoque y concluyen que el folclore de Nasreddin Hodja provino del siglo XIII. Actualmente, eruditos como Paul Horn[11] han afirmado que Nasreddin era un contemporáneo del Sultán[12]Seljuk Alaaddin (1181-1237).

Lo anterior se produce porque las historias populares, de naturaleza oral, son un medio literario con dinamismo dramático, ya que no sólo generan nuevas historias sino que vuelven a rescatar viejos relatos. Las historias recién reintegradas a veces ajustan nuevas personalidades y viejas tramas. Un ejemplo como el ya mencionado, son las versiones donde Nasreddin se encuentra con el Sultán Seljuk Alaaddin, quien era Sultán de Anatolia como Tamerlán, que era el fundador del Imperio de Timurid, aunque Alaaddin y Tamerlán vivieran un siglo aparte. También es posible encontrar versiones diferentes de esta trama donde pueden ser los adversarios de Nasreddin quienes cambian. Se debe comprender que las diferentes tramas comunes o esquemas prototípicos se engarzan con los detalles locales. La existencia de versiones múltiples de ciertas tramas indica el dinamismo del folclore local y, debido a esto, es completamente común encontrar caracteres atados a Anatolia en las historias de Nasreddin, pero esto no necesariamente significa que la tradición provino de Anatolia.

A menudo el descubrimiento de una nueva versión de un esquema narrativo contradice nuestras ideas sobre la identidad geográfica de las historias. Las comunidades que viajan entre zonas geográficas diferenciadas y culturas disímiles contribuyen a la intertextualidad de las tradiciones. Este dinamismo del folclore crea dificultades serias en la identificación de orígenes geográficos o históricos. Las reclamaciones de autenticidad también complican la pregunta de origen. Las narrativas folclóricas moldeadas en la cultura local, donde desarrollan sus propias características, son tradiciones auténticas.

Estas historias son diferentes de los trabajos literarios contemporáneos ya que carecen de autoría y son dependientes del contexto histórico geográfico. Los sentidos de las historias, y a veces las propias historias, cambian según el contexto lingüístico donde se desenvuelven. Debido a esto, cada declaración de una historia es nueva. Cada narración tiene un contexto único, que da al cuento una matriz original. Cada repetición de una historia crea una diferencia en el texto y cada recepción del cuento implica un proceso para interpretar esta diferencia. De ahí, todos y cada uno de los de la audiencia de una historia son un proceso intertextual que entreteje los textos del hablante, el oyente y su cultura. Estas se conforman en el mismo acto de la narración, el solo paso de una persona a otra, de país a país, de generación a generación, adapta los elementos de un cuento alrededor de un núcleo más o menos fijo, por medio de memoria y el carácter del auditorio y las circunstancias en las cuales el cuento se dice.

En conclusión, las interacciones entre estas diversas comunidades, tanto lingüísticas como culturales, afirman la extensión y transculturación de las historias de Hodja en la enorme esfera de influencia que tuvo el imperio Turco. Sin contar que esta interacción enriqueció la tradición de Nasreddin y sus relatos literarios en las tramas, temas y tropos de otras tradiciones narrativas. En efecto, la tradición de Nasreddin comparte historias con tradiciones populares vecinas y siguió viajando en las regiones del Imperio Otomano, así como en el Asia Central.

Jorge Araneda Tapia Magíster en Historia Universidad de Chile

[1] Nombre original en árabe clásico, pero se ocupará la transliteración del turco moderno al ser la más difundida. Ver; First Encyclopaedia of Islam: 1913-1936, BRILL, London, 1993. Pág. 875.

[2] En un comienzo, fue una persona respetada por la comunidad que conocía bien el ritual del rezo. Se sitúa delante de los demás fieles en las mezquitas y sirve de guía para realizar el ritual de oración, aunque no es obligatorio seguirle. Aunque históricamente fue su papel, en la práctica contemporánea se da cierta profesionalización, hay personas que siguen estudios específicos para dedicarse a esta tarea.

[3] Localidad en la región de Anatolia Central en la república de Turquía.

[4] Chevalier, Jean, El sufismo y la tradición islámica, Editorial, Kairós, Barcelona España, 1986.

[5] Mulá: Intérprete de la religión y la ley islámicas.

[6] Hammam: Baño árabe o baño turco, es una modalidad de baño público de vapor para limpiar el cuerpo, por extensión se denominan con el mismo nombre a los edificios en los que estos se encontraban.

[7] Dankoff Robert, An Ottoman Mentality: The World ofEvliya Çelebi, BRILL, London, 2004.

[8] H. M. TehmasibandM. Sultanov, Molla Nasreddin Latifeleri, Baku, 1978.

[9] Gurkas Hakki, Nasreddin Hodja and the Aksehir Festival: Invention of a Festive Tradition and Transfigurations of a Trickster, from Bukhara to Brussels, ProQuest, EE.UU, 2008.

[10] Ilhan Başgöz, Pertev Nailî Boratav, I, Hoca Nasreddin, Never Shall I Die: A Thematic Analysis of Hoca Stories, Indiana University, 1998.

[11] Marzolph Ulrich, Molla Nasr al-Din in Persia, Iranian Studies, Vol. 28, No. 3/4 (Summer - Autumn, 1995), pp. 157-174

[12] Sultán fue un título equivalente al de rey utilizado en algunas regiones islámicas. Literalmente significa “el que ejerce el poder”. En su origen fue un modo de referirse a los jefes militares que ejercían el poder en territorios gobernados por un Califa.

Introducción

Hace unos años, escuché un cuento sufí sobre halvá[13] y espiritualidad, pero donde no se mencionaba el nombre del protagonista. Aprovechando los recursos de la Sociedad de la Información, comencé a buscar más información sobre el tema y me encontré con Nasrudín Hodja, el Mulá Nasrudín y, más tarde, con el nombre más preciso de Nasreddin.

Cuando encontré los primeros relatos, comenté algunos de ellos con diversas amistades y observé que despertaban interés, especialmente cuando resumía la biografía de este, quizás ficticio, personaje. Dado lo anterior, y haciéndole un guiño a mi actividad profesional, opté por realizar una compilación de aventuras de este sabio y tonto Mulá.

A medida que fui encontrando más cuentos sobre Nasreddin, descubrí que algunos de ellos los hemos conocido por años a través de chistes y tiras cómicas de personajes de caricaturas que hemos leído por generaciones. Pienso que, más que el autor de las caricaturas haya copiado las historias y ocultado las fuentes, estos relatos reflejan personalidades y situaciones que han estado presentes en las diferentes sociedades durante siglos. ¿Quién no ha estado en esas reuniones de trabajo donde se busca seriamente la llave perdida donde hay más luz en lugar de donde se cayó?

Una de las dificultades encontradas al recopilar estos cuentos fue el encontrar algunos que no tenían título, así es que me tomé la libertad de improvisar algunos basándome en los contenidos de las historias. Otra de las dificultades fue encontrar los mismos cuentos (o variaciones) con diferentes títulos, así es que seleccioné aquellas versiones que contenían más detalles.

Hasta donde pude encontrar información, aquellos nombres o palabras que pudieran resultar extrañas al lector llevan notas al pie de página con sus traducciones.

Para aquellos que deseen disfrutar más relatos de Nasreddin Hodja, Idries Shah (1924-1996), nacido como Sayed Idries el-Hashimi, enseñó y escribió libros sobre la tradición sufí, pero particularmente editó cuatro libros que recopilan sus aventuras:

The Exploits of the Incomparable Mullah Nasrudin. ISBN 0–86304–022–5 (1966)The Pleasantries of the Incredible Mullah Nasrudin. ISBN 0–86304–023–3 (1968)The Subtleties of the Inimitable Mullah Nasrudin. ISBN 0–86304–021–7 (1973)The World of Nasrudin. ISBN 0–86304–086–1 (2003)

[13] Halvá: Un tipo de dulce denso consumido en Asia, el norte de África y algunas partes de Europa, usualmente basado en semillas y/o pasta de sésamo, clara de huevo, pistachos, azúcar y/o miel.