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El Hua Hu Ching son una serie de enseñanzas o meditaciones Taoístas del maestro Lao Tse transmitidas de manera oral a lo largo de los siglos y recogidas por el maestro Hua Ching Ni para su redacción y traducción. Estas meditaciones constituyen un libro imprescindible para los practicantes y seguidores del Tao. Lao-Tsé canaliza la ancestral sabiduría china a través de la mística simbólica más profunda, estableciendo la doctrina del Tao, no como una forma nueva de pensar, sino como la raíz íntima de la liberación para todos los seres. El Tao es el Sendero, y en el Sendero caben toda la riqueza y la totalidad de las más variadas expresiones humanas.
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MEDITACIONES TAOÍSTAS
Título: Hua Hu Ching
Autor: Lao Tse
Título original:化 胡 经 / 化 胡 经 (Taishang lingbao Laozi huahu miaojing)
Traducción: Ni Hua Ching
Editorial: AMA Audiolibros
© De esta edición: AMA Audiolibros
Audiolibro de esta misma edición disponible en tiendas digitales y el canal AMA Audiolibros de YouTube.
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de la obra, salvo excepción prevista por la ley.
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TÍTULO
INTRODUCCIÓN
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El Tao Te King de Lao Tse se Encuentra entre los libros más traducidos y apreciados del mundo. Singular en su lucidez, venerado por encima de las fronteras culturales por su sabiduría intemporal, entre los occidentales se cree que fue el único libro de Lao Tse.
Pocos saben que en un libro llamado el Hua Hu Ching se recopiló una serie de sus enseñanzas orales sobre el logro de la iluminación. Las enseñanzas del Hua Hu Ching poseen una enorme autoridad y una gran importancia, por ser literalmente para los seres humanos ordinarios un mapa de carreteras del territorio de lo divino. Como era tal vez de prever, el libro fue prohibido en una época de luchas políticas en China y se ordenó que todos los ejemplares fueran quemados. Si no hubiera sido por la tradición taoísta de transmitir oralmente las sagradas escrituras de maestro a alumno, se hubiera perdido para siempre. Estoy permanentemente agradecido al Maestro Ni Hua Ching por compartir su traducción de estas enseñanzas con eh mundo occidental, tras su salida de China en 1976. Este trabajo está basado ampliamente en sus enseñanzas.
Yo enseño, el Camino Integral de unidad con el gran y misterioso Tao.
Mis enseñanzas son simples; si intentas hacer de ellas una religión o una ciencia, éstas te eludirán.
Profundas, aunque simples, contienen toda la verdad del universo.
Quienes desean conocer toda la verdad, disfrutan realizando los trabajos y servicios que les llegan.
Cuando los han acabado, disfrutan limpiándose y alimentándose.
Cuando se han cuidado a sí mismos, vuelven al maestro para instruirse.
El camino simple conduce a la paz, a la virtud y a la abundancia.
Los hombres y las mujeres que desean ser conscientes de toda la verdad deben adoptar las prácticas del Camino Integral.
Estas disciplinas consagradas calman la mente y conducen a la armonía con todas las cosas.
La primera práctica es la de la virtud indiscriminada: cuida a aquellos que lo merecen; también, y de igual modo, cuida a los que no lo merecen.
Cuando extiendes tu virtud en todas direcciones sin discernimiento, tus pies se hallan firmemente plantados en el camino que regresa al Tao.
Quienes desean encarnar el Tao han de aceptarlo todo.
Aceptarlo todo significa en primer lugar no tener cólera ni resistencia hacia ninguna idea o cosa, viva o muerta, con forma o sin forma.
La aceptación es la verdadera esencia del Tao.
Aceptarlo todo también significa apartarse de cualquier concepto de separación: hombre y mujer, yo y otro, vida y muerte.
La división es contraria a la naturaleza del Tao.
Renunciando al antagonismo y a la separación se entra en la unidad armoniosa de todas las cosas.
Cualquier salida del Tao contamina el espíritu.
La cólera es una salida, la resistencia es una salida, el ensimismamiento en uno mismo es una salida.
A lo largo de muchas vidas el fardo de las contaminaciones puede hacerse grande.
Sólo hay una manera de purificarse de estas contaminaciones, y consiste en practicar la virtud.
¿Qué se quiere decir con esto?
Practicar la virtud es ofrecer desinteresadamente ayuda a los demás, dar sin limitación alguna el propio tiempo, capacidades y posesiones, en cualquier ocasión y lugar en que se necesiten, sin prejuicio alguno relativo a la necesidad de la persona que los necesita.
Si tu disponibilidad a dar felicidad es limitada, también lo será tu disponibilidad a recibirla.
Este es el sutil proceder del Tao.
¿Piensas que el universo está agitado?
Ve al desierto por la noche y contempla las estrellas.
Esta práctica deberá dar respuesta a la pregunta.
La persona superior dispone su mente como el universo dispone las estrellas en el cielo.
Conectando su mente con el origen sutil, la calma.
Una vez calmada, ésta se expande de manera natural y, al final, su mente se vuelve tan vasta inconmensurable como el cielo nocturno.
El Tao hace surgir todas las formas, pero él mismo no tiene forma.
Si intentas representar su imagen en tu mente, lo perderás.
Es como clavar una mariposa con un alfiler: se capta la forma, pero se pierde el vuelo.
¿Por qué no contentarse simplemente con vivirlo?
La enseñanza del Camino Integral continuará mientras exista un Tao y alguien que desee encarnarlo.
Lo que está dibujado hoy día en estos pergaminos aparecerá de formas diferentes dentro de muchas generaciones.
Sin embargo, estas cosas nunca cambiarán: quienes deseen alcanzar la unidad, deben practicar la virtud sin hacer distinciones.
Deben disolver todas las ideas de dualidad: bueno y malo, hermoso y feo, alto y bajo.
Serán obligados a abandonar cualquier desviación mental nacida de creencias culturales o religiosas.
De hecho, deberán mantener sus mentes libres de cualquier pensamiento que interfiera con su comprensión del universo como una unidad armoniosa.
El comienzo de estas prácticas es el comienzo de la liberación.
Confieso que no hay nada que enseñar: ni religión, ni ciencia ni cuerpo de informaciones que regresar tu mente al Tao.
Hoy hablo de esta manera, mañana de otra, pero el Camino Integral permanece siempre más allá de las palabras y más allá de la mente.
Sé simplemente consciente de la unidad de las cosas.
Quien desee la admiración del mundo hará bien en amasar una gran fortuna y en gastarla después.
El mundo responderá con admiración conforme al tamaño de su tesoro.
Por supuesto, esto no tiene ningún sentido.
Deja de luchar por la admiración.
Coloca tu interés en el Tao.
Vive de acuerdo con él, comparte con los demás las enseñanzas que llevan a él, y serás bañado por las bendiciones que fluyen de él.