Conversaciones con la naturaleza.  Ensayos Cognitivos desde los Andes - Alejandra Delgado - E-Book

Conversaciones con la naturaleza. Ensayos Cognitivos desde los Andes E-Book

Alejandra Delgado

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El actual momento de inminente decadencia civilizatoria exige de los seres humanos un poco de serenidad y paciencia para pensar su por-venir común, conscientes de su inmensa diversidad cultural y de sus discrepancias y conscientes de que su existir está constituido en la naturaleza inconmensurable y trascendente. El pensar sereno que exige la crisis civilizatoria no puede sino ser un diálogo histórico crítico entre distintas perspectivas humanas de comprensión de su devenir. Un diálogo entre distintas epistemologías que cuestionen la relación cognitiva sujeto-objeto, la misma que encuentra su objetivación primera en la relación humano-naturaleza.   

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APERTURA

LIBRO PRIMERO Claves epistemológicas para repensar el destino humano

ENSAYO I EL EPISTEME MODERNO Y SU FRACASO

LA MODERNIDAD EN SU DECADENCIA TECNOCIENTÍFICA.

ENSAYO II LA TÉCNICA Y SU MAGIA

1. EN SU ORIGEN.

2. LA TÉCNICA Y EL SER HUMANO.

3. LA DERIVA DE LA TÉCNICA MODERNA.

4. LA TÉCNICA COMO EL HACER SALIR LO OCULTO NATURAL.

5. EL MUNDO APERTURADO.

6. EL MUNDO: LA OBRA HUMANA DE SU HUMANIZACIÓN.

ENSAYO III LA FEMINIDAD INCUESTIONABLE DE LA TÉCNICA

1. PRIMER DESPERTAR: LA AMANTE.

2. SEGUNDO DESPERTAR: LA PARTERA.

3. TERCER DESPERTAR: LA GRAN CHAMANA.

4. CUARTO DESPERTAR: LA TEJEDORA CÓSMICA.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

LIBRO SEGUNDO Aproximaciones a una técnica del erotismo y la estética

A MODO DE INICIO

ENSAYO I TÉCNICA - ERÓTICA

1. LA VIOLENCIA ERÓTICA (ANGUSTIA, VÉRTIGO, DESGARRAMIENTO DEL SUJETO).

2. SEDUCCIÓN: CEREMONIA Y REVERSIBILIDAD.

3. EL JUEGO ERÓTICO.

ENSAYO II TÉCNICA - ESTÉTICA

1. EL MUNDO DE LA ENSOÑACIÓN.

2. CREACIÓN Y DISOLUCIÓN.

3. LA EXPERIENCIA DE LO BELLO.

ENSAYO III COMUNIÓN EN LO SENSIBLE

1. AFECCIÓN Y COMUNIÓN.

2. MÚSICA: MELODÍAS DEL CUERPO Y LA IMAGINACIÓN.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

VIDEOS Y PELÍCULAS

LIBRO TERCERO Entre el encanto y el desencanto: Una aproximación a las oscilaciones entre la sacralización y la desacralización del Mundo

A MODO DE INICIO

ENSAYO I ESTRUCTURA SIMBÓLICA Y MUNDO MÍTICO

1. ESTRUCTURA SIMBÓLICA.

2. LA EXISTENCIA SACRALIZADA

EL MITO FUNDACIONAL JUDEO - CRISTIANO

EL MITO FUNDACIONAL INCA

EL MITO FUNDACIONAL HINDÚ

EL MITO FUNDACIONAL MAYA

MITOLOGÍA FUNDACIONAL POLINESIA

EL MITO FUNDACIONAL MESOPOTÁMICO

ENSAYO II MODERNIDAD: DISOLUCIÓN DE LA TOTALIDAD CÓSMICA

1. LOS HITOS DE LA MODERNIDAD

2. SER MODERNO: RACIONAL

3. SER MODERNO: CIUDADANO

4. SER MODERNO: OBRERO

5. SER MODERNO: HUMANISTA

6. SER MODERNO: INDIVIDUO

7. BÚSQUEDA DE SENTIDO EN EL ENTORNO MODERNO

ENSAYO III RETORNO AL MUNDO MÍTICO: RECONSTRUCCIÓN DEL PRINCIPIO FUNDANTE

1. RECONOCIMIENTO DE LA DIVINIDAD HUMANA

2. BAMBALINAS TRASCENDENTES: HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE NUEVOS ALTARES

3. CINISMO POSMODERNO

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

APERTURA

Querido lector, de entrada es menester abandonar los prejuicios y programaciones sobre la realidad del mundo, de la historia y la geografía y nacer a otro punto de vista, el que procura la Vía Simbólica, que paradójicamente es tan antiguo y actual como el humano mismo –y del que sólo el ser humano contemporáneo se ha olvidado o separado–, pero cuyo rescate ubicará cada cosa en el orden que le corresponde del gran concierto universal.

El actual momento de inminente decadencia civilizatoria exige de los seres humanos un poco de serenidad y paciencia para pensar su por-venir común, conscientes de su inmensa diversidad cultural y de sus discrepancias y conscientes de que su existir está constituido en la naturaleza inconmensurable y trascendente. El pensar sereno que exige la crisis civilizatoria no puede sino ser un diálogo histórico crítico entre distintas perspectivas humanas de comprensión de su devenir. Un diálogo entre distintas epistemologías que cuestionen la relación cognitiva sujeto-objeto, la misma que encuentra su objetivación primera en la relación humano-naturaleza.

Este reto cognitivo de la humanidad no admite saberes autosuficientes, encerrados en sistema lógicos totalitarios que hoy más que en otros tiempos muestran su incapacidad para dar respuesta a las viejas y nuevas preguntas humanas. Los saberes tienen que abrirse al intercambio cognitivo, sin que esto indique un vulgar eclecticismo, menos aún un relativismo epistemológico irresponsable. Tampoco se trata de negar dogmáticamente un tipo de saberes por su origen europeo y hacer apología de otros, se trata de buscar aquellos saberes que se caractericen por su posición crítica al proceso civilizatorio actual. Saberes que tienen distintos comienzos y distintas matrices culturales de su emergencia, y sin embargo coinciden en exponer explícita o implícitamente su crítica a la Modernidad Capitalista.

En Europa, se puede registrar desde el nacimiento de la modernidad la existencia de una línea de pensamiento crítico, que hasta el día de hoy debate los límites que la civilización capitalista impone al proyecto de humanización permanente de lo humano. Muchos de estos saberes contradicen los presupuestos epistemológicos del pensamiento moderno en su versión hegemónica: la ciencia. Así corrientes teórico-filosóficas como la fenomenología, la hermenéutica, la dialéctica negativa, la teoría crítica, el posestructuralismo, entre otras, plantean una radical crítica a la totalización totalitaria e irracional hecha por la estructura cosificada del conocimiento moderno y su deriva en la ciencia instrumental.

Por fuera de la matriz moderno europea del pensamiento, existe un mundo diverso de saberes alter-nativos a la lógica cognitiva occidental y a su dominio instrumental de la naturaleza humana y no humana. Esta diversidad de saberes incluye matrices de pensamiento mítico, estético y lógico racional no moderno, desde los que se organiza la vida común, mucho antes de la emergencia del conocimiento científico moderno y su dominio planetario. Estos saberes que han subsistido a la colonización de la ciencia instrumental deben entran en intercambio cognitivo con los saberes críticos de origen europeo, en la perspectiva de pensar alternativas a la civilización capitalista en su última y definitiva decadencia.

Al interior de este intercambio cognitivo entre distintos horizontes epistemológicos (diálogo de saberes) los libros que se recopilan en esta obra son un intento de pensar la crisis civilizatoria y las posibles alter-nativas humanas a la misma. En este propósito, los textos que se presentan buscan:

1.     Deconstruir la relación humano-naturaleza dominada por la técnica reducida a su puro nivel instrumental, como único y absoluto criterio de objetivación humana y humanización de la naturaleza. La indagación crítica sobre el papel que ha jugado la técnica en la actual crisis civilizatoria es una contribución al desarrollo de la ciencia, en razón que da paso a un autocuestionamiento que desde el pensamiento social se hace a la ciencia y, sobre todo, a su base epistemológica (sujeto-objeto), la misma que se ha objetivado como proyecto civilizatorio. En este sentido, el pensamiento humano puede observarse en la crisis de una de su praxis, donde se revelan los límites de su actividad cognoscente y desplegarse en atención o de cara a sus actuales urgencias humanas.

Desde los primeros años del siglo XIX, el desarrollo del capitalismo empezó a dar muestras claras de ser un modo de producción cuya tecnología no era amigable ni con el ser humano ni con la naturaleza. Después de 200 años la humanidad se enfrenta a una innegable crisis ecológica y social que amenaza con destruir la vida humana en el planeta.

Durante el desenvolvimiento económico del siglo XX y sobre todo en el pico sintomático de la segunda guerra mundial, el capitalismo alcanzó su mayor desarrollo tecnológico inseparable de la mayor irracionalidad política en el marco del nazismo. Este punto de inflexión dio cuenta de la articulación entre técnica y dominación, que se expresa en “el desarrollo suicida de un sistema de fuerzas productivas capitalistas que degeneran en destructivas” (Barreda, 2012, p.19).

Con claridad los primeros trabajos sobre la crisis civilizatoria referidos a pensar la relación hombre-naturaleza fueron los trabajados hechos por Karl Marx en el tomo I de El capital, bajo el título de “Historia crítica de la tecnología”, los de Martín Heidegger y los de la teoría crítica europea, tanto en lo que tiene que ver con la Escuela de Frankfurt cuanto la Escuela de Budapest, en el contexto del capitalismo de entre guerras, básicamente en la experiencia del holocausto nazi y el totalitarismo estalinista. Estudios como el contenido en los textos “La Dialéctica del Iluminismo” de Adorno y Horkheimer; “Eros y Civilización” y “El hombre Unidimensional” de Herbert Marcuse; Las tesis de la filosofía de la Historia de Walter Benjamín, entre otros, abren nítidamente el debate sobre el tipo de relación entre el hombre y la naturaleza marcada por una visión instrumental adscrita al imperio de la técnica enajenada de otras experiencias humanas. Este primer momento de crítica a la civilización capitalista ya mostró que “los varios siglos en que se ha desarrollado el modo capitalista de producción pueden ser considerados como el peor periodo de crisis histórica extrema que haya conocido la humanidad” (Barreda, 2012, p.20).

Después de las propuestas hechas por la primera época de la Teoría Crítica, la discusión sobre la cualidad de la relación enajenada hombre-naturaleza que explica la crisis civilizatoria, tiene su contraparte en el pensamiento latinoamericano en autores como Aníbal Quijano en sus textos “Colonialidad del Poder”, “Cuestiones y Horizontes”; Bolívar Echeverría en sus textos “Valor de Uso y Utopía”, “Vuelta de Siglo” y “Modernidad y Blanquitud”; Raúl Zibechi en libros como “Latiendo y resistencia”, “Descolonizar el pensamiento crítico y la prácticas emancipatorias”; los aportes hechos por Andrés Barreda y Jorge Veraza entro otros autores latinoamericanos que han contribuido al debate de la actual crisis civilizatoria.

Para los años 80 del siglo pasado, cuando el tema de la crisis ecológica empieza a ser una realidad inocultable, las discusiones sobre el modo de producción capitalista y su imperio tecnocientífico se hacen más comunes no solo en los círculos académicos, sino en los de los movimientos sociales. En este contexto de debates ambientales surge unas nuevas disciplinas científicas como necesidad de las nuevas preocupaciones: la Ecología Política, la Economía Ambiental, la Sociología Ambiental que justamente tratan sobre la relación de equilibrios y desequilibrios entre el hombre y la naturaleza, a partir de mediaciones económicas, sociales, políticas y culturales. Autores como Martínez Alier en su texto “El Ecologismo de los pobres”; Eduardo Gudinas en su texto Ecología, Economía y Ética del Desarrollo Sostenible debaten las implicaciones que el desarrollo de la técnica inherente al modo de producción industrial tiene en la crisis ecológica y también en la social.

2.     Hecha la deconstrucción teórica del saber técnico instrumental, se exponen otros posibles vínculos de la relación humano-naturaleza referidos a la ética, la estética, la erótica y la espiritualidad. La indagación de otras posibles conexiones entre el humano y la naturaleza no excluyen a la técnica como vínculo necesario. Todo lo contrario, es la técnica en su nivel de apertura de mundo la posibilidad de esas nuevas cualidades relacionales.

Estos diálogos intentan ser un aporte al debate que desde América Latina se despliega para pensar alterna-tivas civilizatorias frente a la crisis actual. Entre los esfuerzos desplegados están los llevados adelante por el Grupo permanente de trabajo sobre Alternativas al Desarrollo, de la Fundación Rosa Luxemburgo, que ha producido libros como: “Desarrollo, poscrecimiento y Buen Vivir”, “Debates e Interrogantes”, “Osadía de lo Nuevo”, “Más allá del Desarrollo. O los debates que han sido expuesto en la revista digital América Latina en Movimiento en su No 453 nominado “Alternativas Civilizatorias, los nuevos viejos sentidos de humanidad”, en la cual se encuentran textos como: “La cosmovisión maya de cara a la crisis de la modernidad” de Rocizela Pérez Gómez.

Es claro que los debates sobre la crisis civilizatoria que integra la crisis ambiental y la social tienen enorme importancia no solo a nivel de la discusión teórica, sino de la praxis social concreta, en la medida en que se encuentran su razón de ser en la urgencia de la humanidad para evitar su colapso. En el marco de este escenario, los ensayos que se exponen también buscan ser una contribución no solo al debate crítico sobre la civilización y sus límites, sino a la búsqueda de posibles alte-rnativas civilizatorias que contemplen otro tipo de relación entre lo humano y lo natural.

La obra que se presenta se compone de tres libros con algunos ensayos:

El primer libro: Claves epistemológicas para repensar el destino humano, consta a su vez de tres ensayos: IEl episteme moderno y su fracaso debate el desarrollo moderno de la tecnología, entendida principalmente como fuerza productiva objetiva y las consecuencia de su aplicación y expansión hegemónica en la civilizatoria moderna, así como en su crisis. En otras palabras, se busca responder a la pregunta: cuáles son los límites sociales y naturales de la técnica instrumental como único vínculo entre el hombre y la naturaleza. II La Técnica y su magia expone el debate de Martín Heidegger sobre la técnica, en la perspectiva de recuperarla de su deriva instrumental y devolverle su magia de aperturar mundo. Este debate es absolutamente necesario para pensar otras cualidades de la relación humano-naturaleza. III La Feminidad incuestionable de la Técnica es un relato de las dimensiones femeninas de la técnica donde la relación naturaleza-humanidad adquiere otras cualidades ligadas a la experiencia erótica, ética, estética y espiritual, vistas desde una perspectiva del pensamiento mítico.

El segundo libro: Aproximaciones a una técnica del erotismo y la estética, plantea un debate acerca de las dimensiones erótica y ética que enlazan lo humano con lo natural, las cuales suponen una particular construcción y experiencia de mundo no vinculadas a la deriva instrumental de la técnica. Para este propósito el libro se divide en tres ensayos: I Técnica erótica expone a ésta como la experiencia de la «seducción» y de esta manera se vincula lo erótico con lo lúdico. II Técnica estética versa acerca de la ensoñación y la embriaguez como momentos de la creación mundo, experimentado como bello, a través de imágenes sensibles. IIIComunión en lo sensible tratará de encontrar el vínculo entre lo erótico y lo estético, por medio de la noción de «afección» de Baruch Espinosa. De manera, se hace visible la comunión sensible entre lo humano y lo natural.

El tercer libro: Entre el encanto y el desencanto: una aproximación a las oscilaciones entre la sacralización y la desacralización el Mundo, trata sobre la manera en que los distintos pueblos, culturas, civilizaciones configuran, se apropian y reproducen sus horizontes de significación sobre los cuales construyen y reconstruyen, individual y colectivamente, su existencia. El libro se divide en tres ensayos: I Estructura Simbólica y Mundo Mítico se aborda el sentido de sacralidad en el Mundo Mítico y la hierofanía como manifestación de esa sacralidad. II Modernidad: Disolución de la totalidad cósmica se analiza la manera en que los códigos que fundamentan el proyecto moderno, conducen a procesos de desarticulación de las relaciones sagradas con el entorno que conllevan a oscilaciones entre el encanto y el desencanto. III Retorno al mundo mítico: reconstrucción del principio fundante arriesga cuatro posibles respuestas para enfrentar la cotidianidad en lo que hemos llamado la modernidad desacralizada.

LIBRO PRIMERO Claves epistemológicas para repensar el destino humano

ENSAYO I EL EPISTEME MODERNO Y SU FRACASO

No hay duda que las dos primeras décadas del siglo XXI muestran todos los signos de una profunda crisis civilizatoria. Devastación ecológica, trastornos climáticos, desequilibrios ambientales, deterioro socio-cultural, violencia generalizada, conflictos bélicos y políticos, migraciones forzadas por violencia política, económica y ambiental, epidemias, hambre, etc., son entre muchas otras las características de la actualidad humana. El escenario del mundo presente evidencia, con absoluta nitidez, el quebranto y decadencia de la civilización moderna-occidental-capitalista.

Antes de exponer los signos de la crisis civilizatoria que muestran el fracaso de su horizonte de sentido, es importante establecer los conceptos básicos que van a permitir el estudio y análisis de la situación actual. Del tema propuesto se deprende que es el concepto de civilización el que tienen que entrar en debate, antes de lo cual es necesario intentar definirlo.

A nivel del pensamiento universal abstracto, el concepto civilización hace referencia a un proceso, un continuo movimiento hacia adelante y en expansión que expresa la trasformación del comportamiento humano social e individual. Estos cambios en la vida social aluden:

…tanto el grado alcanzado por la técnica, como al tipo de modales reinantes, al desarrollo del conocimiento científico, a las ideas religiosas y a las costumbres. El concepto puede referirse a la forma de las viviendas o a la forma de la convivencia entre hombre y mujer, al tipo de las penas judiciales o a los modos de preparar los alimentos. Para ser exactos, no hay nada que no pueda hacerse de una forma «civilizada» y de una forma «incivilizada», con lo que siempre resulta algo difícil tratar de resumir en unas cuantas palabras todo aquello que el término «civilización» comprende. (Elías, 1988, p.57)

Las trasformaciones del comportamiento humano en sociedad se comprenden a partir de dos tipos de relaciones y estructuras dialécticamente articuladas. Las que se dan a nivel de la vida del individuo se explican con el concepto de psicogénesis, y las otras hacen referencia a la vida social y se exponen con el concepto de sociogénesis. En este sentido, las trasformaciones del comportamiento humano de las cuales da cuenta el concepto de civilización son, en rigor, las transformaciones de las estructuras de la personalidad y de las estructuras de la sociedad.

Las estructuras de la personalidad se forman a partir de las relaciones que los individuos establecen entre ellos, las mismas que son posibles a partir de una determinada configuración afectiva. De lo que se trata es de un tipo de formación espiritual y emotiva que se materializa en una determinada forma de comportamiento individual. La posibilidad que dos individuos entren en relación está dada por el establecimiento de un límite claro entre los dos que forma el yo en relación al otro yo. Este límite expresa y se forma en el control de las pulsiones (energía psíquica profunda), que se muestra en las funciones corporales y manifestaciones emotivas que son las que se reprimen con el establecimiento de los límites.

Los límites son codificaciones (simbolizaciones) que instituyen lo común entre dos o más individuos y en esa medida estructuran las relaciones sociales. El límite se presenta socialmente como normas/mandatos que prescriben el comportamiento o conducta social adecuada, que posibilita la convivencia humana. La pauta de comportamiento da forma de sentimientos a las emociones, para que éstas se presenten de manera no directa y violenta. Así, se matizan las manifestaciones psíquicas de los individuos y se refina la expresión de sus ideas (Elías, 1988), a través de prescripciones de diversos tipos y cualidades como el pudor, la vergüenza, el miedo, el silencio, etc., que restringen la expresión de las pulsiones en su búsqueda de placer o realización inmediata.

Lo dicho se traduce en usos o costumbres cotidianos que se extienden a todos los miembros de la sociedad a manera de pautas generales de comportamiento, que muestra el nivel de avance de las relaciones humanas. Se concluye, entonces, que el desarrollo de una determinada civilización y la existencia de la misma tienen que ver con el límite (codificación) que la cultura impone a las pulsiones de la naturaleza humana. En este mismo sentido, el límite es lo que separa y pone en relación al hombre y su naturaleza o a la naturaleza y su autocociencia. La posibilidad de la demarcación y de su efectividad como configuradora de las relaciones humanas y de lo humano con la naturaleza se da, entre otros recursos y capacidades del ser humano, por consecuencia de la técnica.

A nivel del pensamiento histórico concreto, para el mismo autor, el concepto civilización expresaría la “autoconciencia de occidente”, con el cual busca diferenciarse y aventajar a sociedades anteriores y no occidentales. El concepto civilización establece así las peculiaridades de occidente – “el grado alcanzado por su técnica, sus modales, el desarrollo de sus conocimientos científicos, su concepción del mundo y muchas otras cosas” (Elías, 1988, p.57) – en las cuales afirma su identidad. El grado alcanzado se muestra en el nivel de las realizaciones en lo económico, lo político, lo social, la ciencia, la técnica, y la cultura.

LA MODERNIDAD EN SU DECADENCIA TECNOCIENTÍFICA.

Al observar la curva civilizatoria del proyecto nor-atlántico, en la perspectiva teórica de Norbert Elías, es pertinente afirmar que se asiste al momento de su declinación y caída en un nuevo periodo de barbarie. Para explicitar lo dicho es necesario determinar cuáles han sido las transformaciones en las estructuras de la personalidad (psicogénesis) y en las estructuras de la sociedad (sociogénesis) que explican el actual regreso de la barbarie (Elías, 1988). La comprensión de los procesos de larga duración se facilita cuando:

En un primer momento podemos distinguir dos direcciones principales en los cambios de la estructura social: cambios estructurales en la dirección de una diferenciación e integración creciente y cambios estructurales en la dirección de una diferenciación e integración decrecientes. (Elías, 1988, p.10)

La fase de declinación de una curva civilizatoria exige distinguir los cambios estructurales en la dirección decreciente que incluye los procesos de la dirección creciente. Para propósitos de este debate se establece un corte histórico en los años sesenta del siglo pasado, a partir de los cuales se puede observar: Por una parte un proceso de flexibilización progresiva de los controles emotivo humanos, que mostrarían cambios en las estructuras de la personalidad en dirección de una diferenciación y una integración decrecientes. Por otra parte, se observa cambios estructurales en el conjunto de la sociedad, que tienen la misma dirección decreciente que la primera. Este hecho es visible en el deterioro gradual de las principales instituciones modernas sobre todo el Estado. Es importante señalar que estas transformaciones en dirección decreciente son producto de las transformaciones en dirección creciente. En otras palabras, la integración y diferenciación de las instituciones modernas devino es su desintegración e indiferenciación.

En varios debates teóricos sobre el significado social de la revolución cultural del mayo francés del 68, autores de distintos orígenes teóricos sostienen que la misma produjo transformaciones en las estructuras sociales y de la personalidad en dirección decreciente, que al contrario de suponer una salida del capitalismo implicaron su recomposición mejorada.

…a partir de 1970 apareció gradualmente una nueva forma de capitalismo, que abandonó la estructura jerárquica del proceso de producción al estilo de Ford y desarrolló una organización en red, basada en la iniciativa de los empleados y la autonomía en el lugar de trabajo. (Zizek, 2008, p.4)

De la liberación sexual de los sesenta ha sobrevivido el hedonismo tolerante cómodamente incorporado a nuestra ideología hegemónica: hoy, no sólo se permite, sino que se ordena disfrutar del sexo, y las personas que no lo logran se sienten culpables. El impulso de buscar formas radicales de disfrute (mediante experimentos sexuales y drogas u otros métodos para provocar un trance) surgió en un momento político concreto: cuando “el espíritu del 68” estaba agotando su potencial político. (Zizek, 2008, p.4)

La primera cita observa una transformación de las estructuras sociales de integración y diferenciación decrecientes, que se explican en gran medida por la incorporación de la tecnología de la información cibernética al proceso productivo. La segunda, muestra las transformaciones de consolidación y diferenciación decrecientes de la estructura de la personalidad, en relación a la flexibilización de los controles emotivos, básicamente referidos a la vida sexual.

El corte histórico propuesto en los años 60s del siglo pasado se lo hace coincidir, para efectos de esta investigación, con la llamada revolución tecnológica de la cibernética, por la incidencia de ésta en los cambios de la estructura social y la estructura del comportamiento. El núcleo de la transformación que trajo la revolución aludida “…remite a las tecnologías del procesamiento de la información y de la comunicación. La tecnología de la información es a esa revolución lo que las nuevas fuentes de energía fueron a las sucesivas revoluciones industriales, del motor de vapor a los combustibles fósiles e incluso a la energía nuclear, ya que la generación y distribución de energía fue el elemento clave subyacente en la sociedad industrial” (Castells, 2006, p.57). La aplicación del conocimiento e información a aparatos de generación de conocimiento y procesamiento de la información y comunicación genera la retroalimentación acumulativa entre innovación y uso, que acelera radicalmente el desarrollo y expansión científico-tecnológica y productiva. Así la aplicación de la información como herramienta es al mismo tiempo su desarrollo como proceso. La mente humana se convirtió en fuerza productiva directa, prolongada y amplificada en los ordenadores, este hecho transforma las relaciones sociales desde el campo de la economía y la producción hasta el campo simbólico cultural de manera radical (Castells, 2006).

La cibernética es el resultado de la articulación de la física, la electrónica y la computación, se encuentra vinculada a la teoría general de sistemas y estudia principalmente lo relativo al mando, al control, a las regulaciones y al gobierno de los sistemas. La tecnología cibernética busca una organización eficiente de la producción y de la administración social, en base a modelos físico y matemáticos que intentan evitar la incertidumbre y el azar. El objetivo principal de la cibernética es desarrollar un lenguaje técnico que posibilite superar los problemas de control y comunicación y, de esta manera, aprovechar los recursos técnicos (máquinas) cuanto a los, considerados, recursos humanos. En definitiva, la tecnología de la digitalización es subsidiaria del pensamiento administrador de la sociedad de la información y, por lo mismo, el sueño de la sociedad administrada, que Foucault explicó nítidamente con la tesis del panóptico.

Las transformaciones de las estructuras sociales y de la personalidad producidas por la revolución de la cibernética o la información tienen una dirección decreciente que paradójicamente coincide con la idea foucaultiana de la sociedad no de la prohibición, sino de la administración. La sociedad globalizada es la sociedad de la tecnología y los sistemas de información, que supone la trasformación de la estructura social en sintonía con la internacionalización de las relaciones económicas y sociales capitalista en su era digital. Es importante señalar que a diferencia de las tecnologías anteriores a la de la cibernética, ésta

se ha extendido por el globo con velocidad relampagueante en menos de dos décadas, de mediados de la década de 1970 a mediados de la década de 1990 exhibiendo una lógica que propongo como característica de esta revolución tecnológica: la aplicación inmediata para su propio desarrollo de las tecnologías que genera, enlazando el mundo mediante la tecnología de la información. (Castells, 2006, p.60)

Lo dicho explica porque la globalización coincide y más aún es posible por la tecnología digital.

La caracterización del nuevo capitalismo como informático, parte del papel central de la revolución informática en la transformación de los medios de producción, a partir de la difusión de la tecnología digital y la generalización del uso social del principal medio central de producción, la computadora. El desarrollo de la nueva tecnología y los nuevos medios de producción conducen a la constitución de un nuevo sector productivo que denominamos electrónico-informático (SE-I), compuesto por bienes tangibles e intangibles y servicios estructurado en torno a la computadora. El SE-I así conformado, pasa a ser el núcleo central del conjunto de la producción social, y un factor permanente de revolucionamiento de la misma a partir de la incorporación del microprocesador y la digitación a esferas cada vez más numerosas de la producción y la vida social. (Dabat, 2006, p.34)

Esta revolución tecnológica provoca profundas modificaciones sociales que conllevan, por ejemplo, la diferenciación e integración decreciente del estado nacional, del mercado nacional, de la industria nacional, de la identidad nacional; la desterritorialización del proceso productivo; y el dominio global del capital cognitivo en alianza con el financiero que destruye paulatinamente las economías nacionales e incluso regionales.

La dirección decreciente de la curva civilizatoria moderna se radicaliza con la incorporación de la computadora en el proceso productivo. Esta nueva máquina, a diferencia de la industrial, se caracteriza por ser portadora de: “un mecanismo flexible (reprogramable) de sustitución de ciertas funciones lógicas, de memoria y de comunicación del cerebro humano” (Dabat, 2006, p.35). El mecanismo software (conjunto de programas, instrucciones y reglas informáticas) produce un nuevo tipo de bien inmaterial, la llamada propiedad intelectual que va a ser fundamental en los procesos de innovación y planificación productiva. El ciclo total de la producción y organización del capital - producción circulación y consumo - se transforman con la nueva directriz tecnológica, la misma que forja un nuevo tipo de propiedad, de empresa, de competencia, de relaciones laborales, de organización del trabajo, etc., que generen plusvalía extraordinaria de innovación o rentas tecnológicas en el también nuevo espacio económico globalizado (Dabat, 2006).

La era de la globalización, bajo la dirección del capitalismo, representa el momento más importante de diferenciación e integración decreciente de la civilización moderna occidental. Es evidente que se asiste a un momento de inflexión en los procesos de consolidación y diferenciación progresivas de largo plazo, que conlleva profundas transformaciones que afectan la estructura social y psíquica en una dirección decreciente. Hay una tendencia, en el periodo actual de la curva civilizatoria, a disminuir la integración del mundo, por la mutación espacio temporal y la flexibilización de las estructuraciones sociales, debido a la incorporación de la tecnología digital en el aparato productivo y en la vida cotidiana, así como y por el dominio del capital financiero.

La globalización involucra una nueva configuración espacial del mundo, que se organiza a partir de las redes de computación o internet, de un tejido transnacional de cadenas productivas, de un sistema financiero globalizado, de la mundialización cultural y sobre todo un nuevo tipo de competitividad sistémica que incluye la competencia entre empresas, corporaciones, naciones, regiones y bloques (Dabat, 2006). Una de las transformaciones más importantes es la que se opera en el trabajo, cuando su dimensión cognitiva deviene su fuerza central, mutación que hace de la producción de conocimiento (investigación científica), de la educación, la innovación, la capacitación continua y el saber tecnológico el aspecto fundamental del proceso productivo. Esto hecho explica la importancia que adquiere en la sociedad globalizada el conocimiento especializado de la tecnociencia, para lo cual se ha puesto en marcha reformas radicales en el sistema de educación mundial, en la perspectiva de fortalecer la productividad.

Se opera, de esta forma, una mutación importante en la evolución histórica que tuvo su origen en la revolución industrial (capitalismo industrial), lo cual no quiere decir que las lógicas nucleares de la producción industrial desaparezcan, todo lo contrario se han ampliado y acelerado. Con la revolución cibernética, el trabajo adquiere una complejidad articulada a la especialización del conocimiento de los nuevos medios de producción informáticos. En otras palabras, la producción cibernética requiere de trabajadores especializados en el conocimiento de la informática que estén permanentemente revolucionándose. Esta transformación en el proceso productivo, que comporta un profundo cambio en la composición orgánica de capital, debido a la incorporación de la nueva tecnología digital, provoca una considerable reducción de la demanda de mano de obra en general y la no especializada en particular. Al mismo tiempo que se produce una conexión mundial por la información global, se produce una inmensa brecha digital entre continentes, regiones, naciones, pueblos e individuos.

Si la revolución industrial significó la sustitución por la máquina de las funciones del cuerpo humano, la revolución cibernética significa la sustitución por la computadora de las funciones delimitadas del cerebro humano. Sin embrago de esto, es importante anotar que de la población mundial, la mano de obra que está incorporada a esta nueva lógica de trabajo, especializado científica y técnicamente, es aún reducida. El trabajo formal digital, aunque globalizado, no alcanza a toda la población mundial, al contrario separa a la mayor parte de ella. Así como la inscripción de la máquina al proceso productivo segregó a millones de campesinos de la producción industrial, no solo porque mucha mano de obra fue reemplazada por la máquina, sino porque no tenían el conocimiento para operarla; con la revolución cibernética millones de trabajadores industriales son expulsado del proceso productivo, también porque la nueva tecnología reemplaza mano de obra y porque genera “…un nuevo tipo de analfabetismo tecnológico asociado a la brecha digital que afecta a una amplia mayoría de la población mundial” (Dabat, 2006, p.38).

El aumento de mano de obra de desecho o peso muerto del capital a nivel mundial va a generar la desarticulación económica, social y cultural de millones de personas que quedan por fuera de la institucionalidad moderna. Población expulsada que, mientras más se aleja de la institucionalidad moderna, genera agudos procesos de integración y diferenciación decrecientes, al tiempo que los expresa.

De lo dicho en los párrafos anteriores se puede colegir una línea de continuidad entre la era industrial y la llamada era posindustrial. La incorporación de la informática al proceso productivo aumentó y aceleró la industrialización planetaria en toda la historia del capitalismo. Esta línea de continuidad en la lógica productiva, sin embargo, comporta la diferenciación e integración en dirección decreciente del proceso civilizatorio. Así, la velocidad en el desarrollo de la ciencia y de la técnica, al contrario de lo que los humanistas pensaron, parece llevar a la humanidad del tercer milenio a su desintegración. Como dice Elías hay una “…coincidencia entre el aumento de velocidad del progreso especialmente en la esfera científica y técnica, y la disminución de confianza en el progreso en general” (Elías, 1988, p.24).

El capitalismo digital o de la información explica el ascenso y radicalización de la desigualdad y exclusión social a nivel planetario, signo claro de un proceso de diferenciación e integración decreciente. La lógica de la competitividad que se profundiza con la incorporación de la informática en los procesos productivos y en la sociedad en general, lleva consigo la disolución de las interacciones humanas y por lo mismo fuertes procesos de atomización social. La competencia como valor primero y absoluto del capitalismo tardío genera, a la vez que es resultado, el debilitamiento de las codificaciones sociales que limitan la expansión pulsional y agresiva del ser humano y que se expresan como pudor, la vergüenza, respeto, etc. La fragilidad aludida muestra un descenso en la configuración de la sensibilidad pacificada de las personas, es decir en la contención que unos esperan de los otros, necesaria para la integración social creciente. La vida social se ha vuelto más homogénea, se difuminan las fronteras de la diferenciación social en la mayoría de sus campos por efecto de la expansión de la lógica mercantil homogeneizante, en casi toda la vida social. El proceso de individuación se desdibuja en individualismo, los agentes sociales son convertidos en unidades abstractas, manifestaciones corporales y psíquica de la forma mercancía. En razón de esta transformación se hace difícil el reconocimiento intersubjetivo que funda socialización, comunidad y civilización.

El proceso de integración y diferenciación decreciente que muestra la curva civilizatoria del mundo moderno occidental, a partir del nuevo paradigma socio-técnico, es identificable en los siguientes campos sociales:

Decadencia Económica

Para empezar esta parte de la reflexión, es necesario recordar la tesis de Marx en la cual plantea que el capitalismo vive de revolucionar constantemente sus condiciones de existencia. Esta idea explica la razón de que en la curva civilizatoria, articulada por la economía capitalista, se hayan producido al menos dos enormes revoluciones tecnológicas (la industrial y la informática) y que hoy la humanidad se encuentre a las puertas de la cuarta revolución tecnológica (la de la neurociencia).

Cada revolución tecnológica provoca:

a) Aceleración cualitativa del incremento de la composición orgánica de capital, esto es el desplazamiento del trabajo vivo por el muerto. En las empresas totalmente automatizadas el desplazamiento es virtualmente total. b) Transferencia de la fuerza de trabajo viva todavía involucrada en el proceso productivo, del tratamiento directo de las materias primas a funciones de preparación o supervisión. c) Un cambio radical en la proporción entre las dos funciones de la mercancía fuerza de trabajo (creación y preservación de valor) en las empresas automatizadas, es decir la preservación de valor adquiere importancia fundamental. d) Un cambio radical en la proporción entre la creación de plusvalía dentro de la misma empresa, y la apropiación de plusvalía producidas en otras empresas o ramas totalmente automatizadas. e) Un cambio en la proporción entre los costos de construcción, y los gastos y desembolsos de capital en la compra de nuevas máquinas en la estructura del capital fijo y por tanto en las inversiones industriales. f) Un acortamiento del período de producción. g) Una compulsión para acelerar la innovación tecnológica, y un brusco aumento en los costos de la investigación y el desarrollo. h) Un período de vida más corto del capital fijo, en especial de las máquinas. i) Una alta composición orgánica del capital conduce a un aumento en la parte del capital constante en el valor medio de las mercancías. (Sierra, 2008, p.33)

El resultado combinado de estas transformaciones, según Ernest Mandel (1979), intensifica las contradicciones del modelo capitalista de producción:

… la contradicción entre la creciente socialización del trabajo y la apropiación privada; la contradicción entre la producción de valores de uso (que aumenta hasta lo inconmensurable) y la realización de valores de cambio (que sigue atada al poder de compra de la población); la contradicción entre el proceso de trabajo y el proceso de valorización; la contradicción entre la acumulación de capital y su valorización, etcétera. (p.194)

La incorporación de la tecnología de la información (software) al proceso productivo supone: “…a) la transferencia de piezas entre procesos productivos sucesivos, basados en aparatos automáticos, b) el control automático de los flujos productivos y de la calidad, c) la computarización de los procesos productivos y d) la combinación de los sistemas anteriores” (Sierra, 2008, p.32). En definitiva, por efecto de la automatización de las tareas, la experimentación de los usos y la reconfiguración de las aplicaciones se provocan una fuerte mutación en la relación trabajo-capital y en la cadena de valorización. Estas modificaciones aumentan la productividad y en consecuencia elevan la tasa de ganancia, es decir aceleran la reproducción y acumulación del capital.

Es importante aclarar que la nueva tecnología que rompe con la lógica fordista /taylorista de trabajo y da paso a la internacionalización del proceso productivo que, acompañado y promovido por la financiarización de la economía, otorga flexibilidad para que el capital se reproduzca con diferentes modelos productivos, incluidos los aparentemente superados como la esclavitud. La ampliación de las formas de extracción de plus valor repartidas por el planeta maximiza la acumulación de capital, tras la ruptura de los acuerdos keynesianos con el trabajo.

Así, la reorganización de la economía mundial, que por efecto de la revolución cibernética permite la utilización de cualquier modelo productivo, supone lo que Harvey denomina la acumulación flexible que genera el aparecimiento de una nueva forma de trabajo que: “…se estructura sobre una mínima base de trabajadores calificados y con óptimas condiciones de contratación y una masa de trabajadores tercerizados y precarizados sin ningún tipo de seguridad laboral: subcontratados, temporarios, etc” (Wydler, 2005, p.2). Este tipo de trabajo, que tramita y administra la política económica neoliberal, profundiza la crisis de la clase trabajadora a nivel mundial, condenándola a la inestabilidad, disgregación, tercerización, atomización y precarización laboral, o peor aún al desempleo que ya tienen carácter estructural.

La flexibilización laboral para que el capitalista pueda comprar y usar la mercancía fuerza de trabajo, así como para que ésta pueda trasladarse a cualquier parte del planeta donde hay demanda, induce la ruptura de los lazos sociales culturales, territoriales y organizativos. En otras palabras, esta nueva relación capital-trabajo provoca una tendencia decreciente de la integración social en el ámbito de la producción. La libertad mercantil ampliada que requiere la flexibilidad laboral, de esta nueva forma de trabajo, exige del trabajador su individualización/atomización absoluta. Tiene así que romper todo tipo de vínculo social: afectivo, territorial, cultural, nacional, identitario, etc., ser absolutamente libre para movilizarse y venderse donde el capitalismo globalizado lo requiera. Marx ya planteó esto cuando dijo que el proletariado era el sujeto revolucionario, porque nada tiene que perder, porque ha sido despojado de todo, es absoluta negatividad.

De la misma manera que la revolución industrial supuso una destrucción violenta de la economía campesina, la revolución de la cibernética supone la destrucción de las economías locales y nacionales, pues estas se fragmentan para incorporarse de manera despedazada al nuevo orden económico mundial y otras quedan simplemente fuera de la globalización, como muchas naciones en el África. La creación de industrias automatizadas degrada la industria manufacturera hasta sacarla del mercado.

La destrucción de las economías locales y nacionales y de ciertas manufacturas causa mayor desempleo y, en esa medida, las masivas migraciones de parados a los centros económicos en busca de trabajo. Los procesos migratorios ampliados y violentos, por su parte, expresan y generan una profunda crisis social y humana que conlleva violencia, criminalidad, trata de personas, etc. Al final, la población migrante que en su mayoría aparece como población de refugio termina por ser el homo sacer del que habla Agamben (1998).

Un gran número de trabajadores en todo el globo, capacitados para la producción industrial, no logran incorporarse de forma activa al nuevo proceso productivo digitalizado por falta de conocimiento informacional, quedan de esta forma fuera del mismo, no en calidad de ejército industrial de reserva, sino de desecho laboral e incluso de desecho biológico. Esto explica el crecimiento multiplicado de la población marginal disgregada por todo el planeta.

Así también, la globalización económica posible por la nueva tecnología productiva se caracteriza por la radicalización de la centralización internacional de capital, no en los Estado nacionales, sino en las Corporaciones. “La centralización implica poder de dirección central o centralización sobre el control de los medios de producción; en otras palabras, la propiedad privada centralizada” (Mandel, 1979, p.316). De lo que se desprende que la dirección central sobre el control de los medios de producción no es de carácter nacional sino corporativo, es decir de las corporaciones multinacionales, sobre todo de las financieras que son las que valorizan el conocimiento. Este poder económico global tiene el control monopólico de la tecnología, los mercados financieros, los recursos naturales, los medios de comunicación y las armas de destrucción masiva.Es dentro de esta nueva estructura económica queel capital se valoriza, acumula, concentra y centraliza aún más.

El reordenamiento económico global comporta una nueva división internacional del trabajo que tiende a liquidar la industria y el mercado nacional, sobre todo de los países de la periferia. Este proceso provoca una nueva y más intensiva transferencia de riqueza, organizada en la interdependencia global, que pone en ejecución un sistema de expropiación a partir de la intensificación del intercambio desigual, basado en la inmensa brecha tecnológica.

Es necesario recalcar que la brecha tecnológica muestra una de las formas de exclusión básica en la época actual, pues el desigual acceso al uso de los nuevos modelos de producción se debe a que éstos permanecen encerrados en su reducido marco privado, lo que impide que las innovaciones tecnológicas lleguen a constituirse en una potencia productiva que satisfagan las exigencias de la sociedad en su conjunto. (Sierra, 2008, p.36)

La nueva división mundial del trabajo crea problemas como desempleo estructural, fuga de capitales, agudización de la brecha económica, fragmentación del mundo del trabajo, corrupción y servilismo sistémico de los gobiernos a la voracidad de los negocios, daño ambiental, sobreproducción de miseria, etc. Se destruyen, disocian y fraccionan las economías más pequeñas y en su desarrollo incluso las grandes, como se puede observar hoy con el caso de la Comunidad Europea y EEUU.

Por último, esta nueva tecnología productiva conduce a la economía capitalista a su callejón sin salida. Ya anotó Marx que “...la masa de plusvalía misma disminuye necesariamente como resultado de la eliminación del trabajo vivo del proceso de producción en el transcurso de la etapa final de mecanización-automatización” (Marx como se citó en Mandel, 1979, p.204). El capitalismo es incompatible con la producción industrial totalmente automatizada, pues no admite la creación de plusvalía o la valorización de capital, por efecto de que el desarrollo ampliado de las fuerzas productivas disminuye el número absoluto de obreros y esto genera graves estragos sociales. La contradicción expuesta se intenta evadir en la actualidad con: la unidad heterogénea entre empresas no automatizadas, semiautomatizadas y automatizadas, es decir con la flexibilidad de reproducción de capital anotada en las líneas anteriores; la hegemonía del capital financiero en lo que tienen que ver con los procesos de valorización del conocimiento, tema que se abordará más adelante;

…el uso de mano de obra barata en las ramas semiautomatizadas de la industria (como trabajo femenino e infantil) en las industrias textiles, alimenticia, etc.; los cambios constantes y la competencia mutua en la producción de los sistemas de máquinas automatizadas impiden el abaratamiento de estos sistemas y de este modo su introducción más rápida en otras ramas de la industria; la búsqueda de nuevos valores de uso que se producen en empresas semiautomatizadas y no automatizadas; las piezas de las máquinas automáticas no son construidas automáticamente sino en la línea de ensamblaje, de hecho, la industria que produce medios de producción electrónicos tiene un CO de capital notablemente baja. (Sierra, 2008, p.34)

Finalmente, las revoluciones tecnológicas en el marco de la economía capitalista conducen a un desarrollo colosal de las fuerzas productivas que terminan transformándose en destructivas, tanto de la naturaleza como del trabajo humano.

Decadencia Social

La globalización digital no significa que toda la población del planeta se encuentre integrada a la nueva tecnología, como sostienen Castells (2006) “…hay grandes áreas del mundo y considerables segmentos de la población desconectados del nuevo sistema tecnológico” (p.60). Las zonas que quedan desconectadas pueden encontrarse en África como en Norteamérica, Europa, Asia o América latina, no hay entre ellas una continuidad cultural y/o espacial. Existe de hecho una desintegración social en la globalización, que se explica por la desigual difusión tecnológica que excluye de la misma a ciertos sectores de población y a ciertas zonas del globo.

…la automatización y los progresos en biotecnología arrojan la mayoría de la fuerza de trabajo mundial en el desempleo (mercado informal), crece el ejército de reserva y aumenta, asustadoramente, la población estancada que, como diría K. Marx (1980), son seres humanos que vegetan en el infierno de la indigencia. El pauperismo constituye el asilo de los inválidos de la población activa y el peso muerto del ejército industrial de reserva. La superpoblación relativa forma parte de la condición de existencia de la producción capitalista y del desarrollo de la riqueza social. (Silva como se citó en Sierra, 2008, p.34)

La globalización al contrario de lo que parece no integra a la población del planeta, al contrario expulsa a la mayoría de ella. Es exclusiva, es “…la construcción y expansión de un mundo interior cuyos límites son invisibles, aunque prácticamente insalvables desde fuera y que está habitado por los mil quinientos millones de ganadores de la globalización; esperando en las puertas encontramos a un número de personas tres veces mayor” (Zizek, 2016, p.11).Este hecho muestra que la globalización de la nueva tecnología de la información provoca la profundización de la contradicción más sintomática del capital, que según el mismo filósofo esloveno es: el antagonismo entre los incluidos y lo excluidos o expulsados de la globalización. “Una proporción importante de la clase obrera mundial queda desempleada y pasa a constituir una “población excedente absoluta” que seguramente no se volverá a incorporar al proceso productivo”(Sierra, 2009, p. 41).

El antagonismo expuesto muestra, a su vez: la creciente desigualdad económica y social a nivel planetario -más concentración de riqueza y más expansión de miseria-; la progresiva diferenciación tecnológica – eliminan empleos semicalificados bajo la presión de la automatización y la competencia laboral extranjera; degradación y dispersión laboral y salarial; degradación y eliminación de los mundo de vida rurales y la consecuente masiva expulsión de campesinos; en los países desarrollados lo trabajadores son expulsados del mercado de trabajo formal y sustituidos por una combinación de máquinas o mano de obra extranjera barata, o simplemente se quedan sin empleo porque las empresas migran a los países periféricos gracias a la nueva tecnología. De hecho, la situación de la clase trabajadora norteamericana explica en gran medida el triunfo de Trump en las últimas elecciones de EEUU y el triunfo del Brexit en la consulta popular en Reino Unido en el 2015.

Todas estas poblaciones expulsadas de los beneficios de la globalización informatizada forman enclaves de desempleo prolongado, pobreza y miseria en ciertas zonas de los países centrales y en la mayor parte de los países de la periferia, que van en crecimiento. Es importante aclarar que este fenómeno social no es casual ni fortuito, responde a la contradicción estructuradora de la curva civilizatoria capitalista. Como sostiene Aníbal Quijano (1998) “la ‘marginalidad’ se origina en los cambios en la estructura de relaciones entre capital y trabajo y en primer lugar entre capital y trabajo asalariado” (p.416). El capitalismo en su expansión global expulsa una creciente mano de obra individual que se vuelve sobrante por efecto del desarrollo tecnológico (composición orgánica de capital) Una parte de esta mano de obra sobrante va a ser absorbida por la economía criminal, ligada al tráfico de drogas, armas, personas órganos, etc., y la mayoría de ella quedan en condición de pauperismo social. “Esa población excedentaria de trabajadores atrapada dentro de la tendencia al predominio del trabajo acumulado respecto del trabajo vivo, es la que se denomina ‘marginalizada’” (Quijano,1998, p. 416).

El deterioro de las condiciones de vida para la mayor parte de la población mundial conlleva serios problemas en sus procesos de producción y reproducción social, cuya situación bien podrían ser leída desde la tesis de José Nun (2000), según la cual