Geopolítica, territorio y gobernanza multinivel. XVII encuentro de geógrafos de América Latina - Gilda Guerrero Salgado - E-Book

Geopolítica, territorio y gobernanza multinivel. XVII encuentro de geógrafos de América Latina E-Book

Gilda Guerrero Salgado

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El presente libro nace de los debates académicos del eje "Geopolítica, Territorio y Gobernanza Multinivel" presentados en el XVII Encuentro de Geógrafos de América Latina (EGAL), cuya temática general fue "Hacia geografías de la integración y la diversidad". Este encuentro se realizó en la ciudad de Quito, Ecuador, del 9 al 13 de abril de 2019, organizado por la Facultad de Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).  El encuentro, de tipo bianual, se realiza desde hace tres décadas y tiene el propósito de promover el intercambio de la producción geográfica contemporánea entre investigadores, estudiantes y profesionales de América Latina. Este trabajo editorial tiene como propósito describir, desde una posición latinoamericana, una descripción y aplicación de los debates de la Geopolítica (crítica versus clásica).

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Prólogo

Gobernanza, poder y recursos: dilemas, límites y crisis de la Geopolítica y la Geografía Política en América Latina

Geopolítica como ciencia o disciplina aplicada: procedencia, definición, y expansión

Urbanização e Colonialidade: A Racialização da Paisagem em Curitiba

Geopolítica Crítica: reflexiones teóricas sobre la espacialidad de la dominación

CONSÓRCIOS INTERMUNICIPAIS NA REGIÃO OESTE DO ESTADO DE SÃO PAULO-BRASIL: UMA ANÁLISE DO CIOP,CIVAP E CISAP

Transformación del territorio hidrosocial del río Yaqui. El surgimiento de la región hidropolitana en el Suroeste de Sonora

Reservas energéticas, procesos electorales y nuevos actores en la Geopolítica latinoamericana

Prólogo

El presente libro nace de los debates académicos del eje “Geopolítica, Territorio y Gobernanza Multinivel” presentados en el XVII Encuentro de Geógrafos de América Latina (EGAL), cuya temática general fue “Hacia geografías de la integración y la diversidad”. Este encuentro se realizó en la ciudad de Quito, Ecuador, del 9 al 13 de abril de 2019, organizado por la Facultad de Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). El encuentro, de tipo bianual, se realiza desde hace tres décadas y tiene el propósito de promover el intercambio de la producción geográfica contemporánea entre investigadores, estudiantes y profesionales de América Latina.

Este trabajo editorial tiene como propósito describir, desde una posición latinoamericana, una descripción y aplicación de los debates de la Geopolítica (crítica versus clásica). Además, se ha tratado de señalar escenarios que entrecruzan el manejo de recursos naturales, hitos geográficos y la gobernanza de los espacios. Igualmente, estas páginas, a través de una mirada posestructuralista, cuestionan a la concepción y percepción de los territorios, que en el caso de América Latina están transversalizados por ideologías y posicionamientos provenientes de variables como clase y poscolonialidad.

Actualmente, es imposible ignorar el retorno de un giro geográfico a las relaciones internacionales, a la seguridad interna y externa y a los estudios de la Defensa. El análisis de los recursos, del territorio nacional y de su manejo estratégico nunca se han ido de los análisis, por supuesto. Sin embargo, el sistema de cooperación posterior a la Segunda Guerra Mundial apostó por la interconexión organizacional, el comercio internacional, los valores liberales y el derecho internacional como el eje de estudio y de resolución de conflictos. Las necesidades geográficas, base del poder pragmático, se transformaron en una especie de secretos a voces. Finalmente, se había planteado un mundo el cual habría logrado un equilibrio de menor conflictividad entre grandes potencias: la llamada Larga Paz.

Solamente el 2001 y las amenazas multidimensionales que se potenciaron en las primeras dos décadas del siglo XXI (crimen organizado, terrorismo, narcotráfico) empujaron un cambio de agendas en los análisis. Súbitamente, el Estado y su estructura física volvieron a ser retomados como variables de primer nivel. Por lo tanto, el potencial geoestratégico se retomó, y la Geopolítica volvió a ocupar un lugar privilegiado en la observación del intercambio entre los Estados. De hecho, la llegada de Rusia y China, competidores de la hegemonía liberal estadounidense, mostró al mundo una nueva proyección internacional: situaciones como la presión de Rusia sobre países de Europa del Este, en especial Ucrania, junto con la expansión China a través del proyecto de la Franja y la Ruta, el cual conecta Asia, África, Europa y América Latina, le han recordado al sistema internacional que el poder debe ser militar y económico, pero también geográfico. El presente libro, desde una mirada latinoamericana, quiere retomar esta posición y explorarla desde nuestra perspectiva, contextos y cuestionamientos.

En los artículos seleccionados para el eje específico de este libro: Geopolítica, Territorio y Gobernanza Multinivel, se debaten las concepciones teóricas y epistemológicas de la Geopolítica y el poder, así como las relaciones entre el Estado, el mercado, la sociedad civil en la gestión territorial, la geografía de la administración y la gestión pública. A lo largo de los capítulos, y como se planteó en el eje del encuentro EGAL (2019) se resaltan temas de “gobernanza, descentralización, desconcentración, así como la regulación estatal en los territorios”1, y se analizan las repercusiones territoriales de los nuevos actores globales en la geopolítica latinoamericana.

Las contribuciones aquí presentadas vienen de autoras y autores de Ecuador, Perú, Brasil y México. Sus temáticas giran en torno a las influencias y diferencias entre las visiones teóricas de la Geopolítica, los elementos históricos de las prácticas apropiadoras de la Geopolítica interna, la categoría del espacio como fuente de producción social llevada a cabo con proyectos de dominación, la relación multinivel entre los gobiernos locales y el federalismo, los impactos y reacciones de las comunidades frente a políticas públicas carentes de visión social, y el rol ideológico que tienen los recursos naturales en la región en épocas electorales.

Con todo lo mencionado, este texto pretende ser una aproximación a varias discusiones latinoamericanas sobre la Geopolítica, una ciencia del territorio, de la estrategia, pero también de la defensa del interés nacional. Geopolítica, Territorio y Gobernanza Multinivel señala los intereses de los gobiernos y los cuestionamientos que se pueden dar alrededor de los límites de ese interés frente a las necesidades y reivindicaciones de las comunidades nacionales. Solamente un Estado fuerte, cohesionado y de baja conflictividad tiene la capacidad y la certeza para proyectarse con un verdadero propósito que logre la supervivencia nacional y la integralidad de su territorio.

La seguridad de un Estado y el alcance de sus objetivos estratégicos fuera de sus fronteras, pueden darse a través de la acción de gobiernos que reconocen los dilemas geopolíticos externos, pero que también son capaces de mirar hacia dentro y de reconocer estructuras de desigualdad, mal manejo de la gobernanza de recursos y políticas sostenidas en inequidades y dominación. Esas son algunas de las inquietudes que ponemos a consideración en estas páginas.

Después de todo, la consolidación de las fronteras externas, y de objetivos de crecimiento y política exterior, solo puede darse con el reconocimiento de las dinámicas y retos de las fronteras internas de las naciones, sobre todo en América Latina.

Gilda Guerrero Salgado, Ph.D.

Juan Carlos Valarezo Sánchez, Ph.D. (c)

Editores

1 Los elementos de este párrafo se refieren a las bases del eje Geopolítica, Territorio y Gobernanza Multinivel del XVII Encuentro de Geógrafos de América Latina (EGAL)

Gobernanza, poder y recursos: dilemas, límites y crisis de la Geopolítica y la Geografía Política en América Latina

Gilda Guerrero Salgado1Juan Carlos Valarezo2

La Geografía suele ser una variable olvidada en los análisis políticos internacionales. Es una ciencia discutida en círculos especializados o que se trabaja como una rareza en los medios de comunicación y en la cultura popular. Y es que la tendencia es clara: ¿Por qué cuestionarse realidades territoriales en un mundo de soberanías debilitadas por empresas globales, y organizaciones? De hecho, en el campo de las Relaciones Internacionales y de la Ciencia Política, la tradición maquiavélica suele plantear la necesidad de pensar en los Estados como unidades políticas cerradas o, como indican los neorrealistas, Estados en la forma de “cajas negras” (Waltz, 1988). Esta caja vacía del Estado es una estructura material de poder, con capacidades entre las que se cuentan recursos materiales y territoriales. Sin embargo, el análisis neorrealista (fundamental para la actual política exterior) no se centra en la geografía de la nación como la variable principal de análisis. Sin desplazarla por completo, la estructura geográfica del Estado se ha ido desvaneciendo por estas visiones sistémicas que toman a la variable poder sin desagregarla en indicadores físicos.

El fenómeno descrito también estaría determinado por una profunda interdependencia, base de la actual globalización. Al respecto, hay que recordar el concepto de Giddens (1990) sobre el fenómeno, en donde los elementos físicos del espacio están bajo las relaciones sociales: “El aumento de la intensidad de las relaciones sociales mundiales que unen localidades distantes de tal manera que los acontecimientos locales son moldeados por acontecimientos que ocurren a muchas millas de distancia y viceversa”. Es decir, no se moldea la existencia internacional o nacional por el territorio, sino por las relaciones y la capacidad de ir más allá del espacio geográfico. En este sentido, sobre todo con la llegada del ciberespacio y los fenómenos en red, parecería que la Geografía ya no nos habla demasiado. Es como si existiera una especie de tabú en las Ciencias Sociales al respecto del tema: lo geográfico es el campo de la defensa, y por lo tanto está dentro de una mirada clausewitziana hacia la existencia que debe evitarse: finalmente la guerra clásica no cabe dentro de un contexto y un mundo en interdependencia. Es decir, esta perspectiva es algo que no debería darse: sería remontarse al pasado, a un mundo hobbesiano en constante estado de conflicto. Esto, claramente, indica la persistencia de un enfoque que vendría de la Geopolítica Clásica, con la leyenda maldita de Haushofer y el espacio vital en eterna extensión alrededor de espacios agresivos y totalitarios (Dougherty y Pfaltzgraff, 1993, p. 75).

Ante esta desterritorialización de la política, foros internacionales se han abierto para discutir la necesidad de retomar a la Geopolítica como una línea de análisis legítima que debe trascender los ambientes castrenses, sobre todo en América Latina. De hecho, uno de los elementos anómalos del análisis geopolítico es que sigue muy centrado sobre y en los países del Norte Global. Como señala van der Wusten (1998), el estudio se ha centrado en unos pocos Estados, mientras que otras naciones no tienen ese tipo de atención desde la academia. Los grandes poderes occidentales han sido los espacios de interés. Mientras que en la Guerra Fría los polos de trabajo eran la Unión Soviética y los Estados Unidos, actualmente el enfoque se ha centrado en la relación entre Rusia y China, y la extensión del país asiático en proyectos tales como La Franja y la Ruta.

Dentro del ambiente académico y científico descritos, presentamos en este capítulo introductorio el libro Geopolítica, territorio y gobernanza multinivel, un esfuerzo para compilar algunos textos presentados en el XVII Encuentro de Geografía de América Latina (EGAL) de 2019, realizado en la Facultad de Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. En el presente texto, dedicado principalmente al área de la Geopolítica, se desea retomar la importancia de lo físico y de lo pragmático en la forma en que se toman decisiones, sea a nivel interno y externo de los Estados. En ese sentido, es importante señalar que este tomo de la Serie EGAL, producida por la Facultad de Ciencias Humanas y el Centro de Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, se extiende también hacia la Geografía Política y la Geopolítica Crítica, dos áreas del conocimiento cuyos conceptos detallamos también en esta presentación. Ahora, antes de esa descripción es necesario hablar, en primera instancia de la Geopolítica como parte de la perspectiva ambiental de las Relaciones Internacionales (Dougherty y Pfaltzgraff, 1993) para luego pasar a sus diferentes dimensiones.

Geopolítica como disciplina, la política y las Relaciones Internacionales

Es imposible no encontrarse con la cuestión geográfica en el análisis político, sociológico y sobre todo en el análisis de las Relaciones Internacionales. Como bien señaló Morgenthau (1986), la geografía es el elemento de mayor estabilidad para el poder de las naciones. Simplemente, no se puede negar este límite geográfico al analizar la situación de un Estado. La cercanía o lejanía a los mares determinará posibilidades económicas. El estar rodeado de aguas haría -muchas veces, pero no siempre- más seguro y aislado a un Estado (Inglaterra, por ejemplo). El encontrarse entre potencias en competencia hegemónica permite a un país negociar, pero también estar en profunda vulnerabilidad (Japón), la posibilidad de tener un recurso fundamental para el desarrollo de la tecnología, como el litio, hace de Argentina, Bolivia y Chile (el llamado “Triángulo del Litio”) una zona de fuerte potencial económico que atrae a gigantes como la República Popular China (Fordillo, 2019; Di Renzo, 2021).

Con estos ejemplos, y como señala igualmente Morgenthau (1986) no se puede soslayar la cuestión. La morfología del país, los límites, capacidades, recursos, siguen siendo determinantes para las decisiones políticas y para el aumento de la defensa, a pesar del desarrollo institucionalista que en este momento define a los intercambios entre las naciones. De hecho, los límites físicos entre los países siguen siendo elementos de conflicto y diálogo, como pasa con las fronteras occidentales de Rusia o de Estados ex soviéticos que hasta la actualidad aún tratan de cerrar y fortalecer su estatidad a nivel de su territorio, tal y como se pudo visualizar en el reciente conflicto entre Armenia y Azerbaiyán (2021).

En su Introducción a la Geopolítica, Klaus Dodds (2019, p. 29) señala que esa rama disciplinaria se debe entender desde tres cualidades:

1. La influencia y el poder sobre el espacio y el territorio.

2. El uso de marcos geográficos para darle sentido a los intercambios mundiales, algo que no solo se da desde la lógica clásica territorial, sino también desde los sentidos comunes que se crean sobre los espacios, en una mirada que él señala como popular y crítica.

3. La orientación de la Geopolítica hacia el futuro, puesto que delinea una prospectiva sobre el comportamiento de los países.

No obstante, estos tres elementos pueden ser contestados, en cuanto a que los intereses estatales pueden cambiar por estrategia o por el poder material para hacerlos realidad. También es difícil señalar que existe una sola línea de acción de los Estados, cuando sus gobiernos y sus esferas políticas internas cambian con el paso del tiempo. Por lo tanto, para poder estudiar la disciplina hay que tomar en cuenta los dos tipos de Geopolítica de acuerdo a Dodds (2019): la Geopolítica Clásica, enfocada en la relación entre los intereses territoriales, la geografía y los intereses determinados por el poder de los Estados (en línea realista), y la Geopolítica Crítica que se centra en el discurso, ideologías y representaciones que se hace del mundo y de los otros. El presente capítulo, si bien trabaja documentos que se fundamentan en una percepción tradicional, no deja de lado la perspectiva crítica, sobre todo en la unión de la reproducción del espacio con líneas transversales de clase, percepción identitaria e historia. Una profundización de la naturaleza perteneciente a estas dos esferas se señalará al final de este capítulo.

Las Relaciones Internacionales ven a la Geopolítica como esa ciencia donde se entiende al espacio geográfico y su administración para el mantenimiento y la extensión del poder y la consecución de sus intereses (De Mazzei, 2015). En un mundo no globalizado, anterior al sistema Bretton Woods y a las relaciones comerciales profundas de los 1960 y 1970, el debate sobre la Geopolítica era más bien sencillo: se entendía como uno de los grandes intereses del Estado la obtención de recursos, territorio, capital humano, salida a mares, acceso a ríos, manejo de puertos. Los grandes conflictos internacionales venían de esas variables. Solamente con el advenimiento al final de la Guerra Fría, y del siglo XX, de una política mundial policéntrica (Rosenau, 1990) o multipolar, comenzamos a caracterizar relaciones transnacionales, un proceso que comienza a sembrarse en 1919 con la formulación de una comunidad internacional alrededor de la Sociedad de Naciones de Woodrow Wilson (De Mazzei, 2015).

En este proceso se establecieron autores que dieron forma a este estudio de lo geopolítico (De Mazzei, 2015): Ruldolf Kjellén a inicios del siglo XX es quien llama a la disciplina por su nombre (geopolitik), y maneja la concepción de un Estado vivo que nace, crece y muere. Una aproximación que fue retomada por el funcionario nazi Karl Haushofer, comenzando lo que se llama la leyenda negra de esta ciencia al determinar al Estado como un animal en expansión en búsqueda de su espacio vital (costara lo que costara). Luego vienen los geoestrategas de los espacios: Mahan a inicios de siglo XX, con la teoría del poder naval. Mackinder con la teoría del Heartland o del Corazón Mundial: quien controla la Isla Mundial (Eurasia) controla el mundo, algo que China y Rusia persiguen, y algo que parecería vigente frente los esfuerzos de Estados Unidos sobre Afganistán (De Mazzei, 2015, p. 17). Tenemos también a autores fundamentales como Seversky y su control del poder aéreo y a Spykman con la teoría del Rimland, que determinaba la idea de la contención eurasiática para el control mundial (De Mazzei, 2015, p. 17).

Estos autores fundacionales se han seguido trabajando como fuentes dentro del análisis de la Geopolítica. Scholvin (2016) muestra en cambio que el pensamiento geopolítico va más allá de esas propuestas clásicas a través de una versión de la Geopolítica redefinida en tres pilares, fundamentados en la Geopolítica clásica y contemporánea. Estos pilares son los siguientes (Scholvin, 2016, p. 24).

1. Reconocer que las condiciones geográficas no pueden ser vistas como un destino no reversible. Son obstáculos y son oportunidades, lo que significa una estructura independiente de la agencia. Es decir, los recursos y la búsqueda de recursos no acabarán con el seguimiento racional de los intereses. Por lo tanto, comprender las condiciones geográficas nos permite explicar fenómenos sociales y políticos.

2. Las condiciones geográficas son explicaciones para patrones generales y procesos de largo plazo de los Estados. En Relaciones Internacionales, por lo tanto, no hay que plantearse que la Geopolítica explica las acciones de política exterior de emergencia de un Estado o de sus particularidades. La Geopolítica permite entender las grandes estrategias de las naciones. No se predice con la Geopolítica. Se hace una prospectiva.

3. Para mostrar que las condiciones geográficas son importantes se deben trazar procesos para establecer mecanismos causales en los que intervienen condiciones geográficas. Para esto hay que separar y entender los intervinientes no geográficos, como la tecnología. Scholvin (2016) cita a Spykman (1942, p. 41) al respecto, y señala un ejemplo: un río puede ser una barrera para la expansión de los Estados, pero la tecnología transforma a los ríos de obstáculos a oportunidades. En ese sentido, un hito geográfico puede ser de poquísimo interés para las relaciones entre Estados hasta que por una circunstancia específica lo hacen deseable para el crecimiento de la nación. En ese momento, Relaciones Internacionales y Geopolítica se toman de la mano y precisan su relación no solo académica, sino para la toma de decisiones de política exterior y de seguridad.

Pero, como se indicó anteriormente, la presente compilación de artículos extiende su entendimiento de lo geográfico y el poder hacia el espacio interno. La Geografía, como señala Dodds (2019) se refiere etimológicamente a la “escritura de la Tierra”. La actividad, según el autor, estaría determinada hacia cómo los agentes y organizaciones describen, ocupan y organizan el espacio sobre proyectos específicos. A diferencia de la Geopolítica, la Geografía tiene una capacidad de ser más fluida: debe adaptarse a esta descripción del territorio y al análisis de lo que los actores (internos y externos), planifican y llevan cabo alrededor del espacio (Dodds, 2019). En ese sentido, la Geografía tiene actores humanos y no humanos en su análisis, y permite una armonización más rápida a la descripción de las situaciones en el momento en que se dan. El presente volumen se centra en ese paso adicional y por ello incluye a la Geografía Política como espacio de discusión y publicación.

Así, como señalan Burdman y Cabrera (2021), la Geografía Política va más allá de la Geografía Física, entendiendo que las fronteras no son naturales y que los mapas son condicionantes determinados en espacios de lucha y confrontación políticos. La Geografía tiene hitos físicos, pero también es un espacio entre las dinámicas de poder entre actores internos y externos.

Aunque la Geopolítica y la Geografía Política comparten unidades de análisis, tal vez debemos diferenciarlas, como se hará en el presente esfuerzo editorial, a nivel de funciones. Las diferentes definiciones de la Geopolítica la tratan como la interacción entre las zonas geográficas, perspectivas y procesos: es el análisis de la interacción entre zonas geográficas, entendidas como Estados, junto con las estrategias de acción para maximizar el poder de esas unidades estatales sobre las condiciones geográficas dadas, todo esto para entender el dominio de los espacios y la extensión de las esferas de influencia (Valdivia Santamaría, 2017). La Geografía Política describe los espacios, división política, determinación de límites y las condiciones políticas que están alrededor de estas concepciones. Tal vez, a riesgo de ser simplistas, la mirada geográfica política habla de los elementos internos que determinan la estructura estatal del centro hacia sus límites, mientras que la mirada geopolítica tomará la constitución geográfica y recursos para una geoestrategia nacional y para sostener el posicionamiento, intereses y estatus quo de los Estados en el tiempo.

Adicionalmente, este trabajo se plantea alrededor de dos columnas adicionales que sostienen el pensamiento de la Geopolítica: la clásica y la crítica, que detallamos a continuación.

Geopolítica Crítica / Geopolítica Clásica

El presente volumen de la Serie EGAL señala una mirada hacia la Geopolítica y su análisis a nivel general, para luego pasar hacia una mirada hacia el interior de los Estados y a sus espacios y divisiones políticas, en línea a la Geografía Política. Paralelamente, se hace una revisión de la Geopolítica Clásica, más realista y pragmática, para luego plantearnos (y centrarnos) en una faceta crítica. Estas dos últimas tendencias se describen a continuación.

Desde la visión de la Geopolítica Clásica, hablaríamos de una versión más cercana a Kjellén y Haushofer (Scholvin, 2016): la supervivencia del Estado está alrededor de necesidades que recuerdan al Leviatán: extensión de territorio, obtención de recursos para transformarlos en energía y en recurso militar-económico. Los intereses del Estado estarían alrededor de este tipo de requerimientos.

La Geopolítica Crítica, en cambio, difiere de esta visión materialista hasta un punto de vista que sería tal vez más constructivista y emancipatorio: este tipo de pensamiento, según señala Dodds (2019), es mirar hacia nuevos mapas, mapas de grupos vulnerables, de pueblos originarios, o simplemente miradas nuevas sobre cómo construimos y definimos al mundo. Es una Geopolítica que, si bien trabaja aún los elementos materiales, la localización y los recursos, también ve cómo las interacciones entre las personas producen lo que entendemos como espacial, como amenaza, como geopolítico. Incluso, Dodds (2019) señala a la geopolítica popular (la forma en que los medios retratan a los espacios entre naciones) como un espacio de estudio y, finalmente, de formación de acciones e intereses nacionales. Son fuentes de política exterior.

Como señalaba Nicholas Spykman: “Los ministros vienen y van, incluso los dictadores mueren, pero las cordilleras se levantan imperturbables” (Spykman, 1942, p. 31, citado en Scholvin, 2016, p. 5). En ese sentido, desde la mirada de los expertos geógrafos y politólogos presentes en el XVII Encuentro EGAL, este trabajo editorial intenta presentar algunos planteamientos sobre la importancia de los elementos físicos de los Estados para determinar estrategias, contextos y conflictos, pero con un enfoque directo hacia las sociedades de estas naciones, cuyos destinos están ligados a estas discusiones. Geopolítica clásica y crítica se encuentran representadas.

Queremos también en este caso presentar desde Ecuador un volumen sobre la Geopolítica, un tema que ha estado muy ligado al estudio de la defensa en el país, por lo que creemos oportuno abrir la conversación a la sociedad civil y a la academia. Adicionalmente, consideramos que América Latina, en su posición estratégica y en su contexto de altísimos recursos naturales, debe comenzar a tomar la responsabilidad de narrarse desde la Geopolítica en todas sus facetas y clasificaciones, un esfuerzo que ya lo han hecho autoras y autores como Therezinha de Castro, Leonel Itaussu Almeida Mello, Bertha Becker, Alfredo Jalife-Rahme, entre otros. Con lo anteriormente dicho, se hará una breve relación de los textos presentados en este documento, cuya esperanza es contribuir de manera modesta al estudio de lo geográfico como un elemento para dar un sentido a los desarrollos políticos de América Latina en el siglo XXI.

Geopolítica desde EGAL: una mirada desde el Sur

Como ya se ha mencionado, en el caso de América del Sur el estudio y gestión de la Geopolítica ha estado tradicionalmente relacionada con la rama militar (Cabrera, 2019). Dicha relación está marcada por la influencia y perspectiva de una visión tradicionalista y clásica de la Geopolítica, ya descritas. La falta de una visión crítica de la epistemología de la rama, junto a una falta del desarrollo académico local propio (a pesar de los esfuerzos realizados en países como Argentina, México y Brasil, especialmente) han hecho del conocimiento geopolítico una reproducción de argumentos etnocéntricos con respecto a sus elementos y aplicabilidad. A manera de ejemplo, solamente basta con escuchar los discursos de los líderes o ver el uso de la palabra geopolítica en la mayoría de “libros blancos” de los países de la región.

Gran parte de esta lógica está marcada por una concepción racionalista de la Geopolítica, donde el Estado prima como la unidad esencial del análisis y de la toma de decisiones. Derivado de esto, la comprensión de los procesos conflictivos ha estado relacionada con los intereses que afectan a esta unidad, invisibilizando otros niveles de análisis que están enmarcados en los límites fronterizos que dan forma al Estado (Cabrera, 2019). Se entiende así entonces el porqué dentro de la región suramericana la visión del territorio (concebido como el espacio geográfico por excelencia y marcado por los límites fronterizos) resulte en el campo de control y protección por parte de las políticas públicas de los gobiernos de turno y hagan de las Fuerzas Armadas el actor predominante en su accionar de implementación y protección. Este pensamiento geopolítico ha construido las narrativas en la conjunción de territorio, geografía y política, y por ende las interacciones que el Estado tiene en sus relaciones y política exterior (Cohen, 2009). Esto explica por qué son las disputas limítrofes y los conflictos territoriales los que caracterizan la esencia de la Geopolítica suramericana (Kelly, 1997).

Dado el énfasis en la historia latinoamericana de un entendimiento y práctica de la Geopolítica desde una perspectiva estatal de provisión de seguridad, las conexiones y roles de y entre otros actores internos no ha tenido presencia significante (Cohen, 2009). Sin embargo, el pensamiento geopolítico latinoamericano ha cambiado en ciertos aspectos desde la década de los 90. Según Nolte y Wehner (2015), los principales factores que han influido en una Geopolítica de tinte más externo al Estado incluyen la marginalización de la región en la política internacional, intentos de integración, el cambio de rol de centralidad de los Estados Unidos, el posicionamiento latinoamericano en otras latitudes como la cuenca del Pacífico, y el resurgimiento de los recursos naturales.

Es en este sentido que desde el inicio del siglo XXI se puede apreciar un uso más marcado del término “geopolítica” relacionado con la riqueza de recursos naturales, característica histórica de la región latinoamericana. El aumento de la demanda de minerales a escala global, así como el incremento en los precios de los mismos, hizo que la región tenga fluidez y cierta independencia (Bruckmann, 2011), que sumado al ya existente control estatal sobre las decisiones geopolíticas en búsqueda de la seguridad (interna y externa) ahora se añadiría el de la explotación de recursos en pos del “desarrollo”, pero que a su vez es causa de coaliciones y disputas (de nuevo, de manera interna y externa) en torno a la apropiación de la renta y la distribución de la misma, vulneración de derechos de la naturaleza, participación de comunidades locales y ONG, etc. (Billon, 2005).

El rol de la globalización como dinámica característica de las últimas décadas, abre una suerte de dicotomía de oportunidades tanto para la práctica, como para el análisis posicionado de la Geopolítica. Por un lado, son cada vez más notorias las prácticas neoliberales del mercado a nivel de empresas multinacionales y su relación con estrategias como la de Inversión Extranjera Directa (IED) con los gobiernos de la región. Por otro lado, el rol de la academia latinoamericana tiene cada vez más presencia y herramientas para la contribución a una Geopolítica más crítica frente a ontologías y epistemologías externas. En una región donde la mayoría de los recursos naturales están securitizados (energía, agua, bosques, minerales), el develar y profundizar sobre los diversos actores, sus roles, intereses y dinámicas, nos ayudaría a cuestionar de mejor manera el determinismo que gira en torno a la Geopolítica en América Latina y así poder generar espacios de reflexión desde nuestras realidades.

Es así como la compilación de artículos de este libro tiene el propósito de contribuir a este objetivo. Desde una variada perspectiva académica y regional, los puntos en común giran entorno a una autorreflexión crítica de la geopolítica latinoamericana, con especial énfasis en el control estatal, poder, y el manejo y gestión del territorio y los recursos naturales.

En el artículo inicial de Raúl Salgado Espinoza, titulado “Geopolítica como ciencia o disciplina aplicada: procedencia, definición, y expansión”, se realiza un recuento histórico y académico del término, para así identificar las influencias y diferencias entre las visiones teóricas de la geopolítica. De la mano con esto y con mirada crítica, Pedro Lucas Gil Silva realiza un análisis casuístico profundo sobre la construcción identitaria colonial y las políticas de urbanización en Curitiba, Brasil. Su artículo: “Urbanizaçao e Colonialidade: A Racialização da Paisagem em Curitiba” visibiliza los elementos históricos de las prácticas apropiativas de la geopolítica interna a través de construcciones discursivas y dogmáticas basadas en la relación de las identidades y los territorios.

Iraís Fuentes Arzate, en su capítulo: “Geopolítica Crítica: reflexiones teóricas sobre la espacialidad de la dominación”, resalta la categoría del espacio como fuente de producción social llevada a cabo con proyectos de dominación. Es de especial interés la relación que en el artículo se hace sobre la lógica de acumulación y consumo y la construcción del sujeto-objeto, demostrando así las estrategias históricas de la espacialidad de los gobiernos latinoamericanos.

El debate entre Geopolítica y Geografía Política se desarrolla en el capítulo “Consórcios intermunicipais na região oeste do Estado de São Paulo - Brasil: uma análise do CIOP, CIVAP e CISAP” de Maria Terezinha Serafim Gomes, en dónde se pone en evidencia la relación entre los gobiernos locales y el federalismo, sus limitaciones debido a una desigualdad socio-económica entre municipios, así como el accionar de los consorcios intermunicipales como estrategia de acción para la consecución de programas sociales.

En cuanto a la importancia de los recursos naturales en la región, los siguientes artículos enfatizan las lógicas de prácticas deterministas y racionalistas a través de casos que dan cuenta de la afectación de estas en la población. En línea a esta problemática, Argelia Tiburcio Sánchez, en “Transformación del territorio hidrosocial del río Yaqui. El surgimiento de la región hidropolitana en el Suroeste de Sonora”, relaciona a la visión aplicada tradicional de la geopolítica con una perspectiva de la ecología política para así incorporar elementos conceptuales y metodológicos que ayudan a comprender los impactos y reacciones de las comunidades frente a políticas públicas carentes de visión social.

Por último, en “Reservas energéticas, procesos electorales y nuevos actores en la Geopolítica latinoamericana”, John James Beraún Chaca nos lleva por un recorrido de cómo ha sido el uso ideológico, pero por sobre todo político, de las reservas energéticas en épocas electorales. Cabe resaltar la importante contribución que el autor hace identificando el rol que tienen los recursos naturales para la región, pero cómo la falta de continuidad de políticas gubernamentales da fe de un escaso conocimiento e interés de rescatar su valor ambiental, social y económico, demostrando así la necesidad de incorporar las visiones comunitarias y académicas en la toma de decisiones.

Con este recorrido, el presente libro espera hacer una contribución desde América Latina, su academia y desde su sociedad civil al conocimiento de lo geopolítico en la región (de manera tradicional y clásica). Queremos dar un vistazo a problemas que, como se puede observar en la reseña de capítulos, van desde un enfoque tal vez más clásico, hasta miradas emancipatorias, algo imposible de eludir cuando cada metro del territorio latinoamericano está ligado a relaciones de poder, a usos económicos y extractivos, y a la vulnerabilidad de las poblaciones que lo habitan. En el continente, como muestran los textos presentados, no nos enfrentamos a numerosos dilemas de conflicto internacional sobre fronteras. Más bien, vemos amenazas multidimensionales que se originan en la imposibilidad de lograr que el espacio sirva a las comunidades y a construir una estatidad fuerte que ayude al desarrollo, a la seguridad nacional, y finalmente al proyecto de construcción de naciones.

Como señala Robert Kaplan en su clásico The Revenge of Geography