FUTBOL FEMENINO - Gustavo Javier Levine - E-Book

FUTBOL FEMENINO E-Book

Gustavo Javier Levine

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Beschreibung

Zdenscka Bacarreza Pinilla "Festejo este relato testimonial de Gustavo Levine, que de una manera muy generosa, comparte sus vivencias y nos entrega sus experiencias con la intención de comenzar a conservar la memoria del Fútbol Femenino en esta parte del mundo" Horacio Bollo "Para l@s interesad@s en adentrarse en este mundo, este libro aporta a poder "situarse en la cancha" este partido… de enseñar y de aprender jugando al Fútbol Femenino" Cintia Flamenco "Es increíble la cantidad de cosas que las mujeres debemos hacer para poder practicar este deporte, porque empezás así, empezás practicándolo pero luego comenzás a vivirlo, y cuándo menos te das cuenta no podes vivir sin él" Carlos Pinasco Singer "En mi condición hoy de Entrenador en Fútbol, he tenido el inmenso placer y el honor de encontrar profesionales como Gustavo Levine, que dentro de este deporte que amamos ha puesto de su sapiencia, experiencia y dedicación para aportar conocimiento y expresar de una forma directa vivencias, datos específicos del Fútbol Femenino en toda Latinoamérica al día de hoy" Ayelén Pujol "El libro de Gustavo Levine aparece como una pieza clave, inédita para la disciplina: el análisis del recorrido, la puesta en escena del contexto actual, las falencias, los avances, las resistencias y los aprendizajes, entre otras cuestiones, de trabajar a cargo de cuerpos técnicos de equipos femeninos" Osvaldo Conte "La rigurosidad del escrito, junto a la facilidad de lectura y lo abarcativo de todos los temas que conciernen a la actividad, lo convierten en un trabajo de lectura indispensable y de un aporte invalorable"

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Gustavo Javier Levine

FUTBOL FEMENINO

Método de Entrenamiento específico y Realidad cotidiana

Levine, Gustavo JavierFútbol femenino : método de entrenamiento específico y realidad cotidiana / Gustavo Javier Levine. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4998-3

1. Didáctica. I. Título.CDD 796.334077

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Índice

PRÓLOGOS

INTRODUCCIÓN

POR QUÉ ASOCIAMOS EL MÉTODO DE ENTRENAMIENTO CON LA REALIDAD COTIDIANA

CAPÍTULO 1 MAMÁ TAMBIÉN JUEGA

CAPÍTULO 2 PRIMERAS EXPERIENCIAS DE UN ENTRENADOR

CAPÍTULO 3 CUANDO LA VALENTÍA SE ASOCIA CON LA PASIÓN

CAPÍTULO 4 COMPRENDER LOS MENSAJES

CAPÍTULO 5 LA MANIFESTACIÓN DE LA SEXUALIDAD

CAPÍTULO 6 ALGUNAS CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE FORMACIÓN

CAPÍTULO 7 CONFLICTOS GRUPALES

CAPÍTULO 8 INSULTOS, GOLPES Y AGRESIONES

CAPÍTULO 9 EL PROFESIONALISMO DESEADO Y AÚN NO LOGRADO

CAPÍTULO 10 EL ARMADO DEL PLANTEL

CAPÍTULO 11 AQUEL ENTRENADOR FUERA DEL REGLAMENTO

CAPÍTULO 12 HISTORIAS CON PERSONAS Y FUNCIONES EXTRAFUTBOLÍSTICAS

CAPÍTULO 13 NUNCA ESTÁN TODAS

CAPÍTULO 14 LA MUJER: SU RESPETO POR LA HISTORIA, POR LOS LIDERAZGOS, Y SU GRAN ASIMILACIÓN DE NUEVOS CONCEPTOS

CAPÍTULO 15 ANÉCDOTAS DE COLOR ALREDEDOR DEL FÚTBOL FEMENINO

CAPÍTULO 16 NECESIDADES EN 360 GRADOS

CAPÍTULO 17 EL AMATEURISMO CONDICIONANTE

CAPÍTULO 18 SOLUCIONES PARA AVANZAR HACIA EL PROFESIONALISMO

CAPÍTULO 19 MÉTODO DE ENTRENAMIENTO ESPECÍFICO PARA FÚTBOL FEMENINO

A mi mamá, Beatriz Chiappetta. O “la señora Betty”, como la llamaban sus alumnos. Por haberme enseñado, durante el escaso tiempo de vida que pudimos compartir, dos acciones irreemplazables para quienes nos dedicamos a la formación de personas: que la intención de educar no debe perder jamás la intensidad, y que, para lograr que un proyecto se convierta en realidad es imprescindible que no renunciemos a confiar en nuestros sueños.

A mi abuela María Cayetana Luzzi, “Tita”. Por haberme transferido el valor de seguir adelante, aun cuando el dolor más grande intenta cerrarnos todos los caminos.

A mi hermana Karina, la primera mujer con quien jugué a la pelota, por haberme demostrado que nuestro talento puede crecer sin límites cuando nos dedicamos con pasión y aprendizaje a desarrollarlo.

A mi prima Graciela, por haberme brindado su permanente aliento a continuar escribiendo, y también por su apoyo incondicional para la edición de este nuevo libro.

A Cielo, mi hija. Su pasión por el fútbol me inspira cada día a continuar intentando ser mejor como entrenador, al tiempo que ser su padre me llena de orgullo.

A Betty Kurlat, compañera exacta de mi amado Marcial, por haberle dado sentido, contenido y fortaleza al vínculo familiar que nos une.

A Pili, por darme la oportunidad de transitar juntos, de ida y vuelta, el camino que une el artístico glamur del Bolshói con el futbolero perfume a barrio que caracteriza a los potreros.

A Paola, saldando alguna deuda literaria heredada de mi libro anterior, por la maravillosa y vital relación que nos permite disfrutar el hecho de tener una hija en común.

A Ivanna, Ariadna, Miriam, Mariana, y Laura. Las primeras niñas que dirigí como entrenador de un equipo de fútbol femenino.

PRÓLOGOS

Zdenscka Bacarreza Pinilla

Exdirectora técnica de las Selecciones Femeninas Sub-17 y Absoluta de Bolivia.

Fundadora de la primera escuela de fútbol femenino dirigida por mujeres “Las Súper Poderosas”.

Festejo este relato testimonial de Gustavo Levine, que, de una manera muy generosa, comparte sus vivencias y nos entrega sus experiencias con la intención de comenzar a conservar la memoria del fútbol femenino en esta parte del mundo.

Acto valiente el que encara en este desafío, ya que, como entrenador profesional y estudioso, no abunda en lo técnico estratégico, sino que más bien rescata lo intangible, lo que no está escrito y lo que pocos se animan a documentar, ya que son detalles fundamentales de un valor agregado, que la mayoría guarda celosamente para sacar justificadas ventajas en la competencia de la vida, y esto provoca extraordinario respeto.

Usted encontrará relatos con tónicas novelescas, que, sin embargo, solo reflejan una realidad expuesta por el autor, con la crudeza que le exige su honestidad.

Me permito darle la bienvenida a que disfrute de una fracción del universo del fútbol femenino, tan especial, tan complejo e indescifrable, donde la mujer futbolista es la protagonista, donde no se fingen lesiones, donde se festejan derrotas, donde se juega en libertad, donde lo imperfecto es perfecto al mismo tiempo en ese caminar por la senda del intento de conciliar mundos diferentes.

Festejo este hermoso relato testimonial de Gustavo Levine.

Acompáñelo, le aseguro que… no se va a arrepentir.

Horacio Bollo

Profesor nacional de Educación Física - Preparador físico ATFA.

Entrenador juvenil “C” FIFA - Docente universitario y terciario en Didáctica del Deporte.

Gustavo Levine describe, en un acertado relato, qué cuestiones remiten a la particularidad de la enseñanza y la práctica del fútbol femenino en un determinado contexto.

Un aporte singular, ya que no hay prácticamente bibliografía sobre esta experiencia

Los conceptos propios del fútbol, como juego altamente reglado, se cruzan con un alumnado diverso y un escenario alejado de la organización y selectividad del fútbol federativo (amateur o no) de los varones.

Para quienes se interesen en adentrarse en este mundo, este libro aporta poder “situarse en la cancha” en este partido… de enseñar y de aprender jugando al fútbol femenino.

La mejor manera de celebrar la novedad es leerla.

Cintia Flamenco

Futbolista en actividad de AFA.

Se ha desempeñado habitualmente como titular y capitana de los equipos que integró.

Su experiencia en el fútbol incluye clubes como UBA (Universidad de Buenos Aires), Puerto Nuevo y San Miguel, donde obtuvo el ascenso a la Primera B.

Fútbol femenino: ¡¡¡Qué fácil escribirlo y qué difícil expresar tanto amor!!!

Es increíble la cantidad de cosas que las mujeres debemos hacer para poder practicar este deporte, porque empezás así, empezás practicándolo, pero luego comenzás a vivirlo, y cuando menos te das cuenta no podes vivir sin él.

Y a pesar del siglo en el que estamos aún puede verse la falta de apoyo y visibilización para que más mujeres podamos seguir haciendo esto que tanto nos apasiona...

Un gran porcentaje de futbolistas somos madres, y claramente no es una tarea sencilla el poder equilibrar dicha situación. Pero son muy grandes el sentimiento y la pasión que nos emana, hasta el punto de convertirnos en una máquina de hacer cosas para poder seguir jugando.

Casi siempre nos acostumbramos a jugar donde estamos sin aspiraciones de llegar al profesionalismo por todo lo que esto implica , y no se trata de querer llegar al profesionalismo por una cuestión económica, porque, si eso solo fuese el objetivo, claramente muchas estamos en la lona.

Mayormente somos nosotras las que bancamos a pulmón para poder seguir jugando porque no solo el impedimento de jugar son los hijos, el trabajo o los estudios, sino también lo económico.

Nuestra satisfacción de llegar al profesionalismo es sentir el punto máximo de realización como futbolistas, lograr esa sensación de que todo el sacrificio tiene su recompensa al fin.

Pero no todas tenemos la suerte de que eso nos pase. Sin embargo… ¿¿La pasión se acaba?? ¡¡¡Claramente no!!!

Seguimos entrenando. Seguimos sorteando obstáculos. Seguimos mintiendo en nuestros trabajos para poder salir unas horas antes y así lograr la posibilidad de llegar al partido porque se juega por los puntos, porque se juega por amor…

¡¡¡Porque cuando menos te das cuenta no podés vivir sin el fútbol!!!

Carlos Pinasco Singer

Entrenador arqueras Selecciones Femeninas Mayor y Sub-20 de Uruguay

Entrenador de fútbol Licencia Pro.

En mi condición hoy de entrenador en fútbol, he tenido el inmenso placer y el honor de encontrar profesionales como Gustavo Levine, que dentro de este deporte que amamos ha puesto de su sapiencia, experiencia y dedicación para aportar conocimiento y expresar de una forma directa vivencias y datos específicos del fútbol femenino en toda Latinoamérica hoy. Con Gustavo hemos ido conociéndonos a través del tiempo dentro de nuestras ocupaciones, siguiéndonos en las actividades, a través del contacto y aliento permanentes, donde la amistad ha traspasado las fronteras naturales separándonos únicamente “el charquito” entre la Argentina y Uruguay.

Ahora, mediante este valioso material del autor, nos acerca sus experiencias desde un enfoque panorámico en donde la centralidad del juego, sus espacios y sus tiempos nos han generado un encuentro nuevo, con la pasión que desencadena el deseo por alivianar el camino de las relaciones posibles, de las ocurrencias, con las realidades que atraviesan día a día tanto a jugadoras, cuerpos técnicos y dirigentes para desarrollar una actividad lo más profesional posible, fútbol femenino, catalogado como un “deporte menor” en muchos países, como también de orden amateur.

En el texto que ofrece, desgrana con claridad, para quien incursiona en el mundo del fútbol femenino, toda su experiencia y don de docencia acumuladas en sus años de trabajo en el fútbol al frente de diversos planteles.

Es para mí un real orgullo que me haya tenido en cuenta en su trabajo y poder aportar desde mi posición actual como entrenador de arqueras, en este libro de su autoría, donde demuestra su grado de compromiso y profesionalidad con el fútbol femenino.

Felicitaciones y éxitos totales.

Ayelén Pujol

Periodista deportiva.

Autora de ¡Qué jugadora! y Barriletas cósmicas, libros sobre la historia del fútbol femenino.

Crecimos escuchando que el fútbol femenino no tiene historia y, a medida que la disciplina crece, los mitos que se construyen a su alrededor tienen la saña del desprecio de quienes consideran al deporte más popular del planeta como un patrimonio exclusivo de varones.

Estamos en un momento histórico clave: pese a que todavía queda mucho camino por recorrer y desigualdades por sanar, el fútbol femenino atraviesa su mejor etapa en el mundo y en nuestro país. Hoy, por citar un ejemplo, existen tres categorías en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), además de la obligatoriedad para que se dispute un campeonato de Reserva y otro Sub-16; complementado por un contexto en el que se agrega la organización de jugadoras para reclamar derechos, el empuje para que la disciplina se dispute en estadios principales y para que el profesionalismo sea real.

Hasta aquí, sin embargo, habíamos tenido futbolistas sin formación. Los clubes —algunos todavía hoy lo hacen— les cerraban la puerta a ellas. Así, las jugadoras llegaban a jugar en una Primera División sin escalas a veces a los 14 años —la edad permitida para comenzar en AFA— o a otras edades. El vuelo era directo: en ocasiones pasaban del potrero o los partidos con varones en el barrio a un equipo de 11 sin otro tipo de preparación previa. Una especie de escuela de la calle aplicada al deporte más popular, la antítesis, claro, de lo que ocurría en la rama masculina.

Durante décadas —el fútbol femenino se practica en nuestro país desde 1913, según los registros hasta ahora encontrados— quienes muchas veces ejercían la tarea de conducir a esos grupos también transitaban ese camino. Llegaban sin experiencia y sin formación, a tirar la pelota y dar órdenes. Entonces, y visto también a la distancia, pensar un proyecto evolutivo e incluso en un mundo exitista en obtener buenos resultados parecía un camino imposible. El entrenamiento, la preparación, el trabajo físico y técnico constituyen la piedra fundamental en el deporte que amamos.

Frente a tanto desprecio emergió la lucha. Y la revolución que en ese sentido constituye esta transformación histórica implicó también la profesionalización de un lugar central en el juego de la pelota: la de los formadores.

En este camino el libro de Gustavo Levine aparece como una pieza clave, inédita para la disciplina: el análisis del recorrido, la puesta en escena del contexto actual, las falencias, los avances, las resistencias y los aprendizajes, entre otras cuestiones, de trabajar a cargo de cuerpos técnicos de equipos femeninos.

El recorrido por la experiencia de Levine es una invitación a conocer un proceso de transformación en el fútbol, pero también a cómo el fútbol puede transformar a un líder y sus dirigidas en ese quehacer colectivo que por momentos no distingue roles.

Levine nos vuelve a las bases, nos explica que ganar el próximo partido nunca debe ser la búsqueda y nos muestra cómo se entrelazan lo físico y lo futbolístico, pero también lo humano y el contexto; y cómo de esa ensalada puede salir la conformación de un equipo.

“Cuando afirmamos que la tarea principal de quienes entrenamos deportistas en general y futbolistas en particular es la de potenciar su talento y acompañar su desarrollo personal, es porque, si logramos esto con cada integrante del plantel, además de aportarle valor en lo individual, también lo estaremos haciendo con el grupo y con el equipo”, escribe.

El fútbol es un juego que evidencia más que cualquier otro que lo colectivo prima por sobre lo individual en cada segundo en el que la pelota rueda. Y eso no solo sucede cuando una árbitra marca un inicio de partido. Circula en el diálogo con una jugadora, en conocer su vida personal para analizar cómo eso impacta en su juego y en el grupo, en transitar y resolver tensiones, en cómo afrontar imposibles y en cómo aprender de las derrotas, pero también de las victorias. Todo, claro, mientras ellas juegan.

Osvaldo Conte

Preparador físico Selección Mayor de Fútbol Femenino Argentina

Docente – Profesor nacional de Educación Física

Comenzaban los tiempos de pandemia. Allá, hacia fines de 2019 y comienzos de 2020, la humanidad empezaba a enfrentar una de las grandes tragedias de la historia hecha presente que azotaría a toda la comunidad mundial, dejando una estela de pérdidas humanas escalofriante.

Tiempos de lo desconocido, de incertidumbres, de cambios en las estrategias de los cuidados, de encierro, de alejamiento, de miedos. Obligándonos a transformar todas las posibilidades conocidas de establecer los vínculos personales a los que estábamos acostumbrados, en los ámbitos familiares, de amistades y laborales. Tiempos de cuarentena estricta.

Por esas épocas nos preguntábamos con el profesor Gabriel Denava, compañero de trabajo en las Selecciones Femeninas de la AFA, al estar suspendidas todas las actividades deportivas… ¿Cómo seguir?

Había que transformar ese tiempo de encierro en trabajo productivo que aporte al fútbol femenino en su totalidad.

Es así como comenzamos a tomar contacto con los cuerpos técnicos de todas las divisiones del fútbol femenino, como también con aquellos clubes del interior que participaban en sus ligas.

Propusimos un primer encuentro por Zoom. Nuestro objetivo era conocer la vida interna en los clubes, desde sus comentarios y sus realidades. Y fue así como lunes tras lunes, tres o cuatro profes o directores técnicos tenían el espacio para exponer sus realidades y sus experiencias dentro de la actividad y a su vez se podía socializar con todos los participantes. Hemos tenido encuentros con la presencia de más de noventa profesionales de todo el país.

Y ahí fue donde Gustavo, en el primer encuentro, rápidamente nos pidió un espacio para comentarnos las suyas.

En uno de los cuadraditos del Zoom en la pantalla de la compu, se lo encontraba fijo en su mirada, atento a todo lo que escuchaba, y con aportes siempre oportunos ante cualquier debate que se presentara, invitando a la reflexión e interpelación en cada aporte.

Con el tiempo fuimos conociéndonos un poco más. Y en lo personal descubriendo un profesional que desarrollaba su actividad desde una perspectiva de género y contemplando el área social decididamente valiosa e indispensable, en mi modesta opinión, para abordar cualquier propuesta, contenido y actividad, que se dé en el trabajo/desarrollo del fútbol femenino, ya sea formativo o de alto rendimiento.

Es por todo esto por lo que, ante el pedido de prologar este trabajo realizado por Gustavo, la incertidumbre de no estar a su altura me apareció rápidamente. Y ni les comento lo que se potenciaron esas incertidumbres en mí, luego de leer la obra completa.

Gustavo logró aglutinar en ella, desde la cotidianeidad de su trabajo y experiencias, todas las aristas que comprenden la problemática y desarrollo del fútbol femenino nacional y regional.

Complejidades, anécdotas, experiencias que son de necesidad imperiosa conocer para cualquier persona que quiera sumergirse, desde cualquier lugar, en este fenómeno social que va emergiendo de a poco, pero en forma sostenida, que es el fútbol femenino.

La rigurosidad del escrito, junto a la facilidad de lectura y lo abarcador de todos los temas que conciernen a la actividad, lo convierten en un trabajo de lectura indispensable y de un aporte invalorable.

Para finalizar, soy un convencido de que el fútbol femenino en la Argentina va alcanzando una seriedad en su tratamiento que, más allá de estar muy lejos de lo ideal, se encamina con expectativas favorables para su futuro.

Entiendo que el fútbol femenino tiene un piso, pero está lejos de su techo. Expreso siempre que el fútbol femenino en su desarrollo y crecimiento “NO TIENE PARA ATRÁS”.

Sus avances serán más lentos o más rápidos en función de las decisiones políticas institucionales que vayan tomando los clubes y los organismos madres que los contienen.

Y fundamentalmente que aparezcan muchos Gustavos con la claridad de conceptos, sabidurías y compromiso hacia la actividad, dejándonos semejante material para el aprendizaje, que nos interpela y nos invita a la reflexión a todos quienes intentamos aportar algo a este fenómeno social que va emergiendo y que es el fútbol femenino.

INTRODUCCIÓN

Lo relatado a continuación no son supuestos sino hechos concretos, su resolución y sus consecuencias. El método de entrenamiento propuesto guarda estrecha relación con ellos, con la realidad del fútbol femenino en la Argentina y de la gran mayoría de los países de Latinoamérica.

Escribir sobre algo que nos apasiona puede resultar placentero y a la vez, muy difícil.

Placentero, porque supone que, al hacerlo, esa pasión nos llevará a transitar diversas emociones relacionadas con la alegría, los festejos, los gratos recuerdos y las experiencias inolvidables.

Difícil, porque, por la autoexigencia que implica tener que escribir aquello que refleje del modo más fiel nuestras intenciones de expresar lo que nuestra mente y nuestro corazón nos proponen comunicar, muy probablemente nos conduzca a escribir, borrar y volver a escribir en más de una oportunidad.

Esta intención de transmitir mis experiencias y mis conocimientos sobre fútbol femenino, o fútbol jugado por mujeres, nace en mi mente y en mi corazón, en mis razonamientos y en mis inquietudes, en mis ganas de crecer y de contribuir al crecimiento de quienes se dispongan a leer este texto.

Leo, escucho, observo, veo, infinidad de capacitaciones que, pretendiendo referirse al “fútbol femenino”, repiten una y otra vez temas inherentes al fútbol como deporte, y en absoluto específicas a lo que ocurre en la realidad de la disciplina que tiene a las mujeres como protagonistas.

Algunas, excelentes por cierto, aciertan al hacer referencia a cuestiones de entrenamiento relacionadas con la fisiología femenina, aunque también puede considerarse como una cuestión genérica a las mujeres deportistas. No obstante, cuando ejemplifican con el día a día de un entrenamiento de mujeres futbolistas, son muy dignas de ser escuchadas, leídas y aprendidas.

En cambio, cuando se suele hablar de “metodología” de fútbol femenino, de “táctica” de fútbol femenino, de “enseñanza de la técnica” en el fútbol formativo femenino, al menos yo no logro establecer diferencias con otras disciplinas futbolísticas como, por ejemplo, con el fútbol infantil masculino, ni mucho menos encontrar una especificidad de la “táctica del fútbol femenino” diferenciada de las “tácticas futbolísticas masculinas”, por citar otro ejemplo.

El fútbol es uno solo, y para capacitarnos sobre su enseñanza, o sobre cómo transmitir cuestiones tácticas, debemos abarcar muchos conocimientos para conocer los secretos y las mejores formas de hacerlo. Luego, debemos capacitarnos acerca de las características de las edades, de las competencias, de cada género, de los distintos grupos, de las personalidades, etc., para poder desarrollar nuestra tarea como entrenadores y entrenadoras con la mayor cantidad de aciertos posibles según la disciplina en la que nos toque trabajar.

En este libro podrán encontrar un método de entrenamiento específico para el fútbol femenino, sobre todo en la Argentina, Sudamérica, y Latinoamérica, basado en experiencias reales, ocurridas en grupos y equipos de mujeres futbolistas, en su mayoría jugadoras de distintas categorías del Fútbol Femenino de la AFA.

Forman parte de la realidad, del día a día, de lo que ocurre desde las jugadoras hacia la disciplina, desde la disciplina hacia las jugadoras.

De lo que acontece entre dirigentes, y jugadoras, entre dirigentes y cuerpos técnicos, entre jugadoras y cuerpos técnicos.

Historias cargadas de un realismo absoluto, relatadas sin exageración y tal como sucedieron, que podrán servir de introducción a quienes quieran acercarse al mundo del fútbol femenino, de afianzamiento de conceptos a quienes ya lo integran, y quizás de reflexión a quienes consideran que, en esta disciplina, ciertas cuestiones jamás ocurren…

No tengo dudas de que el marco en el cual se incluye el contexto del fútbol femenino que describo en estas experiencias está dado por la falta de formación existente. Las jugadoras protagonistas de cada historia, de cada anécdota, no han tenido la oportunidad de formarse desde edades tempranas como futbolistas. Y no hago aquí referencia a no haber tenido la posibilidad. Afirmo que se trata de falta de oportunidades, sencillamente porque no las hay en la dimensión y cantidad necesarias.

La oferta de espacios de formación tanto en clubes, en escuelas de fútbol, en la escolaridad formal, e incluso en el barrio, lugar de formación por excelencia para cualquier futbolista, les ha quitado a las jugadoras de nuestro medio la oportunidad de crecer deportivamente en el transcurso de su desarrollo psicomotor, jugar al fútbol y adquirir a partir de hacerlo en el momento óptimo cuestiones técnicas que sin dudas habrían hecho de ellas mejores jugadoras de lo que son.

Y claro, cuando esta oferta de oportunidades aparece —una oferta que aún tiene mucho mayor desarrollo en el fútbol competitivo de Primera División que en categorías juveniles—, las jugadoras ya son adultas, o en el mejor de los casos son jóvenes que están transformándose en mujeres, y en muchísimas de ellas las posibilidades de dedicarse a ser futbolistas son menores que en la infancia y en la adolescencia. Su vida social, sus obligaciones de estudio, sus compromisos laborales, su situación económica, suelen ser obstáculos muy difíciles de superar.

Además, el fútbol de Primera División, aun siendo sus competencias amateurs o semiprofesionales, exige un compromiso muy grande que las jugadoras ante esta oportunidad no pueden aprovechar por completo porque ven reducidas sus posibilidades.

Se convierten en jugadoras de Primera División, en un alto porcentaje, de un día para el otro. Concurren a una prueba, demuestran sus buenas condiciones, y el Cuerpo Técnico (CT) las elige para sumarse al plantel, sin poner en consideración su experiencia previa. Si poseen esa experiencia, mucho mejor. Pero no es una condición mayoritariamente excluyente que los clubes manifiesten al momento de la captación. Incluso a nivel de Selecciones Juveniles Nacionales, a veces las pruebas son abiertas para toda adolescente que quiera concurrir e intentar ser jugadora de los planteles.

Las jugadoras pueden tener su primera experiencia en Primera División, tanto a los 14 años como también superando los 30 años. Ocurre tal cual lo he descripto: motivadas por la noticia de que un club está “probando” jugadoras, concurren a la prueba y, de superarla, pasan a integrar el plantel oficial. Y eso, lo sabemos, no es así en el fútbol masculino, donde el desarrollo de las etapas formativas se implementa desde los 4 o 5 años.

Esa falta de formación en el fútbol femenino, resultado y responsabilidad del desinterés de quienes tienen el poder de decisión para incorporar y apoyar la disciplina en los clubes y organizaciones que dirigen, como también de inequívocas cuestiones de índole social, provoca no solo un bajo nivel de desarrollo de situaciones relacionadas con la técnica y la táctica individual, la táctica y la estrategia colectiva, con errores de comprensión del juego en su globalidad, sino que también impide a las jugadoras adquirir hábitos, tener compromiso al nivel que la competencia de la que participan exige, e incluso, a no visualizar la posibilidad de trascender a través del fútbol. Así es como nos encontramos con muchas carreras deportivas frustradas, cuando, por ejemplo, una jugadora prefiere ir a jugar un torneo por dinero en su barrio antes de jugar con su club un torneo de la liga oficial. O cuando eligen salir hasta altas horas de la madrugada antes de un partido y luego se quedan dormidas, o cuando se toman vacaciones en la misma fecha en la que el Campeonato está en su etapa de definición, aun cuando su equipo es uno de los posibles campeones…

Las vivencias que he podido tener a lo largo de mis años como entrenador de fútbol femenino, y como persona ligada al fútbol desde hace más de cuatro décadas, muestran para mí, con claridad, que la realidad, el día a día de los entrenamientos y la competencia en el fútbol femenino actual en la Argentina, guarda una enorme relación con la falta de formación de las jugadoras y también con la falta de experiencia específica en la disciplina por parte de quienes las entrenamos.

En el intercambio con colegas de otros países, he podido establecer que es muy similar lo que acontece en el fútbol femenino sudamericano y centroamericano también.

Cada una de estas experiencias, anécdotas, e historias, he podido vivirlas de cerca, las he visto, y hasta he tenido la posibilidad de protagonizarlas.

Forman parte del equipaje que llevo conmigo como entrenador, y me permiten transitar este camino considerándolas importantísimas en cada oportunidad que llego a un entrenamiento, a una competencia, o que mantengo una conversación con alguna jugadora, o algún colega, o con quienes ocupan cargos dirigenciales.

Probablemente quienes se acerquen a leerlas hayan vivido alguna situación similar. Si así ha sido, entonces les servirán para afianzar sus experiencias. Y si no les ha tocado aún transitarlas, me permito transmitirles como mensaje que muy posiblemente también se hagan presentes historias similares en el día a día cuando dirijan un equipo de fútbol femenino.

Es mi intención más firme que todas estas experiencias contribuyan al crecimiento del fútbol en general, del fútbol femenino en particular, y de cada una de las personas que habitamos su universo.

¡¡¡Que las disfruten!!!

POR QUÉ ASOCIAMOS EL MÉTODO DE ENTRENAMIENTO CON LA REALIDAD COTIDIANA

La pregunta que de un modo constante debemos hacernos quienes trabajamos con grupos de personas es: “¿por qué esta actividad, para este grupo, en este momento?”.

Tomando como base esta pregunta, se sucederán diferentes hechos y acciones, a la vez que nuestro compromiso hacia la tarea específica que nos compete como profesionales tendrá vigencia en el día a día.

Cada grupo es una unidad diferente a otras. Lo integran distintas personas, lo atraviesan diversos objetivos, las emociones que se generan son particulares de cada grupo, cambian los emergentes y el modo de interrelacionarse.

El espacio de lugar y el de tiempo no son iguales, las cualidades personales se modifican, el modo de ejercer los roles adquiere una forma personificada, y no resulta positivo forzar ni pretender que la resolución de las actividades planteadas sea igual entre un grupo y otro.

Ante la evidencia de las diferentes realidades que presenta cada grupo de personas, tiene mucha lógica no proponer la misma actividad que ya propusimos a un grupo anterior, sin antes evaluar si el momento grupal, sus integrantes y sus objetivos ameritan proponerla, o si debemos ajustar dicha actividad, o si directamente hay que proponer una diferente a las que inicialmente habíamos pensado.

En el deporte, y por ende en el fútbol también, es común observar cómo entrenadores o entrenadoras copian modelos de otros colegas, adoptan tutoriales como ejes de sus propuestas, repiten sistemáticamente ejercicios y sesiones de entrenamiento completas, en lugar de detenerse a pensar si estos se ajustan a la realidad, a la cotidianeidad, y a las características generales del grupo de deportistas que actualmente entrenan.

“Entrenar según las emociones”, nos indica el profesor Fernando Signorini.

Desde hace varios años me detengo a analizar las diferentes ideas que planteamos quienes entrenamos a futbolistas mujeres para que nuestro equipo las lleve a cabo en el campo de juego, los modos de entrenar, los ejercicios, las planificaciones, la relación entre entrenadores o entrenadoras y las jugadoras, y he notado que no es un hábito común poner a consideración la realidad de quienes protagonizan la disciplina, ni la realidad de los clubes para organizar a su alrededor y a partir de esa realidad los entrenamientos ni la proyección del fútbol femenino hacia el futuro.

Estamos concentrados en el resultado inmediato, con muchísima más fuerza que en el crecimiento deportivo de las futbolistas.

No las preparamos para su desarrollo a futuro, sino para ganar el domingo próximo. No tenemos en cuenta que hoy el fútbol femenino se sostiene en un altísimo porcentaje con torneos de Primera División, que hay una enorme cantidad de jugadoras practicándolo en cada país, y que nuestra tarea con ellas debe ser enseñarles a ser mejores jugadoras, para que mejore el espectáculo, y también para que logremos competir de igual a igual con países de otros continentes.

Nos resignamos o nos dedicamos a que cumplan con un objetivo de muy poco vuelo: ganar el próximo partido.

Entonces no nos importa si por su limitada técnica individual resuelve cada situación alejando de un puntapié la pelota de la zona de peligro, o si por no comprender la globalidad del juego solo intenta un pase en profundidad con un pelotazo largo afianzado en su fuerza, cada vez que la pelota cae cerca del espacio que por casualidad está ocupando.

Observo que, en muchos equipos, mientras esas acciones cumplan con el objetivo de “ganar el domingo”, los entrenadores y las entrenadoras se marchan a sus hogares con la satisfacción del resultado obtenido sin analizar los medios utilizados…

En mi opinión tenemos mucho más para hacer: mejorar el espectáculo, atraer público y sponsors, proveer jugadoras a las Selecciones Nacionales, generar ejemplos de calidad hacia las nuevas generaciones de futbolistas mujeres, lograr que las jugadoras trasciendan a partir del fútbol, y evitar las deserciones prematuras.

La realidad nos indica que por más de una década las actuales jugadoras de Primera División que hoy promedian los 20/25 años aún continuarán jugando. Se sumarán aquellas que provengan de las aún no desarrolladas categorías formativas y con ellas seguramente también en Primera División continuará su proceso de desarrollo.

El acento hoy debemos ponerlo en mejorar la calidad de los planteles de Primera División mientras bregamos para que siga creciendo la cantidad de clubes que incorporen categorías formativas.

El método de entrenamiento que propongo en esta obra guarda estrecha relación con la cotidianeidad, con la realidad, con los hechos que ocurren día a día en los planteles.

Alejarnos de esa realidad nos conducirá por el camino equivocado, y las consecuencias serán graves: si no comenzamos ya mismo a elevar la calidad del fútbol femenino en su globalidad, la disciplina no va a crecer en la medida en que lo deseamos.

Entrenadores y entrenadoras, tenemos una enorme responsabilidad para que esa sustancial mejora se transforme en hechos concretos. Debemos asumir ese desafío con profesionalismo y una permanente capacitación.

CAPÍTULO 1

MAMÁ TAMBIÉN JUEGA

Aquella tarde, me di cuenta que en esas tres palabras expresadas por una de las jugadoras del plantel yo había logrado un gran aprendizaje.

Ella, que ese día había llegado algunos minutos tarde al entrenamiento, me relataba el diálogo que había mantenido con sus dos hijos varones de 7 y 9 años, al momento de salir de su casa hacia el predio.

Estaba cumpliendo el sueño de jugar en la Primera División de un club de AFA, y claramente no estaba dispuesta a detenerse ante los obstáculos que pudieran hacerle sombra a ese logro.

Ya con casi 35 años, y una vida muy ligada al fútbol de picados con sus hermanos, de competencias colegiales en Estados Unidos, y con esta posibilidad concreta de ser por fin futbolista oficial, que sus propios hijos estuvieran cuestionando su nueva actividad se había transformado en un obstáculo para resolver.

Digna de una mujer que conoce y hace valer sus derechos, y de una madre que procura que sus hijos comprendan la situación lejos de generarles una imposición, la capitana de nuestro equipo utilizó el mejor y más concreto argumento para que ambos niños tomaran dimensión de lo que ella les planteaba.

Los dos le pedían que se quedara en la casa, justo en el momento en el que ella armaba su bolso y colocaba los botines y las canilleras en su interior.

En ese preciso momento en el que ella estaba asumiendo su rol de jugadora de fútbol, cargada de las expectativas que genera un nuevo entrenamiento, sus hijos parecían encapricharse con su presencia en la casa.

Sin elevar el tono de voz ni mucho menos, ayudando a sus hijos a comprender lo que significaba para ella ese momento, esta nueva actividad que había comenzado hacía algunas semanas, les hizo una pregunta muy sencilla, y con una respuesta conocida de antemano para los tres, los consultó: “¿Ustedes juegan al fútbol en un club?”.

La respuesta al unísono de los niños no se hizo esperar: “Sí, mamá, claro que jugamos”.

Ella, con absoluta claridad, sencillez, y realismo, les dijo: “Mamá también juega”.

Y así, con una declaración que no pudieron contradecir sus hijos, logró no solo darles el argumento por el cual ella iba a ausentarse de la casa por algunas horas, sino que dejó asentada cuál sería la nueva realidad de esa familia, mientras ella sostenga la decisión de ser futbolista.

Esa noche comprendí que los roles socialmente asignados dejan de ser tales cuando somos capaces de ejercer nuestra libertad y disfrutar de nuestras convicciones y nuestras pasiones.

A partir de aquel relato, la frase MAMÁ TAMBIÉN JUEGA es una constante referencia para mí, a lo que una futbolista siente, necesita, debe expresar y hacer respetar como un derecho que le corresponde.

Quizás la futbolista no sea madre. Sin embargo, las convicciones por las cuales juega al fútbol son las mismas.

El derecho de la mujer a ser futbolista es un hecho social ya adquirido. Y ellas saben hacerlo valorar.

CAPÍTULO 2

PRIMERAS EXPERIENCIAS DE UN ENTRENADOR