Cuestiones de percepción - Steven Holl - E-Book

Cuestiones de percepción E-Book

Steven Holl

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Beschreibung

En 1994 la revista japonesa a+u dedicó un número especial al tema de la percepción en la arquitectura, publicación en la que Steven Holl, Alberto Pérez-Gómez y Juhani Pallasmaa colaboran con sendos ensayos. En el marco de un feroz debate a propósito de la introducción de los nuevos instrumentos digitales en el estudio de arquitectura, Steven Holl se desmarca radicalmente del tema para explicar el importante papel que desempeñan la percepción humana, la experiencia fenoménica y la intuición en la experiencia y la formación perceptiva del espacio construido. Junto al análisis de unas "zonas fenoménicas" que se corresponderían con los diferentes fenómenos perceptivos, Holl expone su propia experiencia directa con la arquitectura e ilustra el tipo de matices fenomenológicos sobre los que se apoyan sus argumentos.

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Editorial Gustavo Gili, SL

Rosselló 87-89, 08029 Barcelona, España. Tel. (+34) 93 322 81 61

Steven Holl

Cuestiones de percepción

Fenomenología de la arquitectura

Traducción de Moisés Puente

GGmínima

Títulos originales:

Los textos “Questions of Perception. Phenomenology of Architecture”, “Phenomenal Zones” y “Archetypal Experiences of Architecture” fueron escritos en 1992-1993 y publicados en el número especial Questions of Perception de la revista toquiota a+u, 1994. Reimpreso en Questions of Perception. Phenomenology of Architecture, William Stout Publishers/a+u Publishing, San Francisco/Tokio, 2006, págs. 39-135.

Colección GGmínima

Directores de la colección: Carmen H. Bordas, Moisés Puente

Diseño: Toni Cabré/Editorial Gustavo Gili, SL

Revisión de estilo: Sara Sánchez Buendía

Producción del ePub: booqlab.com

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

La Editorial no se pronuncia ni expresa ni implícitamente respecto a la exactitud de la información contenida en este libro, razón por la cual no puede asumir ningún tipo de responsabilidad en caso de error u omisión.

© de la traducción: Moisés Puente

© del texto y de las imágenes: Steven Holl de esta edición

© Editorial Gustavo Gili, SL, Barcelona, 2011

ISBN: 978-84-252-2829-2 (epub)

www.ggili.com

Índice

Cuestiones de percepción. Fenomenología de la arquitectura

Zonas fenoménicas

La experiencia enmarañada: la fusión entre objeto y campo

El espacio en perspectiva: percepción incompleta

Acerca del color

Acerca de la luz y de la sombra

La espacialidad de la noche

Duración temporal y percepción

El agua: una lente fenoménica

Acerca del sonido

El detalle: el reino háptico

Proporción, escala y percepción

La circunstancia del lugar y la idea

Experiencias arquetípicas de la arquitectura

Cuestiones de percepción

Fenomenología de la arquitectura

“No hay, ciertamente, fenomenología, pero sí problemas fenomenológicos.”

Ludwig Wittgenstein

Para pasar de un espacio discursivo a otro, para avanzar mediante el razonamiento, un texto se convierte en un conducto necesario, aunque inadecuado. Al escribir sobre arquitectura y percepción uno se ve inevitablemente acechado por la pregunta: ¿somos capaces de entrever la palabra en la forma construida? Si se pretende que la arquitectura trascienda su condición física, su función como mero refugio, entonces su significado como espacio interior debe ocupar un espacio equivalente dentro del lenguaje. El lenguaje escrito debería, pues, asumir las silenciosas intensidades de la arquitectura.

Puesto que las palabras son abstractas, no se concretan en el espacio ni en la experiencia sensorial material y directa, este intento por entender el significado arquitectónico mediante el lenguaje escrito corre el riesgo de desaparecer. Se podría apuntar a un espacio interior imposible, inaccesible a través del lenguaje; no obstante, las palabras no pueden sustituir la auténtica experiencia física y sensorial. El intento de transmitir una conciencia fortalecida es, en palabras de Rainer Maria Rilke, “una cuestión de pasar a ser tan plenamente conscientes de nuestra existencia como sea posible”.

Nuestra experiencia y nuestra sensibilidad pueden evolucionar mediante el análisis reflexivo y silencioso. Para abrirnos a la percepción debemos trascender la urgencia mundana de las “cosas que hay que hacer”. Debemos intentar acceder a esa vida interior que revela la intensidad luminosa del mundo. Solo por medio de la soledad podemos empezar a adentrarnos en el secreto que nos rodea. Una conciencia de nuestra existencia única y propia en el espacio resulta crucial en el desarrollo de una conciencia de la percepción.

La introspección puede suscitar la necesidad de comunicar descubrimientos hechos en soledad: la reflexión privada provoca la acción pública. Nuestro mundo está repleto de tareas mundanas de las que debemos liberarnos; la vida cotidiana está repleta de aparatos que acaparan nuestra atención y complacen nuestros deseos, reconduciéndolos hacia engañosos fines comerciales. La existencia comercial moderna enturbia la cuestión acerca de lo esencial. A medida que nuestros medios tecnológicos se multiplican, ¿maduramos o más bien nos atrofiamos desde un punto de vista perceptivo? Vivimos nuestras vidas en espacios construidos, rodeados de objetos físicos. Sin embargo, habiendo nacido en este mundo de cosas, ¿somos capaces de experimentar plenamente los fenómenos de su interrelación, de obtener placer de nuestras percepciones?

La arquitectura tiene el poder de inspirar y transformar nuestra existencia del día a día. El acto cotidiano de agarrar el pomo de una puerta y abrirla hacia una estancia bañada por la luz puede convertirse en un acto profundo si lo experimentamos con una conciencia sensibilizada. Ver y sentir estas cualidades físicas significa devenir el sujeto de los sentidos.

Para avanzar hacia estas experiencias ocultas debemos atravesar el velo omnipresente de los medios de comunicación de masas. Debemos fortalecer nuestras defensas para resistir ante las distracciones calculadas que pueden mermar tanto la psique como el espíritu. Debe prestarse atención a todo aquello que está tangiblemente presente. Si los medios de comunicación nos convierten en receptores pasivos de mensajes vacuos, debemos posicionarnos firmemente como activistas de la conciencia. Solo al reafirmar enérgica y apasionadamente nuestra existencia podremos acceder a aquello que Stéphane Mallarmé denominaba la “fuerza de lo negativo […] que elimina la realidad de las cosas y nos libera de su peso”.

Más plenamente que el resto de otras formas artísticas, la arquitectura capta la inmediatez de nuestras percepciones sensoriales. El paso del tiempo, la luz, la sombra y la transparencia; los fenómenos cromáticos, la textura, el material y los detalles…, todo ello participa en la experiencia total de la arquitectura. La representación bidimensional —en fotografía, en pintura o en las artes gráficas— y la música se encuentran sujetas a límites específicos y, por ello, captan solo parcialmente la multitud de sensaciones que evoca la arquitectura. Aunque la potencia emocional del cine es irrefutable, solo la arquitectura puede despertar simultáneamente todos los sentidos, todas las complejidades de la percepción.

Al unificar el primer plano, el plano medio y las vistas lejanas, la arquitectura ata la perspectiva al detalle y el material al espacio. Una experiencia cinemática de una catedral de piedra puede llevar al observador a través y por encima de ella, o incluso hacerlo retroceder fotográficamente en el tiempo, pero solo el edificio real permite que el ojo deambule libremente por entre los detalles ingeniosos; solo la arquitectura ofrece las sensaciones táctiles de la textura de la piedra y de los bancos pulidos de madera, la experiencia de la luz cambiante con el movimiento, el olor y los sonidos que resuenan en el espacio y las relaciones corporales de escala y proporción. Todas estas sensaciones se combinan en una experiencia compleja que pasa a estar articulada y a ser específica, aunque sin palabras. El edificio habla de los fenómenos perceptivos a través del silencio.

Aunque las sensaciones e impresiones nos involucren silenciosamente en los fenómenos físicos de la arquitectura, la fuerza generativa radica en las intenciones que residen tras ella. El comentario de Goethe de que “uno no debería buscar nada tras los fenómenos; estos constituyen lecciones en sí mismos” se queda corto ante una postura filosófica más moderna, que tendría su origen en Franz Brentano y Edmund Husserl y que más tarde desarrollaría Maurice Merleau-Ponty.