Guía misteriosa de Aragón - Carlos G. Tutor - E-Book

Guía misteriosa de Aragón E-Book

Carlos G. Tutor

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Los fenómenos extraños son más comunes de lo que creemos. Es posible que muy cerca de donde tú vives alguien haya podido contemplar la presencia misteriosa de un fantasma vagando por su propia casa o que decenas de personas hayan avistado un ovni sobre los cielos. En este libro descubrirás los casos más enigmáticos que se han producido en Aragón, pero no se trata de una guía al uso ni una compilación de historias populares, pues todos los sucesos extraños que aquí se relatan son verídicos o tienen bastantes posibilidades de serlo. Ovnis, fantasmas, poltergeists, templarios, brujas, milagros, lugares malditos y seres imposibles se dan cita a lo largo de las páginas de esta Guía misteriosa de Aragón, con casi 100 imágenes para ilustrar los casos. La presente obra es de obligada lectura para los que le gustan los misterios, y en los sucedidos en Aragón es una obra de referencia, publicada en papel por la editorial Prames y ahora en ebook por Ushuaia Ediciones.

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Los fenómenos extraños son más comunes de lo que creemos. Es posible que muy cerca de donde tú vives alguien haya podido contemplar la presencia misteriosa de un fantasma vagando por su propia casa o que decenas de personas hayan avistado un ovni sobre los cielos. En este libro descubrirás los casos más enigmáticos que se han producido en Aragón, pero no se trata de una guía al uso ni una compilación de historias populares, pues todos los sucesos extraños que aquí se relatan son verídicos o tienen bastantes posibilidades de serlo. Ovnis, fantasmas, poltergeists, templarios, brujas, milagros, lugares malditos y seres imposibles se dan cita a lo largo de las páginas de esta Guía misteriosa de Aragón, con casi 100 imágenes para ilustrar los casos.

La presente obra es de obligada lectura para aquellos a los que les gustan los misterios, y en los sucedidos en Aragón es una obra de referencia, publicada en papel por la editorial Prames y ahora en ebook por Ushuaia Ediciones.

Guía misteriosa de Aragón

Carlos G. Tutor

www.ushuaiaediciones.es

Guía misteriosa de Aragón. Un recorrido por los casos y los lugares más enigmáticos

© 2020, Carlos G. Tutor

© 2020, Uhsuaia Ediciones

EDIPRO, S.C.P.

Carretera de Rocafort 113

43427 Conesa

[email protected]

ISBN edición ebook: 978-84-16496-64-8

Primera edición: noviembre de 2020

Fotografías de portada: © Carlos G. Tutor

Diseño de portada: © Dondesea, servicios editoriales

Todos los derechos reservados.

www.ushuaiaediciones.es

Índice

INTRODUCCIÓN

ENTRE LA LEYENDA Y LOS HECHOS

LA DAMA DE BLANCO

¿VOLATILIZACIÓN DE GANADO?

ALGO LE MATÓ

EL SANTO CRISTO EN LA PARED

OVNIS

PRIMEROS PASOS

NAVE NODRIZA EN PUSILIBRO

ROBRES: ESCENARIO OVNI

HUMANOIDES EN SALILLAS

ENCUENTRO EN VISTABELLA

VALDEALGORFA

POLÉMICO OVNI SOBRE ZARAGOZA

ABDUCCIÓN EN ALERTA OVNI .

SERES IMPOSIBLES

CHUPACABRAS EN BERDEJO

CHUPACABRAS EN ALFAJARÍN

DEPREDADORES MISTERIOSOS

ANIMALES NO CATALOGADOS EN TERUEL

CRIATURAS DEL PIRINEO

UNA DE OFIDIOS EXTRAÑOS

LA SOMBRA DE TORRALBA DE RIBOTA

SERES DIMINUTOS EN EL ÁRBOL

POLTERGEISTS

UN ESPECTRO METEOROLÓGICO

EL DUENDE DE ZARAGOZA

FANTASMAS EN LA CRUZ ROJA

FANTASMAS EN EL HOTEL

EL ESPÍRITU DE LA CALLE ESTUDIOS

HOSPITAL DE TUBERCULOSOS DE AGRAMONTE

CASO CERLER

BAR ENCANTADO

RUTA SAGRADA

LOS CORPORALES DE DAROCA

LA SÁBANA SANTA DE CAMPILLO DE ARAGÓN

EL «MILAGRO» DEL «COJO» DE CALANDA

LOS MISTERIOS DEL PILAR

APARICIÓN MARIANA EN ANDORRA

SAN JUAN DE LA PEÑA Y EL GRIAL

BRUJERÍA E INQUISICIÓN

HUESCA Y BRUJAS DEL PIRINEO

BRUJERÍA EN ZARAGOZA

TERUEL, LA MENOS BRUJERIL

SATANISMO

EL MAYOR MISTERIO DE ARAGÓN

BELCHITE

UN CASO RESUELTO

EL GNOMO TRAVIESO

ARAGÓN TEMPLARIO

HUESCA TEMPLARIA

ZARAGOZA TEMPLARIA

TERUEL TEMPLARIO

UN COMPENDIO DE LUGARES MÁGICOS

BIBLIOGRAFÍA

El autor

INTRODUCCIÓN

Bienvenido. Bienvenido a este viaje mágico por tierras aragonesas. A lo largo de él nos vamos a encontrar con sucesos inexplicables en lugares completamente normales, y con lugares propiamente misteriosos donde los fenómenos extraños se dan en un porcentaje más alto de lo habitual. Incluso bastante más alto. Seres imposibles o apariciones de ovnis serán también habituales en las páginas de este libro, siempre dentro de los casi 50.000 kilómetros cuadrados de la región aragonesa.

Esta no es una guía al uso ni una compilación de historias populares. Existen varios libros que recogen buena parte de las leyendas que existen en Aragón, y especialmente en la provincia de Huesca. Bajo nuestro punto de vista, el error de algunos de estos libros es que han mezclado leyendas totalmente ficticias con otras cuyo origen tiene algo de verdad, y todo ello a veces con sucesos completamente ciertos. Este libro va más allá, y nunca mejor dicho, pues todos los sucesos extraños que aquí se relatan son completamente verídicos o hay bastantes posibilidades de que lo sean, y muchos de ellos los hemos investigado personalmente. Por eso aquí no encontrará esas leyendas, eso sí, realmente bonitas algunas de ellas.

Es inevitable que nos hayamos dejado cosas en el tintero (o en el disco duro). Por ejemplo, en cuanto a ovnis se refiere, podríamos llenar muchos libros solo explicando casos, pero no es el objetivo de este compendio. Una cosa está clara, podemos decir que aunque no están todos los que son, sí son todos los que están, aunque han de estar descritos brevemente por el límite de espacio. Eso sí, los que están son una muestra más que significativa para conocer ese otro Aragón, el mágico y misterioso, tan real como desconocido por la gran mayoría. Espero que este pequeño trabajo sea un buen grano de arena para que podamos decir algún día que el Aragón mágico y misterioso es tan real como conocido.

ENTRE LA LEYENDA Y LOS HECHOS

Algunos hechos, cuando se cuentan por primera vez después de que hayan sucedido, son etiquetados automáticamente como leyendas (aunque las leyendas suelen tener un poso de realidad en su génesis) y recordados siempre como tales. Ni siquiera se considera que puedan ser reales. Recuerdo vagamente uno que no sé cuánto tiene de verdad. Ocurrió hace algunos años en Zaragoza. Una joven se había suicidado y, estando su cuerpo en una cámara frigorífica del antiguo Instituto Anatómico Forense, apareció un crucifijo entrelazado entre sus rígidos brazos cruzados, crucifijo que antes no tenía. Se dice que el hecho fue investigado por la Policía Local.

Los casos que se narran en esta primera parte del libro ocurrieron en realidad, de una forma u otra, pero ha sido unas veces el paso del tiempo y otras las tergiversaciones que la gente hace de los hechos lo que ha dado lugar a que formen parte de leyendas o que sean leyendas mismas. Aunque como casi todas las leyendas, algo de real hay en ellas. Algunas de las siguientes historias seguro que les sonarán…

LA DAMA DE BLANCO

LUGAR:Puerto de Monrepós (Huesca)

FECHA:Desconocida

SINOPSIS:Un conductor que vuelve de trabajar por el puerto de Monrepós recoge a una mujer que hace autostop y esta, después de pedirle que tenga cuidado con una curva porque es peligrosa, desaparece del coche sin dejar rastro.

A veces, nos encontramos con historias que se repiten una y otra vez. Una de ellas es la que se conoce popularmente como la «dama de blanco», un relato que hemos podido escuchar en muchos países con apenas algunas variaciones. El caso más típico es bien conocido: un conductor va circulando por la carretera, generalmente solo y de noche, cuando de repente ve a una mujer vestida de blanco que hace autostop. El conductor se para, la recoge y ambos continúan la marcha. Cuando ya han recorrido unos kilómetros, la mujer, que ha permanecido callada hasta entonces, le pide que tenga cuidado con la siguiente curva. Él así lo hace, reduce la velocidad y comprueba que, en efecto, se trataba de una curva peligrosa. Cuando se dispone a darle las gracias por el aviso, ve con asombro que la mujer ha desaparecido.

La historia suele continuar explicando que el conductor, extrañado por lo ocurrido, hace algunas indagaciones y descubre que justamente en la curva señalada una mujer habría perdido la vida en un trágico accidente de automóvil un tiempo antes.

De manera popular, estos relatos se consideran leyendas urbanas, historias que a pesar de no tener ningún fundamento han pasado de boca en boca como si de un hecho real se tratara. ¿Pero es realmente así? A primera vista parece lo más razonable, aunque existen algunos casos que nos hacen pensar que estas leyendas urbanas, al menos en parte, pueden tener un trasfondo real…

En Aragón han tenido lugar varios episodios que nos permiten plantear esta posibilidad. Uno de ellos lo protagonizó Juan. Él era comercial y, por su trabajo, pasaba muchas horas en la carretera. El día que le ocurrieron los hechos no fue una excepción. Había exprimido las horas al máximo a fin de poder terminar el recorrido que tenía planeado, y cuando miró el reloj vio que se le había hecho más tarde de lo habitual. Se dirigió a su coche con la intención de volver lo más rápido posible a casa y salió a la carretera. De camino, cuando estaba por la zona del puerto de Monrepós, en Huesca, vio un desvío que creyó le acortaría el trayecto, así que no lo dudó demasiado y lo tomó. Pronto se arrepintió de ello, ya que la carretera, secundaria, estaba llena de curvas, y una densa niebla se fue echando sobre el deteriorado asfalto.

El túnel de la Manzanera y sus alrededores han sido escenario de la aparición de la Dama de Blanco.

Cuando llevaba un rato conduciendo entre curvas, Juan vio cómo se iba dibujando una silueta entre la niebla, al borde de la carretera. Al acercarse, se dio cuenta de que era una mujer que hacía autostop, así que paró el coche y le preguntó si la podía acercar a algún lugar. La mujer asintió, por lo que Juan comenzó a quitar las carpetas que tenía en el asiento del acompañante, pero ella se dirigió directamente a los asientos traseros del vehículo. Era una mujer extraña; iba vestida con un traje largo de color blanco, tenía el rostro anormalmente pálido y permanecía callada, incluso ante las preguntas que le hacía Juan, lo que convertía la situación en incómoda. Por el retrovisor, él podía ver su mirada, fija todo el rato en la carretera. Mientras, la niebla se iba haciendo más densa. Llevaban ya unos minutos por una recta larga cuando la mujer, de repente, dijo con una voz fría y metálica: «¡Cuidado con la próxima curva!». Sorprendido, Juan pisó el freno, y ya más despacio pudo dar sin problemas una curva muy cerrada que bordeaba el precipicio. Entonces, se giró para agradecer a la mujer su indicación, pero se quedó más frío que el hielo al comprobar que su acompañante no estaba. No podía haberse apeado en marcha, y menos sin que él se diera cuenta… Mientras, la niebla se iba disipando.

Al cabo de pocos kilómetros, encontró un cuartel de la Guardia Civil y cuando denunció lo que le había pasado el agente de guardia le explicó que no era el primero al que le ocurría algo así. De hecho, se habían registrado ya varios casos parecidos en las inmediaciones del túnel de La Manzanera. La dama de blanco, como llamaban en la zona a esa mujer imposible, habría sido una muchacha que en una noche de niebla se precipitó al vacío con su automóvil en esa misma curva, aunque esto es algo que no ha podido comprobarse.

¿VOLATILIZACIÓN DE GANADO?

LUGAR:Celadas (Teruel)

FECHA:25 de mayo de 1996

SINOPSIS:Ciento setenta y nueve ovejas desaparecen de una paridera. Su rastro puede seguirse durante unos kilómetros hasta que de repente se pierde… como si se hubieran volatilizado.

Esta es una historia que recuerdan pocas personas, excepto los amantes del misterio, ya que la desaparición de más de ciento cincuenta ovejas en Celadas tuvo más repercusión en la prensa del misterio que en la normal. Y es que, por sus características un tanto atípicas, este caso se asemejaba más a un suceso paranormal que a un robo perpetrado por cuatreros. Vayamos a los hechos.

Como hacía habitualmente, Mariano Sáez había encerrado su rebaño de más de setecientas ovejas en su partida de La Cuadrilla, a cinco kilómetros del casco urbano del pueblo turolense de Celadas. Era, aproximadamente, la una de la tarde del día 25 de mayo de 1996.

Sobre las nueve de la noche, cuando ya había oscurecido, Mariano volvió a la paridera para dar de comer a sus animales, pero al acercarse hubo algo que le llamó la atención: la puerta de acceso no estaba cerrada, como él la había dejado, sino que alguien la había movido. Extrañado, Mariano entró, y lo primero que hizo fue comprobar el número de ovejas, pero no le salían las cuentas. Lo comprobó otra vez. Nada menos que ciento setenta y nueve habían desaparecido, y con ellas, el perro pastor. Al cabo de dos horas, el perro regresó notablemente cansado, pero de las ovejas no había ni rastro. O mejor dicho, sí había un rastro, y lo que hizo el ganadero, tras denunciar el suceso a la Guardia Civil, fue seguirlo la mañana siguiente junto a una pareja de agentes.

Al llegar a la paridera y ya con la luz del día, los tres pudieron comprobar que el rastro dejado por las ovejas era bien visible, por lo que no les fue difícil seguirlo, y así lo hicieron durante unos seis kilómetros. Pero luego de recorrer esta distancia, su sorpresa fue mayúscula porque las huellas de los animales desaparecían por completo; parecía como si de repente, al llegar a ese punto del camino, todas las ovejas se hubieran volatilizado.

Mariano Sáez (a la derecha) en su paridera de Celadas. (Crédito: Ángel Briongos).

¿Cómo se explicaba que no existiera rastro a partir de ese momento? Semejante número de animales no pudo robarse a pie, ni en vehículos pequeños. Quien fuera que se los hubiese querido llevar, habría tenido que transportarlos en un camión y, al igual que dejaron huellas las ovejas, este también habría dejado sus roderas marcadas en el terreno. Pero no había ningún rastro de vehículo y, por su parte, las inspecciones de la Guardia Civil no daban pista alguna que sirviera para esclarecer el asunto; lo único que decían era que jamás habían visto algo semejante y que parecía que todos los animales hubieran desaparecido de golpe en un mismo punto.

El propietario calculó que el setenta por ciento de las ovejas que se perdieron estaban preñadas, por lo que su valor superaba los dos millones de las antiguas pesetas, más de doce mil euros. Quizá más por eso que por su extrañeza, el suceso saltó pronto a los medios de comunicación, e igual de pronto se olvidó, pero los medios relacionados con el misterio se hicieron eco de la historia y no la dejaron en una sola noticia, sino que continuaron indagando para esclarecer qué había ocurrido. A pesar de todo, no pudieron dar con la respuesta al enigma, y la desaparición de las ovejas de Celadas se recuerda entre los aficionados a los fenómenos paranormales y muchos investigadores como un caso extraordinario.

Sin embargo, y con el paso del tiempo, se contempló con mayor sospecha la posibilidad de que todo se tratara de un montaje del propietario de los animales para cobrar del seguro. De hecho, así nos lo sugirió años después una persona cercana al pueblo sin que ella conociera nuestro interés por el caso, y ni siquiera por este tipo de sucesos. Un detalle importante, y apenas mencionado, que podría dar más fuerza a esta hipótesis es que la desaparición ocurrió justo los mismos días que se estaban celebrando las fiestas patronales de Celadas. Así que, tanto si se trató de un robo como si fue una artimaña del propietario Mariano Sáez, la fecha en la que se produjeron los hechos era la más indicada para llevar a cabo el plan ya que la mayoría de la gente se encontraba de celebración en el pueblo y era más fácil que nadie estuviera cerca de la paridera para descubrir el engaño.

En una visita tiempo después al domicilio de la familia Sáez en Celadas, estos nos dieron literalmente con la puerta en las narices al preguntarles por los hechos que habían sucedido en la paridera, algo que nos hizo dudar aún más de una explicación paranormal de los hechos. Y como pudimos comprobar también en el entorno del pueblo, nuestra hipótesis era compartida por no pocos vecinos. ¿Explica esto el caso? Realmente no. Pero son elementos de juicio que nos permiten aceptar como muy probable una explicación terrenal a los sucesos de Celadas.

ALGO LE MATÓ

LUGAR:Carretera Nacional 232, kilómetro 229,1. La Cartuja (Zaragoza)

FECHA:2 de febrero de 2001

SINOPSIS:Un conductor muere debido al impacto de un objeto desconocido que atraviesa el parabrisas de su vehículo. Nunca se ha sabido qué ocurrió.

Miguel Ángel P. M., de 35 años, conducía su Seat Toledo gris, desde su localidad, Gelsa, hacia Zaragoza. Eran las tres y media de la tarde del día 2 de febrero de 2001 y su madre le acompañaba en el trayecto. Ya se encontraban a la altura de La Cartuja cuando ocurrió un hecho inesperado.

De repente, y sin que les diera tiempo a hacer nada, algo chocó contra el parabrisas del automóvil y lo traspasó. Después de entrar en el coche, aquello golpeó en la cabeza a Miguel Ángel y salió de nuevo del vehículo rompiendo la luna trasera. Una vez fuera, rebotó en el maletero y dejó tres marcas muy claras en el asfalto. Todo esto ocurrió en apenas un instante, en milésimas de segundo.

Cuando llegaron los servicios de emergencia al lugar del accidente, Miguel Ángel ya estaba muerto; su madre solo tenía lesiones leves. Las investigaciones posteriores permitieron comprobar que el objeto atravesó el cráneo de Miguel Ángel y este murió en el acto a causa del impacto. El coche, sin control, se salió entonces de la carretera hasta que por su propia inercia se paró en uno de los campos adyacentes.

Pero ¿qué podía haber causado el accidente? Pronto surgieron las primeras hipótesis para explicar lo ocurrido. La posibilidad en la que más se trabajó fue que delante del turismo circulara un camión y que de él hubiera salido desprendida alguna pieza metálica. Pero con esta teoría comenzaron a desvelarse los primeros puntos incongruentes del caso, pues la madre de Miguel Ángel declaró que cuando sufrieron el accidente iban a una velocidad moderada, ya que había caravana, y que delante de ellos no había ningún camión.

Para intentar esclarecer el asunto se interrogó a los conductores que iban detrás del coche de Miguel Ángel, pero sus respuestas tampoco sirvieron para dar por buena la hipótesis principal. Todos ellos aseguraron que no habían visto ningún camión, ni tampoco nada extraño que permitiera explicar lo ocurrido. Lo único que recordaban era haber oído un ruido muy fuerte a la vez que veían cómo estallaba la luna trasera del vehículo y este se desviaba hacia fuera de la carretera.

Varios de los automovilistas que iban en sentido contrario aportaron algo más de información. Según explicaron a la Guardia Civil, pudieron ver el cuerpo que, según ellos, habría sido el causante del accidente. Los testimonios coincidían, y todos describían el misterioso objeto de forma similar: «Un objeto de color negro, parecido a una porra, de 40 o 50 centímetros», «un objeto de 40 o 50 centímetros, de color oscuro, como de metal usado y ligeramente redondeado», «una pieza, como un tubo galvanizado» o «una pieza de forma cilíndrica, de la que parecía que salía una arandela en un extremo». Pero lo cierto es que aunque según la Guardia Civil la trayectoria del misterioso objeto fue determinada con bastante exactitud, este no pudo ser encontrado a pesar de todos los esfuerzos puestos en ello. Casi cuarenta agentes realizaron exhaustivas tareas de rastreo, utilizando incluso detectores de metales, pero no se encontró nada. Nada… aunque algunas voces dijeron que el objeto sí fue recuperado pero que su encuentro se silenció. Para justificar que no se hallara, la Guardia Civil indicó que si la pieza permaneció en la carretera tras el accidente, el paso de otros vehículos pudo alejarla muchos metros de la zona de búsqueda, haciendo muy difícil su recuperación.

De todas formas, algunos automovilistas que pasaron momentos después por el tramo de la carretera aseguraron haber visto algo parecido a una barra metálica en el suelo, aunque los encargados de limpiar los restos del accidente no pudieron precisar si entre los mismos se encontraba algún objeto que cumpliera con las características descritas. Los restos fueron llevados al vertedero de basuras, de manera que era prácticamente imposible la localización del objeto en caso de que estuviese allí.

Según indicó la Guardia Civil, el parabrisas delantero presentaba una fractura «concéntrica, redondeada y ascendente» y pudo ser provocada por un objeto de entre 30 y 70 centímetros de longitud. En el orificio de entrada se apreciaban restos de una sustancia de color rojizo y en los rasguños que la pieza causó en la tapicería del techo, otros de color pardo o negro.

Esquema de cómo pudieron ocurrir los hechos.

Pronto se habló de que en la zona había una persona que con una escopeta disparaba a los vehículos que circulaban, aunque eso no es más que una fábula, que alcanzó el título de leyenda urbana. Además, los análisis balísticos del parabrisas del coche, según la policía, descartaron de lleno tal hipótesis. También se habló de juegos de rol y de efectos del vuelo de aviones, teorías todas ellas sin fundamento alguno, al igual que otros rumores falsos que se extendieron sobre otros casos que habían vuelto a ocurrir después de ese.

El suceso fue bien conocido en Zaragoza, y sobre todo en La Cartuja y en los polígonos industriales de la zona. Algunos medios informativos aseguraron que numerosas personas que pasaban diariamente por el tramo de carretera donde tuvo lugar el suceso tenían miedo de volver a circular por él, y que incluso algunos optaron por tomar itinerarios alternativos.

El suceso de La Cartuja acaparó la atención de los medios de comunicación.

El accidente, aunque posiblemente se debió a una causa perfectamente normal, no pudo ser explicado, o al menos la explicación no se dio a conocer a la luz pública. Lo hemos incluido aquí porque el caso presenta diversas anomalías; si los datos que conocemos —los oficiales— son ciertos, y es verdad que no se nos ha ocultado nada, una explicación lógica parece poco probable.

EL SANTO CRISTO EN LA PARED

LUGAR:Mallén (Zaragoza)

FECHA:Desde hace al menos ochenta años

SINOPSIS:Algunos vecinos de la localidad de Mallén aseguran que hace años apareció la imagen del Santo Cristo de la Columna en una de las casas del pueblo, dibujada milagrosamente entre las manchas de una pared.

No son pocos los habitantes de Mallén que creen que en una de las casas de su localidad se produjo un auténtico milagro. Según ellos, este pequeño pueblo situado 52 kilómetros al oeste de Zaragoza y colindante con Navarra alberga una representación del Santo Cristo de la Columna aparecida misteriosamente. Esta pretendida teleplastia1 se puede observar en una de las viviendas, entre las manchas de una pared.

¿Qué llevó a algunos malleneros a ver la imagen del Cristo en esa pared? El origen de esta historia hay que buscarlo en una leyenda muy conocida en la localidad, que marca el principio de su devoción al Cristo de la Columna en el siglo XVI. Dicha leyenda explica que una noche de las más frías y lluviosas del mes de marzo, hace ya muchos años, un mendigo, de noble aspecto y semblante risueño, llamó a una casa del pueblo para pedir cobijo. Los propietarios eran tan pobres que prácticamente no tenían ni comida para ellos, pero como buenos cristianos, le dieron abrigo y le obsequiaron con la mitad de su pan, algo por lo que el mendigo estuvo muy agradecido. Durante la cena le comentaron con pena que el pueblo echaba en falta una imagen del Redentor y, en agradecimiento por el trato que le habían dado, el pobre se ofreció a realizar una talla para la iglesia en muy poco tiempo. Para ello les pidió un tronco de madera y las herramientas necesarias para tallarlo, poniéndoles como condición que mientras estuviera encerrado trabajando en la imagen no entraran bajo ningún concepto a la habitación. Como les había pedido, le proporcionaron las provisiones necesarias y el mendigo se encerró en el cuarto. Pasados tres días y preocupados porque no salía ni se oía ruido alguno, los propietarios de la casa decidieron entrar. Lo que vieron les dejó asombrados: en medio de la habitación y envuelta en un gran resplandor se hallaba la talla de un Santo Cristo atado a la columna. El pobre ya no estaba, tan solo quedaban las herramientas abandonadas en el suelo.

Esa misma noche llevaron la imagen a la iglesia. Y allí, en la casa donde se produjo el prodigio, es donde, desde no se sabe cuándo, se encuentran las llamadas «caras de Mallén»2. Estas «caras» (o «la Mancha», como la llaman algunos malleneros), que se encuentran en la pared, están protegidas por dos viejas hojas de madera, que seguramente se colocarían hace años con el fin de resguardar la reliquia, muy deteriorada por el paso de los años, ahumada por las lamparillas de aceite que los fieles le colocaban debajo y desgastada por el aceite con el que la untaban durante la Guerra Civil. Y es que el fervor por el Santo Cristo de la Columna en Mallén fue tan grande que incluso desbancó al patrón del pueblo, San Sebastián, de tal manera que hasta las fiestas mayores se celebran hoy en honor al Santo Cristo.

La pared donde se encuentra la polémica imagen del Santo Cristo de la Columna.

Pero ¿qué es lo que se ve en esta pared? Por una parte, los malleneros (una buena parte de ellos) han visto desde siempre la imagen del Santo Cristo de la Columna, y solo por eso ha sido conocida la casa. Sin embargo, en 1990, varios investigadores acudieron al lugar y algunos dijeron observar otras formaciones totalmente distintas, entre ellas lo que parecía ser la cara de Bafomet. Aunque, en realidad la pared está tan deteriorada que resulta difícil apreciar algo con claridad, pero echándole algo de imaginación (quizás no más de la que hace falta para ver al Santo Cristo) no resulta difícil ver un número elevado de figuras y caras terroríficas.

En esta casa es donde se encuentran las presuntas teleplastias, en la calle del Cristo, antiguamente llamada calle La Yedra.

La casa donde se encuentran las imágenes hace ya años que se encuentra cerrada. En los últimos años de su vida, Ángel Ramón D., el propietario, no la abría a pesar de las peticiones de creyentes y curiosos para ver la imagen. Con nosotros hizo una excepción, la última según él (aunque posteriormente, cuando Ángel Ramón ya había muerto, algunas personas convencieron a los familiares para que les abrieran la casa), e íbamos a aprovechar para grabar un reportaje para el programa Expedientes Z, de Carlos Bogdanich, para el extinto canal 60 TV de Zaragoza. Enseguida corrió la voz entre algunos vecinos de que se había «abierto la casa del Santo Cristo», y la gente se fue agolpando a la entradae hizo difícil grabar en vídeo, sacar fotografías o simplemente observar la imagen con tranquilidad. Con estas circunstancias, esa vez no realizamos ninguna experiencia psicofónica, aunque en alguna otra ocasión anterior ya lo intentamos sin obtener resultados.

En esa última visita a la «casa de las caras», tratamos de convencer al propietario para que, por vez primera, dejara tomar muestras del tabique. Y lo conseguimos. Con una cuchilla esterilizada rascamos en cuatro puntos diferentes la pared, para dejar caer las muestras en frascos también esterilizados. Mientras, la cámara de televisión recogía cómo se tomaban.

Por medio de otro investigador, que se encargó de llevar las muestras al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se realizaron unos estudios preliminares, en los que se encontraron restos de pintura. Por ello, y aunque no tengamos plena seguridad de ello, consideramos que las pretendidas imágenes milagrosas podrían ser en realidad un fresco antiguo pintado directamente en la pared que el alto grado de humedad habría deteriorado enormemente. Después, con el humo de las lamparillas de aceite y el aceite mismo que usaban para mejorar los contrastes, la imagen habría llegado a perderse casi por completo, provocando el malentendido. Una de las cosas que mejor se ven en la pared es una especie de marco, claramente pintado, lo que ayudaría a corroborar la hipótesis del fresco.

En cuanto a la talla del Santo Cristo atado a la columna que puede verse en la iglesia parroquial de Mallén, esta tiene gran similitud con otras tallas del mismo episodio de la Pasión que pueden encontrarse, por ejemplo, en la catedral de Burgos, donde podemos contemplar una talla de Diego de Siloe anterior al año 1528. Asimismo, existen numerosas pinturas del mismo y son muy conocidos los grabados de Alberto Durero.

Imagen del Cristo de la Columna en la iglesia de Mallén.