El Misterio del Valle Boscombe - Arthur Conan Doyle - E-Book

El Misterio del Valle Boscombe E-Book

Arthur Conan Doyle

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Beschreibung

En "El Misterio del Valle de Boscombe", Sherlock Holmes y el doctor Watson son llamados para investigar el asesinato de Charles McCarthy en una zona rural. Las pruebas parecen apuntar al hijo de McCarthy, James, como el culpable. Sin embargo, Holmes, con su aguda capacidad de observación y deducción, descubre detalles y secretos ocultos que ponen en entredicho el sencillo caso, revelando una compleja red de motivos y relaciones bajo la superficie.

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Seitenzahl: 43

Veröffentlichungsjahr: 2024

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El Misterio del Valle Boscombe

Arthur Conan Doyle

SINOPSIS

En “El Misterio del Valle de Boscombe”, Sherlock Holmes y el doctor Watson son llamados para investigar el asesinato de Charles McCarthy en una zona rural. Las pruebas parecen apuntar al hijo de McCarthy, James, como el culpable. Sin embargo, Holmes, con su aguda capacidad de observación y deducción, descubre detalles y secretos ocultos que ponen en entredicho el sencillo caso, revelando una compleja red de motivos y relaciones bajo la superficie.

Palabras clave

Asesinato, investigación, engaño.

AVISO

Este texto es una obra de dominio público y refleja las normas, valores y perspectivas de su época. Algunos lectores pueden encontrar partes de este contenido ofensivas o perturbadoras, dada la evolución de las normas sociales y de nuestra comprensión colectiva de las cuestiones de igualdad, derechos humanos y respeto mutuo. Pedimos a los lectores que se acerquen a este material comprendiendo la época histórica en que fue escrito, reconociendo que puede contener lenguaje, ideas o descripciones incompatibles con las normas éticas y morales actuales.

Los nombres de lenguas extranjeras se conservarán en su forma original, sin traducción.

 

El Misterio del Valle Boscombe

 

Estábamos sentados desayunando una mañana, mi mujer y yo, cuando la criada trajo un telegrama. Era de Sherlock Holmes y decía así:

—¿Tiene un par de días libres? Me acaban de llamar del oeste de Inglaterra en relación con la tragedia de Boscombe Valley. Me encantaría que viniera conmigo. El aire y el paisaje son perfectos. Salgo de Paddington a las 11:15.

—¿Qué dices, querido? —dijo mi esposa, mirándome—. ¿Irás?

—La verdad es que no sé qué decir. Ahora mismo tengo una lista bastante larga.

—Oh, Anstruther haría el trabajo por ti. Últimamente estás un poco pálida. Creo que el cambio te sentaría bien, y siempre estás tan interesado en los casos del señor Sherlock Holmes.

—Sería una desagradecida si no lo estuviera, viendo lo que he ganado con uno de ellos —contesté—. Pero si he de irme, debo hacer las maletas enseguida, pues sólo dispongo de media hora.

Mi experiencia de la vida de campamento en Afganistán había tenido al menos el efecto de convertirme en un viajero pronto y preparado. Mis necesidades eran pocas y sencillas, de modo que en menos del tiempo indicado estaba en un taxi con mi maleta, traqueteando hacia la estación de Paddington. Sherlock Holmes paseaba arriba y abajo por el andén, con su figura alta y enjuta, aún más enjuta y alta por su larga capa de viaje gris y su gorra de paño ceñida.

—Me alegro mucho de que haya venido, Watson —dijo—. Para mí supone una diferencia considerable tener a alguien conmigo en quien pueda confiar plenamente. La ayuda local siempre es inútil o tendenciosa. Si se queda con los dos asientos de la esquina, compraré los billetes.

Teníamos el vagón para nosotros solos, salvo por una inmensa cantidad de papeles que Holmes había traído consigo. Rebuscó y leyó entre ellos, con intervalos para tomar notas y meditar, hasta que pasamos Reading. Entonces, de repente, los enrolló todos en una bola gigantesca y los arrojó sobre el estante.

—¿Has oído algo del caso? —preguntó.

—Ni una palabra. Hace días que no veo un periódico.

—La prensa londinense no ha tenido noticias muy completas. Acabo de leer todos los periódicos recientes para enterarme de todos los detalles. Parece, por lo que deduzco, que se trata de uno de esos casos sencillos que son tan extremadamente difíciles.

—Eso suena un poco paradójico.

—Pero es profundamente cierto. La singularidad es casi siempre una pista. Cuanto más anodino y vulgar es un crimen, más difícil es descubrirlo. En este caso, sin embargo, han establecido un caso muy serio contra el hijo del hombre asesinado.

—¿Es un asesinato, entonces?

—Bueno, se conjetura que lo es. No daré nada por sentado hasta que tenga la oportunidad de investigarlo personalmente. Le explicaré el estado de las cosas, hasta donde he podido entenderlo, en muy pocas palabras.

—Boscombe Valley es un distrito rural no muy lejos de Ross, en Herefordshire. El mayor terrateniente de esa zona es el señor John Turner, que hizo su fortuna en Australia y regresó hace algunos años al viejo continente. Una de las fincas que poseía, la de Hatherley, fue arrendada al señor Charles McCarthy, también ex australiano. Los hombres se habían conocido en las colonias, por lo que no era extraño que cuando vinieran a establecerse lo hicieran lo más cerca posible el uno del otro. Turner era, al parecer, el hombre más rico, por lo que McCarthy se convirtió en su arrendatario, aunque, al parecer, seguían en perfecta igualdad de condiciones, ya que a menudo estaban juntos. McCarthy tenía un hijo, un muchacho de dieciocho años, y Turner tenía una hija única de la misma edad, pero ninguno de los dos tenía esposas vivas. Al parecer, evitaban la compañía de las familias inglesas vecinas y llevaban una vida retirada, aunque los dos McCarthy eran aficionados al deporte y se les veía con frecuencia en las carreras del barrio. McCarthy tenía dos criados: un hombre y una mujer. Turner tenía una casa considerable, como mínimo media docena. Esto es todo lo que he podido averiguar sobre las familias. Ahora los hechos.