El desarrollo de la tesis - Lydia Arbaiza - E-Book

El desarrollo de la tesis E-Book

Lydia Arbaiza

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Beschreibung

Existe abundante literatura referida al método de investigación científica y sus aspectos teóricos y metodológicos; sin embargo, son pocos los textos acerca de esta materia que logran establecer una comunicación fluida y cercana con sus lectores, para ofrecerles una ruta sencilla con que llevar a cabo una investigación de calidad y asumir el estimulante reto de elaborar una tesis académica. Ha sido escrita pensando en aquellos estudiantes universitarios de pregrado y posgrado, quienes se encuentran en la etapa fundamental de elaborar una investigación y escribir una tesis. Se trata de una guía que recoge las nociones básicas del método de investigación, con el fin de orientar a sus lectores a través de los diversos procesos involucrados en la investigación académica y, fruto de ello, elaborar una tesis de calidad, bien fundamentada y redactada, en cualquier campo del saber. Con un lenguaje sencillo y riguroso en cuanto a su contenido, la autora introduce las bases metodológicas de la investigación científica y recomienda constantemente dos ingredientes esenciales para lograr la tesis aprobada: una fuerte motivación y confianza en el método y en la relevancia del quehacer científico para nuestras sociedades, y las actitudes éticas y profesionales de excelencia que son imprescindibles en el ejercicio académico.

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El desarrollo de la tesis

lydia arbaiza fermini

El desarrollo de la tesis

© Lydia Arbaiza Fermini, 2023

© Universidad ESAN, 2023

Av. Alonso de Molina 1652, Surco, Lima-Perú

www.esan.edu.pe

[email protected]

Primera edición digital (EPUB)

Lima, noviembre del 2023

ISBN 978-612-4437-54-0

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú n.° 2023-05432

https://doi.org/10.46631/9786124437533

Dirección editorial

Carmen Santisteban

Corrección de estilo

Melody Toledo

Corrección de pruebas

Sheyla Salazar

Diseño de carátula

Erik Chiri

Diseño de interiores y diagramación

Blanca Peirano

Publicado en noviembre del 2023

Antes de su publicación, esta obra fue sometida al proceso de revisión por pares.

Índice

La investigación científica

1. Aspectos fundamentales de la investigación científica

2. El proceso de investigación

3. Niveles de investigación científica: exploratoria, descriptiva, correlacional y explicativa

4. Enfoques de investigación: cuantitativo, cualitativo y mixto

4.1. Enfoque cuantitativo

4.2. Enfoque cualitativo

4.3. Enfoque mixto

Colofón

Capítulo 1

Definición del problema, objetivos, hipótesis y variables

1. El paso de la idea al tema y al problema de investigación

1.1. Planteamiento del problema de investigación

1.2. Formulación del problema: la pregunta de investigación

2. Los objetivos de investigación

3. Justificación y limitaciones

4. Formulación de la hipótesis

4.1. Tipos de hipótesis

4.2. La prueba de hipótesis

5. Identificación de variables

6. Definición operativa de las variables

Colofón

Capítulo 2

Revisión de la literatura y construcción del marco teórico

1. La búsqueda de información

2. Marco referencial: los antecedentes de la investigación

3. Marco teórico o conceptual

4. Marco contextual

Colofón

Capítulo 3

Diseño de investigación y recolección de datos

1. Diseño de investigación

1.1. Diseños no experimentales

1.2. Diseños experimentales

2. Recolección de datos

3. Técnicas para la recolección de datos

3.1. Análisis de contenido

3.2. Observación

3.3. Entrevista

3.4. Encuesta

3.5. Grupo focal

4. La validez y la confiabilidad en la recolección de datos

4.1. Validez

4.2. Confiabilidad

Colofón

Capítulo 4

Análisis de datos e interpretación de resultados

1. El proceso para el análisis de datos

2. El análisis de datos cuantitativos

2.1. Estadística descriptiva

2.2 Estadística inferencial y prueba de hipótesis

3. Análisis de datos cualitativos

4. Interpretación de resultados

Colofón

Capítulo 5

Discusión y conclusiones, redacción del informe final

1. Discusión, conclusiones y recomendaciones

2. Elaboración del reporte final

2.1. Normas de presentación

2.2. Tablas y figuras

2.3. La redacción académica

2.4. Citas y referencias

Colofón

Referencias

La investigación científica

Muchas veces, la investigación necesaria para elaborar una tesis se convierte en un reto, porque solemos asociar la palabra metodología con un proceso complicado que genera preocupación. Sin embargo, nos damos cuenta de que hasta la investigación más simple, como resolver un problema cotidiano, requiere de metodología y sistematización, así que ya es hora de naturalizar esta palabra y hacerla nuestra.

Una manera de perderle miedo al aprendizaje del método científico o al proceso de investigación es entender que, por más rigurosos que seamos, no hay reglas fijas ni infalibles; ninguna verdad es absoluta. De hecho, el investigador es crítico, libre de pensamiento, independiente y abierto a la discusión, por lo que, en todo su proceso, está dispuesto a tomar otros caminos, reconocer errores y entender que la rigurosidad pasa por trabajar con seriedad y formalidad, y no necesariamente es una garantía de éxito (García y Sánchez, 2020).

1. Aspectos fundamentales de la investigación científica

Existen algunos aspectos y nociones centrales acerca de la investigación científica que nos conviene conocer y comprender, con el fin de nadar cómodamente en sus aguas. Tengamos muy en cuenta las siguientes ideas:

a) La ciencia no es inalcanzable ni está circunscrita a un laboratorio, sino que está vinculada a la realidad y al progreso de las sociedades; además, suele partir de la curiosidad genuina de personas, como nosotros, apasionadas por comprender diversos fenómenos y realidades. Al invertir nuestro tiempo y esfuerzos en la ciencia —ya sea natural o social— y sus preguntas, estimulamos el conocimiento y promovemos la solución de los múltiples problemas e inquietudes del mundo actual.

En ese sentido, la investigación como capacidad es altamente valorada, porque supone contar con habilidades para gestionar y producir nuevo conocimiento que transforme la sociedad y permita enfrentar los retos del futuro y las situaciones inciertas. Este aspecto ha quedado en evidencia en el transcurso de la reciente pandemia por coronavirus, cuando los divulgadores científicos serios tuvieron un papel significativo para comunicar a la población temas epidemiológicos, de salud preventiva, vacunación, salud mental, entre otros, de una manera accesible y objetiva.

Es evidente, entonces, que la investigación es una competencia clave para el ejercicio profesional de cualquier disciplina. Investigar implica hacer nuestras las capacidades de reflexión, pensamiento crítico, creatividad e innovación, resolución de problemas o situaciones complejas, planificación estratégica, toma de decisiones, etc. No cabe duda, por otro lado, de que el mercado laboral actual valora estas formas de pensamiento, por lo que el aprendizaje de la metodología de la investigación ocupa un lugar esencial no solo por su propuesta teórica, sino también por su aplicación en la práctica profesional y los emprendimientos independientes.

b) El conocimiento científico es verificable, objetivo, sistemático y predictivo, pero, a la vez, tiene potencial de ser observado y revisado constantemente. Esto tiene que ver con el carácter sistematizado que le impregna el método científico a nuestras investigaciones; si meditamos un poco en ello, podemos ver que es una gran ventaja que sea así, porque esta rigurosidad —que, a su vez, no pretende llegar a verdades absolutas e irrefutables— nos permite ahondar en diversas realidades y fenómenos para analizarlos y comprenderlos mejor y proponer alternativas más apropiadas para la solución de problemas de distinta índole.

Cuando hablamos de la sistematización propia del método científico, entendemos, por un lado, que los conocimientos se organizan según un orden lógico de relaciones coherentes y, por otro, que los resultados obtenidos en nuestra investigación responden a la aplicación de una serie de pasos para alcanzar un fin. Ese fin es obtener nuevos conocimientos, principios, categorías, etc., respecto a un problema de investigación. Tal como afirma Carrasco (2006), el objetivo es explicar hechos o fenómenos, además de descubrir y anticiparse a situaciones y resolver problemas complejos teóricos y prácticos.

Otro aspecto importante de la sistematización en el método científico tiene que ver con nuestros propósitos: una investigación no trata de persuadir a una audiencia o de defender una postura personal, sino que expone una demostración fundamentada, sustentada y racional de una respuesta tentativa o una explicación posible de algún fenómeno o estado de cosas particular (Fernández y Del Valle, 2019).

c) Sin una metodología, no tenemos una ruta para conducir la investigación. Una ruta es también un modelo, y este es muy necesario para saber cómo recolectar datos, cómo analizarlos, cómo evaluar la validez de instrumentos, entre otros procesos relevantes realizados durante nuestra investigación. Por ello, nos familiarizaremos con la metodología de investigación para convertirla en nuestra aliada estratégica.

En este sentido, contamos con un método científico versátil que puede adaptarse y actualizarse según la realidad investigada y nuestras capacidades como investigadores. Lo importante es dar el paso y comenzar a utilizar el método con confianza, contando con materiales de apoyo y orientación —como esta guía— e ir avanzado poco a poco con nuestras fases.

d) La investigación científica es multidisciplinaria, y hoy lo es mucho más, en la era del conocimiento en que vivimos. Los estudios y proyectos científicos buscan la colaboración y la integración de los conocimientos e interpretaciones, es decir, se trata de un proceso dinámico. Para Menéndez, la multidisciplinariedad hace referencia no solo a las disciplinas, sino también «a la división de los campos científicos, al desarrollo y necesidades de las ramas del saber, a lo más específico y propio del desarrollo científico técnico y a la profundización de conocimientos» (1998, p. 145).

e) La investigación científica incorpora el componente fundamental de la ética. Por eso, los investigadores desarrollamos nuestros proyectos, en todas sus distintas etapas, guiados por el buen hacer. Esto quiere decir que, desde la integridad y la veracidad, practicamos el respeto a los derechos y la dignidad de las personas asegurándonos de no dañarlas a ellas ni a sus entornos con el desarrollo de nuestras actividades; además, difundimos nuestros hallazgos e ideas de modo transparente y bien intencionado, y ejercemos el diálogo científico con otros autores y sus aportes de manera honesta y rechazando categóricamente el plagio en cualquiera de sus manifestaciones.

Ahora que ya conocemos un poco más sobre la investigación científica y la necesidad de trabajar siguiendo una metodología, vamos a revisar las principales etapas o fases de la investigación, las cuales abordaremos con detalle en el libro.

2. El proceso de investigación

El proceso de investigación consta de una serie de actividades que se vinculan e integran, a fin de facilitar la toma de decisiones para la solución de problemas o la explicación de diferentes fenómenos.

Al elaborar una tesis, podemos hablar de plan de tesis, proyecto de tesis o también anteproyecto; este último muestra la organización y planificación de cada paso del estudio y ayuda a evitar errores y malgastar recursos.

Nuestro plan o proceso de investigación —ya sea una investigación pura (enfocada en el desarrollo del conocimiento) o aplicada (orientada a asuntos prácticos)— puede seguir la estructura de contenidos que nos provee nuestra casa de estudios o centro de investigación. En el caso de las tesis, la universidad nos brinda los lineamientos para elaborar el plan, y nuestro asesor de tesis podrá aprobarlo o recomendar ajustes, cuando lo crea necesario.

Vamos a seguir el modelo lineal que nos permite comprender los pasos con mayor claridad. Todo proceso de investigación se puede sintetizar en cinco grandes etapas, las cuales incluyen distintas actividades y estrategias que trataremos y ejemplificaremos a lo largo de los capítulos de nuestra guía.

En el proceso de elaboración del estudio, nos daremos cuenta de que algunos pasos se superponen y, por supuesto, otros se vinculan con mayor claridad conforme avanzamos; por ejemplo, la naturaleza del problema determina el tratamiento de los datos y su forma de presentación. Por ello, también podemos visualizar el proceso de investigación como una espiral o un ciclo. En esa línea, García y Sánchez (2020) proponen un paradigma de comprensión holística para estructurar el proceso de investigación, presentándolo como un todo de carácter sistémico que se ajusta a los modelos y las herramientas surgidas de las nuevas tecnologías y el trabajo colaborativo.

No obstante, cualquiera sea la forma de abordar y de representar gráficamente el proceso de investigación, lo que debe quedar claro es que estos pasos son una guía para facilitar la organización del trabajo. De hecho, si traducimos estas etapas en una descripción simple, podemos identificar lo siguiente:

• Antes de investigar, observamos el hecho o fenómeno de interés y formulamos una pregunta o interrogante al respecto.

• Luego, revisamos teorías e investigaciones previas para documentarnos sobre el fenómeno.

• Con el panorama más claro, nos planteamos una hipótesis o posible respuesta al problema.

• Para saber si esta respuesta tentativa o hipótesis es válida, si se confirma o no, la sometemos a un proceso de verificación, para lo cual recolectamos datos de la realidad y los analizamos.

• A partir de lo obtenido, extraemos conclusiones y comunicamos este nuevo conocimiento con claridad y precisión en un informe escrito que sigue determinadas normas.

Revisaremos cada etapa con detalle en los siguientes capítulos, pero ahora podemos detenernos un poco en los fundamentos de la investigación, para tener claras las posibilidades de trabajo y los distintos caminos que podemos tomar.

3. Niveles de investigación científica: exploratoria, descriptiva, correlacional y explicativa

Antes de embarcarnos en la ejecución de cada etapa del proceso de investigación, es pertinente tener claros los niveles de alcance desde los que podemos abordar la investigación. Concordamos con Carrasco (2016) cuando afirma que la investigación científica guarda un cierto orden progresivo o escalonado, desde el cual se realizan estudios secuenciales y coherentes.

Así, desde la perspectiva de su alcance, podemos hablar de cuatro niveles o tipos de investigación: exploratoria, descriptiva, correlacional y explicativa. Cada tipo de investigación tiene su propio alcance según sus fines y necesidades y, a la vez, puede tener el potencial de escalar a otro nivel si así lo decidimos. Vale destacar que los cuatro alcances son igualmente válidos y necesarios para el desarrollo científico. Entonces, queda claro que una investigación explicativa no es mejor, por ejemplo, que una exploratoria, descriptiva o correlacional, solo tiene diferentes propósitos y procedimientos.

Podemos caracterizar la investigación exploratoria como un proceso de familiarización. Por tanto, implica que, como investigadores, exploremos una realidad de la que no se tiene suficiente información. Por ejemplo, una investigación exploratoria en gestión gastronómica puede enfocarse en el caso de una cadena de restaurantes saludables que registra un alto desperdicio de alimentos etiquetados como orgánicos. Los investigadores tendrán que explorar esta circunstancia en el campo, en especial, si no han encontrado antecedentes similares en este tipo de restaurantes.

La investigación descriptiva, en cambio, nos permite especificar las cualidades, características, propiedades o rasgos del fenómeno o problema que estamos investigando. Retomando el ejemplo anterior, pero desde la perspectiva de la seguridad alimentaria, una investigación descriptiva se enfocaría en explicar las condiciones de almacenamiento de los alimentos orgánicos o la elaboración de un perfil de las formas de manipulación diaria, a fin de hacer una descripción detallada de los distintos rasgos del problema. También podemos realizar investigaciones descriptivo-comparativas, en las que la misma variable se describa en dos o más poblaciones o contextos (Arias y Covinos, 2021). En nuestro ejemplo, el tratamiento descriptivo de la variable podría aplicarse no solo a cadenas de comida saludable, sino también a complejos hoteleros o comedores que reciben estos alimentos y realizar una investigación descriptivo-comparativa.

En el caso de la investigación correlacional, el propósito del estudio es examinar cómo se relacionan las variables de investigación, no si una causa a la otra, sino qué relación existe entre una y otra (Arias y Covinos, 2021). Por ejemplo, podemos determinar si existe alguna relación entre una determinada práctica de almacenamiento de los alimentos orgánicos y el índice de desperdicio en la cadena de restaurantes que estamos imaginando. Es conveniente repetirse el mantra «correlación no es causalidad», puesto que, si existe una relación positiva entre las variables, no podemos asegurar que se deba únicamente a esta práctica, sino que también pueden estar interviniendo otras condiciones que debemos tratar de identificar.

Finalmente, la investigación explicativa, también denominada causal, nos permite explicar por qué un fenómeno ocurre de una determinada manera. Analizamos aquellos factores desencadenantes o aquellas causas que influyen en la naturaleza del hecho y que permiten explicarlo objetivamente (Carrasco, 2006). Por ejemplo, podemos preguntarnos si el uso del mismo espacio de almacenamiento para diferentes productos causa un mayor desperdicio o, directamente, manipular o intervenir en esta práctica para medir si el nivel de desperdicio se ve afectado. En ese sentido, el alcance explicativo está muy asociado al diseño experimental, del que hablaremos un poco más adelante.

Como podemos ver, es muy importante saber el alcance de nuestra investigación, porque así podremos identificar el enfoque (cuantitativo, cualitativo, mixto) desde el que abordaremos el estudio y las actividades principales que llevaremos a cabo durante todo el proceso de nuestra investigación. Podemos simplificar este punto diciendo que la descripción es una actividad propia de los estudios cualitativos, mientras que la explicación de un fenómeno o la formulación de predicciones son actividades inherentes al enfoque cuantitativo. Veamos de qué se trata todo esto.

4. Enfoques de investigación: cuantitativo, cualitativo y mixto

Algo muy común es asociar los estudios cualitativos a la subjetividad y los estudios cuantitativos a la objetividad, y es que se tiende a pensar que los estudios cuantitativos tienen mayor valor, debido al tratamiento estadístico de las variables utilizadas. No obstante, la comunidad científica ha agotado esta discusión estéril hace décadas, pues ha reconocido que cada enfoque es útil según sea el caso, y que los resultados que se obtienen llegan a ser, de una u otra manera, complementarios (Pérez et al., 2020). Así, se trata de dos caminos viables para investigar; elegiremos uno u otro a partir de las características de nuestra investigación, el campo de estudio en que se enmarca y qué preguntas intenta responder.

Además, al promoverse con más frecuencia las investigaciones colaborativas e interdisciplinarias de las que hablamos más arriba, ambos enfoques pueden complementarse o trabajarse en distintas etapas del proceso, entendiéndose como un continuum, tal como sostienen Creswell y Creswell (2018). Por ejemplo, un equipo de especialistas aborda la caracterización de una enfermedad rara desde un enfoque cualitativo empleando herramientas como la entrevista en profundidad en los casos identificados; en otra etapa, un equipo se encarga de extraer conclusiones de datos cuantitativos obtenidos de los distintos análisis de laboratorio.

En realidad, para seleccionar el enfoque de la investigación, lo que prima es la naturaleza de la información o el objeto de estudio y las variables que queremos estudiar. Si las variables son descriptivas y pueden ser analizadas desde distintas perspectivas, como por ejemplo, las habilidades blandas en los trabajadores, nos convendrá un enfoque cualitativo; si nos interesa estudiar la productividad laboral desde un criterio numérico, como la cantidad de bienes producidos y los recursos empleados en la jornada laboral, entonces el enfoque pertinente es el cuantitativo. Sin embargo, también existe la posibilidad de trabajar con la combinación de ambos enfoques a través de una aproximación mixta, como veremos en detalle más adelante.

Antes de revisar los tres enfoques, vale la pena conocer otra clasificación de la investigación que depende de la fuente desde la que se obtiene la información. Se trata de la investigación documental y la investigación de campo, las cuales también se desarrollan desde los enfoques cualitativo, cuantitativo y mixto.

La investigación documental consiste en la consulta de distintos tipos de documentos para obtener información pertinente; por ejemplo, libros, revistas, periódicos, registros, códices, diarios, material estadístico, leyes y cualquier otro tipo de material documental. Es un trabajo indispensable cuando necesitamos hacer, por ejemplo, la reconstrucción de un periodo histórico en particular, y es frecuente en investigaciones de antropología, psicología, historia, literatura, derecho, entre otras disciplinas.

Por otro lado, la investigación de campo se caracteriza por llevarse a cabo de manera, digamos, sincrónica, es decir, en el mismo lugar y al mismo tiempo en que está ocurriendo el fenómeno que hemos decidido estudiar. Por tanto, contamos con la posibilidad de hacer una observación y recolección de datos directas. Esta recolección se vuelve, así, sistemática, en función del tema de investigación y empleando técnicas diversas, como la observación, la entrevista o la encuesta (Arias y Covinos, 2021).

Con todas estas nociones revisadas, podemos, ahora sí, ahondar en las características de los tres enfoques de investigación a los que nos hemos referido.

4.1. Enfoque cuantitativo

Para entender el enfoque cuantitativo, la palabra clave es medición, pues tenemos la posibilidad de medir las características del fenómeno que estamos estudiando y la expresión de relaciones entre nuestras variables en términos cuantitativos, es decir, a través de cantidades, magnitudes, porcentajes, etc. Una vez que hemos realizado la prueba de hipótesis y contamos con los resultados de la evidencia empírica, podemos abocarnos a establecer postulados o generalizaciones.

En otras palabras, con el enfoque cuantitativo, probamos teorías objetivas examinando la relación entre variables, mediante procedimientos estadísticos. Por ello, resulta fundamental minimizar sesgos, para lo cual debemos evaluar los factores que pueden ofrecer explicaciones alternativas, a fin de asegurar la generalización y que los resultados puedan ser replicados (Creswell y Creswell, 2018).

De acuerdo con Hernández-Sampieri y Mendoza (2018), la meta de esta ruta o paradigma tradicional es explicar teorías y predecir relaciones causales entre los elementos de un fenómeno a partir de datos numéricos. Esto significa que el enfoque cuantitativo pretende generalizar las conclusiones del estudio, predecir fenómenos y generar conocimiento más allá de una situación particular o de la muestra seleccionada. Por ejemplo, podemos predecir el comportamiento de estudiantes al reincorporarse a las clases presenciales después del periodo de aislamiento obligatorio por la covid-19; comparar dos programas de entrenamiento en habilidades sociales en relación con el incremento del clima laboral o determinar la prevalencia de TBC en una zona geográfica.

Vamos a seguir a Bernal (2016) y a Hernández-Sampieri y Mendoza (2018) para precisar algunas características del enfoque cuantitativo; veamos la tabla 1.

Cuando investigamos con este enfoque, es fundamental seleccionar un diseño de recolección de datos y de medición de variables preciso, de modo que otros investigadores puedan observar, medir, comparar y replicar nuestro estudio y establecer si los hallazgos obtenidos son los mismos. Esta estandarización garantiza la confiabilidad de los resultados y minimiza el margen de error.

La investigación cuantitativa puede ser inferencial (extrae inferencias o deducciones de las características de una muestra poblacional a partir de encuestas a gran escala o registros de observación estructurados), experimental (implica un control estricto del ambiente y la manipulación de variables) y de simulación (recrea un ambiente artificial para observar la dinámica del comportamiento, bajo condiciones controladas).

Los diseños en la investigación cuantitativa pueden clasificarse en experimentales y no experimentales, que a la vez pueden ser transversales y longitudinales. Vamos a detenernos bastante en estos aspectos en un capítulo posterior, en el que exploraremos el marco metodológico de la investigación.

Por lo pronto, para conocer ejemplos de un estudio cuantitativo, basta con revisar resúmenes de tesis y artículos. El resumen de la tesis de maestría de Aguilar et al. (2021), titulada El teletrabajo y su relación con el desempeño laboral, evidencia el método y las herramientas propias de esta ruta para abordar la investigación.

4.2. Enfoque cualitativo

El enfoque cualitativo nos permite describir e interpretar las características y rasgos de un fenómeno social, es decir, su naturaleza, comportamiento y tendencias; se trata de estudiar la estructura dinámica de una realidad social partiendo de un fundamento teórico aceptado por la comunidad científica (Bernal, 2016). Para Creswell (2009), la investigación cualitativa siempre es una investigación interpretativa en la cual, típicamente, el investigador se involucra de modo intenso y sostenido con los participantes de su estudio.

Para alcanzar la validez de un estudio con enfoque cualitativo, debemos ejecutar una triangulación de los resultados, sea en términos metodológicos, consultando otros investigadores, triangulando teorías o abordando la información desde la perspectiva de otras disciplinas (Piza et al., 2019). ¿Y qué es la triangulación? Según Niño (2011), la triangulación confronta la información que extraemos de diversas fuentes con la que hemos producido en nuestra investigación, con el fin de observar el problema de estudio desde varios ángulos y posiciones.

De acuerdo con Tamayo (2003), este enfoque tiene un componente humanista, porque su objetivo es acceder, a través de distintas estrategias, a lo personal, es decir, a la experiencia particular y el modo en que es percibida, sentida, pensada y actuada por las personas. Además, el análisis es inductivo, ya que partimos de una información particular que hemos recogido de los individuos estudiados para llegar a diversas conclusiones de orden general.

Seguimos con Bernal (2016) y Hernández-Sampieri y Mendoza (2018) y resumimos algunas características del enfoque cualitativo; veamos la tabla en la siguiente página.

A manera de ejemplo de un estudio cualitativo, podemos ver el resumen de la tesis de maestría de Bravo et al. (2019), titulada Análisis de la evolución del sector salud y la percepción del sector público y privado, que evidencia el método y las herramientas propias de esta ruta para abordar la investigación. Observemos, en el párrafo siguiente, que el investigador requirió hacer un análisis documental y un estudio de la percepción en una muestra de informantes claves, a través de la técnica de la entrevista.

4.2.1. Técnicas de investigación cualitativa

Aunque hablaremos al respecto con detalle en el capítulo correspondiente, podemos adelantar que las técnicas principales de la investigación cualitativa son la observación, la entrevista y los grupos focales (focus groups). Lo más frecuente es combinar estas técnicas, de modo que podamos enriquecer la calidad de la información obtenida.

4.2.2. Diseños de investigación cualitativa

Los principales diseños de la investigación cualitativa son la teoría fundamentada, la etnografía, la fenomenología, la narrativa, la investigación-acción y el estudio de caso cualitativo. Cada uno de estos abordajes o marcos interpretativos tiene subclasificaciones y características distintivas, según las disciplinas que las empleen. A continuación, presentamos solo una síntesis general y simplificada de cada diseño, a modo de invitación a profundizar, a través de fuentes especializadas en algunos de ellos, en caso de tener interés en aplicarlos.

Teoría fundamentada o grounded theory

Barney G. Glaser y Anselm N. Strauss propusieron y sistematizaron la teoría fundamentada a través de su libro The Discovery of grounded theory: strategies for qualitative research (1967), aunquesus diseños han sido ampliados y modificados con el tiempo, tanto por losmismosautoresporseparadocomoporsusseguidores.

Esta teoría puede entenderse como la creación de conceptos y categorías a partir del análisis de los datos obtenidos de la recolección de información empírica, en lugar de elaborarlos a partir de conceptos o especulaciones previas. Tal como indican Pérez et al. (2020), cuando trabajamos con esta estrategia no seguimos pasos lineales, sino que la desarrollamos simultáneamente al trabajo de campo, es decir, recolectando nuestros datos y codificándolos, de modo que podamos ir delimitando nuestra teoría fundamentada.

Entonces, en palabras simples, el propósito de esta estrategia es la generación de conceptos, categorías y una teoría fundada, a través de la consideración de los significados y el punto de vista de la población que estamos estudiando.

Las categorías a las que arribamos son abstracciones derivadas del análisis y la identificación de conceptos y características del suceso que estudiamos. Así, durante este análisis sistemático, vamos planteando hipótesis sobre las propiedades y relaciones de las categorías que resultaron de mayor relevancia, pasando de la codificación a la descripción y de la interpretación a la teorización argumentada del fenómeno estudiado, a fin de evidenciar su plausibilidad y su lugar en la literatura especializada (Bernal, 2016).

En cuanto a la codificación, tiene sus propias actividades con cierto grado de complejidad, por lo que recomendamos leer con detenimiento los trabajos de Glaser y Strauss para ahondar más.

Una teoría fundamentada tiene menor rango o alcance que unateoría formal, pues responde a un contexto específico o a una situación determinada, mientras que una teoría formal comprende una visiónmás amplia de un fenómeno. Por ejemplo, cuando elaboramos una teoríafundamentada sobre el proceso de selección de personal según elperfildepuestos, podemos sustentarla con teoríasformales de la psicología con respectoa la personalidadhumana. Enocasiones,noseencuentran teorías formales que expliquen un fenómeno; en estos casos, desarrollar teorías fundamentadas hace posible obtener mayor conocimiento del tema en forma concreta, puesla información se consigue directamente del ambiente natural.

Puedengenerarseteoríasfundamentadassobreunadiversidaddetemas: elcomportamientodelconsumidor,lasdificultadespara conseguir empleo a partir de una determinada edad, el rol de la socialización enla empresa, etc., pormencionar algunos ejemplos.

Una investigación de teoría fundamentada se inicia con la identificación de un área de nuestro interés; por ejemplo, la cultura de una organización, con el fin de elaborar una teoría propia basada en los datos que obtengamos. Podemos entrevistar a sus miembros, ser observadores no participantes y basar nuestra teoría a partir de la experiencia de nuestros sujetos de estudio. Otros métodos de recolección empleados en la teoría fundamentada son los grupos focales y las entrevistas en profundidad. También podemos revisar documentos, informes, grabaciones, etc. Solo después de recolectados los datos, podemos recurrir a una revisión profunda de la literatura o los antecedentes, a fin de integrar nuestra propia teoría sobre esta cultura organizacional.

Etnografía

El origen de este tipo de investigación se encuentra en la antropología. Sin embargo, es una investigación de uso extendido en las ciencias sociales, porque se dedica al estudio de problemas humanos. Por ejemplo, en las ciencias administrativas, podemos estudiar los procesos de socialización de una empresa, las subculturas organizacionales, los estilos de dirección, entre otros aspectos, desde un enfoque etnográfico.

La etnografía estudia el estilo de vida de una unidad concreta; es decir, describimos y analizamos las formas de vida y la estructura social de un grupo, que puede ser una familia, una escuela, etc., con el fin de obtener de manera muy exacta información que nos permita reconstruir teorías y esquemas de estas maneras de vivir y organizarse, dentro de su propio contexto (Niño, 2011). Además, la etnografía se interesa en una gran variedad de categorías: políticas, culturales, psicológicas, históricas, con foco en la observación del grupo en su ambiente natural.

Imaginemos al estudio etnográfico como un documental: podemos ver representada la vida cotidiana, las labores, las actividades propias de las personas en una determinada cultura y contexto, entendiéndolas desde el sentido y significado otorgado por los participantes. Esta descripción de hechos, situaciones y rasgos busca la reflexión crítica sobre la realidad. Dicho de otro modo, se trata de un retrato profundo de carácter holístico de la vida, la cultura, las creencias y los significados que fundamentan las actividades humanas dentro de un contexto particular. Algunos de los instrumentos que utilizamos en este tipo de estudio son los diarios de campo, el registro autobiográfico y la guía de observación.

Cuando investigamos etnográficamente, necesitamos estar en el lugar de los hechos y convivir con nuestros sujetos de estudio en su ambiente, a fin de establecer si existe coherencia entre la realidad observada y la reconstrucción teórica hecha en investigaciones previas. No es pertinente hacer generalizaciones ni tipificaciones, sino perfilar al grupo en su escenario natural y contextualizado.

Existen múltiples modalidades de trabajo etnográfico, como la etnografía crítica, la etnografía de la comunicación, la investigación micro- y metaetnográfica, la etnohistórica, etc. Para mayor referencia, puedes revisar el muy completo libro de Rosana Guber La etnografía: método, campo y reflexividad (2011) o algunos artículos interesantes, como el replanteamiento que hace Ismael Apud (2013).

Fenomenología

La fenomenología o investigación naturalista tiene raíces en la filosofía y la psicología. Se enfoca en los individuos, en extraer el significado y la esencia de sus vivencias personales respecto a un fenómeno compartido, a fin de entenderlo (Creswell y Creswell, 2018). Por ejemplo, podemos realizar una investigación fenomenológica sobre las experiencias de un grupo de hijos que perdieron a sus padres por la covid-19, para lo cual, deberemos entrevistarlos en profundidad para conocer sus memorias y cómo experimentaron el dolor de la pérdida.

Como toda investigación con enfoque cualitativo, las preguntas de investigación fenomenológica no surgen de referencias teóricas, sino que provienen de las personas que estamos estudiando. Para recoger la subjetividad de nuestros participantes, se utiliza con frecuencia la herramienta de la entrevista en profundidad, que busca acceder a la historia de vida y registrar el discurso verbal y no verbal de los entrevistados. En investigaciones de ciencias empresariales, es frecuente utilizar la herramienta de grupo focal, para conocer, por ejemplo, la experiencia del usuario.

En un estudio fenomenológico, el investigador se guía por su intuición, conciencia y sensibilidad para entender la subjetividad de los participantes y hacer una descripción detallada acorde con ella. Además, debemos comprender las experiencias en su contexto particular, en el tiempo en el que ocurrieron y examinar las relaciones que se construyeron entre las personas involucradas (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018).

En este tipo de investigación, nos preguntamos sobre el significado del fenómeno, pero no juzgamos ni examinamos las condiciones que lo provocan, más bien, buscamos comprender la filosofía detrás de las expresiones de los participantes, el significado esencial de la experiencia en la que coincidieron, por lo general, entre tres y diez personas, y así construir la descripción más rica y detallada posible del núcleo del fenómeno (Creswell, 2013).

Narrativa

Lainvestigaciónnarrativaes una estrategia que nos sirve para estudiar la historia de vida, la época o un episodio de la vida de personas o grupos. También es llamado método biográfico o método de historia de vida. Creswell (2013), siguiendo a Czarniawska (2004), explica que la narrativa puede entenderse como un texto (escrito o hablado) que da cuenta de un evento o una serie de eventos cronológicamente conectados.

Para Pérez et al. (2020), la narrativa puede estudiar un solo caso, pero también varios, de modo que podemos construir un tema a partir de voces plurales; además, este diseño nos exige dos capacidades principales: una predisposición para involucrarnos plenamente con la vida del sujeto o sujetos estudiados, y una constante dedicación a la revisión de los temas relacionados con el estudio.

En cuanto a las herramientas de las que disponemos, además de recurrir a entrevistas, con esta estrategia podemos obtener información de documentos, biografías o autobiografías, objetos personales, testimonios, artículos en prensa, grabaciones, mensajes electrónicos, feeds de redes sociales, entre otras fuentes.

El estudio de narrativa es muy usado enciencias sociales y humanas, pero también tiene cabida en otras disciplinas. Por ejemplo, eninvestigacionesdesde la perspectiva económica, se han conducido estudios sobre personajes, como influencers, que hicieronfortuna en un breve periodo, o historias sobre los líderes de estafas piramidales, o la historia de vida de directores de empresas en bancarrota, etcétera.

El propósito es reconstruir e interpretar hechos específicos de interés, a través de una serie de sucesos (factores desencadenantes de la crisis, acontecimientos en orden cronológico que intervinieron en la vida del personaje) que puedan forjar un retrato completo de las circunstancias o de la persona, teniendo en cuenta el contexto y la época. Para hacerlo, recopilamos las historias de los involucrados y contrastamos las narrativas de cada uno desde su lugar, tiempo y participación, para así ensamblar y establecer una narrativa general secuencial que suele ser circular e incorporar elementos anecdóticos.

Lo fundamental en el desarrollo de un estudio de narrativa es seguir un proceso de ensamblaje de las historias, entendiendo que puede haber vacíos de información, desacuerdo entre los testimonios, confusión para reconstruir la cronología y la evolución de los hechos del pasado al presente y, a la vez, contrastar fuentes de datos primarios y secundarios (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018).

Además de identificar el tipo de historia y la cronología de los hechos, se establecen categorías, temas narrativos y patrones, se analiza la coherencia, se verifican datos, se visitan los distintos lugares donde ocurrieron los hechos, se obtiene todo tipo de materiales relevantes para reconstruir la historia y estos se entienden de modo racional y desde su matiz emocional.

Enlanarración, incluimosinformaciónpasadaoexperiencias del presente, pero también podemos proyectar lo que podríaocurrirenel futurosegúnnuestrainterpretacióndelossucesos.Enla secuencia, seguimos el esquema de problema-solución, mediante el cualpresentamos el contexto, caracterizamos a los participantes, describimos susacciones, planteamos preguntas sobre el fenómeno que los involucra y, finalmente, ofrecemos respuestas o explicaciones.

Investigación acción-participativa (IAP)

En este diseño de investigación de tipo cualitativo, la particularidad es que los investigadores intervienen activamente mientras estudian el problema de interés. Nuestra participación activa como investigadores se da, naturalmente, en el ambiente de los sujetos involucrados. Así, la comunidad en la que realizamos la investigación funciona como gestora y agente de cambio. La población es, en gran medida, la que construye el proyecto con la guía de los investigadores, quienes no aportan desde la generación de conocimientos, sino, sobre todo, desde la gestión práctica.

Estamos de acuerdo con Bernal (2016) cuando dice que la investigación de acción-participativa rompe con la dicotomía sujeto-objeto de investigación para lograr conformar un equipo de investigación en el que están los investigadores como expertos facilitadores y también la comunidad o grupo, quienes son los propios gestores del proyecto y protagonistas de la transformación de su realidad.

En ocasiones, el grupo genera su propio conocimiento y, en otras, el investigador es facilitador y ofrece distintos instrumentos o recursos a los sujetos para que descubran las dimensiones del problema y las razones por las cuales no han sido capaces de superarlo. La participación, entonces, consiste también en la reflexión sobre lo que pueden aportar a sus propios proyectos de vida y la resolución de sus problemas, comprometerse con la implementación de las recomendaciones correspondientes y, finalmente, evaluar su efecto.

Por su parte, el investigador debe realizar un trabajo previo significativo para adquirir conocimiento del grupo o comunidad y así orientar el proceso y lograr la transformación mediante la autogestión y la promoción de la sostenibilidad. En ese sentido, necesitamos un buen diagnóstico. Podemos trabajar con los participantes distintas técnicas, como mapas conceptuales, diagramas causa-efecto, matrices, redes conceptuales, entre otras. Asimismo, necesitamos establecer plazos razonables, responsables, distribuir los recursos oportunamente, entre otras actividades.

Además, la investigación de acción-participativa tiene un carácter educativo o formativo, en el que se da también una retroalimentación y transformación recíproca, pues el investigador adquiere conocimientos y experiencias mientras que los participantes trabajan en cambiar su realidad de manera directa según alternativas que responden a su contexto social, económico y cultural (Bernal, 2016). Por ello, este método de investigación es muy valorado en carreras de ciencias sociales, en especial, en temas de desarrollo comunitario.